Llamáis maestro al que enseña,
¿pero acaso tú no enseñas?
¿No enseñas lo que hay en ti?
¿Qué otra cosa te es posible?
Muestras lo que hay en ti,
y lo que no, no lo enseñas
ni lo puedes enseñar.
Hacer seña es enseñar.
¿Hacia dónde van tus señas?
¿A dónde apuntan tus letras?
Nuestro Padre ¿no es Amor?
¿Y apuntas al Amor tú?
Muy gran ocasión tenemos
mientras estamos en tierra
de aspirar hacia los Cielos
y confiar en nuestro Padre,
y poner amor en todo
imitando a nuestro Maestro,
¡tan lleno estuvo y está
del Amor de nuestro Padre!
Él nos mostró el Camino.
Sólo faltan nuestros pasos,
pues su poder redentor
sólo en su mensaje está.
Sea la luz con vosotros,
que las nubes se disipen
y el sol surja en vuestros cielos
y el Amor del Padre os llene.
Que aquí no hay meras palabras,
sino un profundo mensaje.
Dios es Amor, y por siempre.
Aunarte con Él ¿qué será?
Ámalo todo y a todos,
y ve siempre con tu amor
adonde quiera que vayas,
porque el amor es la luz.
No te procures tinieblas
olvidándote de Él.
No te hagas ajeno a Él,
porque Él quiere entrar en ti,
y sólo tú se lo impides
no teniéndoLe presente,
olvidando que Él te cuida
y que quiere estar en ti,
junto a ti y no “sobre” ti,
porque cual padre Él te ama
y te quiere acompañar
en tu camino de vuelta
hacia esa felicidad
como nunca has concebido,
pero que Él te quiere dar
si junto a Él quieres viajar.
No existe más que UN camino.
Salvación y eternidad
sólo se hallan junto al Padre,
jamás dándoLe la espalda.
¡Venid, pródigos a Mí!,
es Su esperanzada espera,
cual la de un ansioso padre
que a su hijo le abre sus brazos.
Viajamos por lodazales,
ciénagas y barrizales…
¿No añoras ya Sus praderas?
¡Ora pues, y volverás!
¡Oh parábolas divinas,
no os vayáis de mi memoria,
porque estaría extraviado
si por vuestra luz no fuera!
¿pero acaso tú no enseñas?
¿No enseñas lo que hay en ti?
¿Qué otra cosa te es posible?
Muestras lo que hay en ti,
y lo que no, no lo enseñas
ni lo puedes enseñar.
Hacer seña es enseñar.
¿Hacia dónde van tus señas?
¿A dónde apuntan tus letras?
Nuestro Padre ¿no es Amor?
¿Y apuntas al Amor tú?
Muy gran ocasión tenemos
mientras estamos en tierra
de aspirar hacia los Cielos
y confiar en nuestro Padre,
y poner amor en todo
imitando a nuestro Maestro,
¡tan lleno estuvo y está
del Amor de nuestro Padre!
Él nos mostró el Camino.
Sólo faltan nuestros pasos,
pues su poder redentor
sólo en su mensaje está.
Sea la luz con vosotros,
que las nubes se disipen
y el sol surja en vuestros cielos
y el Amor del Padre os llene.
Que aquí no hay meras palabras,
sino un profundo mensaje.
Dios es Amor, y por siempre.
Aunarte con Él ¿qué será?
Ámalo todo y a todos,
y ve siempre con tu amor
adonde quiera que vayas,
porque el amor es la luz.
No te procures tinieblas
olvidándote de Él.
No te hagas ajeno a Él,
porque Él quiere entrar en ti,
y sólo tú se lo impides
no teniéndoLe presente,
olvidando que Él te cuida
y que quiere estar en ti,
junto a ti y no “sobre” ti,
porque cual padre Él te ama
y te quiere acompañar
en tu camino de vuelta
hacia esa felicidad
como nunca has concebido,
pero que Él te quiere dar
si junto a Él quieres viajar.
No existe más que UN camino.
Salvación y eternidad
sólo se hallan junto al Padre,
jamás dándoLe la espalda.
¡Venid, pródigos a Mí!,
es Su esperanzada espera,
cual la de un ansioso padre
que a su hijo le abre sus brazos.
Viajamos por lodazales,
ciénagas y barrizales…
¿No añoras ya Sus praderas?
¡Ora pues, y volverás!
¡Oh parábolas divinas,
no os vayáis de mi memoria,
porque estaría extraviado
si por vuestra luz no fuera!
