MAS LISTA APOLOGETICA CATOLICA

10 Noviembre 2000
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DE Carvallo Rencoret., Fernando, SYNAPSIS
Estoy de acuerdo con Ezequiel


Aunque aquí no tengo internet para ver la dirección está
ubicada en
el tema Sola Scriptura abierto por Juan Manuel.
Por otro lado ofrecí la paz, como antes la había ofrecido Luis
Fernando Pérez, pero la respuesta fue un sablazo, le respondí
el
dicho "por la boca muere el pez", pero pienso dedicar menor tiempo a
este trajín (de vez en cuando lo confrontaré con sus propias
palabras, pero no ocuparé el tiempo en exclusiva, como lo estaba
haciendo)
¿Qué les pareció la respuesta de Jetonius al tema de Ruiz
Bueno? voy
a intercambiar una serie de comentarios en forma personal (por
correo) con él, los mantendré al tanto. (estoy rescatando todos
los
mensajes de él, cuando termine esta tarea los clasificaré y
veremos
las líneas doctrinales que tiene, mientras tanto, ¿algún
argentino
puede averiguar de qué Iglesia pertenece el presbítero/obispo
Jetonius (Fernando Saravi)? no creo que sean muchos los obispos, y si
lo restringimos a Mendoza, la búsqueda debería ser fácil,
debería
situarse en una línea Calvinista o Presbiteriana).

DE Luis Fernando Pérez

San Justino Martir. Testimonio primitivo de la fe eucaristica


Dice el protestante Jetonius, en el foro de Iglesia.net, lo
siguiente acerca de los textos eucarísticos de San Justino
(muchos
de los cuales no cita): ¡De la eucaristía como
"actualización" del
sacrificio de Cristo, nada; de la transubstanciación, menos!


Bien, pues tururú, tururú


Otra vez reproduzco un capítulo del Tomo I de la obra "Textos
Eucarísticos Primitivos" de Jesús Solano publicada en la BAC.
Por
tanto, si lo ponéis en el foro, citad la fuente


SAN JUSTINO († c.165)


de Miguel Angel Orús

Soy Miguel Angel, un discípulo de Jesús de Nazaret,
Hombre y
Dios verdadero


Mis queridos e incansables amigos y amigas de este curioso, joven y
combativo foro:

Acabo de encontrar por CAUSALIDAD (como científico irredento, no
creo
en las casualidades) vuestro pequeño cobertizo de PAZ,y LIBERTAD.
Por
supuesto, me he autoinvitado, tendré algunos defectos pero no soy
tonto del todo...jejejeje.

Antes de comenzar a discutir, reir, enseñar, aprender, llorar o
soñar
con otros forofilos, foroideos, foroizantes, forolectores, foroilusos
forofrustrados, foromalaleche o forogenios..., voy a aprovechar para
leeerme la ingente cantidad de mensajes que los integrantes del grupo
han tenido a bien (con mejor o peor fortuna) colgar en la web que
Luis Fernando (no se por qué, pero Luis me recuerda mucho a
Tomás
Moro) nos ha proporcionado. Como por motivos de trabajo estoy
viviendo en este país de locura diaria que es USA, aprovecharé
mi
soledad nocturna para leerlos con detenimiento y profundidad (ya se
sabe que el ocio es enemigo del alma...). Y allá por el mes de
noviembre cuando regrese a mi querida ciudad de Barcelona (España)
poder participar con todos y todas vosotras en esta agora
cibernética.

Reconozco que me gusta la polémica y discutir más que a un
tonto un
lápiz y que se me hace la boca agua con esa desigual batalla que
tenéis algunos con los del foro Protestante..., por supueto contad
con migo!!!!!! Estoy acostumbrado a polemizar, sobre todo de
filosofía de la ciencia y Política, aunque nunca sobre
teología con
protestantes.
De todos modos, recordad cuál es el mejor negocio del
mundo : "Comprar a una persona por lo que vale y venderla por lo que
cree que vale." Digo esto por que tengo la impresión de que a
veces
intentamos vencer en discusiones, más por cuestión de vanidad
que por
otra cosa, dejando la CARIDAD a un lado y en fin, sin caridad nada
tiene sentido. Vencer en una discusión es muchas veces cuestión
de
falta de escrúpulos y de experiencia, mas que de tener verdades.
Si
queremos ayudar a conocer al Dios de Jesús en toda su dimensión
a
otro ser más o menos humano (jejeje, es broma , de acuerdo que a
veces hay semejantes que no parecen humanos, pero lo son...)creo (y
lo digo por experiencia) que lo primero es rezar por él, ofrecer
sacrificios por él (no hablo de grandes cosas, sino de pequeñas
mortificaciones), exponer con claridad y caridad nuestras
convicciones y nunca acorralarlo del todo, dejarle una salida, ya
sabéis que cuando alguien se siente acorralado, humillado, el amor
propio suele saltar y oscurecer su inteligencia. Somos instrumentos
de Dios, es Dios quien toca los corazos de nuestros semejantes.
Seamos unos instrumentos adecuados (bien formados intelectual y
humanamente). Ojo, que tener caridad y ser humildes no significa ser
contemporizadores con la doctrina y los principios : LA HUMILDAD ES
LA VERDAD.

Me gustaría recomendaros algunas páginas de la red que
seguramente
conocéis, pero por si acaso...:

http://www.ar.vo.net
http://personail5.iddeo.es/magolmo/
http://www.cristianidad.org


Saludos, un abrazo y Paz interior, nos vemos en noviembre...

PAZ a todos. Pero no la paz del muerto-viviente o del atolondrado por
la mediocridad, sino la paz del que ama apasionadamente el mundo sin
ser mundano y cumple la voluntad de Dios con exfuerzo y sin
desalentarse con su miseria interior (transportamos una Joya
valiosísima, la FE, en recipientes de barro que se rompen
facilmente). Aun resuenan en mis oidos la frase de Karol Wojtilla en
la plaza de San Pedro hace un mes cuando dijo: " Jesús no os
abandona
nunca, aunque le falléis", digo yo que algo sabrá este
señor, que
para eso es sucesor de Pedro (que por cierto, tambien era un tipo
lleno de miserias y defectos fácilmente observables en los
evangelios
pero que Jesús le confío su Iglesia)y es que Dios escoge a
veces
(sólo a veces) a personas muy normales y les encarga tareas que le
sobrepasan..., quizás para que se vea que es él quien de verdad
hace
las cosas con su divina PROVIDENCIA (me gusta la palabra providencia,
ya os he dicho que no creo en la casualidad).

PD : Omnes cum Petro ad Iesum per Maria !!!!!


De David Berry

Propuesta


Estimados Integrantes del Grupo: Desde un pequeno intercambio que
hubo
entre Luis Fernando Perez y Juan Manuel he tenido la idea de proponer
una
discusion/estudio.

Es la cuestion de la autoridad. Que es la autoridad en la iglesia?
Donde
reside? Cuales son las cuestiones actuales que se plantean entorno a
esa
cuestion? Que autoridad tiene el papa? Cuando? Tiene distinto niveles
de
autoridad? Que autoridad tiene el magisterio? Quienes comprenden el
magisterio? Solo los clerigos o ademas todo el cuerpo de fieles? Que
rol
tiene la conciencia individual? o revelacion particular?

No creo que sea una materia donde encontraremos respuestas finales.
Es una
materia de donde salen mas preguntas que respuestas. Pero seria
interesante
comprenderlo un poco mas al fondo, de enterarnos cuales son las
cuestiones,
etc.

David

De: "David Berry"
ideas
Apreciados Hermanos: Alguna sugerencia como responder a esta
pregunta
en
Forocristiano?


¿Quienes conforman para ti la verdadera Iglesia de Cristo?, Tejano

DLB David (tejano)

De "Portales, Dany (GEL, Mexico)"
Ideas
Hola David!

Yo creo que debe atacarse desde el lado del Cuerpo de Cristo. Es
decir,
la
verdadera Iglesia de Cristo son todos aquellos que estan en
comunión
con el
Cuerpo y Sangre de Cristo.

1a Corintios 10,15-17:
"Os hablo como a prudentes. Juzgad vosotros lo que digo. La copa de
bendición que bendecimos ¿no es acaso comunión con la sangre
de
Cristo?
Y el
pan que partimos ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?
Porque aun
siendo
muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos
de
un
solo pan."

Dios nos ayude...


Dany Osiel Portales Castro

De"David Berry"

Gracias Dany. Acabo de pone algo en forocristiano, basandome en tu
sugerencia.
David


De Nelson Medina

Envié esto a tu correo personal, Dany:

1. Cuando un pastor protestante dice: "Anunciamos ciclo de
conferencias para encontrar la salvación", o dice: "Ven a nuestras
predicaciones y serás salvo", no está reemplazando a Jesucristo.

2. El Rosario, más que una oración A MARIA es una oración en
la que
JUNTO A MARIA contemplamos ¿qué? los misterios del Evangelio de
Cristo.

3. Es verdad que se dan exageraciones entre los católicos, pero
elo no
excluye una recta interpretación de las cosas.

4. Creo que debes insistir en lo que él NUNCA responde.

Bendiciones.


Fr. Nelson Medina F., O.P.


De Portales, Dany (GEL, Mexico)

Gracias Fray!
Lo del Rosario y los misterios de Cristo si lo entiendo.
Pero no logro encontrar la forma, en mi mente, de explicar las frases
que puse en el otro e-mail. Es decir, yo sé que entre nosotros las
entendemos y no hay problema, pero como explicarlo a ellos, que no
creen, de forma contundente??
Si, se que debo insistir en lo que él nunca responde, pero no
puedo
exigirle eso, si yo también no contesto... me sentiría
incongruente
conmigo mismo...
Dios nos ayude...

De Portales, Dany (GEL, Mexico)
Ayuda Luis, Fray Nelson y a todos


Hola de nuevo Fray, y a todos...

Así como lo hizo con Ricardo, creo que usted, Karolusin, y Luis
Fernando
deben presionar a Perdomo y los otros que estan aplaudiendo a Matrix,
pero
solo cuando les conviene...

bendiciones...

