Lupa protestante

18 Noviembre 1998
12.218
23
blogs.periodistadigital.com
No sé cuánto tiempo llevarán en la red, pero yo los he descubierto hoy, gracias a un artículo que les han publicado en Religión Digital. Me refiero a los muchachotes de Lupa protestante.

Tengo la certeza de que nos lo vamos a pasar en grande leyendo sus artículos. Como muestra, valga este:

¡En el nombre de Dios, el compasivo, el misericordioso! |
Carlos Osma
El pasado 30 de Diciembre, cientos de miles de musulmanes celebraban la fiesta del cordero, “Eid al-adha”, en nuestro país. Muy pocos de ellos pudieron hacerlo peregrinando a La Meca, como debe hacer todo buen musulmán una vez en la vida . Y aunque hubiesen tenido el tiempo y los medios para hacerlo, sería difícil, ya que hay más de mil doscientos millones de musulmanes en el mundo, y el número máximo de peregrinos que admite esta ciudad es de dos millones y medio.

La fiesta del cordero se celebra el día décimo del mes lunar de “Dualhuya”, unos 70 días después del Ramadán. Posteriormente al rezo de la mañana, que se realiza entre el alba y la salida del Sol, el cabeza de familia realiza el sacrificio de uno o varios corderos mientras recita las palabras: “En el nombre de Dios, el compasivo, el misericordioso”. Este animal macho, se prepara y se come más tarde con toda la familia.

La fiesta del cordero está basada en la tradición, que compartimos cristianos, judíos y musulmanes, en la que Dios pide a Abraham que sacrifique a su hijo . Una historia que, posiblemente en su origen, legitimaba la sustitución de un niño pedido en sacrificio, por un animal . Pero que ha llegado a todos nosotros a través de un relato en el que se describe la experiencia de la fe que muchos hemos tenido alguna vez: Los momentos en los que Dios parece contradecirse. Abraham aparece aquí como ejemplo de obediencia, de sumisión incondicional y de inquebrantable fe en Dios.

Pero hay que reconocer que esta historia, leída de forma literal, es un verdadero escándalo para la mayoría de nosotros. Y es que, a pesar de que tanto el libro del Génesis como el Corán, aclaren que es una prueba, la orden divina dirigida a Abraham de asesinar a su propio hijo, nos presenta a un Dios cruel y caprichoso que juega con el hombre. Y la actitud de Abraham, que no pone en duda esta petición, refleja una comprensión de Dios difícilmente aceptable para el hombre y la mujer de hoy. ¿Quién en su sano juicio entendería esta voz, como la voz de Dios? ¿Quién se atrevería a defender un Dios así?

Creo que he ido muy rápido y he sido un poco ingenuo. Todavía hay muchos creyentes de diversas tradiciones religiosas que creen en un Dios que puede hacer este tipo de exigencias. Matar en nombre de Dios no es una actitud de épocas pasadas. Las expresiones: “Eje del mal”, “Operación justicia infinita”, “Cruzada contra el terrorismo” o “Guerra Santa”, forman parte de nuestra historia reciente. Así como las miles de personas asesinadas el 11S, el 11M, en la ocupación de Irak o actualmente en la guerra de Somalia. Y es que la utilización de Dios para mover a la guerra tiene todavía mucho tirón, lo cual da una idea clara de cual es el Dios en el que creemos o queremos creer.

En algunos lugares como en nuestro país, los creyentes difícilmente apelamos a Dios para justificar la muerte de otras personas, pero con toda naturalidad lo hacemos para rechazar o discriminar a otras. Nuestro Dios nos pide pureza, y ésta sólo se logrará con el sacrificio de los que consideramos impuros. La frase tan socorrida de: “no rechazamos al pecador, sino su pecado”, es el lema que justifica la violencia religiosa que al parecer muchos aceptamos.

Deberíamos también tener en cuenta que no sólo el nombre de Dios es utilizado para producir violencia, ésta no es monopolio de la religión, tal y como intentan hacernos creer algunos. Hay conceptos como: El dinero, la nación o la seguridad, que al divinizarlos, todos los días piden sacrificios.

Si la actitud de Abraham nos deja sorprendidos, no lo hace menos la de su hijo. En el Génesis Isaac no sabe que su vida corre peligro, pero en el Corán Ismael asume su posición y él mismo se ofrece: “¡Hijito! He soñado que te sacrificaba…. ¡Padre! ¡Haz lo que se te ordena! Encontrarás, si Dios quiere, que soy de los pacientes ”. Fácilmente estos versos pueden ser utilizados por los fanatismos que justifican las numerosas personas que se han inmolado en nombre de Dios. También esos otros discursos religiosos que piden vivir resignados a los marginados que las sociedades producen. Seres humanos anulados completamente y que sólo están a la espera de la puñalada final.

