Meditaciones 14 de septiembre

2 Junio 1999
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UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
14. de septiembre


Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento. Jueces 7:14.


Lo que más llama la atención, es el medio que Dios eligió para impartir seguridad a su siervo. Allí estaba ese enorme ejército invasor, como una multitud de langostas, y Gedeón había recibido instrucciones de desbandar sus propios efectivos. Parecía absurdo pretender que los trescientos que habían quedado podrán hacer frente a las huestes madianitas y Gedeón parecía no tener seguridad alguna sobre el resultado. Pero en este estado de incertidumbre se atrevió a entrar en el campamento enemigo.
Alabado sea Dios, cada vez que nosotros estamos sin salida posible, a El le resulta fácil abrir el camino. Esa pequeña banda de hombres, había de ser el medio para la liberación de su pueblo, y su siervo, en medio de su dilema, recibió la seguridad que necesitaba de la manera menos esperada. La palabra profética vino nada menos que de los labios de uno de sus enemigos. Así se enteró que el temor ya se había apoderado de ellos. No nos sorprende que Gedeón adoró de inmediato.
 
14 de septiembre Amigos de Dios – Primera parte


“…OS HE LLAMADO AMIGOS…” (Juan 15:15b)


La palabra: ‘amigo’ no significa ‘un conocido casual’, sino ‘una relación cercana’, de confianza. Se refiere al círculo íntimo de un rey. En la corte, los sirvientes deben mantener las distancias; pero los allegados disfrutan de:

(a) un contacto íntimo

(b) acceso directo

(c) información confidencial.


¿Pero cómo puedo llegar a ser un amigo de Dios?, te preguntarás.

¡Por medio de una conversación constante! Dios desea más que el derecho a visitas de fin de semana, o una breve cita en tu agenda.

Él quiere ser incluido en cada actividad, cada conversación, cada problema, y en cada pensamiento. Puedes mantener con Él una conversación continua a lo largo del día, hablando con Él de las cosas que haces en cada momento.

En su libro clásico, Practicando la Presencia de Dios, el hermano Lawrence, un humilde cocinero de un monasterio francés, escribió: “La clave de la amistad con Dios no está en cambiar lo que haces, sino en cambiar la actitud con la que lo haces. Lo que
normalmente haces para ti, ahora empiezas a hacerlo para Dios, sea
comer, bañarte, descansar, o sacar la basura”.

Algunas personas piensan que tienen que “aislarse” para poder experimentar intimidad con Dios; no han aprendido a practicar su Presencia en todas las cosas. ¡No hay otro lugar más cercano al Señor que donde te encuentras en este preciso momento!

En el Edén no habían rituales, sólo una sencilla relación amorosa entre Dios y las personas que Él creó. Libres de culpa o miedo, Adán y Eva gozaban de Dios y Él de ellos. ¿Es posible una relación así? ¡Absolutamente! Escucha: “...fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo...” (Romanos 5:10b).






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