De Luis Fernando Pérez

Ayuda Luis, Fray Nelson y a todos


Sí, sé que él tiene un buen punto, pero yo ya le he
explicado el
porqué de la devoción de nuestro Papa hacia la virgen de
Fátima,
claramente relacionada con el tercer secreto y su atentado. Pero eso
no significa que todo lo dicho en Fátima sea dogma de fe. Algo
parecido pasa con Medjugorge, donde algunos de los mensajes que
vienen supuestamente de la virgen están claramente en contra de la
doctrina de la Iglesia recogida en Dominus Iesus. En cualquier caso,
no tienes porqué jugar a un juego en el que Matrix se salta las
normas y luego exige a los demás que las cumplamos. Ya me
entiendes
También te sugiero que escribas a los encargados de esa web para
que
ellos mismos entren en el foro y se defiendan


De Carvallo Rencoret., Fernando, SYNAPSIS
forocristiano


Así que el señor Jetonius es en realidad el obispo Jetonius.
En unas 2 ó 2:30 horas, más voy, con unos amigos teólogos
(que me
acompañan, o yo los acompaño) en los debates con los
evangélicos aquí
en Santiago, a un café-internet, la idea es entrar en
forocristiano,
la invitación ya la cursé y fue aceptada. Ayer uno defendió,
en forma
excelente el tema del purgatorio (lo voy a dejar que desarrolle el
tema).
Creo que el punto de ser Apostólicos tratado por Jetonius es
débil,
sobre todo si ya aceptó a Irineo. Le envié un correo acerca del
punto
que en su momento expuse aquí, sobre Ruiz Bueno. Hasta ahora no
contesta, si no lo realiza, el mensaje subirá, mi intención ha
sido
conversar esas cosas previamente, pero si no hay deseo de revisar sus
escritos, que los lectores del foro evalúen. Me está entrando
desconfianza este señor (parece oveja). Voy a juntar todos sus
escritos (¿algún interesado en realizar lo mismo con otro
forista?) y
analizarlo.
Durante los fines de semana, mi dirección email es lfcr@n..., por
si
puedo ayudar en algo.
Fraternalmente en Cristo.
Luis Fernando Carvallo Rencoret

Luis Fernando Pérez

EXPERIENCIAS DE FORO CRISTIANO


Como muchos ya sabéis yo soy un veterano en esto de los foros de
Internet. Es muy probable que mi peregrinación del protestantismo

furibundamente anti-católico que yo profesaba hacia el
catolicismo,
no hubiera ocurrido de la forma en que lo ha hecho sin los foros.
Con eso no estoy diciendo que habría permanecido protestante
toda
mi vida si no llega a ser por los foros. Creo que el Señor me
tenía
preparada la vuelta a casa desde que salí de ella y sólo mi
obcecación personal podría haber impedido el regreso. Lo
cierto es
que para mí fue fundamental el darme cuenta de que el
protestantismo no puede ser la respuesta de Dios a los problemas
que tiene su Iglesia. No se puede pretender reformar algo
partiéndolo en mil pedazos. Por eso hoy en día considero que
la
Reforma protestante fue uno de los mayores desastres de la historia
de la Iglesia desde Pentecostés. No porque no hubiera necesidad
de
una verdadera Reforma - nadie lo puede negar- sino porque el
protestantismo fue precisamente el elemento que impidió que
aquella
verdadera reforma tuviera lugar. No me cabe la menor duda de que
Trento hubiera sido algo muy diferente sin el protestantismo por
medio. Y no es que Trento no fuera positivo para la Iglesia -lo fue-
pero se partió más de una actitud defensiva en contra de las
herejías protestantes que de un espíritu reformador de la
Iglesia.
Si aun a pesar de eso Trento pudo servir para corregir muchas cosas
que necesitaban ser "redimidas" en el catolicismo, podemos hacernos
una idea de lo que podría haber sido un concilio verdaderamente
reformador en pleno siglo XVI. Al final hemos tenido que esperar al
Vaticano II para andar caminos que la Iglesia debería haber
empezado a transitar hace siglos. Y todo eso "gracias" al dichoso
protestantismo. Bien podría uno pensar que si el protestantismo
hubiera sido capaz de producir una sola Iglesia, unificada en
doctrina y con autoridad apostólica para evitar la
disgregación en
miles de sectas, entonces habría merecido la pena su
aparición en
la historia. Pero no, no ocurrió así. No vamos ahora a negar
que la
Reforma trajo consigo cosas buenas, pero ¿a costa de qué?;
¿qué
beneficio puede merecer la pena cuando a cambio se quebranta en mil
pedazos el Cuerpo de Cristo? ¿a cuento de qué tenemos que dar
palmas de alegría cuando el cristianismo dejó de tener dos
gallos
de pelea (Roma y Bizancio) para convertirse en un gallinero en el
que cada pollo recién salido del cascarón podía fundar su
propia "comunidad cristiana"? El Cisma de Oriente fue una desgracia
para la Iglesia, pero al menos no se produjo una fragmentación
espantosa. De aquel cisma salieron dos Iglesias que seguía
compartiendo un tesoro de tradición común. Mientras que la
Iglesia
Ortodoxa se quedó parada en la evolución doctrinal que
había
conseguido el cristianismo en el primer milenio, la Iglesia
Católica siguió recorriendo los caminos enrevesados de la
evolución
del dogma. No ha sido fácil ese recorrido pero ha merecido la
pena.
Y hoy podemos extender nuestros brazos a los hermanos ortodoxos
para que se unan de nuevo a nosotros en Cristo. Les necesitamos
tanto como ellos a nosotros -aunque muchos de ellos no lo quieran
reconocer-. Pero, ¿y con el protestantismo? ¿a dónde podemos
ir
junto a un sistema en el que la autoridad eclesial apostólica
brilla por su ausencia, donde cada cristiano es el intérprete de
la
Biblia de acuerdo a su capacidad personal y donde la división es
la
seña más clara y visible de su naturaleza? ¿hay alguna
posibilidad
de que el protestantismo entre por el camino de la sensatez, por
el camino de la Iglesia del primer milenio, por el camino de la
unidad? No lo creo así. No se trata ya de constatar en los foros
el
tremendo descontrol doctrinal que hay entre los evangélicos ya
que
no creo -¿o más bien deseo?- que los foros sean el fiel
reflejo de
cómo están las cosas en el liderazgo de las iglesias
protestantes.
Se trata de que por la misma naturaleza del protestantismo no hay
forma de conciliarnos con ese sistema. El agua y el aceite no se
pueden mezclar. El cristianismo histórico y el protestantismo se
parecen tanto como un elefante y una hormiga. Por tanto, la
única
solución que creo que nos queda a los católicos -e igual a
los
ortodoxos- es el presentar nuestra Iglesia como lo que es: La
única
Iglesia de Cristo. No perfecta, no sin problemas internos, no sin
necesidad de reformas urgentes, pero IGLESIA y de CRISTO. En ese
sentido el Documento Dominus Iesus es una palabra profética para
nuestra generación. Y, como toda palabra profética, ha
causado
mucha polémica. Al mundo no le gusta que le digan la verdad. Y a
los protestantes tampoco. Pero alguien tenía que hacerlo.
Hermanos,
quizás tengamos que empezar a plantearnos un cambio en nuestra
actitud en los foros. Hemos estado demasiado tiempo
defendiéndonos
de los ataques a las doctrinas de nuestra Iglesia. Es hora de pasar
a la acción. Es hora de presentar la fe católica, que es la
fe de
nuestros padres y de los santos a lo largo de dos milenios. Es hora
de mostrar las carencias fundamentales del protestantismo. Es hora
de hacerles ver su realidad espiritual, porque muchos están
adormecidos por el amor de Cristo cuando resulta que ese amor
debería despertarlos a la realidad de la Iglesia de Dios. Hemos
de
saber que si tomamos la determinación de actuar de esa manera,
vamos a encontrarnos con una resitencia tremenda por parte de la
mayoría de ellos. Pero el Reino de Dios es para valientes, no para

cobardes.
Como bien dijo Dany, hubo un día en que se me planteó la
posibilidad de "inventarme" mi propia iglesia protestante. No era
algo a corto plazo pero algún hermano evangélico ya me
animó a ir
en esa dirección. No se me olvidará nunca la reacción del
padre
Nelson Medina. Me expresó su desolación porque yo iba a
dividir aún
más el Cuerpo de Cristo. Gracias a Dios, las oraciones de muchos
justos consiguieron que dejara aquel camino de muerte y volviera a
la Iglesia que peregrina hasta el cielo. Soli Deo Gloria

Dios os bendiga
Luis Fernando


De Carlos Jesus Gomez Salazar
Trapitos al Sol ¿Edificantes?


DLB A TODOS


Es interesante ver como ARTUS puso en FOROCRISTIANO un
aporte donde fue apedreado por "catolicos" y TODOS los
catolicos entendimos que NO nos estaba agrediendo, ni
sacando trapitos al sol de la ICA, sin embargo FEGNA
pone la iniciativa respaldada OFICIALMENTE por
Iglesias Evangelicas, sobre el ABORTO en Argentina y
como esta tristemente termino en ser aprobada, y la
reaccion de los Protes es que FEGNA los estaba
atacando, pongo yo la noticia de que un Pastor y su
esposa son asesinados por un LOCO fanatico que asistia
a esa congregacion y sucede lo mismo HAAZ me tilda de
estarles sacando los trapitos al Sol. y ENMUDECE
frente a TONI quien habla de un sacerdote que
participo en una marcha "GAY".
Justo TONI y HAAZ son los que despues se quejan que no
hay temas que edifiquen, y quien sabe cuanto mas.
Lo triste es que hay muchos lectores que ven esto y se
creen que los Protes son como la Virgen Maria, SANTOS,
PUROS E INMACULADOS, y que TODOS los Catolicos
somos "GAYS", Pandilleros, Borrachos etc.
Si leen mi aporte del 12 Jul en "UN SACERDOTE EN
CABEZA" veran que tengo un as bajo la manga, pues
rsulta ser que este fin de semana aqui en Matamoros un
pastor "violo" y embarazo a CUATRO mujeres al parecer
CASADAS miembros de su feligresia, y los maridos estan
furiosos y queriendolo linchar.
Si bien los Catolicos no hemos hablado mal de los
Protes, y solo nos hemos defendido de lo que ellos nos
atacan, la verdad es un poco cansado hacer eso, por
otra parte el callar mientras que ellos se ensañan con
la ICA me parece una cobardia. por lo que pido su
opinion para poner y cuando hacerlo la noticia del
pastor "violador" de cuatro mujeres.

Fraternalmente su hno. en XTO, karolusin
 
Luis Fernando dijo:


<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Gracias a Dios, las oraciones de muchos
justos consiguieron que dejara aquel camino de muerte y volviera a
la Iglesia que peregrina hasta el cielo. Soli Deo Gloria[/quote]

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6)


Espero que Luis Fernando no se refiera al Camino que nos dejó marcado Jesucristo; los foristas, y en general el pueblo evangélico estamos siguiendo a Jesucristo, y Él es el Camino.