Como sabemos, no se produce el sacrificio humano. Dios detiene la mano de Abraham que empuñaba el cuchillo, y le pide que sustituya a su hijo por un cordero. Los cristianos hemos reinterpretado esta historia a la luz de Jesús, y creo sinceramente que también pueden hacerlo judíos y musulmanes. Por un lado, Jesús pertenece al mundo judío, su mensaje no es extraño a él. Como dice Schalom Ben-Chorin: “Jesús es para mí el eterno hermano… mi hermano judío. Siento que su mano fraterna me toma para que le siga ”. Por otro, el Corán pone en boca de Jesús estas palabras: “Soy el siervo de Dios. Él me ha dado la escritura y ha hecho de mí un profeta ”

Jesús: Hijo de Dios, profeta o hermano, no entendió el sacrificio que Dios pide como un proceso que inevitablemente produce víctimas, sino como una obligación de ponerse al lado de los marginados. Tampoco se sometió a un mundo injusto, sino que más bien se enfrentó y denunció los atropellos que él y su pueblo estaban sufriendo. Y todo esto lo hizo con una única arma: El amor.

Leída desde esta perspectiva la fiesta del cordero es la fiesta de la fe. Una fe común que nos une a musulmanes, judíos y cristianos. La fe que nos lleva a desconfiar en los dioses que exigen víctimas o que nos obligan a serlo, y que nos pide confiar plenamente en un Dios de amor como el que muestran las primeras palabras del Corán:

¡En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso!
Alabado sea Dios, Señor del universo,
El Compasivo, el Misericordioso,
Dueño del día del Juicio.
A Ti solo servimos y a Ti solo imploramos ayuda.
Dirígenos por la vía recta,
La vía de los que Tú has agraciado,
No de los que han incurrido en la ira,
Ni de los extraviados .


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¿Qué? ¿a que mola?
:mareado:
 
Re: Lupa protestante

Yo es que me parto.....

Ojo a este artículo:

Por ejemplo, Tamayo... y Vidal |
Manuel López


“Todo sube, menos el IPC…” Tras esta frase habitual de principios de año, no exenta de lúdica acidez y por definición nunca complaciente hacia el gobierno de turno -como debe ser, cabe añadir-, se esconde, lamentablemente para nosotros los paganos, una gran verdad, la gran verdad incontestable del alza imparable del costo de la vida. Vivimos -sobrevivimos- al antojo de las vueltas de tuerca del Índice de Precios al Consumo.

Hay excepciones, claro. Los especuladores, los promotores urbanísticos, los empresarios y ejecutivos dedicados a oscuros negocios de dinero súbito… Es la cultura del pelotazo, ya se sabe.

A este sector minoritario de ciudadanos privilegiados a quienes no afecta el IPC se añade el de los obispos de la Iglesia católica. Tan progresista, audaz, social y valiente en tantos frentes, el Gobierno Zapatero ha claudicado de la manera más lamentable, ay, en las “negociaciones” con la Iglesia católica sobre el tema “madre” para los señores obispos: la “pasta”.

Increíble pero vergonzantemente cierto, un gobierno pretendidamente laico nos hace pagar este año a los españoles, seamos católicos, protestantes o agnósticos, nada menos que 3,40 euros per cápita para el sostenimiento del culto y clero de una religión… que en Cataluña o el País Vasco profesa sólo el 20 de la población.

La “negociación” del gobierno Zapatero con la jerarquía católica se saldó con un incremento de nada menos que del 34% sobre la dotación del año anterior, según informaba Juan G. Bedoya en El País el pasado 7 de enero. En un país hipotecado hasta las cejas en el que se extienden las bolsas de pobreza, el gobierno cede a la presión de los señores obispos aumentando del 0,52% del IRPF -¡de todos los contribuyentes!- al 0,70 %. ¡Toma IPC!

De obligada lectura es el artículo de Juan José Tamayo ¿Quo vadis, PSOE? publicado en Lupa Protestante. El profesor Tamayo es, aquí y ahora, el personaje más lúcido y valiente del mundo religioso en España. Un profeta. Cuando FEREDE se decida a instituir esos Premios anuales de la España Protestante que tanto se siguen echando en falta, Juan José Tamayo es, sin lugar a dudas, de justicia uno de los personajes a reconocer.

