La Virgen y Santa Madre de Dios
La Virgen Maria, Santa Madre de Dios, unión y puente entre el antiguo y el nuevo testamento, es ella, pobre en naturaleza pero hermosa criatura a los ojos de su creador, el paso desde el viejo pacto (el de la ley) hacia el nuevo pacto de Dios (el de la gracia), a través del alumbramiento que da de su hijo y señor, nuestro y su salvador. En esto se entiende que la virgen Maria fue el único ser humano, además de su hijo, en servir perfectamente a la antigua ley como una esclava, asi como ella misma lo afirma: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra" (Lucas 1:38). Lo que para cualquier otro resultaría imposible (Hechos 15:10) en Maria Santísima fue posible, por que para Dios no hay imposibles (Lucas 1:37), y de esta manera se cumpliera la promesa del Señor que la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente (Genesis 3:15), dando a luz al redentor del genero humano que estaba bajo la ley: Condenado (Galatas 4:4 y 5) (Galtas 2:16). Por lo cual Maria santísima, había sido preservada de todo pecado desde el vientre de su madre, siendo patente así la gracia ganada por la pasión del señor con total plenitud en su Santa Madre, como en ninguna otra criatura, siendo, en Maria, la consolación que dio paso a la reconciliación del genero humano, en Jesús.
Siendo esto así que nosotros somos hijos por gracia y misericordia (Efesios 2: 8), cuanto más será hija aquella en la cual la promesa de Dios a Abraham es cumplida (Genesis 22:18) (Galatas 3:16). Aquella de quien se escribe “Mas la Jerusalén de arriba libre es; la cual es la madre de todos nosotros” (Galatas 4:26), libre por que de ella nace la libertad del Mesias, madre de todos nosotros por que es la primera en recibir la gracia de ser Hija de Dios. Como se nos la muestra como la nueva Jerusalén descendiendo del cielo, vistosa y dispuesta para su marido, Cristo, siendo el tabernáculo su bendito vientre. (Apocalipsis 21:2 y 3)
Todas estas cosas sobre Maria son confirmadas en Isaías 54. Allí se nos muestra a nuestra madre como una mujer que debe “Alegrarse”, igual como le dice el Angel: “Alegrate, llena de gracia”, por la promesa hecha de la concepción y nacimiento del Mesias (Lucas 1:28-33). Tambien se nos dice que es “esteril”, por que se encuentra bajo la ley que “no da a luz”, alegóricamente por su voto de castidad. Concordante con la sorpresa que se lleva por el anuncio del Angel: “Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón” (Lucas 1:34) (léase bien dice: no conozco, y no “aun” no conozco) (como diciendo “hice propósito de no conocerlo” – San Antonio de Padua). Agrega que “no tiene dolores de parto” dándonos a entender que es Virgen perpetua, antes, en y después del parto, ya que no tienes sus efectos. Y que “mas son sus hijos” (del nuevo pacto) “que los de la casada” (el viejo pacto). Estos hijos son los nacidos del espíritu que siguen e imitan a su simiente, o sea a Cristo. (Isaías 54:1 - Galatas 4:27)
En todo el capitulo Isaías nos continua hablando de nuestra santa madre, Dios le manda, “ensancha tu cabaña” en el amor, “extiende las cortinas” de las virtudes, “no seas escasa” en la misericordia, y “alarga y forticia” las gracias que Dios te a dado. (Isaías 54:2) Por que ha de crecer en toda la plenitud del señor. (Isaías 54:3) por lo que no temerá, y se olvidara de la vergüenza del mundo (Isaías 54:4), ya que su “marido es su hacedor”, o sea el espiritu Santo, y su redentor será el “Santo de Israel”, o sea el Mesias, que sera llamado “Dios de toda la tierra” (Isaías 54:5 - Lucas 1:35). Además nos cuenta que Dios de ella “tendrá amor y compasión eternas” y que “de su pacto”, de la gracia, “no vacilara” (Isaías 54:10). ¡Que maravillas a hecho Dios con Maria!