Quizá Luis Fernando se refiera a alguna transición individual por la que él andaba, basada en su inseguridad y conocimiento humano, que no es el verdadero conocimiento de Dios y Su Palabra, que es la única verdad (Juan 17:17)

La vida de un creyente en Cristo está basada en la Palabra de Dios y en la perfecta guía del Espíritu Santo, no en palabras de hombres que le llevarán a la perdición, quizá sea eso a lo que se refería Luis Fernando, a seguir a determinados hombres y aceptar sus enseñanzas como provenientes de parte de Dios, cuando esas enseñanzas son contrarias a lo que Dios nos dice en las Sagradas Escrituras.

¿Con qué limpiará el joven su camino?Con guardar tu palabra.(Salmo 119:9)


No olvidemos que al hombre, por regla general, su propio camino le parece perfecto:

Hay camino que al hombre le parece derecho;Pero su fin es camino de muerte.(Proverbios 14:12)

Por lo tanto, lo correcto delante de Dios, es clamar como el salmista:


Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;Pruébame y conoce mis pensamientos;Y ve si hay en mí camino de perversidad,Y guíame en el camino eterno.(Salmo 139:23-24)


Si estamos en Cristo, y Él está en nosotros, estemos seguros que andamos en la Verdad. La organización religiosa a la que pertenezcamos, no es lo importante, ni es ningún camino; lo realmente importante es quien es el verdadero y único Señor de nuestras vidas, a quien servimos y a quien damos toda la gloria, honra y honor en cada uno de los actos que realizamos cada día.¿Es a Cristo, o es a los hombres; es a Cristo, o es a Maria; es a Cristo o es a los ángeles o "santos"; es a Cristo , o es a una institución humana?

Que cada cual medite delante del Señor y se pregunte a si mismo, ¿a quien sirvo?, porque como dijo Jesús:

Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro.(Mateo 6:24)


Que el Señor nos ayude a discernir cual es nuestro camino y si Cristo habita en nosotros. Amén.

Maripaz



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La sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.(1 Juan 1:7)

No quites de mi boca en ningún tiempo la palabra de verdad, porque en tus juicios espero.Guardaré tu ley siempre, para siempre y eternamente.(Salmo 119:43-44)
 
Bien, esto explica ciertos cuestionamientos a partir de un texto recibido por Tejano, que contesté como sigue:

Estimado Tejano:
De veras son extraordinarias las cosas que pueden llegar a recibirse por Internet. ¿lo bajó de algún sitio específico? En tal caso me encantaría contar con el URL.

En todo caso, y aunque no sea original suyo, es providencial este aporte ante una discusión que languidece por falta de respuestas.

El texto provee además la oportunidad de explorar con mayor profundidad un aspecto de la teología de Ignacio, obispo y mártir. De modo que vayamos al grano.

Del 1er Tomo de la
Obra "Textos Eucarísticos Primitivos" (BAC, Jesús Solano).
Al final del texto de Solano aparecen las citas de los escritos del santo.

San Ignacio de Antioquía (+ c.110)

...snip...

La carta de los fieles de Efeso, en el Asia Menor, hoy Turquía, nos habla de la Eucaristía como centro de las reuniones de los cristianos bajo el obispo y los presbíteros; a mediados del siglo II encontramos bellamente realizada esta práctica en Roma.

(Jetonius) Sin entrar a discutir por el momento si la palabra “eucaristía” poseía ya en Ignacio el sentido específico referido a la santa comunión que es atestiguado en textos posteriores, hay que notar que la fuente primaria para conocer cómo se celebraba en Roma en la segunda mitad del siglo II es la descripción de Hipólito de Roma en su obra La tradición apostólica.

Es muy significativo que en esta obra, que describe las creencias y prácticas de la Iglesia de Roma del siglo II, no se halla la más mínima alusión a una transformación del pan y del vino; por el contrario, se dice expresamente que representan el cuerpo y la sangre de Cristo, como un memorial o anamnesis.

Hipólito (c.170-235) fue el último gran escritor romano en escribir en griego. Muchas de sus obras se han perdido, pero en el tema que nos ocupa revisten interés algunas partes de “La Tradición Apostólica”, obra cuyo contenido es esencialmente litúrgico. Ya que escribió en Roma, resulta de particular interés su referencia eucarística a los “símbolos” que “representan” el cuerpo y la sangre del Señor. Lo que se ofrece con acción de gracias es pan y vino.

Cito de la versión directa (bilingüe) efectuada por el cuerpo de traductores de Editorial Lumen, Buenos Aires 1981; las negritas se han añadido para dar énfasis a algunos pasajes.

La tradición apostólica
4. ...
Mientras él ofrendaba su sufrimiento voluntario a fin de destruir la muerte y romper las cadenas del diablo, para hollar con sus pies el infierno, para conducir a los justos a la luz, para fijar las reglas de la fe y manifestar la resurrección, tomando el pan te agradecía, diciendo: “Tomad, comed, este es mi cuerpo que he partido por vosotros”; y del mismo modo el cáliz, diciendo: “Esta es mi sangre que se ha vertido por vosotros. Cuando hacéis esto, hacedlo en mi memoria.”
Recordando, entonces, su muerte y su resurrección, nosotros te ofrecemos este pan y este cáliz, dándote las gracias por habernos juzgado dignos de estar ante ti y servirte como sacerdotes.
Y te pedimos que envíes tu Espíritu Santo sobre la oblación de la santa Iglesia. Reuniéndolos, da a todos el derecho de participar en tus santos misterios para estar henchidos del Espíritu Santo, para la afirmación de su fe en la verdad, a fin de que te alabemos y glorifiquemos por tu Hijo Jesucristo, que tiene tu gloria y tu honor con el Espíritu Santo en tu santa Iglesia, ahora y por los siglos. Amén.

21.
... Entonces será presentada la oblación al obispo y él dará gracias sobre el pan porque es el símbolo del cuerpo de Cristo; sobre el cáliz de vino mezclado, porque es la imagen de la sangre que se derramó por todos los que creen en él ...
Todas estas cosas el obispo las explicará a los que reciben la comunión. Cuando parte el pan, al presentar cada trozo, dirá: “El pan del cielo en Cristo Jesús” y el que recibe responderá: “Amén.”
... si es necesario recordar alguna otra cosa, el obispo lo dirá bajo el [sello del] secreto a los que recibieron la Eucaristía. Los infieles no deben tener conocimiento de todo esto. Sólo podrán tenerlo después de recibir la Eucaristía. Esta es la piedra blanca de la que Juan dijo: “Un nombre nuevo está escrito allí, que nadie lo conozca a excepción de aquél que recibirá la piedra” [Apocalipsis 2:7].

41.
El que estuviere en su casa, que ore y alabe a Dios en la hora tercera. El que en ese momento estuviera en otra parte, que eleve una plegaria a Dios en su propio corazón, ya que en esa hora se vio a Cristo atado al madero. También en el Antiguo Testamento, la Ley prescribió ofrecer y presentar el pan de la proposición en la hora tercera, como símbolo del cuerpo y de la sangre de Cristo: la inmolación del irracional cordero es la representación del cordero perfecto. Siendo Cristo el Pastor, es también el maná que descendió del cielo.


(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

Presenta San Ignacio a la Eucaristía como "medicina de inmortalidad". ¿Pensará el Santo aquí no sólo en la preservación de la muerte del alma, sino en la resurrección de la carne como efecto de la Eucaristía? Sería, en tal caso, el primero en presentar una idea que repetirán San Justino, San Ireneo y tantos otros Padres, y que no hace sino recoger la promesa eucarística del Señor: "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo le resucitaré en el último día” (Jn 6,54).

(Jetonius) He aquí el texto en cuestión:

Efesios 20:2.

Si os congregáis, repito, para mostrar vuestra obediencia al obispo y al colegio de ancianos con indivisible pensamiento, rompiendo un solo pan, que es medicina de inmortalidad, antídoto contra la muerte y alimento para vivir por siempre en Jesucristo.

Habría que notar el tono fuertemente especulativo de nuestro autor católico, que pregunta en lugar de afirmar, y luego se lanza a conjeturar libremente. Esto es desde luego comprensible, porque el texto no da tanto de sí. Ignacio habla claramente del pan , sin sugerir en modo alguno su transformación. Y por cierto, no dice que el pan consagrado sea Jesucristo. Por tanto, cabe pensar que, como dirían luego Justino e Hipólito, la clave está en la acción de gracias (Eucaristía) que hacen del pan algo más que pan ordinario y representa nuestra unión con Cristo para vida eterna. Por cierto que es posible que, como sugiere Solano, Ignacio estuviese pensando en Juan 6, ya que la Eucaristía representa sacramentalmente la realidad espiritual enseñada allí por el Señor.

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

Insiste en esta unión que han de tener todos los fieles con su obispo y con sus presbíteros y diáconos para celebrar la Eucaristía en la carta a los de Filadelfia, ciudad no muy distante de la actual Esmirna de Turquía. Da como razón que una es la carne de Nuestro Señor Jesucristo, uno el cáliz que nos une con su sangre y uno el altar. Esta razón prueba obviamente que para San Ignacio la Eucaristía era la carne de Jesucristo, y que el beber el cáliz durante la celebración eucarística se unían los cristianos con la sangre del Señor.

(Jetonius) He aquí el texto de Ignacio:

Filadelfos 4:1.
Poned, pues, todo ahínco en usar de una sola Eucaristía, pues una sola es la carne de nuestro Señor Jesucristo y un solo cáliz para unirnos con su sangre; un solo altar, así como no hay más que un solo obispo, juntamente con el colegio de ancianos y con los diáconos, consiervos míos. De esta manera, todo cuanto hiciereis, lo haréis según Dios.

El obvio propósito del texto es subrayar la unidad de la congregación : una sola acción de gracias (= eucaristía) , una sola carne de Jesucristo, un solo cáliz, un solo altar, un solo obispo... Lo justifica porque la carne de Jesucristo es una , lo que nos recuerda las palabras del Apóstol Pablo, “¿Acaso está Cristo dividido?” El cáliz, dice, tiene como propósito que nos unamos con su sangre. ¿Habrá que entenderlo en sentido craso o misterioso? Dado el estilo y el pensamiento de Ignacio, lo último es mucho más probable.
A los mismos filadelfos los saluda “en la sangre de Jesucristo” [en haimati ‘Iêsou Jristou] . En Magnesios 13:2 habla del sometimiento al obispo y los unos a los otros, “al modo que Jesucristo está sometido, según la carne [kata sarka] a su Padre, y los Apóstoles a Cristo y al Padre y al Espíritu, a fin de que haya unidad tanto carnal como espiritual”. De igual modo, a los tralianos les recomienda “que uséis sólo del alimento cristiano y os abstengáis de toda hierba ajena, que es la herejía” (Tral. 6:1). Se refiere aquí a la doctrina.
En la misma carta exhorta más adelante: “Así, pues, revestidos de mansedumbre, convertíos en nuevas criaturas por la fe, que es la carne del Señor, y por la caridad, que es la sangre del Señor (Tral 8:1).