Pero la España Protestante a la vista está que no es territorio de consenso. En las antípodas de Tamayo, otro personaje, éste a sueldo de la radio de los obispos, César Vidal, forma parte de la punta de lanza de la pertinaz ofensiva desestabilizadora de derechas. Se declara y le reivindican como protestante, aunque en la biografía que incluye en las solapas de sus libros no ofrece dato alguno sobre su trayectoria ni su actual filiación religiosa.

Acudió ocasionalmente a mi iglesia -Primera Bautista de Madrid, calle General Lacy, 18- y lo dejó. El medio que le promociona a muerte -Protestante Digital- dice de él que acude a “una iglesia evangélica” de la que no desvela el nombre. Le cité en una Lupa “24h-365d” que, cuatro años después, acabo de publicar. Dejaba constancia entonces de nuestra manifiesta incompatibilidad…al tiempo que admiraba y reconocía su testimonio público del valor de la oración personal.

Y es que la fe opera este tipo de milagros. Hay personas con las que nunca te tomarás un café y sin embargo has de reconocer su valía.

Esa es exactamente la sensación que tengo de nuevo, al hilo del posicionamiento de César Vidal en el espinoso asunto de las radios evangélicas: “Radios cristianas: ilegales y legales. A ver si nos enteramos” .

Estimo que en este tema concreto Vidal nos viene a dar toda una lección de manejo de datos con lucidez, ecuanimidad y… sentido común.

Dicho lo dicho, sólo me cabe añadir mi pesar… y mi culpa, en la parte, por mínima que sea, que me pueda corresponder, en la clamorosa ausencia de impacto de la ética protestante en nuestros medios de comunicación.

Una pena que el desayuno con el presidente Zapatero que organiza mañana miércoles 17 de enero el Foro Nueva Economía vaya a estar monopolizado por la negativa del Partido Popular a sumarse al consenso en la lucha contra ETA y la búsqueda de la paz. De ser una situación normal, me atrevería a preguntar al presidente por el inopinado subidón del 34 % de mis impuestos, ciudadano laico de fe protestante, a la religión católica de la que me costó Dios y ayuda apostatar en le época de Franco.

Por supuesto, seré educado en el desayuno de trabajo y dejaré para otra ocasión mi pregunta sobre el inopinado regalo del siglo del gobierno a la Iglesia católica, a sabiendas de que el religioso no será tema que esté en la agenda. Pero en cualquier caso pasaré recado al Foro Nueva Economía para que tome en consideración la posibilidad de organizar un desayuno de trabajo con Mercedes Rico Godoy, directora general de Asuntos Religiosos, a quien, por cierto, pedí una entrevista el día siguiente a su nombramiento. Créanme, cada vez que la veo le recuerdo que la sigo esperando…


-------------


Bieeeeeeen.... ahora os copio un párrafo de uno de los libros del profeta Tamayo:

Jesús habla, más bien, de una radical desigualdad entre lo que puede, quiere y sabe Dios, y lo que puede, quiere y sabe el Hijo, como se pone de manifiesto en el discurso escatológico (13, 32) y en la oración de Getsemaní (14, 36). Aun cuando Jesús actúa con la autoridad de Dios, es llamado Hijo amado de Dios y está cerca de Dios, no es Dios.

......

Hoy nos encontramos con reacciones enfrentadas al respecto. Por una parte, las formulaciones tradicionales sobre la divinidad de Jesucristo provocan un profundo malestar entre los cristianos y un fuerte rechazo en los entornos culturales ajenos al cristianismo. Por otra, en amplios sectores cristianos hay una tendencia a identificar -e incluso a confundir- a Jesús con Dios y a Dios con Jesús. Ello se debe a una educación religiosa desviada, que debe ser corregida, ya que carece de base neotestamentaria.



Insisto, me lo voy a pasar en grande con Lupa protestante
 
Re: Lupa protestante

Carter y Clinton apoyan un “nuevo pacto” bautista en EE.UU.
Enero 20th, 2007

Por Manuel López

MADRID, 19 de enero (ALC).- Una noticia con dos presidentes de Estados Unidos como protagonistas y todos los tintes de convertirse en un hito histórico del mundo bautista se dispone a abrirse paso en el panorama religioso del siglo XXI. Los ex presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton, ambos creyentes evangélicos bautistas, han expresado su apoyo explícito a la convocatoria de una nueva reagrupación bautista al objeto de suscribir un “Nuevo Pacto Bautista” y re lanzar así el testimonio bautista en EE.UU., seriamente empañado en estos últimos años por las posicionamientos ultra conservadores de la Convención Bautista del Sur de EE.UU.