Continua contándonos que nuestra madre es “sin consuelo” (Isaías 54:11), en representación de su dolor y su corazón atravesado por la espada (Lucas 2:35). Pero que también será “llenada de piedras preciosas” (Isaías 54:12), que representan a las virtudes de su alma, y agrega, para que no nos queden dudas, que “sus hijos serán enseñados como discípulos de Dios” (Isaías 54:13), o sea discípulos de Cristo, siendo “adornada, sin presión o temor” (Isaías 54: 14), como la vemos en el Apocalipsis, “Y una grande señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, y la luna debajo de sus pies, y sobre su cabeza una corona de doce estrellas” (Apocalipsis 12:1). Dígna madre vestida de la humildad de su hijo a quien hacerle frente es como hacerlo al mismo Dios (Isaías 54: 15 al 17), contra la cual ni la serpiente puede hacer nada en su contra (Apocalipsis 12:13-17).
Por esto en nuestra excelente y santa madre (la cual en santidad es superior a todos los santos) se hace posible la unión entre el cumplimiento de la ley como un esclavo y la gracia plena dada por Dios para convertirnos en sus hijos adoptivos. La gracia hace primero al merito y luego él merito hace a la gracia y continua en un proceso continuo que en la Virgen Maria fue completo. Por que ¡Bienaventurado es el que cumple la ley a través de la gracia del amor!. (Galatas 5:13 y 14)
He aquí los meritos obtenidos de la gracia:
1) Fue obediente como una esclava.
2) Se preservo Virgen en pureza.
3) Y fue llena de humildad.
Tres meritos, que conservo y nutrió desde el vientre de Santa Ana, hasta el final de sus días en la tierra.
He aquí las nuevas gracias dadas por los meritos:
1) Siendo esclava de la ley fue convertida en hija de Dios.
2) Siendo Virgen se convirtió en Madre del Verbo.
3) Y llena de humildad confeso que todo en ella era obra del altísimo.
Asi cumpliendo la ley como esclava termino cumpliendo la ley a través del amor, recibió mas gracias, abundancia de gracias, y cada una de estas gracias divinas eran tomadas por nuestra Santa madre Maria como un tesoro único e irrepetible (como todos nosotros deberíamos imitar) siendo aprovechadas todas las gracias a través de su obediencia y humildad. Asi a cada gracia le sobrevenía un nuevo merito y por esto sé hacia merecedora de una nueva gracia, llegando a ser llena de gracia, muy favorecida, en total plenitud.
Excelentísimo y justo salvador es Cristo nuestro señor y que gran don concede a su madre e hija amadísima por él, por esto la abundancia que Dios tuvo con ella. Y por esto no hay criatura ninguna luego del Hijo de Dios mas elevada en el espiritu y sublime en virtudes que Maria Santísima, que incluso los Angeles del cielo le cantan y la tienen como señora y reina, para gloria de su hijo!. Por que él con su voluntad hizo tan excelentísima madre para sí mismo, y no se podía esperar menos para el rey de reyes y señor de señores en tener una Madre tan Santa para que ninguna otra en su arrogancia pudiera presumir creerse mas que su amada madre, llena del espíritu santo, aunque esto no fue un capricho sino una consecuencia para la salvación del genero humano, ya que en Dios no existe oscuridad alguna y para que Maria diera a luz al redentor tampoco podía tener ella mancha de sombra alguna.
Por esto debo decir: no hay mujer que allá cumplido en esta tierra la voluntad de Dios mas que Maria, ella elegida de entre todas las millares de mujeres de entre todas las épocas del mundo, por haber guardado y cumplido la voluntad de Dios mas que ninguna otra, "bendita entre las mujeres" y "bienaventurada" por y para siempre.
