La Santa Sede enfrió los objetivos de santificación, aun en vida, del sacerdote Marcial Maciel. Ahora tendrá que mantenerse al margen de cualquier actividad eclesiástica por la decisión del Vaticano de no procesarlo por las acusaciones de abusos sexuales, pero sí de hacerlo “renunciar a todo ministerio público”.
Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo, se quedó en el camino para llegar a los altares. El estadista eclesiástico del siglo XX que logró construir un imperio de la fe en menos de 70 años, empezó a promover su canonización desde hace varios años.
Pero la decisión del Vaticano de no someterlo a un proceso canónico e invitarlo a “una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público” fue el golpe mortal para sus ambiciones de santidad.
Pese a no cumplir con sus objetivos personales, Maciel Degollado pasará a la historia de la Iglesia reciente, como el único fundador de una congregación que no ocupará un lugar en los altares, pero que logró colocar a los legionarios como un movimiento poderoso e influyente dentro de la Santa Sede.
Maciel Degollado encontró a través de la teología la prosperidad, evangelizando principalmente a las clases empresariales de las ciudades y países donde se estableció, la línea para llenar sus arcas y construir un emporio de la educación.
Su egocentrismo lo llevó a buscar en los últimos años a integrar un grupo de investigadores, quienes documentarían su biografía, pero con la intención de que ésta se utilizaría para integrar su expediente rumbo a los altares. Su ambición por ser santificado era conocida por sus allegados a quienes les llegó a comentar incluso que sería santificado en vida.
Los especialistas coinciden en que su potencial lo había enfocado a esa conquista, porque al interior de la Legión todo gira en torno a su carisma personal. Y las personas que lo rodean lo tratan ya como un santo.
Perdió la legión batalla con el Opus Dei
Entre el Opus Dei uno de los movimientos eclesiásticos importantes que también creció en el siglo pasado y los Legionarios de Cristo existe una rivalidad por atraer no sólo a benefactores con un poderío económico, sino también a seguidores. Las batallas mayores las han dado en México y en España, países donde el número de fieles de la Obra de Dios disminuye mientras que los de la Legión se incrementan.
Para el académico del Colegio de México, Roberto Blancarte, la batalla por la santificación de su fundador la han perdido los Legionarios, que nunca verán en los altares a Maciel Degollado.
Mientras que los opusdeístas veneran a su fundador José María Escrivá de Balaguer desde el 2002, año en que fue nombrado santo por el papa Juan Pablo II.
Blancarte aseguró que la Legión acumulará dos crisis: una, la normal cuando muera el fundador, cuando se da un paso del carisma personal a la institucionalización. Y la otra el enfrentar la estigmatización de su fundador.
De ahí que deberán replantear todos sus comportamientos y organización interna, porque su labor giraba principalmente en enaltecer la imagen de su fundador, quien les dictaba las líneas a seguir en lo moral. Ese estigma que se le ha colocado desde el pasado viernes por la condena del Vaticano no podrá quitárselo. Y tendrán que intensificar sus esfuerzos para borrar la imagen en la sociedad de los “pecados” de Maciel.
El investigador también prevé que si antes algún grupo social consideraba un cierto status el pertenecer a los Legionarios de Cristo, ahora revalorarán el enarbolar la bandera de una persona estigmatizada.
Sobre todo aquellos seguidores que hablan de Maciel colocándole un “aura de santidad en vida, que están en una absoluta ceguera respecto a su personalidad. Y estaban dispuestos a canonizarlo en cuanto muriera”.
La decisión del Vaticano, sostuvo, es “una buena noticia para la Iglesia porque les da un mensaje a todos aquellos abusadores y encubridores de que no se les permitirá actuar fuera de su ministerio”. Con ello el papa Benedicto XVI reafirma su compromiso de eliminar los abusos sexuales a menores dentro de la iglesia.
www.sectas.org
Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo, se quedó en el camino para llegar a los altares. El estadista eclesiástico del siglo XX que logró construir un imperio de la fe en menos de 70 años, empezó a promover su canonización desde hace varios años.
Pero la decisión del Vaticano de no someterlo a un proceso canónico e invitarlo a “una vida reservada de oración y penitencia, renunciando a todo ministerio público” fue el golpe mortal para sus ambiciones de santidad.
Pese a no cumplir con sus objetivos personales, Maciel Degollado pasará a la historia de la Iglesia reciente, como el único fundador de una congregación que no ocupará un lugar en los altares, pero que logró colocar a los legionarios como un movimiento poderoso e influyente dentro de la Santa Sede.
Maciel Degollado encontró a través de la teología la prosperidad, evangelizando principalmente a las clases empresariales de las ciudades y países donde se estableció, la línea para llenar sus arcas y construir un emporio de la educación.
Su egocentrismo lo llevó a buscar en los últimos años a integrar un grupo de investigadores, quienes documentarían su biografía, pero con la intención de que ésta se utilizaría para integrar su expediente rumbo a los altares. Su ambición por ser santificado era conocida por sus allegados a quienes les llegó a comentar incluso que sería santificado en vida.
Los especialistas coinciden en que su potencial lo había enfocado a esa conquista, porque al interior de la Legión todo gira en torno a su carisma personal. Y las personas que lo rodean lo tratan ya como un santo.
Perdió la legión batalla con el Opus Dei
Entre el Opus Dei uno de los movimientos eclesiásticos importantes que también creció en el siglo pasado y los Legionarios de Cristo existe una rivalidad por atraer no sólo a benefactores con un poderío económico, sino también a seguidores. Las batallas mayores las han dado en México y en España, países donde el número de fieles de la Obra de Dios disminuye mientras que los de la Legión se incrementan.
Para el académico del Colegio de México, Roberto Blancarte, la batalla por la santificación de su fundador la han perdido los Legionarios, que nunca verán en los altares a Maciel Degollado.
Mientras que los opusdeístas veneran a su fundador José María Escrivá de Balaguer desde el 2002, año en que fue nombrado santo por el papa Juan Pablo II.
Blancarte aseguró que la Legión acumulará dos crisis: una, la normal cuando muera el fundador, cuando se da un paso del carisma personal a la institucionalización. Y la otra el enfrentar la estigmatización de su fundador.
De ahí que deberán replantear todos sus comportamientos y organización interna, porque su labor giraba principalmente en enaltecer la imagen de su fundador, quien les dictaba las líneas a seguir en lo moral. Ese estigma que se le ha colocado desde el pasado viernes por la condena del Vaticano no podrá quitárselo. Y tendrán que intensificar sus esfuerzos para borrar la imagen en la sociedad de los “pecados” de Maciel.
El investigador también prevé que si antes algún grupo social consideraba un cierto status el pertenecer a los Legionarios de Cristo, ahora revalorarán el enarbolar la bandera de una persona estigmatizada.
Sobre todo aquellos seguidores que hablan de Maciel colocándole un “aura de santidad en vida, que están en una absoluta ceguera respecto a su personalidad. Y estaban dispuestos a canonizarlo en cuanto muriera”.
La decisión del Vaticano, sostuvo, es “una buena noticia para la Iglesia porque les da un mensaje a todos aquellos abusadores y encubridores de que no se les permitirá actuar fuera de su ministerio”. Con ello el papa Benedicto XVI reafirma su compromiso de eliminar los abusos sexuales a menores dentro de la iglesia.
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