“Se trata de un acontecimiento histórico para los bautistas de Estados Unidos y quizá también para toda la cristiandad”, ha declarado Carter, para quien la anunciada Convención de “refundación” de 2008 está llamada a convertirse en un encuentro que reúna al “más amplio espectro de los bautistas norteamericanos, del norte y el sur del país, afro americanos y angloamericanos, conservadores, moderados y progresistas”.

La celebración de la convención del “Nuevo Pacto Bautista” (“New Baptist Covenant”) está prevista en principio para celebrarse en el “World Congress Center” de Atlanta, estado de Georgia, EE.UU., del 30 de enero al 1 de febrero de 2008, para la que se espera la asistencia de 20.000 bautistas.

Un total de 36 instituciones integran la plataforma bautista que ha cursado la invitación a la participación de todas las Convenciones y Uniones Bautistas norteamericanas con dos objetivos concretos: reconducir el testimonio bautista al campo de la justicia social y racial y desmarcarlo de la teología conservadora imperante en el ámbito de la principal unión bautista de EE, la “Southern Baptist Convention” (SBC), Convención Bautista del Sur, que en estos últimos años se presenta como detentadora de las “esencias bautistas” estadounidenses.

“Es triste”, ha dicho Carter, que abandonó en 2000 la SBC, “que la mayor denominación protestante norteamericana se esté moviendo cada vez hacia posiciones más cercanas a un credo rígido e intolerante, que recalca los principios fundamentalistas”.

Clinton, por su parte, define la convocatoria como “un intento de reunir gente que nos preguntemos por las exigencias de nuestra fe a nosotros los cristianos en el siglo XXI”, al tiempo que expresó su intención de convertirse en animador (”cheerleader”) de un grupo.

El anuncio del Nuevo Pacto Bautista en Estados Unidos, que coincide en el tiempo con el desplome del apoyo popular a la Administración Bush y abre el horizonte a un nuevo periodo de gobierno demócrata, se propone lavar la imagen bautista, el movimiento que inspiró la Reforma Radical y que ha sido objeto de la mayor politización hacia posiciones ultra conservadoras, diametralmente antitéticas de los principios que lo inspiraron.

Un comunicado de la Federación Bautista Europea al respecto de la iniciativa “refundadora” estadounidense no tendría que hacerse esperar, a la vista del contagio, también en Europa, de posicionamientos ideológicos totalmente ajenos al espíritu de la Reforma Radical, como la exaltación de la guerra, el apoyo explícito a la pena de muerte, o la discriminación de la mujer en la vida de la iglesia, que en los países del Este de Europa, también en las iglesias bautistas, alcanza cotas inauditas de vulneración de los derechos humanos fundamentales.

En este sentido, la celebración de la Convención del Nuevo Pacto Bautista en 2008 bien podría abrir indirectamente la serie de actos de celebración en todo el mundo del 50 Aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos.
 
Re: Lupa protestante

Yo es que me parto.....

Ojo a este artículo:

Por ejemplo, Tamayo... y Vidal |
Manuel López


“Todo sube, menos el IPC…” Tras esta frase habitual de principios de año, no exenta de lúdica acidez y por definición nunca complaciente hacia el gobierno de turno -como debe ser, cabe añadir-, se esconde, lamentablemente para nosotros los paganos, una gran verdad, la gran verdad incontestable del alza imparable del costo de la vida. Vivimos -sobrevivimos- al antojo de las vueltas de tuerca del Índice de Precios al Consumo.

Hay excepciones, claro. Los especuladores, los promotores urbanísticos, los empresarios y ejecutivos dedicados a oscuros negocios de dinero súbito… Es la cultura del pelotazo, ya se sabe.

A este sector minoritario de ciudadanos privilegiados a quienes no afecta el IPC se añade el de los obispos de la Iglesia católica. Tan progresista, audaz, social y valiente en tantos frentes, el Gobierno Zapatero ha claudicado de la manera más lamentable, ay, en las “negociaciones” con la Iglesia católica sobre el tema “madre” para los señores obispos: la “pasta”.

