DESTRUYENDO UNA SIRIA PLURAS.~
Con lo que esta pasando en Siria, todo el mundo puede comprender que los gobiernos saudí y qatarí apoyen a los extremistas que luchan para acabar con la Siria multicultural y multirreligiosa y contra todos los grupos religiosos que apoyan la convivencia y la cooperación entre las distintas religiones. Después de todo, en Arabia Saudí sólo la corriente wahabí disfruta en la actualidad de una plena libertad religiosa. El resto de las religiones o escuelas islámicas están discriminadas, perseguidas o prohibidas. Pero muchos pueden encontrar difícil de comprender por qué Occidente, incluyendo Francia, está aliado con los grupos extremistas salafistas que persiguen a los cristianos y destruyen iglesias.
La respuesta es que el gobierno francés, y muchos otros occidentales, no están interesados en realidad en la democracia o en la libertad religiosa, sino en lograr sus propios intereses políticos, estratégicos y económicos a cualquier precio. Las agresiones francesas en África han provocado la muerte de miles de personas inocentes y han arruinado las vidas de varios millones más, por no mencionar su implicación en el genocidio de Ruanda de 1994. Con sus actuales políticas hacia Siria, París intenta imponer su yugo neo-colonial a ese país. Sin embargo, después de muchas décadas de independencia y de disfrutar de su soberanía, los sirios no están dispuestos a convertirse en esclavos de los gobiernos occidentales ni de regímenes corruptos, retrógrados, promotores del terrorismo y despóticos como el saudí o el qatarí.
Al financiar y entregar armas a los grupos terroristas, el gobierno francés, junto con sus aliados, no sólo está violando el Derecho Internacional, sino que está destruyendo la posibilidad de una solución pacífica al conflicto sirio y dejando su resolución en manos de los militares. De este modo, los amigos de Siria deberían tomar buena nota de este hecho y multiplicar su ayuda militar a Siria con el fin de impedir que sus propios intereses resulten dañados. El Estado sirio es fuerte y su pueblo es indomable, pero no hay duda de que Siria necesitará todo tipo de apoyo de las personas libres del mundo con el fin de resistir esta agresión.