Y como no voy a poner enfasis en la humildad de nuestra santa madre, que es espejo de la humildad de su hijo y señor, e imitándola pueda imitar al señor. (Corintios 11:1). Entiende esto, yo no venero ni escribo de Maria por ser mujer o siquiera madre del señor, si no por que guardo la palabra de Dios (Lucas 11:28), por lo tanto venero a Dios y su voluntad a través de su hija quien la cumplió, por que si ella no hubiera guardado la voluntad de Dios y meditado en sus misterios (Lucas 2:19), hoy no estaría diciendo nada de la bienaventurada virgen Maria. Asi que tu también guarda en tu corazón y medita sobre estas cosas que escribo para ser digno guardador de las gracias derramadas por la sangre de Jesucristo.
La espada en el corazón de la inmaculada:
El evangelio de San juan nos dice: "Jesús viendo a su Madre y junto a Ella al discípulo que amaba, dice a su Madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo; luego dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa". (Juan. 19: 26-27)
Presten suma atención, que el demonio no los ciegue contra su enemiga, nuestra madre y señora. Cristo para cumplir la promesa en Isaias, le dice a su Madre: “Mujer ahi tienes a tu hijo”. Luego no llama a San Juan, ni "Hijo" ni “Juan” ni de ninguna otra manera, sino solo como “Discípulo”.
Reflexiona en esto por un momento, acaso ¿no somos todos nosotros, que tenemos la fe en el señor, discípulos de Cristo?. Si esto es correcto, en esta parte del evangelio también nos dice a todos nosotros: Discípulo: “Ahí tienes a tu madre”.
Pero sigue con tu reflexión, y medita en estos misterios. ¿Por que piensas que San Juan es llamado el discípulo amado? Acaso Jesús hacia diferencias, ¿a este lo amaba y a los otros no? - Acaso Dios, ¿no ama a sus hijos?. Como bien sabemos Cristo no hace acepción ni diferencias entre unos u otros por ningún motivo humano, Él a todos ama por igual.
Pero en esta ocasión se le llama e identifica como “discípulo amado” a San Juan para darnos una enseñanza, la cual es que si le amamos verdaderamente de corazón, se reciben mayores gracias, y se le ama guardando y cumpliendo su palabra. “Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”. Entonces hagan ustedes lo mismo y cumplan la palabra de Dios para demostrarles su amor y así puedan ser merecedores de su amor por el amor, por que “Amor con amor se paga”. San juan de la cruz.
Oh pobre ignorancia y pobre insensatez la de aquellos que niegan estas santas verdades. Más benditos son los que reciben a la Madre del Señor en su casa (Juan 19:27), o sea en sus conciencias, y cuantas gracias obrara y dará nuestro Señor a aquellos que veneran y aman a su madre con sumo respeto. Por que aun hoy nuestra madre celestial sigue trabajando por las almas necesitadas de Amor, como dice el evangelio de Lucas, “Y a ti misma una espada te atravesará el alma, para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones” (Lucas 2:35). Estos muchos corazones son los que Maria santísima gana para la gloria de su Hijo. Como esta escrito que hizo desde el principio enseñando como la maestra que es: “hagan todo lo que el les diga” (Juan 2:5). Llevando a estos pobres pecadores a manifestarles y hacerles conocer a su hijo y señor a través del dolor místico de su corazón.
¡Oh santísima gracia de dar este don único a esta pequeña criatura, para salvación de nuestras miserables almas sin valor alguno!.
Santa Maria, madre del amor, por la gracia de tu hijo, y el dolor de tu corazón, derrama como lagrimas tus misericordias, para que nosotros, pobres pecadores, conozcamos el amor de tu hijo, que era rey de toda la gloria y sin embargo enmudecía su boca.
Terribles palabras de dolor inexplicables y secretas para la razón humana, así es el dolor que nuestra santa madre sintió en aquella hora de la pasión de nuestro señor. Ahora ¿entiendes al menos lo inentendible del santo dolor de la Virgen y la espada en su corazon? Santa Maria, señora mía, que te llamen a ti todas las bocas del cielo y de la tierra bienaventurada, que bien merecido lo tienes, y que sobre todo nombre este el nombre de tu hijo por los siglos por los siglos. Amen