Increíble pero vergonzantemente cierto, un gobierno pretendidamente laico nos hace pagar este año a los españoles, seamos católicos, protestantes o agnósticos, nada menos que 3,40 euros per cápita para el sostenimiento del culto y clero de una religión… que en Cataluña o el País Vasco profesa sólo el 20 de la población.

La “negociación” del gobierno Zapatero con la jerarquía católica se saldó con un incremento de nada menos que del 34% sobre la dotación del año anterior, según informaba Juan G. Bedoya en El País el pasado 7 de enero. En un país hipotecado hasta las cejas en el que se extienden las bolsas de pobreza, el gobierno cede a la presión de los señores obispos aumentando del 0,52% del IRPF -¡de todos los contribuyentes!- al 0,70 %. ¡Toma IPC!

De obligada lectura es el artículo de Juan José Tamayo ¿Quo vadis, PSOE? publicado en Lupa Protestante. El profesor Tamayo es, aquí y ahora, el personaje más lúcido y valiente del mundo religioso en España. Un profeta. Cuando FEREDE se decida a instituir esos Premios anuales de la España Protestante que tanto se siguen echando en falta, Juan José Tamayo es, sin lugar a dudas, de justicia uno de los personajes a reconocer.

Pero la España Protestante a la vista está que no es territorio de consenso. En las antípodas de Tamayo, otro personaje, éste a sueldo de la radio de los obispos, César Vidal, forma parte de la punta de lanza de la pertinaz ofensiva desestabilizadora de derechas. Se declara y le reivindican como protestante, aunque en la biografía que incluye en las solapas de sus libros no ofrece dato alguno sobre su trayectoria ni su actual filiación religiosa.

Acudió ocasionalmente a mi iglesia -Primera Bautista de Madrid, calle General Lacy, 18- y lo dejó. El medio que le promociona a muerte -Protestante Digital- dice de él que acude a “una iglesia evangélica” de la que no desvela el nombre. Le cité en una Lupa “24h-365d” que, cuatro años después, acabo de publicar. Dejaba constancia entonces de nuestra manifiesta incompatibilidad…al tiempo que admiraba y reconocía su testimonio público del valor de la oración personal.

Y es que la fe opera este tipo de milagros. Hay personas con las que nunca te tomarás un café y sin embargo has de reconocer su valía.

Esa es exactamente la sensación que tengo de nuevo, al hilo del posicionamiento de César Vidal en el espinoso asunto de las radios evangélicas: “Radios cristianas: ilegales y legales. A ver si nos enteramos” .

Estimo que en este tema concreto Vidal nos viene a dar toda una lección de manejo de datos con lucidez, ecuanimidad y… sentido común.

Dicho lo dicho, sólo me cabe añadir mi pesar… y mi culpa, en la parte, por mínima que sea, que me pueda corresponder, en la clamorosa ausencia de impacto de la ética protestante en nuestros medios de comunicación.

Una pena que el desayuno con el presidente Zapatero que organiza mañana miércoles 17 de enero el Foro Nueva Economía vaya a estar monopolizado por la negativa del Partido Popular a sumarse al consenso en la lucha contra ETA y la búsqueda de la paz. De ser una situación normal, me atrevería a preguntar al presidente por el inopinado subidón del 34 % de mis impuestos, ciudadano laico de fe protestante, a la religión católica de la que me costó Dios y ayuda apostatar en le época de Franco.

Por supuesto, seré educado en el desayuno de trabajo y dejaré para otra ocasión mi pregunta sobre el inopinado regalo del siglo del gobierno a la Iglesia católica, a sabiendas de que el religioso no será tema que esté en la agenda. Pero en cualquier caso pasaré recado al Foro Nueva Economía para que tome en consideración la posibilidad de organizar un desayuno de trabajo con Mercedes Rico Godoy, directora general de Asuntos Religiosos, a quien, por cierto, pedí una entrevista el día siguiente a su nombramiento. Créanme, cada vez que la veo le recuerdo que la sigo esperando…


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Bieeeeeeen.... ahora os copio un párrafo de uno de los libros del profeta Tamayo:

Jesús habla, más bien, de una radical desigualdad entre lo que puede, quiere y sabe Dios, y lo que puede, quiere y sabe el Hijo, como se pone de manifiesto en el discurso escatológico (13, 32) y en la oración de Getsemaní (14, 36). Aun cuando Jesús actúa con la autoridad de Dios, es llamado Hijo amado de Dios y está cerca de Dios, no es Dios.

......

