Cristo es la luz del mundo. Dios es luz y Cristo es esa luz revelada a todo hombre para salvación en su nombre. La Iglesia es el Cuerpo de Cristo. Desde el momento en que creemos y andamos en Él formamos parte de su Iglesia y somos luz del mundo ya que Él nos hace partícipes de su propia naturaleza. Ahora bien, ser luz del mundo implica que los hombres se fijarán en nosotros y en nuestras obras. No podemos decir que somos luz del mundo si nuestras obras no son de Dios. El Espíritu Santo es quien nos ayuda a hacer la obra de Dios en el mundo. Él es el que nos ilumina con su presencia en nuestras vidas de forma que ya no seamos más nosotros mismos sino Cristo en nosotros. Él es quien nos lleva al conocimiento del Salvador, el que nos moldea a su imágen y semejanza de tal forma que somos cartas de Cristo escritas por el Espíritu Santo, que los hombres pueden leer (2 Cor 3,2-3). La Iglesia de Cristo no puede estar formada por hombres que andan en tinieblas porque "¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" (2 Cor 6,14). Sabemos quienes son de las tinieblas y quienes de la luz por sus frutos, por sus obras.
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Cristo es la luz del mundo. Dios es luz y Cristo es esa luz revelada a todo hombre para salvación en su nombre.
Esto lo escribiste antes de ser católico; ¿qué eras? ¿evangélico? ¿ortodoxo?
Y mañana, ¿qué vas a ser, tránsfuga?
Si Cristo es la luz del mundo, ¿por qué no la sigues y sales de la oscuridad de tu secta mayor?
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo.
Como tú eres un hombre de doble y triple ánimo, ¿qué significa esto? Ahora, metido en la patraña romanista, seguro que a lo que te refieres es a tu apóstata organización vaticana. ¡¿No te da vergüenza?!
Desde el momento en que creemos y andamos en Él formamos parte de su Iglesia y somos luz del mundo ya que Él nos hace partícipes de su propia naturaleza.
Es verdad, por lo tanto estás fuera de ella, 'ojos y oídos del papa'; estás aquí para averiguar cómo pensamos los del pueblo de Dios.
Ahora bien, ser luz del mundo implica que los hombres se fijarán en nosotros y en nuestras obras.
Como tú no eres la luz del mundo, inmerso en tu demoníaca mariolatría, los que se están fijando en ti son todos los demonios de infierno quienes están contentos con la destrucción que estás promoviendo.
No podemos decir que somos luz del mundo si nuestras obras no son de Dios.
Tus obras, tu estrategia para destruir a la Iglesia del Señor en el internet indican que no eres luz sino tinieblas.
El Espíritu Santo es quien nos ayuda a hacer la obra de Dios en el mundo.
Estas cuando salen de tus dedos son blasfemia. Deja de usar el Nombre Sagrado del Espíritu Santo. Tú eres un simple idólatra, ùcomo te atreves a atribuir al Espíritu semejante pecado. No tomarás el Nombre de Dios en vano.
Él es el que nos ilumina con su presencia en nuestras vidas de forma que ya no seamos más nosotros mismos sino Cristo en nosotros.
Simplemente, tú eres el hombre arrogante que desprecias a los que te salen al frente. Solo les hablas a quienes te da la muchísima gana. Nos tienes miedo, eres un cobarde que no quieres enfrentarte a los que te decimos abiertamente quién eres, venido del averno.
Él es quien nos lleva al conocimiento del Salvador, el que nos moldea a su imágen y semejanza de tal forma que somos cartas de Cristo escritas por el Espíritu Santo, que los hombres pueden leer (2 Cor 3,2-3).
Tú rechazaste el trabajo del Espíritu Santo, Lo pisoteaste. Lo escupiste. Lo pusiste por los suelos al volver a tragar el vómito que habías arrojado al dejar la Secta. Ese no puede ser el trabajo del Espíritu Santo. Ese el trabajo de Satanás aunque tus palabras suenen dulces, que inclusive a Ricardo has convencido con tu "dulzura" diabólica.
La Iglesia de Cristo no puede estar formada por hombres que andan en tinieblas porque "¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" (2 Cor 6,14).
La Palabra de Dios que acabas de mencionar te condena. No pasarás. La Biblia, a la que niegas su valor de AUTORIDAD, como espada filuda, te está cortando hasta los tuétanos. Por eso no te gusta ella. Eres el artífice del engaño.