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

El hablar de "un altar" nos hace pensar en la idea de un sacrificio litúrgico. A los diáconos aquí mencionados llama en otra carta: "ministros que son de los misterios de Jesucristo"
(Tralianos 2,3 que cita 1 Cor 4,1). ¿Aludirá también a su oficio de distribuir la Eucaristía, cosa que aparece evidente en San Justino?

(Jetonius) Con respecto a la última pregunta, la respuesta es probablemente no. A los diáconos tralianos les recuerda Ignacio que “no son ministros de comidas y bebidas, sino servidores de Dios” (Tral. 2:3). Con referencia a lo primero, antes de saltar a conclusiones injustificadas , hay que ver cómo emplea Ignacio el término “altar” [thysiastêrion].

En Efesios 5:2 declara que “Si alguno no está dentro del ámbito del altar, se priva del pan de Dios” (Cristo). En Magnesios 7:2 dice que hay “un solo templo, un solo altar, un solo Jesucristo, del solo Padre”. A los tralianos les enseña que “El que está dentro del altar es puro” (Tral. 7:2), y por el contexto se refiere a la Iglesia en comunión, no a un presunto “sacrificio eucarístico”. Por tanto, la referencia al altar se relaciona primariamente con el núcleo de la nueva comunidad de fe, a la que llama “templo” y “altar”.

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

Ruega con otra carta a los fieles de Roma que no intercedan por su libertad, pues no desea sino morir. "Dejadme ser pasto de las fieras, por las cuales se alcanza a mi Dios. Trigo soy del Señor, y en los dientes de las fieras debe ser molido para convertirme en pan
purísimo para Cristo". El pensamiento de que ningún sabor tienen ya para él los manjares terrenos trae a su pluma el recuerdo de aquel pan de Dios que es la carne de Cristo, y de la bebida de su sangre.
¿Se refería el santo a su unión con Jesús en el cielo? Es posible. Pero emplea expresiones que suponen que hay un pan, que es la carne del Señor, y una bebida, que es su sangre.

(Jetonius)

Según el testimonio expreso del obispo de Antioquía, su único deseo –yo diría su obsesión- era padecer el martirio para de ese modo imitar a Jesús y ser digno de él (noción que habrá que ponderar cuidadosamente en otra ocasión; una cosa es estar dispuesto al martirio, y otra anhelarlo fervientemente como el buen Ignacio). Les ruega a los romanos: “No me procuréis otra cosa fuera de permitirme inmolar por Dios, mientras hay todavía un altar preparado...” (2:2). A los tralianos escribió, “Por vosotros se ofrece como víctima mi espíritu” (13:3); y a los efesios, “Víctima vuestra soy y por vosotros me ofrezco en sacrificio, ¡oh efesios!, iglesia celebrada por los siglos” y “Yo soy precio de rescate por vosotros y por los que mandasteis ... a Esmirna”(Efesios 8:1; 21:1).

A los tralianos exhortaba Ignacio:

Así, pues, revestidos de mansedumbre, convertíos en nuevas criaturas por la fe, que es la carne del Señor, y por la caridad, que es la sangre del Señor (Tral 8:1).

En cuanto al texto en cuestión, es el siguiente:

Romanos 7: 2-3.

... Mi amor está crucificado y no queda ya en mí fuego que busque alimentarse de materia; sí, en cambio, un agua viva que murmura dentro de mí y desde lo íntimo me está diciendo: «Ven al Padre».
No siento placer por la comida corruptible ni me atraen los deleites de esta vida. El pan de Dios quiero, que es la carne de Jesucristo, del linaje de David; su sangre quiero por bebida, que es amor incorruptible.

El autor Solano admite la posibilidad de que Ignacio se refiriese a su anhelo de unirse con Jesús en el cielo, mas objeta, sin citar precisamente el texto: “Pero emplea expresiones que suponen que hay un pan, que es la carne del Señor, y una bebida, que es su sangre”.

Ahora bien, como vimos antes, Ignacio llama “la carne del Señor” a la fe, y a la caridad, “la sangre del Señor” (Tral. 8:1). La expresión “pan de Dios” [arton theon] se refiere sin duda a Jesucristo, y sugiere que está pensando en Juan 6:33 antes que en la celebración eucarística. Esto queda corroborado por el hecho de que “la bebida, que es su sangre” es expresamente llamada “amor incorruptible”. De todo el pasaje debiera resultar evidente que Ignacio no tiene aquí la mente en la celebración de la cena del Señor, sino en la más plena comunión con Cristo, con su carne y con su sangre, a través de su propio martirio a imagen de la pasión del Señor.

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

El testimonio más expreso de la realidad eucarística nos lo ofrece la carta a los cristianos de la entonces, y también hoy, populosa ciudad del Asia Menor Esmirna, junto al mar Egeo. Pone en guardia a los fieles contra el docetismo, error que nos es conocido por diversas
fuentes de estos primeros siglos, y del que parecen encontrarse trazos marcados en alguna alusión de las cartas del mismo apóstol San Juan. Según los gnósticos docetas, Jesús no había tenido cuerpo verdadero, sino solo aparente; por este error, dice San Ignacio, no
querían tomar parte en las reuniones cristianas, en las que a la oración acompañaba la celebración de la Eucaristía; así morían espiritualmente por resistirse a recibir el don de Dios.Por de pronto aparecen los docetas separándose del pueblo cristiano, el cual frecuentaba la Eucaristía en la persuasión de que aquella era la verdadera carne del Señor. Tal era, pues, la fe en la Iglesia, según San Ignacio.

(Jetonius)

Precisamente este contexto antidocético es el que deberá tenerse muy en cuenta para entender rectamente este texto de Ignacio. En sus cartas el mártir insiste una y otra vez en la realidad humana y corporal de Jesucristo:

Efesios 7:2
Un médico hay, sin embargo, que es carnal a par que espiritual, engendrado y no engendrado, en la carne hecho Dios, hijo de María e hijo de Dios, primero pasible y luego impasible.

También insiste en que los cristianos han de estar unidos a Jesucristo, como diríamos hoy, “en cuerpo y alma”; pero su expresión es “carnal y espiritualmente” (sarkikôs kai pneumatikôs):

...que en toda castidad y templanza permanezcáis en Jesucristo corporal [carnalmente = sarkikôs] y espiritualmente. (Efesios 10:3)

...en estas cadenas ... voy entonando un himno a las Iglesias, en las que hago votos por la unión con la carne y el espíritu de Jesucristo [sarkos kai pneumatos ‘Iêsou Jristou], vida nuestra que es para siempre; unión, otrosí, en la fe y la caridad, a la que nada puede preferirse y, lo que es más principal, con Jesús y con el Padre. (Magnesios 1:2)

Someteos a vuestro obispo, y también los unos a los otros, al modo que Jesucristo está sometido, según la carne [kata sarka], a su Padre, y los Apóstoles a Cristo y al Padre y al Espíritu, a fin de que haya unidad tanto corporal [ “carnal” = sarkikê] como espiritual (Magnesios 13:2).

Yo glorifico a Jesucristo, Dios, que es quien hasta tal punto os ha hecho sabios; pues muy bien me di cuenta de cuán aprecibidos estáis con fe inconmovible, bien así como s estuviérais clavados, en carne y en espíritu [sarki te kai pneumati] sobre la cruz de Cristo, y qué afianzados en la caridad por la sangre del mismo Cristo (Esmirn. 1:1)

De igual modo, en su saludo a los tralianos declara “que goza de paz en la carne y en el espíritu [en sarki kai pneumati] por la pasión de Jesucristo”. Y de los cristianos fieles dice: “¡Que a ellos los honre el Señor Jesucristo, en quien esperan con cuerpo [carne = sarki], alma, espíritu, fe, caridad, concordia!”

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

La frase del santo es bien categórica: "La Eucaristía es la carne de nuestro Señor Jesucristo". Ofrece, sin embargo, un reparo serio el hecho de que San Ignacio llama “carne de Jesucristo” a cosas que ciertamente no lo eran en sentido propio. En la carta a los
filadelfios dice: "Adhiriéndome al Evangelio como a la carne de Jesucristo" [V,1]. A los de Trales escribe: "Vosotros, revistiéndoos de mansedumbre, regeneraos por la fe, que es la sangre del Señor, y por la caridad, que es la sangre de Jesucristo". Recojamos, para ser
completos, un texto de la carta a los filadelfios, del que, sin embargo, caben varias lecturas: "a la que [a la Iglesia] saludo yo en la sangre de Jesucristo, la cual es mi gozo eterno e imperturbable". Pero más razonable y más fiel al texto original es referir "la cual" a Iglesia, no a sangre.

(Jetonius) Depende de lo que se entienda por razonable; a mí me parece más razonable pensar que la sangre de Cristo, y no una congregación local, son lo que Ignacio llama “gozo eterno e imperturbable”.

La cita de la carta a los tralianos está mal. Debe decir: “Así, pues, revestidos de mansedumbre, convertíos en nuevas criaturas por la fe, que es la carne del Señor, y por la caridad, que es la sangre del Señor (Tral 8:1).

Faltaría mencionar “para ser completos” como dice Solano, otros textos como el de la carta de Ignacio a los de Éfeso, donde dice que “han recobrado la vida por la sangre de Dios” (1:2); a los de Esmirna, cuando escribe que están “afianzados en el amor por la sangre del mismo Cristo” (1:1); cuando llama “amor incorruptible” a la sangre de Cristo (Rom 7:3).

Asimismo, es notable que Solano omita de su lista “completa” los siguientes textos:

...en estas cadenas ... voy entonando un himno a las Iglesias, en las que hago votos por la unión con la carne y el espíritu de Jesucristo [sarkos kai pneumatos ‘Iêsou Jristou], vida nuestra que es para siempre; unión, otrosí, en la fe y la caridad, a la que nada puede preferirse y, lo que es más principal, con Jesús y con el Padre. (Magnesios 1:2)

Saludo a vuestro obispo, digno de Dios; al divino colegio de ancianos, y a los diáconos, consiervos míos, y a todos los del pueblo en general, en nombre de Jesucristo, en su carne y en su sangre [kai tê sarki autou kai tô haimati], en su pasión y resurrección corporal [carnal = anastasei sarkikê] a par que espiritual, en la unidad de Dios y de vosotros... (Esmirn. 12:2).

Si alguno se siente capaz de permanecer en castidad para honrar la carne del Señor [tês sarkos tou kyriou], que permanezca sin engreimiento (Policarpo 5:2).

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

De que un autor use a veces una palabra en sentido simbólico no se sigue que siempre la haya de usar en ese sentido. No menos de treinta y siete veces emplea San Ignacio la palabra "carne" y "sangre".

