meditaciones 18. de septiembre

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5 Septiembre 2001
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
18. de septiembre

El rastro del águila en el aire. Proverbios 30:19.

Considera a los pájaros. Si les preguntamos cuánto temor tienen de la ley de la gravedad, ¿cómo nos responderían? Dirían: “Nunca hemos oído de Newton. Nada sabemos acerca de su ley. Nosotros volamos porque es la ley de nuestra vida”. No sólo hay en ellos una vida con el poder para volar, sino que esa vida también tiene una ley que permite a estas criaturas, en forma espontánea, superar la ley de la gravedad permanentemente. Si te levantas una mañana temprano, con frío intenso y encuentras un gorrión muerto en el jardín, te acordaras de inmediato que esa ley persiste. Pero mientras los pájaros viven la superan y la vida que hay en ellos es la que la domina. Si, la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús nos ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
 
18 de septiembre Amigos de Dios _ Quinta parte



"OS HE LLAMADO AMIGOS" (Juan 15:15b)

El cuarto paso para desarrollar tu amistad con Dios es: ¡elegir obedecerle! Normalmente pensamos en la obediencia como una característica de la relación con nuestros padres, un jefe o un oficial de rango superior, pero no con un amigo. Pero Jesús dijo: "Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que Yo os mando"(Juan 15:14).

La verdadera amistad no es pasiva; actúa. Cuando Jesús nos pide que amemos a los demás, ayudemos a los necesitados, ofrendemos, mantengamos limpias nuestras vidas, perdonemos, y traigamos otros a Él, ¡el amor nos motiva a obedecer inmediatamente!

Las grandes oportunidades llegan, normalmente, una sola vez en la vida, pero las pequeñas nos rodean todos los días. Por medio de actos de obediencia sencillos colocamos una sonrisa en el rostro de Dios. ¡Él valora la obediencia mucho más que tanta devoción religiosa!

Escucha: "Se complace el Señor en la obediencia. Mejor es obedecer" (1 Samuel 15:22).

Al principio del ministerio público de Jesús, Dios anunció: "Este es mi Hijo amado, en Quien tengo complacencia" (Mateo 3:17). ¿Qué estuvo haciendo Jesús durante treinta años para agradar a Dios? La Biblia menciona: "Sse humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz"(Filipenses 2:8b). Treinta años agradando a Dios se resumieron en dos palabras: ¡haciéndose obediente! ¿Y sabes qué? ¡La relación que Jesús tuvo con su Padre es la que Él quiere que tú tengas con Él!