Meditaciones 20 de agosto

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
20 de agosto

Vuestro padres… servían a dioses extraños. Y yo tome a vuestro padre Abraham del otro lado del río, y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumente su descendencia. Josué 24:2 ss.

Abraham fue llamado y elegido no sólo por sí mismo, sino también por su descendencia. No meramente para sentir la gracia, sino también para transmitirla a otros. Antes de él hubo hombres de fe, como, Abel, Enoc y Noé que se destacaron entre sus contemporáneos, pero al parecer, por lo que leemos, lo hicieron desde su nacimiento. Sin embargo Abraham era un idolatra al igual que los que le rodeaban. Hasta que Dios lo llamó, él no podía por su cuenta, considerarse a la par de aquellos tres. Sin embargo, Mateo inicia su evangelio con el nombre de Abraham, De todos los hombres del Antiguo testamento, el suyo, es el que aparece con mas frecuencia en los labios de Jesús. El idolatra fue el hombre elegido para traer bendición a incontables multitudes y fue elegido solamente porque Dios quiso elegirlo. Nada había inherente en su carácter para sugerir que por medio de él tal bendición llegara a tantos. Dios lo tomo, guió y multiplico. ¿No puede el mismo Dios hacer lo mismo para ti?
 
20 de agosto “El Padre Nuestro” - Cuarta parte


“EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA, DÁNOSLO HOY” (Mateo 6:11)


Pablo dijo que el hombre que no alimenta a su propia familia es peor
que un incrédulo (Ver 1 Timoteo 5:8). Así que, ¿haría Dios menos por
nosotros? No. ¿Cómo vamos a cumplir nuestra misión si no tenemos
satisfechas nuestras necesidades? ¿Cómo vamos a enseñar, ministrar o
influir en otras personas si nosotros mismos no tenemos la provisión
necesaria? Escucha: “Que el Dios de paz... os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad...” (Hebreos 13:20,21).
Oramos: “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy” (Mateo 6:11) y nos
encontramos con el hecho de que nuestra oración ya ha sido contestada.

Somos como el chico que ha aprobado la secundaria y decide ir a la
universidad, pero luego se da cuenta del costo de la misma y le dice a su padre: “Siento pedirte tanto, pero no tengo a nadie más a quien
acudir”. Este le sonríe y dice: “No te preocupes, hijo. El día que
naciste, empecé a ahorrar para tu educación. Ya he provisto para todo lo que necesitas”.

¡En un momento determinado nos damos cuenta de que Alguien está
proveyendo para nuestras necesidades! En efecto, damos un paso
gigantesco de madurez cuando estamos de acuerdo con las palabras de
David: “Pues todo es tuyo...” (1 Crónicas 29:14). Tú eres el que
escribe el cheque o el que da vueltas a la sopa, pero hay cosas más
importantes que proveer la comida... ¿Qué hay de la semilla, el
terreno, y el sol? ¿Quién creó a los animales para alimento y a los
minerales para los metales? Mucho antes de que supieras que necesitabas a alguien para cuidarte, ¡Dios ya lo había hecho! ¡El está comprometido contigo! Se ha asignado a sí mismo la tarea de proveer para los suyos.

Y tienes que reconocerlo, ¡hasta ahora ha hecho un trabajo excelente!



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