(Jetonius) Sí, yo cuento 39 ocasiones de las palabras “carne”, “carnal”, “carnalmente” y “sangre”. Para los interesados aquí va una lista:

Efesios 1:2 (la sangre de Dios)
Efesios 7:2 (carnal, carne)
Efesios 8:2 (según la carne)
Efesios 10:3 (carnalmente)
Efesios 16:2 (según la carne)
Efesios 20:2 (según la carne)

Magnesios 1:2 (la carne y el espíritu de Jesucristo)
Magnesios 3:2 (carne)
Magnesios 6:2 (según la carne)
Magnesios 13: 1 (en la carne y en el espíritu)
Magnesios 13:2 (según la carne; carnal y espiritual)

Tralianos Saludo (en la carne y en el espíritu)
Tralianos 8:1 (la fe, carne del Señor; la caridad, su sangre)

Romanos Saludo (carnal y espiritualmente)
Romanos 2:1 (amor a mi carne)
Romanos 7:3 (el pan de Dios, que es la carne de Jesucristo; su sangre... amor incorruptible)
Romanos 8:3 (según la carne)
Romanos 9:3 (carnalmente)

Filadelfos Saludo (mi saludo en la sangre de Jesucristo)
Filadelfos 4:1 (eucaristía, una sola carne, un solo cáliz para unirnos con su sangre)
Filadelfos 5:1 (refugiado en el Evangelio como en la carne de Jesús)
Filadelfos 7:1 (engañarme según la carne)
Filadelfos 11:2 (...esperan con carne, alma, espíritu, fe, caridad, concordia)

Esmirniotas 1:1 (en carne y espíritu; del linaje de Dios según la carne)
Esmirniotas 3:1,3 (en su carne ... era hombre de carne)
Esmirniotas 5:1 (confesar que lleva una carne)
Esmirniotas 6:1 (si no creen en la sangre de Cristo)
Esmirniotas 7:1 (la eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo)
Esmirniotas 12:2 (en nombre de Jesucristo, en su carne y en su sangre)

Policarpo 1:2 (diligencia de carne y espíritu)
Policarpo 2:2 (eres carnal a par que espiritual)
Policarpo 5:1 (que se contenten con sus maridos en la carne y en el espíritu)
Policarpo 5:2 (castidad ... para honrar la carne del Señor)

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

El último pasaje citado de la carta a los filadelfios en realidad no tiene sentido simbólico alguno, aun admitiendo la lectura menos probable que hace concordar "la cual" con "sangre". Se trataría simplemente de una metáfora como las que a cada paso usamos en la conversación. "La sangre de Cristo" es mi gozo; nadie piensa, al oír
esta frase, en identificar la sangre del Señor con el gozo subjetivo mío, sino todos entienden que la sangre –real, no simbólica- es causa u objeto de mi gozo.

(Jetonius) Me cuesta seguir la idea del autor. Dice que no tiene nada de simbólico, pero a continuación explica que se trata de una metáfora, es decir, una figura del lenguaje. A menos que consideremos que Ignacio de veras se gozaba en los glóbulos y el plasma de nuestro Señor, deberemos entender que se refiere, naturalmente y por metonimia, a la expiación obrada por el derramamiento de la sangre de Cristo, es decir, por su muerte sacrificial.

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

La primera cita de la carta a los filadelfios no identifica simplemente el evangelio y la carne del Señor, pues san Ignacio dice adherirse al evangelio COMO a la carne de Jesús. Acerca del único texto restante (Tralianos c8) no faltan autores en nuestros días que,
con razón, creen referirse en él San Ignacio precisamente a la Eucaristía, fundamentándose en la relación que existe, según el santo, entre la Eucaristía y la caridad. Y todavía hay otras
explicaciones. Pero admitamos la dificultad en toda su fuerza.

(Jetonius) Me parece muy honesto que el autor admita “la dificultad en toda su fuerza”. Si el texto de Tralianos 8:1 se refiere a la eucaristía, por cierto sería una comprensión plenamente espiritual de ella. Es cierto que la cita de Filadelfos 5:1 es una doble comparación:

Sin embargo, vuestra oración me hará perfecto ante Dios, para que alcance la herencia que misericordiosamente me cupo en suerte, después de haberme refugiado [prosfygôn en el evangelio como en la carne de Cristo [ôs sarki ‘Iêsou] y en los Apóstoles como en el senado [presbyteriô] de la iglesia.

Cabe señalar que aunque Solano entiende la acción como adhesión (“adhiriéndome”), del verbo griego prosfyô, tanto Ruiz Bueno como la serie Ante-Nicene Fathers (1: 82) entiende que proviene de prosfeugô, refugiarse. Ahora hay que preguntarse qué quiere decir Ignacio con “refugiarse en el Evangelio” y “refugiarse en la carne de Cristo”. A mi entender, se refiere a buscar consolación en la Buena Nueva de salvación, y en la verdad de la plena humanidad perfecta de nuestro Señor, respectivamente.

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

El contexto deberá decidir. En los casos aducidos, el contexto mismo indica que "carne" no puede tener sentido real, pues se la identifica con cosas inmateriales que evidentemente no pueden ser la sangre del Señor en sentido real: "el evangelio" es la doctrina que predicaron
los apóstoles, "la fe" y la "caridad" son actos espirituales del creyente.

(Jetonius) El hecho de que en muy diversos textos las palabras ‘carne’ y sangre’ se empleen figuradamente no excluye obviamente su empleo en sentido, real, como lo muestra el hecho de que en diversas ocasiones Ignacio emplea ‘carne’ y vocablos derivados para referirse a lo humano, corporal o material. Pero obviamente, tal admisión tampoco demuestra en qué sentido lo usa en un caso en particular.
De todos modos, cabe subrayar que Ignacio emplea las expresiones carne y sangre en sentido no craso y referidas a Jesucristo o a Dios en numerosas oportunidades: Efesios 1:2; Tralianos 8:1; Filadelfos 1:2; 5:1; Esmirniotas 1:1, 12:2; Romanos 7:3; Magnesios 1:2; Policarpo 5:2.
En ninguno de estos casos hay una referencia inequívoca a la carne o la sangre del Señor entendida en sentido literal. Las que existen en ese sentido son aquellas encaminadas a subrayar la realidad de la naturaleza humana de Jesús.

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

El caso del texto eucarístico que estudiamos (Esmirneos c7) es enteramente diferente. Sabemos por otras fuentes literarias que los docetas negaban la realidad de la carne del Señor. Luego, cuando San Ignacio rechaza su doctrina, no va a entender "carne" en sentido
simbólico, ya que en tal sentido no la negaban los docetas. Además, desde el principio hasta el capítulo 7 inclusive, insiste San Ignacio con fuerza insuperable en la realidad de la carne del Señor, con expresiones como ésta: "plenamente poseídos de que el Señor nuestro
en verdad es de la familia de David según la carne.... [Rom 1,3] y que fue engendrado de verdad de una Virgen... y de verdad bajo Poncio Pilato y Herodes tetrarca fue enclavado por nosotros en carne... Y no padeció, como algunos incrédulos pretenden sólo en apariencia.... Yo, ciertamente sé, y en ello pongo mi fe, que también después de la
resurrección está en carne..." En este contexto, en el capítulo 7, tiene San Ignacio la afirmación de que la Eucaristía es la carne del Salvador; casi es imposible enmarcar esta frase en un contexto más realista y más alejado de toda mera apariencia y de todo simbolismo.

(Jetonius) Es cierto que en varias de sus cartas, y señaladamente a los esmirniotas, Ignacio subraya, contra los docetas, la realidad y la verdad de la encarnación, la muerte y la resurrección del Señor.

Y es que os vi llenos de certidumbre en lo tocante a nuestro Señor, el cual es, con toda verdad, del linaje de Dios según la carne..."”(1:1)

Yo, por mi parte, sé muy bien sabido, y en ello pongo mi fe, que, después de su resurrección, permaneció el Señor en su carne ... Es más, después de su resurrección, comió y bebió con ellos, como hombre de carne que era, si bien espiritualmente estaba hecho una cosa con el Padre (Esm 3:1,3).

Porque ¿de qué me aprovecha que alguien me alabe a mí, si maldice de mi Señor al no confesar que lleva una carne? (Esm 5:1)

Que nadie se lleve a engaño: aun las potestades celestes y la gloria de los ángeles y los príncipes, visibles o invisibles, si no creen en la sangre de Cristo están también sujetos a juicio (Esm. 6:1).

De aquí también la detallada despedida “en nombre de Jesucristo, en su carne y en su sangre, en su pasión y resurrección corporal a par que espiritual, en la unidad de Dios y de vosotros... (Esm. 12:2).

El autor afirma: “El caso del texto eucarístico que estudiamos (Esmirneos c7) es enteramente diferente. Sabemos por otras fuentes literarias que los docetas negaban la realidad de la carne del Señor. Luego, cuando San Ignacio rechaza su doctrina, no va a entender "carne" en sentido simbólico, ya que en tal sentido no la negaban los docetas.

El primer punto a considerar es que justamente habría que determinar si de veras se trata de un “texto eucarístico” (en el sentido técnico de referirse a la cena del Señor), cuestión sobre la cual el propio autor confiesa sus dudas más abajo.

El segundo aspecto es la cuestión de que bien puede estar pensando Ignacio en la carne de Jesús como la realidad, tal como lo ha enseñado en la misma y en otras cartas, y en la eucaristía como el símbolo patente de dicha realidad. Esta lectura no es por cierto incompatible con el resto de las expresiones corrientes en Ignacio

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

Aún hay más. No contento con afirmar San Ignacio que la Eucaristía es la carne del Salvador, añade determinaciones concretísimas: "la que padeció por nuestros pecados, la que por bondad resucitó el Padre". Recordemos la insistencia del Santo en afirmar líneas más arriba que el Señor no padeció en apariencia y que resucitó en verdadera carne.
Sólo podría oponerse que la palabra "eucaristía" debe designar también en San Ignacio "acción de gracias", como en los libros del Nuevo Testamento y como pide la etimología y el sentido natural del término en aquella época .

(Jetonius) Aquí no puedo menos que notar como Solano, honestamente, reconoce algunas importantes objeciones a su propio argumento:

1. La palabra “eucaristía” significa etimológicamente “acción de gracias”.

2. Se empleaba con dicho sentido en el Nuevo Testamento (Hechos 24:3; 1 Corintios 14:16; 2 Corintios 4:15; 9:11,12; Efesios 5:4; Filipenses 4:6; Colosenses 2:7; 4:2; 1 Tesalonicenses 3:9; 1 Timoteo 2:1; 4:3,4; Apocalipsis 4:9; 7:12). Lo mismo puede decirse del verbo respectivo. eujaristeô que se emplea 38 veces en el Nuevo Testamento.

