UNA MESA EN EL DESIERTO
Watchman Nee
Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8.
Al considerar el precio de nuestra redención, ¿cómo podemos dejar de entregarle nuestras vidas totalmente? En Romanos 12:1 Pablo ruega, “por las misericordias de Dios”. En los once capítulos anteriores les ha hablado de las misericordias de Dios constantemente. El amor llevó a Cristo a la cruz para que podamos caminar en novedad de vida. El mismo amor de Cristo nos atrae nuevamente a El. Frente a un amor tan sacrificado, es más difícil retener, que ofrecernos a El. Ser creyente por años sin una total dedicación a Dios, es una cosa totalmente aterradora. ¿No hemos sido comprados con un precio inmensurable? Nuestra elección voluntaria debe entonces ser el glorificar a Dios en nuestros cuerpos y en nuestros espíritus, que “son de Dios” (1 Co. 6: 19 ss). Este es su pleno derecho, y no un favor que le estamos haciendo. No soy mío. ¿Me atreveré a hurtarle lo que es Suyo? “Señor, todo lo que tengo, soy y anhelo, todo es tuyo”.
Watchman Nee
Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8.
Al considerar el precio de nuestra redención, ¿cómo podemos dejar de entregarle nuestras vidas totalmente? En Romanos 12:1 Pablo ruega, “por las misericordias de Dios”. En los once capítulos anteriores les ha hablado de las misericordias de Dios constantemente. El amor llevó a Cristo a la cruz para que podamos caminar en novedad de vida. El mismo amor de Cristo nos atrae nuevamente a El. Frente a un amor tan sacrificado, es más difícil retener, que ofrecernos a El. Ser creyente por años sin una total dedicación a Dios, es una cosa totalmente aterradora. ¿No hemos sido comprados con un precio inmensurable? Nuestra elección voluntaria debe entonces ser el glorificar a Dios en nuestros cuerpos y en nuestros espíritus, que “son de Dios” (1 Co. 6: 19 ss). Este es su pleno derecho, y no un favor que le estamos haciendo. No soy mío. ¿Me atreveré a hurtarle lo que es Suyo? “Señor, todo lo que tengo, soy y anhelo, todo es tuyo”.