Pinina
Querida Hermana en Cristo:
Dios te Bendiga, mi nombre es Cristina, se puede decir que nací en el camino del Señor, tengo 29 años y soy soltera, vos pensarás que mi consejo no puede ser de gran ayuda, por eso te transcribo un Estudio Bíblico que se llama Un hombre y Una Mujer (del libro Palabras de Esperanza), espero que te sea de gran ayuda, todo sea para la gloria de Dios. Voy a estar orando por vos.
El consejo que te puedo dar, es que no caigas, esta es una prueba muy fuerte de tu
fidelidad a Dios y a tu esposo, hace ayuno y oración en lo posible en las horas de tu
trabajo esto te hara recordar que vos sos una hija de Dios.
Te Saludo con la Santa Paz de Nuestro Señor Jesucristo.
Atte.
Cristina
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Un hombre y Una Mujer:
La palabra de Dios dice:
Bebe el agua de tu misma cisterna, y los caudales de tu propio pozo. ¿Se derramaran
tus fuentes por las calles, y tus corrientes de aguas por las plazas? Son para tí solo y no
para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu
juventud, como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo
tiempo, y en su amor recréate siempre. Proverbios 5:15-19
Estas palabras están dirigidas a los esposos, pero son aplicables a las esposas
también. Ellas hablan de la fidelidad de un cónyuge para con el otro, de encontrar gozo
en esa persona, de tener contentamiento en esa relación.
No hay duda ninguna de que el patrón divino para el matrimonio es un hombre para una
mujer. Esa fue la intención de Dios desde el principio de la historia. “Por tanto dejara
el hombre a su madre y a su padre y se unirá a su mujer y serán los dos una misma
carne”. Cuando a Jesús se le pregunto acerca del divorcio, El le refirió a sus
interrogantes las palabras de Dios en su intención original. El divorcio es algunas
veces permitidos, por la dureza de nuestros corazones, dijo Jesús. Pero Dios nunca lo
concibió. Las escrituras dicen que Dios odia el divorcio, porque el instituyo el
matrimonio para que sea algo permanente.
En la Biblia se nombran los casos de Jacob, Salmón, y David que tuvieron varias
esposas, pero en todos esos casos los resultados fueron lamentables. En el caso de
Salomón sus múltiples matrimonios probaron ser la causa que apartó sus corazón de
Dios. Dios ha enviado un MANDAMIENTO (que no va a cambiar su validez pese a
las practicas distintas del pueblo de Dios). Ese mandamiento esta en Proverbios:
“Bebe el agua de tu propia cisterna y los raudales de tu mismo pozo....”
Las cisternas y los pozos eran en aquellos días propiedad privada y de gran valor.
Aquí se les está diciendo claramente a cada persona casada, que hay como en la
antigüedad, una cisterna un pozo que es “tu propiedad privada” es decir tu esposo, tu
cónyuge. El refrigerio que puede sacarse de el es solo para ti, y no para otros. Hay
algunas cosas en la vida que no pueden ser compartidas. Son cosas muy personales,
imposibles de dividir, cosas que dependen de un COMPROMISO ESPECIAL y que no
pueden tenerse en común.
Hay una pregunta que se nos formula en este pasaje ¿Se derramarán tus fuentes en las
calles, y tus corrientes de aguas en las plazas?. En otras palabras: ¿Podrá tu cónyuge, el
que vos tomaste en tu corazón, ser considerado una propiedad pública? El argumento
que se nos presenta aquí es: Bebe el agua de tu misma cisterna, porque si bebes la de
otro, la que es tuya estará a disposición de otros. El hombre que le es infiel a su mujer,
la esta empujando a hacer lo mismo. La mujer que le juega la vuelta a su marido, no
puede esperar que su esposo le sea fiel. Y esto provocaría una tragedia en este
hogar........