3. Aparece en igual sentido en otros documentos contemporáneos. Por ejemplo, el sustantivo y el verbo se emplean –tanto en el contexto de la cena del Señor como fuera de ella- en la Didajê (9:1-3; 10:1,2,4, 7; 14:1).


(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

Tan convincente es el contexto y tan clara es la frase que analizamos, que nos veríamos forzados a decir que San Ignacio emplearía aquí ya el primero el término eucaristía, en sentido no de una acción de gracias, sino del alimento convertido en la carne del Señor, que es el sentido que posteriormente adquirió ese término. Pero no hace falta tanto.

(Jetonius) Nótese el uso de tiempo potencial. El autor probablemente percibe que es un anacronismo adjudicarle la idea de una transformación del pan en la carne de Cristo a Ignacio. Por eso también dice que “No hace falta tanto”. La simple verdad es que no es posible llegar tan lejos. No sobre la base de todo lo que Ignacio tiene para decir al respecto.

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

El escritor judío Filón, muerto a mediados del siglo I, designa con el término "eucaristía" al sacrificio matutino y vespertino del templo de Jerusalén y a las víctimas mismas. Hacia el año 140, poco después de San Ignacio, la traducción griega de Aquila empleaba el mismo término para indicar una clase de sacrificios del Antiguo Testamento. San Justino escribirá con toda claridad, hacia el año 150: "Y este alimento entre nosotros se llama Eucaristía"

(Jetonius) De Justino ya nos hemos ocupado. En cuanto a Filón, en efecto en su tratado Sobre las leyes especiales (De Specialibus Legibus 1:171) dice:

“Más aún, el más fragante de todos los inciensos se ofrecía dos veces al día en el fuego, siendo quemado dentro del velo, tanto cuando sale como cuando se pone el sol, antes del sacrificio de la mañana y después del sacrificio de la tarde, de modo que los sacrificios de sangre demuestran nuestra gratitud por nosotros mismos como seres compuestos por sangre, pero las ofrendas de incienso muestran nuestra gratitud por la parte dominante en nosotros, nuestro espíritu racional, el cual fue formado según el modelo arquetípico de la imagen divina.”

Cabe subrayar que Filón da interpretaciones fuertemente alegóricas de todo el sistema sacrificial, en conformidad con sus ideas platónicas.

(Sigue el texto de Tejano sobre Ignacio)

El modo de hablar, tan fuertemente realista, de San Ignacio, que ve en el evangelio la carne de Cristo y en la fe y en la caridad su carne y su sangre parece ha de explicarse por la verdad que tan hondo había calado en su espíritu, de la realidad concreta de aquel Jesús
que, siendo Dios, se hizo verdadero hombre con verdadera carne y verdadera sangre.
Recogemos aquí un eco, en la edad subapostólica, de aquellas palabras nostálgicas y triunfadoras del anciano San Juan: "Lo que contemplamos y nuestras manos tocaron acerca del Verbo de la vida" (1 Jn 1,1)


(Jetonius) Bien, aquí tocamos terreno firme, en el cual se puede hacer pie en una coincidencia. Aunque haya requerido un largo rodeo y una serie de consideraciones particulares, concuerdo en que el modo de hablar de Ignacio, realista hasta la crudeza, se encamina a reconocer tanto los aspectos espirituales como los materiales de la obra de Cristo, y en consecuencia de nuestra redención. De allí a querer forzar sus vehementes palabras para transformarlo en testigo de una doctrina que se desarrolló siglos después de su muerte, hay una intransitable distancia.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
En cuanto a la supuesta refutación de mis observaciones sobre Justino Mártir (cuyo origen real ahora comprendo) fueron en su momento constestadas por mí como siguen con fecha 11 de octubre de 2000, luego de lo cual nuestros interlocutores romanistas iniciaron un prolongado silencio que continúa hasta hoy.
He aquí mi respuesta:

Comentario:
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Originalmente enviado por tejano:
Hermano Jetonius y otros: Siguen algunos aportes al respecto.
tejano


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Estimado Tejano:

Aunque ya había hecho algunas observaciones sobre Justino, y citado los textos pertinentes, ante este capítulo que ha obtenido de Internet (recuerde proveerme el URL del sitio donde se halla el texto completo) he debido ampliar mis comentarios.

Me interesa saber qué dice el autor que cita acerca de la enseñanza de la Didajê o "Doctrina de los doce Apóstoles" y acerca de Hipólito de Roma, otros dos testigos primitivos.

Mucho más me interesa, sin embargo, su propia opinión sobre los textos pertinentes y lo que de ellos se puede aprender.
Comentar los capítulos que transcribió me ha llevado algún tiempo, y quisiera que el esfuerzo fructificase para la gloria de Dios.

Que Él le bendiga ricamente,

Jetonius

<{{{><

Sola Gratia
Sola Fide
Solus Christus
Sola Scriptura
Soli Deo Gloria!

De un capítulo del Tomo I de la obra "Textos Eucarísticos Primitivos" de Jesús Solano publicada en la BAC.
(Solano)

SAN JUSTINO († c.165)

...snip...

La `Apología primera´, dedicada al emperador Antonio Pío, al Senado y al pueblo romano fue escrita en Roma hacia el año 153. ...

El alimento de pan y vino aguado "se llama Eucaristía" dice con toda
sencillez San Justino, testigo irrecusable de una evolución semántica decisiva. Este alimento no es uno de tantos, sino que realmente es "carne y sangre de aquel Jesús hecho carne". Tan realmente es la Eucaristía la carne de Jesucristo como es real la carne que el Señor tomó en su encarnación y como es real la carne de nosotros que se alimenta de la Eucaristía. Nótese lo cómodo que hubiera sido para San Justino dar un sentido simbólico a la Eucaristía, con lo cual hubiera desvanecido las calumnias que tan perfectamente sabía él que se hallaban esparcidas entre los paganos. Sin embargo, dirigiéndose al emperador y al Senado y al mundo gentil profesa con absoluta claridad el realismo de la carne y sangre de Jesucristo que son alimento de los cristianos.

(Jetonius)
Suele despertar mis sospechas cuando, tratándose de un tema debatido, el autor comenta la fuente sin citarla textualmente. Por tanto, y para entendernos, he aquí las palabras de Justino:

Apología I
65. (2) Terminadas las oraciones, nos damos mutuamente el ósculo de paz.
(3) Luego, al que preside a los hermanos, se le ofrece pan y un vaso de agua y vino, y tomándolos él tributa alabanzas y gloria al Padre del universo por el nombre de su Hijo y por el Espíritu Santo, y pronuncia una larga acción de gracias, por habernos concedido esos dones que de Él nos vienen. Y cuando el presidente ha terminado las oraciones y la acción de gracias, todo el pueblo presente aclama diciendo: Amén.
(4) “Amén”, en hebreo, quiere decir “así sea.”
(5) Y una vez que el presidente ha dado gracias y aclamado todo el pueblo, los que entre nosotros se llaman “ministros” o diáconos, dan a cada uno de los asistentes parte del pan y del vino y del agua sobre que se dijo la acción de gracias y lo llevan a los ausentes.

Como puede verse, Justino se refiere sencillamente al pan y al vino, consagrado con la larga acción de gracias o eucaristía, tanto que ya en esta época la celebración adopta este nombre. Lo mismo reitera más adelante:

Apología I

67. (3) El día que se llama del sol se celebra una reunión de todos los que moran en las ciudades o en los campos, y allí se leen, en cuanto el tiempo lo permite, los Recuerdos de los Apóstoles o los escritos de los profetas.
(4) Luego, cuando el lector termina, el presidente, de palabra, hace una exhortación e invitación a que imitemos estos bellos ejemplos.
(5) Seguidamente, nos levantamos todos a una y elevamos nuestras preces, y éstas terminadas, como ya dijimos, se ofrece pan y vino y agua, y el presidente, según sus fuerzas, hace igualmente subir a Dios sus preces y acciones de gracias y todo el pueblo exclama diciendo “amén”. Ahora viene la distribución y participación, que se hace a cada uno, de los alimentos consagrados por la acción de gracias y su envío por medio de los diáconos a los ausentes.

(Solano)
Para explicar la posibilidad de la fe de los cristianos en que la Eucaristía no era un alimento ordinario, sino la carne de Cristo, acude San Justino a la fuerza omnipotente del Verbo. Este término "Verbo" (logos) reviste muy diversos matices bajo la pluma del santo Apologeta. Al Verbo, fuerza divina, atribuye San Jerónimo la obra de la encarnación, como se lo atribuirán otros escritores de los primeros siglos. Y al verbo o palabra de oración (las palabras de la consagración eucarística), que tiene su origen en Cristo y trae su fuerza de Cristo, atribuye San Justino el que la Eucaristía sea la carne y la sangre del mismo Salvador.
Respecto a la conversión eucarística, San Justino con toda claridad excluye, por de pronto, la permanencia del pan junto con la carne del Señor. El paralelismo de ideas y de frases le llevaba a decir que así como Jesucristo tuvo carne y sangre, así el alimento eucarístico ES
la carne y la sangre de Jesús. Esta expresión no sólo excluye la permanencia del pan, sino que en su sentido obvio indica el cambio, la conversión del pan en la carne del Señor; ya no es pan sino que ha cambiado en la carne de Jesús. Lo confirma el empleo que inventa San Justino para la palabra "dar gracias" (euvcaristein): hasta él había tenido sentido intransitivo; él la usa en forma pasiva: "alimento eucaristizado", que al pie de la letra traduciríamos: alimento hecho acción de gracias, hecho eucaristía. Esta pasiva tan dura inventada por San Justino, unida al cambio de construcción que acabamos de señalar, acentúa la nota de un cambio obrado en el alimento ordinario, en virtud del cual cambio el pan es ahora carne de Cristo.

(Jetonius) De nuevo, llama la atención la falta de cita textual de las palabras de Justino. Son estas:

Apología I

66. (1) Y este alimento se llama entre nosotros “Eucaristía”, de la que a nadie le es lícito participar, sino al que cree verdaderamente nuestras enseñanzas y se ha lavado en el baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y vive conforme a lo que Cristo nos enseñó.
(2) Porque no tomamos estas cosas como pan común ni bebida ordinaria, sino que, a la manera que Jesucristo, nuestro Salvador, hecho carne por virtud del Verbo de Dios, tuvo carne y sangre por nuestra salvación; así se nos ha enseñado que por virtud de la oración al Verbo que Dios procede, el alimento sobre que fue dicha la acción de gracias –alimento del que, por transformación, se nutren nuestra sangre y nuestras carnes- es la carne y la sangre de Aquel mismo Jesús encarnado.
(3) Y es así que los Apóstoles en los Recuerdos, por ellos escritos, que se llaman Evangelios, nos transmitieron que así les fue a ellos mandado, cuando Jesús, tomando el pan y dando gracias, dijo: Haced esto en memoria mía, éste es mi cuerpo. E igualmente, tomando el cáliz y dando gracias, dijo: Esta es mi sangre, y que sólo a ellos les dio parte.