Hoy nos encontramos con reacciones enfrentadas al respecto. Por una parte, las formulaciones tradicionales sobre la divinidad de Jesucristo provocan un profundo malestar entre los cristianos y un fuerte rechazo en los entornos culturales ajenos al cristianismo. Por otra, en amplios sectores cristianos hay una tendencia a identificar -e incluso a confundir- a Jesús con Dios y a Dios con Jesús. Ello se debe a una educación religiosa desviada, que debe ser corregida, ya que carece de base neotestamentaria.



Insisto, me lo voy a pasar en grande con Lupa protestante

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Me das pena Luis Fernando, que como cristiano que dices ser, te estes regocijando de esta situacion, me hace dudar de tu cristianismo.

Yo cuando veo algo aberrante en cualquier rama que se dice cristiana, se me parte el corazon, en suplica a Dios, para que intervenga, poniendo las cosas en su sitio.

Pero cada uno es cada uno. Yo lamento profundamente, y me desvinculo totalmente de gente como esa, que afirma: "Y es que, a pesar de que tanto el libro del Génesis como el Corán, aclaren que es una prueba, la orden divina dirigida a Abraham de asesinar a su propio hijo, nos presenta a un Dios cruel y caprichoso que juega con el hombre. Y la actitud de Abraham, que no pone en duda esta petición, refleja una comprensión de Dios difícilmente aceptable para el hombre y la mujer de hoy. ¿Quién en su sano juicio entendería esta voz, como la voz de Dios? ¿Quién se atrevería a defender un Dios así?" Carlos Osma. Para mi esta gente son infiltardos, falsos profetas y maestros y cabe llamar la atencion de la gente sobre ellos, para que no se dejen embaucar por ellos. Estos son personas que conciben a Dios a su propia imagen y semejanza y nunca podran ser transformados a la imagen de Dios.

Que Dios les bendiga a todos

Paz
 
Re: Lupa protestante

Me regocijo porque se va a poder desenmascarar a esta tropa.
Y eso es motivo de alegría.

No me alegro de sus barbaridades, claro. Sí de que quede claro que no son NADIE en el protestantismo español. Porque, aunque te parezca mentira, a mí me preocupa que haya gente que se llame cristiana, sea católica o protestante, y que haga de quintacolumnismo progre en el seno del cristianismo.

¿Me explico bien?
 
Re: Lupa protestante

Ojo, también hay artículos interesantes, como este de Enric Capó

El protestantismo español y el ecumenismo

El ecumenismo es la asignatura pendiente más importante del protestantismo español. No creo que se haya dado en nuestro seno ningún estudio serio e imparcial, al margen de la controversia, sobre las exigencias bíblicas de comunión, y de exclusión, si éste es el caso, entre aquellos que se refieren a Jesucristo como único Señor y Salvador. Los artículos y libros que han tratado este tema, desde nuestras filas, lo han hecho casi exclusivamente para defender o condenar situaciones, tendencias y actitudes, muchas veces hechas a partir de realidades del exterior y controversias que nos vienen de fuera. Han sido los amigos y los enemigos del ecumenismo quienes principalmente se han ocupado del tema. Los demás lo han considerado siempre como un problema marginal. Lo nuestro, es decir, lo del Protestantismo español, ha sido la “sana doctrina”, a saber, la búsqueda de la fidelidad doctrinal que es una empresa digna y de enorme trascendencia para la Iglesia, pero que, a menudo, ha adolecido de falta de rigurosidad. Ha adoptado demasiadas actitudes de infalibilidad personal y ha ido demasiada cargada de exclusivismos. La búsqueda y la fidelidad a la doctrina correcta es condición imprescindible para un verdadera ecumenismo; pero esta búsqueda de la verdad doctrinal no nos ha de hacer olvidar que el centro de la doctrina cristiana no es una definición, sino la relación auténtica con Dios y con los hombres. Y que, si en el caso de nuestras relaciones con Dios se expresa en términos de amor, paz y reconciliación, igualmente ha de expresarse con referencia a los creyentes en general.

El don de la reconciliación.

