«Por último, recuerden que su fortaleza
debe venir del gran poder del Señor.
Vístanse de toda la armadura
que Dios les ha dado,
para que puedan hacer frente
a los engaños astutos del diablo,
porque nuestra lucha
no es contra seres humanos,
sino contra los poderes,
las autoridades y los gobernantes
de este mundo en tinieblas;
o sea, que luchamos contra los espíritus
malignos que actúan en el cielo.
Por ello, vístanse de toda
la armadura de Dios
para que puedan resistir en el día malo
y así, al terminar la batalla,
estén todavía en pie.
¡Manténganse firmes!
Que su ropa de batalla sea la verdad
y su protección la justicia.
Estén siempre listos
para anunciar las buenas nuevas de la paz.
Sobre todo, tomen el escudo de la fe
para apagar los dardos de fuego
que arroja el maligno.
Pónganse el casco de la salvación
y tomen la espada que les da el Espíritu,
que es la Palabra de Dios.»
Efesios 6:10-17 NBV