Desde el punto de vista de las escrituras, la infidelidad de uno de los cónyuges es una
tragedia. El adulterio es representado como una gran locura. ¿Por qué?, dice el Señor:
“Porque hijo andarás ciego con la mujer ajena y abrazaras el seno de la extraña?
Porque los caminos del hombre están delante de los ojos de Jehová y El considera
todas sus veredas. Prenderán al impío sus propias iniquidades y retenido será con las
cuerdas de su pecado. El morirá por falta de corrección, y errará por lo inmenso de su
locura. (Proverbios 5:20-23)
En la Biblia el matrimonio es un asunto esencialmente de pacto. Un hombre y una mujer
se comprometen a si mismos el uno con el otro. “Yo prometo”, dice el hombre,
”delante de Dios y de estos testigos presentes amarte, cuidarte, protegerte y
conservarme exclusivamente para ti mientras viva, en riqueza y en pobreza, en salud y
enfermedad, hasta que la muerte nos separe”, y lo mismo promete la mujer. Esa es
nuestra gloria amiga, nuestra dignidad como seres humanos, que podemos
comprometernos el uno con el otro, que podemos unirnos el uno con el otro con
promesas de gran significado, que podemos prometemos lealtad el uno al otro. Pero
estos votos solo pueden cumplirse cuando el hombre y la mujer pertenecen al Dios
que es fiel.
Pero para ellos esta fidelidad no es simplemente una obligación religiosa. El llamado que se hace aquí es a gozarse con su esposo/a, a dejar que sus caricias le satisfagan, a recrearse siempre con su amor. Es posible, amiga, que este diciendo: “no, eso es un imposible, mi matrimonio no se parece en nada a eso. No hay nada de gozo en mi matrimonio. Yo no estoy recibiendo nada de mi cónyuge. Ya no existe amor entre
nosotros.” ....
Amiga, yo no pretendo entender su situación. Y lejos esté yo de juzgarla por los
problemas que pueda tener en su matrimonio. Pero si usted dice que su amor ha muerto,
o que alguien lo destruyo, usted en algún momento perdió el significado del gran amor.
El amor no es simplemente un sentimiento, es un pacto, un compromiso. Hubo tiempo
en cual usted cuido de su esposo, el cual usted escogió. Alguna chispita debe haber en
su corazón que pueda encender el fuego del amor otra vez.
Yo no se cuan grande puede llegar a ser su felicidad con su cónyuge, pero sin lugar a
dudas que puede ser mejor de lo que es ahora. Dios no le esta pidiendo algo imposible.
El no le esta pidiendo que construya el matrimonio perfecto. El está recordando que
usted puede tomar una decisión significativa para su vida. Usted puede elegir el “beber
del agua de su propia cisterna y de los raudales de su pozo.” Usted puede elegir el
regocijarse con el esposo que usted tiene, hacer lo mejor que pueda para tener
contentamiento en su vida.
NO ESTOY DICIENDO QUE EL ESCOGER CONTENTARSE CON LA SITUACION QUE AHORA TIENE ES COSA FACIL. PERO SI ESTOY DICIENDO QUE ES POSIBLE PARA USTED Y PARA MI.Y SI NOSOTROS HACEMOS LO
POSIBLE DIOS QUE ES MARAVILLOSO HACE LO IMPOSIBLE...
El apóstol Pablo en sus últimos años, escribió algo que se aplica a nuestras vidas
dentro del matrimonio. El dijo: “He aprendido a contentarme cualquiera sea mi
situación.” ¡Que secreto más grande! En cualquier situación o estado, cualquiera sea la relación familiar, voy a contentarme. Esto quizá le parezca absurdo por la situación que ahora está viviendo. Pero recuerde esto: Pablo estaba escribiendo estas palabras cuando se encontraba encarcelado en Roma, viviendo diariamente en peligro de perder su vida. ¿Como pudo estar satisfecho en circunstancias como esas? Porque el vivía bajo esta consigna: TODO LO PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE.
(Filipenses 4:13) Es mi deseo que usted pueda hacer suya esta consigna también.
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