Maquinitas para los nenes.... ¡¡VIVA EL CONSELLER!!

Luis. Sería de desear alguna aportación propia al tema.
Tanto Cut&Paste marea.
 
DIOS :::GRACIAS !

DIOS :::GRACIAS !

Bendiciones en Cristo:

Luis Fernando , agradesco la informacion que compartes, independientemente de ser etiquetado con el apodo de "imperialismo" a USA, te puedo decir que esto es usar la influencia de manera positiva, le ruego a DIOS que el proyecto que propone Bush prospere y sea bien recibido en todos los circulos y lugares a donde se lleve.

No estoy hechando las campanas al vuelo, pero es el principio, esperemos que en España esto sirva para recapacitar y evitar el poner las maquinas "sucias", y tambien que Mexico, copie el plan de USA.

SEÑOR sigue levantando la voz, haste oir por medio de los "influyentes" y frustra los planes erroneos de los hombres .
en CRISTO.


Luman
 
Luman, lo del "imperialismo" era una ironía, pero ese es el tipo de adjetivo que los izquierdistas de este país (y de otros) suelen dar a todo lo que venga de USA

Tobi, si yo creyera que puedo aportar algo más interesante que la información y los análisis críticos que aparecen en esos cut&paste, lo haría
 
Sacado de e-cristians

OPINIÓN
Sexualidad, escuela y condones
Contra la obsesión pública de colocar preservativos a diestro y siniestro
Josep Miró i Ardèvol
31/01/2002


La última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) nos informa de algunas cuestiones de interés. Por ejemplo, que más del 70% de los ciudadanos del Estado español se consideran católicos. Esta proporción es inferior a Cataluña, pero continúa siendo sobradamente mayoritaria. aunque no hay siempre una estrecha correlación entre autoclasificación religiosa y actitud ante cuestiones concretas, sí que es evidente que el carácter extendido del catolicismo en nuestra casa deja una huella que no siempre los medios de comunicación trasladan con una mínima fidelidad. La mencionada característica se comprueba en el caso de la encuesta ciudadana en lo que se refiere a la baja aceptación que tiene la clonación como avance científico, y que los ciudadanos sitúan prácticamente en el mismo nivel que la energía atómica: en el último lugar. Este dato sociológico tan reciente hay que relacionarlo con otro hecho también muy inmediato a nosotros y de una naturaleza extraordinaria: por primera vez después de 23 años de autonomía todos los obispos catalanes, la Conferencia Episcopal Tarraconense, han hecho pública una declaración abiertamente crítica contra una decisión del gobierno de Cataluña en que piden que sea rectificada: "Con campañas como la actual, que no priorizan la fidelidad y la abstinencia (tal como recomienda la Organización Mundial de la Salud), se acaba induciendo a una banalización del sexo y a unas conductas de riesgo, que es lo que precisamente se dice que se pretende combatir". "Deseamos una auténtica educación sexual dentro de una educación humana integral, que enseñe a asumir y a vivir en los valores más necesarios para los adolescentes y jóvenes".

El motivo del conflicto es bien conocido. Hace pocos días, sin ninguna consulta a la comunidad educativa, el departamento de Sanidad anunció que dado el incremento de los casos de sida entre los adolescentes (y digámoslo todo, porque de este segundo aspecto sólo se habla con la boca pequeña, también por cómo se han disparado los embarazos entre las adolescentes hasta situar Cataluña en uno de los lugares destacados de Europa) era necesaria una nueva campaña de información sexual. Esta iniciativa no sorprendería a nadie, entre otras razones porque de manera más o menos eficaz la información sexual es una práctica que teóricamente se hace desde hace años, en algunos casos con métodos espectaculares como aquella campaña del gobierno de Madrid "Póntelo, pónselo", que, por cierto ha sido objeto reciente de una sentencia desfavorable por parte de la Audiencia Nacional. Lo que sí que resulta sorprendente es el eje central, el elemento motivador, la provocación, cómo ha reiterado el consejero Rius, que consiste en la realización de un referéndum entre los adolescentes por si hay que instalar, o no, máquinas expendedoras de preservativos en los institutos, dónde, hace falta recordarlo, asisten chicos y chicas que van desde los 12 hasta los 18 años. Este hecho por si solo ya sería motivo de crítica porque es una forma de simbolizar la promoción de la relación sexual en edades en que la persona no está plenamente desarrollada. De la misma forma que, pongamos por caso, están radicalmente desaconsejados los ejercicios de musculación con sobrecargas en los adolescentes por las causas negativas que pueden comportar en su posterior desarrollo, aunque tienen la capacidad física para ejercitarse con pesas, también la sexualidad como componente indisociable del conjunto de la persona tiene que ser desarrollada al mismo ritmo que ella.