Sabemos quienes son de las tinieblas y quienes de la luz por sus frutos, por sus obras.
Tú lo has dicho, los frutos de tu idolatría y de tu vendimia a Roma son desastrozos para el pueblo de Dios. No necesito de iniciales. Yo te digo con palabras y párrafos quién eres y cuál es tu misión: TRAER LA CONFUSION SATANICA AL COMIENZO DE ESTE MILENIO.
Contesta si te da la gana. El que guarda silencio, concede.
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Cristo es la luz del mundo. Dios es luz y Cristo es esa luz revelada a todo hombre para salvación en su nombre.
Esto lo escribiste antes de ser católico; ¿qué eras? ¿evangélico? ¿ortodoxo?
Y mañana, ¿qué vas a ser, tránsfuga?
Si Cristo es la luz del mundo, ¿por qué no la sigues y sales de la oscuridad de tu secta mayor?
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo.
Como tú eres un hombre de doble y triple ánimo, ¿qué significa esto? Ahora, metido en la patraña romanista, seguro que a lo que te refieres es a tu apóstata organización vaticana. ¡¿No te da vergüenza?!
Desde el momento en que creemos y andamos en Él formamos parte de su Iglesia y somos luz del mundo ya que Él nos hace partícipes de su propia naturaleza.
Es verdad, por lo tanto estás fuera de ella, 'ojos y oídos del papa'; estás aquí para averiguar cómo pensamos los del pueblo de Dios.
Ahora bien, ser luz del mundo implica que los hombres se fijarán en nosotros y en nuestras obras.
Como tú no eres la luz del mundo, inmerso en tu demoníaca mariolatría, los que se están fijando en ti son todos los demonios de infierno quienes están contentos con la destrucción que estás promoviendo.
No podemos decir que somos luz del mundo si nuestras obras no son de Dios.
Tus obras, tu estrategia para destruir a la Iglesia del Señor en el internet indican que no eres luz sino tinieblas.
El Espíritu Santo es quien nos ayuda a hacer la obra de Dios en el mundo.
Estas cuando salen de tus dedos son blasfemia. Deja de usar el Nombre Sagrado del Espíritu Santo. Tú eres un simple idólatra, ùcomo te atreves a atribuir al Espíritu semejante pecado. No tomarás el Nombre de Dios en vano.
Él es el que nos ilumina con su presencia en nuestras vidas de forma que ya no seamos más nosotros mismos sino Cristo en nosotros.
Simplemente, tú eres el hombre arrogante que desprecias a los que te salen al frente. Solo les hablas a quienes te da la muchísima gana. Nos tienes miedo, eres un cobarde que no quieres enfrentarte a los que te decimos abiertamente quién eres, venido del averno.
Él es quien nos lleva al conocimiento del Salvador, el que nos moldea a su imágen y semejanza de tal forma que somos cartas de Cristo escritas por el Espíritu Santo, que los hombres pueden leer (2 Cor 3,2-3).
Tú rechazaste el trabajo del Espíritu Santo, Lo pisoteaste. Lo escupiste. Lo pusiste por los suelos al volver a tragar el vómito que habías arrojado al dejar la Secta. Ese no puede ser el trabajo del Espíritu Santo. Ese el trabajo de Satanás aunque tus palabras suenen dulces, que inclusive a Ricardo has convencido con tu "dulzura" diabólica.
La Iglesia de Cristo no puede estar formada por hombres que andan en tinieblas porque "¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?" (2 Cor 6,14).
La Palabra de Dios que acabas de mencionar te condena. No pasarás. La Biblia, a la que niegas su valor de AUTORIDAD, como espada filuda, te está cortando hasta los tuétanos. Por eso no te gusta ella. Eres el artífice del engaño.
Sabemos quienes son de las tinieblas y quienes de la luz por sus frutos, por sus obras.
Tú lo has dicho, los frutos de tu idolatría y de tu vendimia a Roma son desastrozos para el pueblo de Dios. No necesito de iniciales. Yo te digo con palabras y párrafos quién eres y cuál es tu misión: TRAER LA CONFUSION SATANICA AL COMIENZO DE ESTE MILENIO.
Contesta si te da la gana. El que guarda silencio, concede.