El centro de la doctrina cristiana, tal como la encontramos en la Biblia, es la obra reconciliadora de Dios en Cristo. Ante una humanidad dividida y enemistada, que vive en la injusticia y en la violencia, Dios toma la iniciativa de abrir un camino a la reconciliación. Esta reconciliación es, en primer lugar, entre Dios y los hombres. Se realiza de forma personal e intransferible, uno a uno, mediante una conversión personal que se manifiesta en un cambio de dirección en la vida para buscar y seguir el camino de Cristo. Por esta reconciliación, la humanidad tiene libre acceso al mundo de Dios (Ro 5,1), el mundo de la gracia, e inaugura la vida auténtica: la vida de las relaciones correctas. En una realidad de confusión como la nuestra, el creyente encuentra su lugar, sabe donde está y hacia donde va. Se encuentra a si mismo como creación de Dios y alcanza la paz y el equilibrio interior. Es un hombre reconciliado. Tiene una nueva mente, que es la de Cristo, que le permite caminar en un nuevo camino. Ha dejado ya de lado una vieja manera de vivir, el hombre viejo, para asumir la realidad del hombre nuevo, imagen de Cristo, su modelo. Vive en la tierra y en este presente, pero se esfuerza en vivir la realidad futura -pero que de alguna manera ya ha llegado a nosotros- del Reino de Dios. Es el nuevo ciudadano del nuevo mundo de Dios. No se rige por la Ley, que fue dada para esta realidad terrenal, sino por la nueva fuerza interior que tiene como centro la obligación de amar, por encima de todo y sin ningún tipo de fronteras. Es el hombre que goza de la reconciliación con Dios y vive para la reconciliación con todos los hombres.

Comunidades reconciliadas

Este hombre reconciliado no está todavía en la comunidad del Reino de Dios. Vive todavía aquí, en la debilidad de lo terreno. Vive la ausencia de poder y de gloria. No tiene a su alcance todas las posibilidades del Reino. Todo, menos la realidad de Cristo en su vida, lo vive en la promesa y en la esperanza. Pero este hombre reconciliado, en obediencia a su Señor y Maestro, se integra en una comunidad reconciliada con todos aquellos que han tenido la misma experiencia, una comunidad que tiene como centro el mismo Cristo, el Reconciliador. Esta comunidad es la Iglesia, el cuerpo de Cristo. Esta comunidad a la que se integra es el intento de comunidad reconciliada, el intento de vivir, en este nuestro presente, el proyecto del Reino de Dios que tiene, como objetivo final, la reconciliación perfecta.

Esta Iglesia es, en primer lugar, una comunidad local, fruto de nuestro éxito o de nuestro fracaso. No es jamás una comunidad perfecta. Viene deformada por todos nuestros defectos y nuestras divisiones. El testimonio de vida que damos al mundo, con algunas y dignas excepciones, es más bien pobre y está muy lejos de reflejar la imagen de Cristo. Sin embargo, esta iglesia visible, imperfecta, dividida y zarandeada por las corrientes de un mundo alejado de Dios, es la Iglesia, el cuerpo de Cristo aquí y ahora. Es cierto que podríamos hacer distinciones –como hacen algunos- y decir que es sólo una manifestación histórica e imperfecta de la Iglesia Invisible que constituye el auténtico cuerpo de Cristo. Pero esto sería pasar nuestros problemas al mundo de la fantasía, en lo que parece que somos especialistas. Nadie duda de que haya una Iglesia Invisible, escondida en el corazón de Dios; pero, ¿de qué nos sirve? A menudo es sólo una excusa para decir que tenemos oculto lo que no podemos mostrar en público. Y las cosas escondidas son dudosas. La iglesia local y su proyección a los diferentes niveles denominacionales, nacionales e internacionales, es la única iglesia que conocemos, la única real y visible. Y a la vista del tipo de iglesia que hemos conseguido, habríamos de decir que, si es el cuerpo de Cristo, es un cuerpo martirizado, continuamente crucificado de nuevo por nosotros mismos.

La iglesia, pues, la que está en la calle General Lacy de Madrid o en la calle Aragón de Barcelona, esta realidad histórica, tangible y contable, con personalidad jurídica y con títulos de propiedad, tal como es, sin más pretensiones que las de querer ser, es llamada a asumir el papel de comunidad reconciliada. Si lo alcanza, glorifica a Dios y manifiesta la realidad de la obra de Cristo. Si no lo alcaza, habría de dimitir y disolverse, porque se ha convertido en piedra de escándalo y en negación de aquello que pretende ser. La reconciliación con Dios ha de manifestarse siempre en una reconciliación entre los creyentes. No podemos proclamar el mensaje salvador de Dios desde la división y la “irreconciliación”.

La iglesia local es un microcosmo en el que están presentes todos los elementos esenciales, no le falta nada. Es auténticamente la iglesia de Dios o de Cristo. Pero, forma parte de un todo más amplio: las otras comunidades que tienen el mismo centro.