Es todavía mucho más grave que se haga una relación directa y única entre prevención de enfermedades de transmisión sexual, el sida, y el preservativo. Lo es porque la naturaleza del problema y, por lo tanto, de la respuesta, es mucho más compleja que la opción preservativo sí - preservativo no, especialmente cuando nos referimos a una población adolescente. Reducirlo todo al condón significa generar una falsa confianza en un método que incorpora una tasa de rotura del 20% y, también, porque - y eso no se explica nunca - no protege de determinadas enfermedades, como el virus del papiloma humano. Y hay que recordar que hace años que se llevan a cabo campañas en esta línea y que hasta ahora los resultados han sido negativos. El más elemental sentido común pediría revisar por qué no han funcionado, en lugar de manifestar esta obsesión de nuestra administración para colocar preservativos a diestro y siniestro. No es un dato menor que la Organización Mundial de la Salud establezca como criterio más completo de protección el de la abstinencia sexual entre los jóvenes. Precisamente, ésta fue la línea adoptada por el gobierno británico de Tony Blair. Gran Bretaña, un de los países con más larga tradición de información sexual en la escuela centrada en el preservativo, es también uno de los países que ha llegado a tasas más elevadas de embarazos entre adolescentes. Y por eso plantea otro enfoque. En realidad, tanto este problema como el del sida están muy estrechamente vinculados a problemas de familias desestructuradas y a la falta de transmisión de un sistema de valores nítidos a los adolescentes por parte de la familia y la sociedad.

Pero la cuestión más importante de todas, la más crucial, el error más fundamental que comete el departamento de Sanidad con su intervencionismo moral radica en el punto que la administración tiene que informar, pero no puede educar sexualmente. Ni tampoco la escuela pública (otra cosa son los centros con idearios definidos). Y no puede hacerlo porque no hay una sola opción de educación sexual, sino diversas, en función de cuál sea la concepción que tenga cada familia y la escuela pública. El departamento de Sanidad, por obligación constitucional, debe respetar este pluralismo de nuestra sociedad. En otras palabras, tiene que informar de las causas, tiene que exponer las posibles vías de soluciones, sin embargo tiene que ser absolutamente neutral sobre el camino que se elija en cada familia. Para unos será el de la libertad sexual desde los 14, 15 o 16 años; para otros será promover el retraso, y, finalmente, para unos terceros será la abstinencia hasta el matrimonio como un valor inherente a su concepción moral. El departamento de Sanidad no es quien para romper, con su presión favorable a los fabricantes de condones, este pluralismo moral.

Ciertamente, no estamos tratando ningún hecho anecdótico, sino una decisión política que substrae el derecho de los padres a educar en la sexualidad de sus hijos. Y eso es una cuestión que genera polémica y que producirá problemas innecesarios. Y es que hay decisiones políticas que a veces resultan incomprensibles.


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OPINIÓN
El preservativo llega a las aulas

Dra. Montserrat Rutllant, directora de la Fundación Pro Vida de Catalunya31/01/2002


Comparto, como la gran mayoría de ciudadanos, la preocupación del Departamento de Sanitat de la Generalitat de Catalunya por la incidencia del Sida entre la población juvenil, y coincido plenamente en que la solución a esta grave problemática estriba en la educación preventiva. Se nos propone una estrategia encaminada a incorporar en los hábitos sexuales de los adolescentes la utilización del preservativo. Nada se dice sobre la verdadera educación del adolescente en el autodominio y en el uso responsable de su sexualidad, dando por supuesto que no es posible pedir a los jóvenes que se abstengan, al menos en el tema de las relaciones genitales, aunque sí que se les pide, por ejemplo, moderación y un límite de edad para poder conducir un vehículo o para otras situaciones que todos conocemos. Parece que no se han tomado en cuenta las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que, en el tema de la prevención del Sida, advierte:

1º. El único medio totalmente eficaz de prevención del Sida es la abstinencia de relaciones sexuales.

2º. Si esto no es posible, mantener relaciones sexuales mutuamente monógamas con una persona no infectada.