(Jetonius) De un examen minucioso del texto, no se desprende en modo alguno que , como quiere Solano, “San Justino con toda claridad excluye, por de pronto, la permanencia del pan junto con la carne del Señor.” Muy por el contrario. El no dice que luego de la acción de gracias el pan ya no sea pan, ni el vino sea vino. Lo que dice es que no lo consideramos pan y bebida ordinarios (ou gar ôs koinon arton oude koinon poma tauta lambanomen). Es decir que, además de ser pan y vino, devienen algo más. Justino traza a continuación un paralelo entre la función nutritiva para el cuerpo (“nuestra carne y sangre”) que tienen el pan y el vino, y la divina nutrición operada por la carne y la sangre de Cristo. Sobre esto se basa sencillamente y por e, sin intentar dar mayores explicaciones, en las palabras de los Evangelios o memorias, y todos los cristianos podemos simplemente decir ¡Amén!

En efecto, de lo primero, “alimento”, dice, “de que, por transformación , se nutren nuestra sangre y nuestras carnes” (ex ês haima kai sarkes kata metabolên trefontai êmôn); de lo segundo, que este mismo alimento sobre el cual se pronunció la acción de gracias “es la carne y la sangre de aquel mismo Jesús encarnado”.


(Solano)
Otra idea de gran trascendencia aparece en estos capítulos. Existe todavía un paralelismo más. Jesucristo, nuestro Salvador, tomó carne y sangre "para nuestra salvación"; de la Eucaristía, carne y sangre de Cristo, se alimenta nuestra carne y sangre "con arreglo a nuestra transformación". Se refiere aquí San Justino a que la Eucaristía transforma nuestros cuerpos, haciéndolos inmortales, en cuanto que la Eucaristía les hará resucitar en el último día; pensamiento al que nos hemos referido hablando de San Ignacio y que volverá a aparecer con fuerza inimitable en San Ireneo, para irse repitiendo a lo largo de la tradición patrística. Ni falta en esta primera descripción de la Eucaristía la unión entre los divinos misterios y el ejercicio de la caridad desinteresada a favor de los hermanos necesitados.

(Jetonius) Aquí el autor yerra por completo el sentido del texto, atribuyéndole lo que no está ahí. Como dije antes: La idea aquí es que del mismo modo en que, por el metabolismo (“transformación”), es decir, el proceso fisiológico de digestión, absorción e incorporación de sustancias, el pan y el vino son una fuente de nutrición física, al ser santificados estos elementos por la oración y acción de gracias poseen un efecto análogo en el ámbito espiritual. Justino dice que nutren nuestros cuerpos, y por tanto conservan sus propiedades químicas; pero afirma que en virtud de su consagración, el pan y el vino se tornan en más que pan y vino ordinarios.
Si la interpretación ofrecida por Solano fuese cierta, de ella se desprendería que los efectos de la participación en la Eucaristía serían primariamente físicos, afectando nuestra sangre y nuestras carnes.

Este punto de vista de la Eucaristía expresado por Justino, llamado metabólico, parece haber sido el más común al principio. El traductor y editor de la Apología en la serie Ante-Nicene Fathers cita al papa Gelasio I, de fines del siglo V: “Por los sacramentos somos hechos participantes de la naturaleza divina, y aún así la sustancia y naturaleza del pan y del vino no cesan de estar en ellos...” No es sorprendente que esta afirmación de Gelasio no halla sido incluida en el Denzinger... Tampoco aparece su decreto (contra los maniqueos) ratificando la recepción de la Eucaristía bajo las dos especies [mencionado en The Catholic Encyclopedia, s.v. Gelasius I, pope]. En cambio sí aparecen otros documentos suyos.

(Solano)

El `Diálogo con el judío Trifón´, algo posterior a la `Apología primera´, contiene en forma literaria un diálogo sostenido por San Justino con un judío culto de su época, tal vez el rabino Tarfón, que vivió en tiempo del levantamiento de Bar-Kochba (132-135). La primera parte refuta los prejuicios judíos sobre la ley mosaica, la cual está ya abrogada por la ley de Cristo, el Mesías prometido. La segunda parte habla de Jesucristo, Dios-Hombre y Redentor. La tercera muestra en la Iglesia al verdadero Israel de las promesas divinas.

El c. 41 pertenece a la primera parte, y en él se contiene la expresión más clara de San Justino acerca de la Eucaristía como sacrificio, pues no sólo dice que estaba figurada en la oblación por la lepra, sino que decididamente aplica la profecía de Malaquías sobre la abrogación de los demás sacrificios y la venida de un sacrificio puro a la Eucaristía, a la cual designa con el mismo nombre técnico se sacrificio, con que había designado los antiguos sacrificios judíos.

(Jetonius) De nuevo, vayamos a los textos originales, antes de considerar la explicación ofrecida:

Diálogo con Trifón

41. (1) La ofrenda de la flor de harina, señores –proseguí- que se mandaba a hacer por los que se purificaban de la lepra, era figura del pan de la Eucaristía que nuestro Señor Jesucristo mandó ofrecer en memoria de la pasión que él padeció por todos los hombres que purifican sus almas de toda maldad, a fin de que juntamente demos gracias a Dios por haber creado el mundo y cuanto en él hay por amor del hombre, por habernos a nosotros librado de la maldad en que nacimos y haber destruido con destrucción completa a los principados y potestades de aquel que, según su designio, nació pasible.
(2) De ahí que sobre los sacrificios que vosotros entonces ofrecíais, dice Dios, por boca de Malaquías, uno de los doce profetas: No está mi complacencia en vosotros –dice el Señor- , y vuestros sacrificios no los quiero recibir de vuestras manos. Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, mi nombre es glorificado entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y sacrificio puro. Porque grande es mi nombre en las naciones –dice el Señor-, y vosotros lo profanáis [Malaquías 1:10-12].
(3) Ya entonces, anticipadamente, habla de los sacrificios que nosotros, las naciones, le ofrecemos en todo lugar, es decir, del pan de la Eucaristía y lo mismo del cáliz de la Eucaristía, a par que dice que nosotros glorificamos su nombre y vosotros lo profanáis.

Notemos en primer lugar que es cierto que Justino traza un paralelo entre los sacrificios del Antiguo Testamento y los del Nuevo, asunto sobre el cual Justino tendrá más para decirnos más adelante. Ahora fijémonos en sus palabras precisas : “era figura del pan de la Eucaristía que nuestro Señor Jesucristo mandó ofrecer en memoria de la pasión que él padeció por todos los hombres que purifican sus almas de toda maldad.” (typos ên tou artou tou artou tês eujaristias, hon eis anamnêsin tou pathous, ou epathen hyper tôn kathairomenôn tas psyjas apo pasês ponêrias anthrôpôn, ‘Iêsous Jristos ho kyrios êmôn paredôke poiein). Nuevamente, el pan es pan, y es un memorial o anamnesis y, a diferencia de la interpretación “carnal” que ofrece Solano, nos habla Justino de la purificación de las almas.

(Solano)

El c.70, en la segunda parte, aplica a la Eucaristía un texto del profeta Isaías, y es lo más probable ver en la expresión ajvrton poiein (hacer el pan) con su contexto, teniendo en cuenta los otros capítulos citados del mismo Diálogo, un equivalente de "ofrecer en sacrificio el pan". No solamente esta expresión tiene ese sentido en otros Padres sino que en ese sentido la habían empleado el propio San Justino unos capítulos antes hablando también de la Eucaristía, a saber, en el comienzo del c.41, cuyo sentido sacrifical acabamos de declarar.

(Jetonius) He aquí, como ya es costumbre, para no hablar en el aire, el texto correspondiente:

Diálogo con Trifón

70. 4. Ahora bien, es evidente que también habla en esta profecía [Isaías 33:13-19] acerca del pan que nuestro Cristo nos mandó celebrar en memoria de haberse hecho él hombre por amor de los que creen en él –por los que también se hizo pasible- , y del cáliz que en recuerdo de su sangre nos mandó igualmente consagrar con acción de gracias. (negritas añadidas).

Justino habla literalmente (a diferencia de la traducción de Ruiz Bueno y en concordancia con Solano) del “pan” que Cristo nos mandó “hacer”. Que esta expresión tenga sentido sacrificial en Justino es dudoso, ya que como mostré el capítulo 41 al que apela Solano por cierto no respalda tal interpretación. Y, desde luego, tampoco el presente texto. Tanto del pan primero, como del vino a continuación, dice con todas las letras Justino que son memoriales. No hay forma de transformarlos en un sacrificio de la carne y la sangre de Cristo.

(Solano)

En los c.116 y 117 insiste en la Eucaristía como el verdadero sacrificio profetizado por Malaquías, que ofrecen a Dios los cristianos, "la verdadera raza sacerdotal de Dios", gracias a nuestro "sacerdote" Jesucristo. En este contexto afirma que "también los cristianos han recibido por tradición el hacer solamente estos sacrificios [oraciones y acciones de gracias]" (c.117). No se sigue de estas palabras necesariamente que niegue la realidad sacrifical del pan y vino eucarísticos como materia del sacrificio; puede únicamente querer hacer resaltar el carácter espiritual del sacrificio cristiano, en contraposición a la materialización de los sacrificios que habían tenido lugar entre el pueblo judío, y de la que el mismo Yahveh se había quejado con expresiones tan absolutas que parecían querer decir que Dios quería sólo la limpieza de vida y no aquellos sacrificios de animales, los cuales, sin embargo, continuaba Él exigiendo de su pueblo (véase, p.e, Amos 5,21-24; Os 6,6; Mic 6,7s; Jer 7,21ss; Is 1,11-17).

Pero lo que prueba que de hecho San Justino no limitó la materia del sacrificio a algo puramente espiritual como serían las oraciones y acciones de gracias, es la reflexión siguiente. El pan y el vino hecho cuerpo y sangre de Cristo no sólo eran para San Justino por excelencia "eucaristía", es decir, acción de gracias, sino que ahí mismo hemos advertido como él fue el inventor de una forma pasiva, gramaticalmente durísima, para hablar de ese alimento como de algo "eucaristizado", "hecho acción de gracias". Ante tales datos, no sólo hemos de decir que San Justino no disocia de la materia el sacrificio acepto a Dios el pan y el vino consagrados, sino que su pensamiento ni siquiera prescinde de estos elementos corporales; es más, para él, la materia por antonomasia del sacrificio era precisamente esa "acción de gracias" por excelencia, la cual, según él mismo, es el cuerpo y la sangre de Jesús. Así se explica que, al hablar en este c.117 de"oraciones y acciones de gracias", explícitamente nombre "aun la conmemoración que hacen [los cristianos] con su alimento seco y líquido".

