UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
He visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios. Génesis 33: 10.
¿Qué significa esta sorprendente declaración? Jacob, quien había visto a Dios cara a cara en Peniel, ahora describe su reunión con Esaú como si estuviera nuevamente viendo el rostro de Dios. Podría ser una mera adulación, evidencia de que en Jacob todavía quedaba mucho de su antigua naturaleza. Podría también ser una especie de confesión, de que todo el plan elaborado para el arreglo de su familia y posesiones había sido una pérdida de tiempo. En la bienvenida que le ofreció Esaú, puede haber reconocido que la liberación le había llegado, no por medio de sus propios e inteligentes artificios, sino por medio de la mano de Dios que todo lo controla. Pero existe además otra posible interpretación que contiene en sí un hecho espiritual universal. Consiste en que aquellos a quienes hemos hecho daño, siempre representarán a Dios ante nuestros ojos. Cuando nos encontramos con ellos, es como si nos encontráramos con Dios en juicio. Demos gracias a Dios si cuando esto ocurre, nuestros corazones verdaderamente se humillan ante El. Puede también significar misericordia y reconciliación. “Reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”.
Watchman Nee
He visto tu rostro, como si hubiera visto el rostro de Dios. Génesis 33: 10.
¿Qué significa esta sorprendente declaración? Jacob, quien había visto a Dios cara a cara en Peniel, ahora describe su reunión con Esaú como si estuviera nuevamente viendo el rostro de Dios. Podría ser una mera adulación, evidencia de que en Jacob todavía quedaba mucho de su antigua naturaleza. Podría también ser una especie de confesión, de que todo el plan elaborado para el arreglo de su familia y posesiones había sido una pérdida de tiempo. En la bienvenida que le ofreció Esaú, puede haber reconocido que la liberación le había llegado, no por medio de sus propios e inteligentes artificios, sino por medio de la mano de Dios que todo lo controla. Pero existe además otra posible interpretación que contiene en sí un hecho espiritual universal. Consiste en que aquellos a quienes hemos hecho daño, siempre representarán a Dios ante nuestros ojos. Cuando nos encontramos con ellos, es como si nos encontráramos con Dios en juicio. Demos gracias a Dios si cuando esto ocurre, nuestros corazones verdaderamente se humillan ante El. Puede también significar misericordia y reconciliación. “Reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”.