Entonces, la reconciliación que ha de mostrar en su propio seno, la ha de extender a las otras comunidades, a las que no puede juzgar porque, al hacerlo, se condena a si misma. Si aplicamos al ley de la autenticidad a las otras comunidades, nos las hemos de aplicar a nosotros mismos y entonces caemos en la misma condenación. No hay ninguna comunidad que sea cristal transparente que refleje la auténtica imagen de Cristo. No hay ninguna doctrina que sea la única interpretación válida de la Palabra de Dios. No hay ninguna organización eclesiástica que pueda pretender ser la única posible. Estamos en el campo de las aproximaciones, siempre renovadas, a la verdad de Dios. La iglesia auténtica es siempre consciente de sus imperfecciones y es, por tanto, una iglesia “en continuo proceso de reforma”.

Más allá de la comunidad local.

La función reconciliadora de la Iglesia, el don de la reconciliación, se ha de mostrar en las relaciones con los demás. Si una iglesia local es llamada a ser una comunidad reconciliada, lo es también a formar una comunidad de comunidades reconciliadas. La obra de Cristo no permite parcelas de poder independiente. No existe, en el cuerpo de Cristo, tal cosa como una iglesia independiente. Cuanto más independiente, menos iglesia; cuanto más lejos esté de otras comunidades, más lejos estará de Cristo. Es cierto que vivimos en un mundo trastornado y violento, lleno de injusticias y de condenación; pero nuestra actitud no puede ser jamás la del que huye del incendio para salvar su propia vida, es decir, la comunidad que se desentiende de las demás condenándolas para presentarse como la única auténtica. En este contexto se aplica la palabra de Cristo: “quien salva la vida, la pierde; quien la pierde, la gana”. Nuestro mundo no es una causa perdida que se pueda menospreciar a favor del otro. Es un mundo, nos dice Cristo, amado por Dios y es también un mundo salvable y a salvar. Nuestra tarea como iglesias es crear el especio de la libertad, de la renovación, de la vid auténtica. Nos incumbe mostrar, en el día a día de nuestro trabajo eclesial, la obra de Dios. La iglesia ha de ser, por un lado, la muestra del poder reconciliador del evangelio y, por otro, el instrumento de reconciliación.

En nuestra situación eclesial, hemos de asumir que esta reconciliación se vive en círculos concéntricos. Unos son más cercanos y otros más lejanos. Hay aquellos que llevan nuestro mismo “alias” (la marca denominacional) y los que llevan otros distintos.



Hay los que conozco y trato con frecuencia y aquellos que siempre me serán desconocidos. Pero la Iglesia, el cuerpo de Cristo en su manifestación histórica, son todos ellos. Diferentes razas, diferentes lenguas, diferentes denominaciones, diferentes confesiones: todos aquellos que confiesan a Jesucristo como Señor y Salvador.

El movimiento ecuménico.

Aquí deberíamos situar el movimiento ecuménico, no como camino hacia una gran iglesia universal integrada en una sola realidad social, sino como exigencia del evangelio, exigencia del respeto a los demás y del amor que nos debemos unos a otros. El ecumenismo no puede significar jamás una pérdida de nuestra identidad ni un sacrificio de nuestra posición doctrinal. Ha de ser, sobre todo, salvar las barreras y los obstáculos, romper tabús y prejuicios religiosos, abrirnos a las relaciones y al diálogo con los demás. Dejar sólo a Dios el juicio sobre nuestros errores y los de los demás. Aquí, nuestra tarea es aceptarnos y ayudarnos en nuestros esfuerzo para ser fieles al que nos ha llamado. Católicos y protestantes, ortodoxos y anglicanos, somos hermanos llamados a sentarnos en la mesa del Señor. Somos los convidados. Todos venimos de “una tierra lejana”, donde “hemos vivido perdidamente”. Un día, conscientes de nuestra situación de hombres y mujeres perdidos, acudimos a la casa del Padre, con nuestras ropas manchadas y nuestros hábitos viciados, y El, el Padre y la Madre de todos, nos ha recibido y nos ha perdonado. Somos hermanos. Es cierto que hay “hermanos mayores” que, si estamos nosotros, no quieren entrar. Es una de las actitudes posibles, la peor. Al excluir a los demás, nos excluimos a nosotros mismos de la obra reconciliadora de Dios en Cristo.

Enric Capó