3º. Si los casos anteriores no son posibles, informar de que el uso constante y correcto del preservativo puede disminuir, aunque no eliminar, el riesgo de transmisión del Sida.

Recordemos las palabras de Luc Montaigner, uno de los descubridores del virus del Sida, cuando en una entrevista en La Vanguardia decía “Es posible que en el caso del Sida se hayan creado condiciones para su desarrollo...la promiscuidad, el libertinaje sexual”.

Es curioso observar que en el tema de los preservativos y de la contracepción en general no se siguen las recomendaciones del consentimiento informado, que tanta importancia tienen en las relaciones médico-paciente y que en un programa de educación sanitaria impulsado por Sanitat y Ensenyament debería haber sido cuidadosamente tenido en cuenta.

Pocas veces en los programas antisida que se han realizado en nuestro país hemos visto desarrolladas actitudes como las que se derivan de numerosas citas de prestigiosas revistas científicas. En concreto, los estudios epidemiológicos conceden gran valor predictivo a la edad de la primera relación sexual. Cuanto más temprana sea, tanto mayores son la incidencia en conductas de riesgo y morbilidad por ETS. La OMS ha confirmado que el cáncer de cuello uterino está asociado con ciertas cepas del virus del papiloma humano y, mediante este, con la precocidad sexual y la multiciplidad de parejas. También R. Bayer (“New England Journal of Medicine” 06,06,1996) incide en el mismo diagnóstico: “Al comprobar que los cambios de conducta son hoy por hoy el único medio de prevención del Sida, empieza a plantearse la necesidad de que las campañas tengan en cuenta una ética de la responsabilidad”. A pesar del uso del preservativo las enfermedades de transmisión sexual (gonorrea, papiloma virus ...) no han dejado de crecer (“British Medical Journal” 14 V 99) ya que el preservativo no protege contra muchas de ellas (McIlhaney JS Jr., Am. J. Obstt. Gynecol. 2000 Aug; 183(2):334).

El Dr. T. Stammers (British Medical Journal 321; 1520, 2000) comenta “No hace falta ser un consumado experto para intuir que el mejor método para reducir los embarazos de adolescentes es retrasar el inicio de las relaciones sexuales, y lo ideal sería no tenerlas hasta alcanzar una situación matrimonial estable”. Recientemente, en un estudio de la prestigiosa Fundación Cochrane (especializada en revisiones críticas de temas científicos) se indica claramente que el preservativo disminuye la probabilidad de infección por el virus del Sida en un 80 %, lejos del 100% que triunfalmente se anuncia.

La sociedad actual actúa con esta frivolidad también en otros terrenos y, por ejemplo, le es más fácil mostrar a la juventud el modo de gastar el dinero que ponerle en la realidad de ganarlo. Con cierta inconsciencia se le dan facilidades para que saque el máximo jugo a la vida, sin aclararle lo que realmente es la vida. O, para ser exactos, sin darle opción a la libertad de elegir, porque no se ha educado su voluntad para el esfuerzo ni se les ha mostrado, en este campo, otras alternativas donde se hallan encerradas grandes porciones de felicidad. Escaso será el número de jóvenes que sepa distinguir entre placer y felicidad. Y lo más peligroso, creen que eso no les afecta. Cuando se favorece el sexo consumo entre los jóvenes y se les conduce a la experiencia sexual precoz, se multiplicarán los contactos sexuales, que harán aumentar las enfermedades venéreas y los embarazos entre jóvenes.

Son plenamente vigentes las siguientes palabras de la editorial de Medicina Clínica de 1995 dedicadas a la información sobre el tema de transmisión del virus del Sida a los adolescentes en sus colegios o institutos: “...Es bien conocido que los hábitos sexuales, incluidos los de mayor riesgo para adquirir la infección, son difícilmente modificables una vez que forman parte de una personalidad ya cristalizada... No sería honesto, sin embargo, ocultarles que la protección que ofrece el preservativo no es absoluta, ni inteligente el no tener en cuenta que un mensaje para la prevención basado exclusivamente en el reparto y uso de condones y jeringuillas podría dar una falsa sensación de seguridad y conseguir el efecto opuesto al deseado. En el adolescente, la labor de consejo para prevenir el sida tiene que ir íntimamente entrelazada con la educación para la salud, formación e información sexual y desarrollo global de la personalidad como ser humano, muy especialmente de la capacidad de entusiasmo para conseguir metas por las que merezca la pena entregar su tiempo y esfuerzo. Limitar la prevención del sida a la información sobre el uso correcto de las gomas o jeringuillas, alimentada por una filosofía difusa que algunos han dado en llamar “cultura del porro”, además de poco inteligente es un fraude para nuestros hijos..”