(Jetonius)
El capítulo 116 poco da de sí sobre el tema que nos ocupa. Justino asevera que los cristianos en su conjunto, despojados de sus vestiduras sucias –sus pecados, aclara- y purificados por fuego por su palabra, son “el verdadero linaje de los sumos sacerdotes de Dios, como el mismo Dios lo atestigua diciendo que en todo lugar le ofrecemos en las naciones sacrificios a Él agradables y puros. Ahora bien Dios no acepta sacrificios más que de sus sacerdotes.” (116:2). La naturaleza de estos sacrificios quedará clara en el siguiente capítulo, que paso a transcribir.


Diálogo con Trifón

117. (1) Así, pues, Dios atestigua de antemano que le son agradables todos los sacrificios que se le ofrecen por el nombre de Jesucristo, los sacrificios que éste nos mandó ofrecer, es decir, los de la Eucaristía del pan y del vino, que celebran los cristianos en todo lugar de la tierra. En cambio, Dios rechaza los sacrificios que vosotros le ofrecéis por medio de vuestros sacerdotes, cuando dice: Y no recibiré de vuestras manos vuestros sacrificios, porque desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, mi nombre es glorificado –dice- en las naciones y vosotros lo profanáis.

Los sacrificios que Dios acepta son pues, los de la acción de gracias o eucaristía del pan y del vino. Rechaza en cambio los sacrificios judíos.

Diálogo con Trifón

117. (2) Vosotros seguís aún ahora diciendo porfiadamente que Dios dice no recibir los sacrificios que se le ofrecían en Jerusalén por los israelitas que en aquel tiempo la habitaban; sí, en cambio, las oraciones que le hacían los hombres de aquel pueblo que se hallaban en la dispersión, y estas oraciones son las que llama sacrificios. Ahora bien, que las oraciones y acciones de gracias hechas por hombres dignos son los únicos sacrificios perfectos y agradables a Dios, yo mismo os lo concedo.

Aquí Justino establece el punto, fundamental en su postura ante Trifón, que los únicos sacrificios aceptos a Dios son los que ofrecen los cristianos: oraciones y acciones de gracias (así, en plural).

Diálogo con Trifón
117. (3) Justamente ésos solos son los que los cristianos han aprendido a ofrecer hasta en la consagración del pan y del vino, en que se recuerda la Pasión que por su amor sufrió el Hijo de Dios...

De nuevo, y bien clarito, Justino declara que estos sacrificios espirituales, que incluyen los de la consagración de su “alimento seco y húmedo”, son ante todo un memorial o anamnesis. No insinúa aquí tampoco ninguna transformación del pan o del vino.

(5) En cambio, no hay raza alguna de hombres, llámense bárbaros o griegos o con otros nombres cualesquiera, ora habiten en casas o se llamen nómadas sin viviendas o moren en tiendas de pastores, entre los que no se ofrezcan por el nombre de Jesús crucificado oraciones y acciones de gracias al Padre y hacedor de todas las cosas.

(Jetonius) Lo que Justino dice aquí es perfectamente conforme a la interpretación metabólica ya mencionada. Precisamente las oraciones y las acciones de gracias (lo que significa “eucaristía”) son los sacrificios válidos. La eucaristía es además synaxis (reunión) y anamnesis (memoria) de la pasión de Cristo. Tienen su valor por el espíritu agradecido en el que son ofrecidos, como recuerdo perpetuo de la obra de Cristo.
El pan y el vino, que son capaces de nutrir el cuerpo, nutren también las almas al ser consagrados por la acción de gracias. Es precisamente esta acción de gracias lo que constituye un sacrificio agradable a Dios (Diálogo con Trifón, 117).
Cito de la edición de Padres Apologetas Griegos de Daniel Ruiz Bueno (Madrid:BAC); las negritas se han añadido.
Por eso reitero mi conclusión inicial: ¡De la eucaristía como “actualización” del sacrificio de Cristo, nada; de la transubstanciación, menos!

Un punto final que cabe destacar es que Justino dice que la celebración eucarística está a cargo del “presidente” (ho proestôs). En ningún caso dice que se trate de un obispo en el sentido monárquico que lo entendía Ignacio.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Nelson Medina afirma:

<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>: Que los pastores evangélicos dicen "Ven a nuestras
predicaciones y serás salvo"[/quote]


Este señor, para ser clérigo, NO TIENE NI IDEA DE LO QUE DICEN LOS PASTORES EVANGELICOS; y si algún pastor evangélico, lo ha dicho LITERALMENTE con esas palabras, ese pastor no sabe lo que es el verdadero Evangelio de Cristo.


La Palabra de Dios dice: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo".

PARA SER SALVO, SOLO HAY QUE CREER EN JESUS(Hechos 16:31) Y NACER DE NUEVO(Juan 3:3). DESPUES VENDRAN LOS FRUTOS DEL ESPIRITU(Gal 5:22), Y COMO RESULTADO LAS BUENAS OBRAS DEL CREYENTE(Santiago 1:14-26).


Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.(Galatas 1:6-9)

Maripaz
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Elisa:
Querida Maripaz : Me da pena hablar de Luis Fernando , ya que este no puede participar en este foro , al menos con ese nombre , pero lo escrito por el en la intimidad de ese grupo , es algo muy serio y grave . Le ha llamado camino de muerte a seguir las enseñanzas de Cristo , sin intervencion de falsos infalibles , e idolos hechos por manos de hombres : Y camino de vida , a lo contrario ; y eso es algo terrible para poder pasarlo por alto , siendo este foro leido por muchos que buscan afanosamente a Dios .

Seria bueno recordar , que no existe una sola enseñanza biblica que diga semejante barbaridad , y que lo que ha dicho LFP , es una gran mentira , producto de su condicionamiento catolico romano .

Todos sabemos que aquellos que siguen enseñanzas de hombres , con los hombres se quedaran . El espiritu Santo es el unico capaz de llevarnos a toda verdad . Ese Espiritu Santo que se le ha negado a este señor ( Solo Dios sabe porque ) , pero que se le regala a los niños .

Busquen a Dios , y rechacen las falsas doctrinas de hombre .

[/quote]

Nada nuevo bajo el sol mi estimada Elisa.

Al margen de lo que tu dices, que creo es lo mas importante.

Cuando él llame "hermano" a un "prote", que no olvide esto del ¡¡¡camino de muerte!!

Yo solo lo llamaría de una forma...

¡¡¡FALSEDAD!!!

Una carita linda por aquí, otra bien distinta por allá!!!!

Elisa, Ricardo, Perdomo, etc, saben ustedes que estan en "un camino de muerte"???
wink.gif


Yo si que estoy, pero en ese camino, voy en dirección contraria.
wink.gif


Seria esto lo que querría decir él???
 
Maripaz

Tu crees que la gente de esa lista se habrá creido las palabras de Nelson???

Creo que hay que ser muy bobo-a, para creerse todo lo que te digan.... ¡¡¡por muy cura que sea este señor!!!

Crees que los forofos de la lista, intentarán averiguar la verdad por su cuenta????

Eso demuestra quienes son los que tienen lavadura de "cerebelo", con mentiras como esa y no contestando a ninguna de las preguntas dificiles (tipo a la de Elenaa) que se formularon en esa joya de lista, ya no me puede extrañar absolutamente nada!!!
 
Toni:

Uno cree y copia cualquier cosa, con tal de defender su orgullo religioso, o "ganar" aparentemente un debate.

Incluso, hasta se saltan la Palabra de Dios, o le dan mil vueltas para que diga lo que ellos quieren que diga.

Estamos hartos de verlo a diario en los foros.Defienden ideas humanas, antes que a la Palabra y el Evangelio de Cristo; el simple y sencillo regalo que Dios nos da, lo convierten en un complicado sistema de acercarse a Dios.


Maripaz
 
Hermano Jetonius


Es sorprendente saber como has puesto a estos muchachos de la "apología católica" a estudiar, investigar sobre tu Ministerio y a esforzarse en grupo por contestar a tus epígrafes. También se entiende porque no podían contestar cuando les pedías el URL de su escritos.

Con todo, sería bueno saber si los "escribas", reproductores de enseñanzas romanas, se creen todo lo que les dan para reproducir. Recuerdo haberles advertido que se cuidaran de las enseñanzas de sus "maestros", en particular cuando citan a los padres de la iglesia, pensando erróneamente que con las enseñanzas de estos hombres validan la enseñanza romana moderna.

Es una verdadera lastima que sabiendo ellos que a este foro vienen muchas personas católicas, no sean capaces de argumentar de forma escrita, abierta y ordenada, sobre todo si se considera que en esta lista de apología romana participan sacerdotes de Roma, de los cuales cualquiera sabe que su preparación en la filosofía aristotélica de la teología romana, supera larga y sobradamente a cualquiera de estos "escribas" reproductores.


Sobre esto último pregunto:

¿No sería acaso bueno para los católicos que visitan este foro, ver a sus propios pastores, es decir a sus sacerdotes, enfrentados a las Enseñanzas de la Palabra de Dios y no a reproductores de enseñanzas, de los cuales ni si siquiera hay certeza que las crean ellos mismos?


En Cristo
Rogelio
 
Querida Maripaz : Me da pena hablar de Luis Fernando , ya que este no puede participar en este foro , al menos con ese nombre , pero lo escrito por el en la intimidad de ese grupo , es algo muy serio y grave . Le ha llamado camino de muerte a seguir las enseñanzas de Cristo , sin intervencion de falsos infalibles , e idolos hechos por manos de hombres : Y camino de vida , a lo contrario ; y eso es algo terrible para poder pasarlo por alto , siendo este foro leido por muchos que buscan afanosamente a Dios .

Seria bueno recordar , que no existe una sola enseñanza biblica que diga semejante barbaridad , y que lo que ha dicho LFP , es una gran mentira , producto de su condicionamiento catolico romano .

Todos sabemos que aquellos que siguen enseñanzas de hombres , con los hombres se quedaran . El espiritu Santo es el unico capaz de llevarnos a toda verdad . Ese Espiritu Santo que se le ha negado a este señor ( Solo Dios sabe porque ) , pero que se le regala a los niños .

Busquen a Dios , y rechacen las falsas doctrinas de hombre .



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Elisa.
Apocalipsis 22:21
La gracia de nuestro Señor Jesus sea con todos