Re: Manifestaciones del Espiritu Santo?
Protestante,
Gracia y Paz de nuestro Señor Jesucristo sean derramadas abundantemente en su vidas.
El Espíritu Santo se manifiesta en el creyente, no en experiencias "misticas" o extrañas, sino en su carácter, al conformarlo al de Jesucristo.
"Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley" (Galatas 5:22-23)
El fruto del Espíritu es la más clara evidencia de que el Espíritu Santo está actuando en el creyente.
La Escritura no deja lugar a dudas de que el testimonio de nuestra vida es importante, pues es la la evidencia de la acción del Espíritu Santo de Dios en nosotros, Su poder obrando y haciendo cambios en nosotros, esa es la diferencia entre aquellos que dicen andar en el Espíritu y los que verdaderamente andan en Él.
Y es que en la iglesia (entiendase todos los nacidos de nuevo y bautizados -sumergidos, introducidos, incorporados- por el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo) se tiene que vivir bajo el control y guía del Espiritu Santo de Dios dando testimonio de Su poder y en cada uno de los que pertenecen a ella (a la iglesia) se cumple lo que la Palabra dice, más allá de señales y prodigios, que aún muchos harán aún sin ser verdaderos convertidos.
Escrito está: "...por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad" (Mateo 7:20-23)
Por eso es que muchos no creen, porque hay muchos que se dicen iglesia y no lo son, que hacen milagros y prodigios, manifestaciones "sobrenaturales" y aún así no hay testimonio en sus vidas de la transformación que produce el Espíritu Santo, no dan evidencia de Su fruto (1 Corintios 14:14, Galatas 5:22, Efesios 5:9). Pero gracias a Dios hay quienes si son iglesia y se levantan con poder, no de "prodigios", "maravillas" y milagros, sino con su manera de vivir, por su semejanza al actuar y pensar del Maestro, con testimonio convincente de que Dios cumple lo que promete, y es por medio de ellos que el Señor sigue impactando vidas, sabedores de que no son ellos, sino Dios el que lo hace y que a Él, y solo a Él es la Gloria y el reconocimiento.
Escrito está: "Por lo cual teniendo nosotros esta administración según la misericordia que hemos alcanzado, no desmayamos; Antes quitamos los escondrijos de vergüenza, no andando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino por manifestación de la verdad encomendándonos á nosotros mismos á toda conciencia humana delante de Dios. Que si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto: En los cuales el dios de este siglo cegó los entendimientos de los incrédulos, para que no les resplandezca la lumbre del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios. Porque no nos predicamos á nosotros mismos, sino á Jesucristo, el Señor; y nosotros vuestros siervos por Jesús. Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. Tenemos empero este tesoro en vasos de barro, para que la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros" (2 Corintios 4:1-7)
Nosotros no debemos predicarnos a nosotros mismos, "nuestras" manifestaciones y prodigios, sino a Cristo y Su Evangelio, a Dios y Su Palabra para que esta crezca como en aquellos tiempos:
"Y crecía la palabra del Señor, y el número de los discípulos se multiplicaba mucho en Jerusalem: también una gran multitud de los sacerdotes obedecía á la fe" (Hechos 6:7)
No solo debemos hablar la Palabra, sino también obedecerla, ser testigos de ella, ser testimonio vivo de Su Poder:
"Y ellos, habiendo testificado y hablado la palabra de Dios, se volvieron á Jerusalem, y en muchas tierras de los Samaritanos anunciaron el evangelio" (Hechos 8:25)
Para que Dios y Su Palabra sean glorificados y reconocidos, no nosotros:
"Y los Gentiles oyendo esto, fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor: y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna" (Hechos 13:48)
Porque la obra es del Señor, no nuestra, suya es la Autoridad y el Poder. Él es el que da las señales y prodigios, de Él vienen, no de nosotros, de Él es la autoridad, no nuestra:
"Con todo eso se detuvieron allí mucho tiempo, confiados en el Señor, el cual daba testimonio á la palabra de su gracia, dando que señales y milagros fuesen hechos por las manos de ellos" (Hechos 14:3)
Y así cumplimos el propósito por el que estamos aquí: dar Gloria, Honra y Alabanza al único digno de recibirlas, Jehová Dios. Y Él cumple el propósito de Dios para nosotros: Que lleguemos a ser como Jesucristo. Que desarrollemos Su carácter, que tengamos Su mente, que manifestemos Su vida.
Atte.
Joaco <><