Como puede comprobarse, ningún país del mundo ha logrado reducir el número de embarazos de adolescentes ni de abortos con campañas que, en general, incitan al uso del sexo como producto de consumo, creando la peligrosa sensación de que la promiscuidad es la regla y la abstinencia la excepción. La verdadera prevención consiste en un estudio epidemiológico exhaustivo: cómo empezó la enfermedad, cómo se propaga, dónde es más propicia, qué comportamientos la favorecen... y al proponer soluciones, hay que incluir todos los aspectos.

Eduquemos a nuestros jóvenes en libertad. Hagámosles responsables de sus propios actos informándoles con todo rigor y verdad. Propongámosles metas altas que les ayuden a madurar y a sacar lo mejor de ellos a través del esfuerzo, que es el mejor camino para alcanzar, con satisfacción, un objetivo: la felicidad.
 
Todo eso está muy bien, pero.....
¿Cual debe ser la posición cristiana?
He aquí las opciones:

A.- Imponer, si se puede, unos determinados criterios a las autoridades (en nuestros caso, estatales y autonómicas)

O

B.- Estimular a la sociedad, via familiar, a que tomen seriamente el asunto de la promiscuidad juvenil y que les impartan una educación respecto a valores que son válidos tanto para creyentes como para agnósticos e incluso ateos.

Y

C.- Que las iglesias, sea cual sea su denominación, instruyan a sus niños sobre la realidad sexual, haciéndoles entender que no es un juego sino algo tremendamente serio. Y no por via de amenaza sino apelando a la propia virilidad en los niños y feminidad en las niñas.

Actualmante hay muchos psicólogos en nuestra sociedad y por ello los hay en las iglesias, pueden ser orientativos en esta enseñanza.

Ma atrevería, incluso, a decir que esta enseñanza no se debe impartir con preceptos religiosos por la carga sancionadora que tienen, sino como la búsqueda de una vida sana desde las prespectivas sicosomáticas. ¿Por qué? Pues porque hay una tendencia a inclinarse hacia lo prohibido como consecuencia del proceso de independización que se inicia con la adolescencia.

Los cut&paste nos dicen cual es el problema y este, con mas o menos detalle es harto conocido. Lo que interesa es laborar soluciones al mismo.

Bendiciones.
 
CLAP ::CLAP:::CLAP

CLAP ::CLAP:::CLAP

Originalmente enviado por: Tobi
Todo eso está muy bien, pero.....
¿Cual debe ser la posición cristiana?
He aquí las opciones:

A.- Imponer, si se puede, unos determinados criterios a las autoridades (en nuestros caso, estatales y autonómicas)

O

B.- Estimular a la sociedad, via familiar, a que tomen seriamente el asunto de la promiscuidad juvenil y que les impartan una educación respecto a valores que son válidos tanto para creyentes como para agnósticos e incluso ateos.

Y

C.- Que las iglesias, sea cual sea su denominación, instruyan a sus niños sobre la realidad sexual, haciéndoles entender que no es un juego sino algo tremendamente serio. Y no por via de amenaza sino apelando a la propia virilidad en los niños y feminidad en las niñas.

Actualmente hay muchos psicólogos en nuestra sociedad y por ello los hay en las iglesias, pueden ser orientativos en esta enseñanza.

Ma atrevería, incluso, a decir que esta enseñanza no se debe impartir con preceptos religiosos por la carga sancionadora que tienen, sino como la búsqueda de una vida sana desde las prespectivas sicosomáticas. ¿Por qué? Pues porque hay una tendencia a inclinarse hacia lo prohibido como consecuencia del proceso de independización que se inicia con la adolescencia.

Los cut&paste nos dicen cual es el problema y este, con mas o menos detalle es harto conocido. Lo que interesa es laborar soluciones al mismo.

Bendiciones.

Excelente Tobi:

AMEN, AMEN ....y AMEN !

Ruego a DIOS por que tu opinion trascienda hasta los mas altos niveles de la sociedad y que tenga respuesta favorable...en CRISTO

Luman