Meditaciones 12 de septiembre

2 Junio 1999
19.987
13
65
UNA MESA EN EL DESIERTO
Meditaciones diarias
Watchman Nee
12. de septiembre

De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven. Job 42:5.

La sana doctrina nos puede inflar, haciéndonos orgullosos de nuestro conocimiento y propias opiniones. O podemos olvidar la verdad, perdiéndola entre elaborados argumentos y métodos especiales. Pero la visión es revolucionaria. A su lado todo se reduce. Una vez que veamos al Señor, jamás le olvidaremos. Ante los crecientes ataques de Satanás y los concejos de los amigos que fallan, solo un conocimiento interior de Dios nos hará triunfar en el tiempo de la prueba.
Por muchos años después de mi conversión, sentía temor de que un modernista o un ateo se me cruzara en el camino, y me demostrara que la Biblia era falible e indigna de confianza. Pensaba que si eso ocurriera todo se habría terminado. Mi fe se acabaría: y yo quería creer. Pero ahora todo es paz. Si vinieran ahora todos juntos con tantos argumentos contra la Biblia, como armamentos hay en el mundo, mi respuesta sería una sola: “Puede haber razón en lo que digan, pero yo conozco a mi Dios. Eso es suficiente”.
 
12 de septiembre Una palabra para los mayores


“EL JUSTO FLORECERÁ... AUN EN LA VEJEZ... ESTARÁN VIGOROSOS...”
(Salmo 92:12,14)


Dos personas mayores fueron a dar un paseo para hablar sobre su boda cercana. Pasando por una farmacia, entraron para preguntar si vendían píldoras para la artritis, medicamentos para el corazón, y sillas de ruedas. “Por supuesto; ¿qué quieren?”, dijo el farmacéutico. “Nada”, contestaron, “¡nos gustaría hacer nuestra lista de regalos de boda aquí!”. ¡Hacerse mayor no es para cobardes! Un anciano dijo: “¡Si solamente somos tan viejos como nos sentimos, tengo 150 años!”.

Si te sientes así, lee lo siguiente:

(1) Recuerda lo básico. Tus hábitos actuales afectarán a tu vida más tarde, así que:

(a) Cuida tu cuerpo con una buena alimentación y ejercicio regular.

(b) La vejez comienza cuando la amplitud de la mente y la estrechez de la cintura se han intercambiado de lugar, así que, sigue aprendiendo para amplíar tu mente. No te haces simplemente mayor; lo haces porque paras de crecer!

(c) Alimenta tu espíritu cada día a través de la Palabra de Dios y la oración; ¡son unos recargadores de pilas estupendos!


(2) Sigue involucrándote. Escucha: “En los ancianos está la ciencia y en la mucha edad la inteligencia” (Job 12:12). Tienes toda una vida de experiencia y de sabiduría, así que, compártela. Seguir involucrado aumenta tu expectativa de vida, mejora tu salud, y te hace sentir más valorado.


(3) Sé optimista. Si ya tienes unos cuantos años, sabes que una vez que sobrepasas una cierta edad, vas en picado. Pero hay dos grandes razones para ser optimista:

(a) Dios dijo que en la vejez puedes “florecer” y “estar vigoroso” (Ver Salmo 92:12,14);

(b) Hacerse mayor es solamente la última estación del viaje entre tu vida en la tierra y “...estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23).




Si quiere que sus amigos reciban cada día "La Palabra Para Hoy",
dígales que manden un mensaje a:

[email protected]