Incluso el 45% que se declara católico reconoce que la institución tiene una postura anticuada sobre libertades sexuales
Un estudio presentado ayer por la Fundación BBVA sobre los estudiantes universitarios españoles disipó todas las dudas, si es que quedaba alguna, sobre la pervivencia de generaciones X en la juventud actual. Ni X, ni Y, ni Z, los jóvenes saben perfectamente lo que piensan y lo que quieren. Según el mencionado estudio, el universitario medio es de izquierdas y se declara poco o nada religioso, proeuropeo con matices, crítico con la globalización y optimista sobre las consecuencias de la inmigración en España.
Laicos. Concretamente, un 52,4% de los 3.000 encuestados se declara nada religioso pese a que un 78% ha sido educado en un entorno católico. Además, el 59,5% reconoce no asistir a ceremonias religiosas salvo que se trate de bodas, bautizos y comuniones.
Hijos de su tiempo, a la mayoría de los jóvenes no le causan ningún dilema moral cuestiones tan espinosas como la convivencia antes del matrimonio (8,8 puntos de aceptación sobre 10); el matrimonio homosexual (7,9); la eutanasia (7,5); el aborto (7), y la adopción por parte de parejas homosexuales (6,8). De hecho, incluso el 45% de los estudiantes que muestra algún tipo de identificación con la religión católica admite que la Iglesia tiene una postura anticuada sobre las libertades sexuales.
Más aún, preguntados por aquellas instituciones que les provocan mayor recelo, los encuestados señalan con el dedo a la Iglesia católica al valorarla con sólo 2,9 puntos sobre 10 en este apartado. Tampoco se sienten cómodos con las empresas multinacionales (3,9) y los gobiernos tanto autonómicos (4,6), como el central (4,8).Por contra, valoran con un bien alto la confianza que despiertan en ellos las universidades (6,4), las ONG (6,2) y las empresas españolas (5,5). Pero los religiosos no son los únicos credos sobre los que se mojan los jóvenes. También se posicionan claramente en asuntos como el europeísmo, la inmigración, la globalización...
De izquierdas. Un 40,7% de los encuestados se adscribe dentro de esta tendencia política frente al 8,7% que dice ser de derechas, aunque también conforman un grupo numeroso (36,3%) quienes dicen ocupar posiciones intermedias. Por tipo de universidad, los alumnos de las privadas presentan una mayor preferencia por la indefinición o el centrismo que los de las públicas, encuadrados mayoritariamente en el centro izquierda.
Tolerantes. Lejos de dejarse llevar por alarmismos ante la llegada de inmigrantes a España, el 53,1% de los jóvenes encuestados la juzga como buena o muy buena. Sólo un 14,3% de ellos la considera mala o muy mala y un 29,4% se muestra indiferente. Alegan que la inmigración supone enriquecimiento cultural (6,6 sobre 10) y desarrollo económico (6,5). Aunque en menor medida, también creen que implica delincuencia (5,3) y robo de puestos de trabajo (3,7).
Sobre las políticas que puedan desarrollarse ante la avalancha de inmigrantes, un 43% apuesta por la acogida mientras haya puestos de trabajo disponibles; un 33% cree que deberían establecerse cupos de entrada; un 16,3% recomienda que se deje venir libremente a quien quiera, y sólo un 1,3% considera que se debería prohibir totalmente la inmigración.
Antiglobalización. Aunque no tan abrumadora como en otros asuntos, el estudio detecta una mayoría de estudiantes que cree que la globalización tiene más consecuencias negativas que positivas. Exactamente, un 43,4% de los encuestados está convencido de ello, mientras que sólo un 30,1% piensa lo contrario. También resulta destacable el 26,6% que no supo o no quiso responder a esta pregunta, quizá por desconocimiento.
Cuando se les pidió valorar de 0 a 10 algunos aspectos concretos de la globalización, los universitarios puntuaron con un 6,9 la posibilidad de que aumente las distancias entre países ricos y pobres, con un 6,8 que produzca un mundo dominado por la cultura occidental, y un 4,8 el que favorezca el desarrollo de la democracia en el mundo.
Europeístas. Cuando se les pregunta si se sienten afectivamente identificados con la Unión Europea (UE), un 45% responde «mucho» o «bastante», y un 23,4% «regular». Sólo un 28,2% se siente poco o nada identificado. De hecho, un 69% considera que el fortalecimiento de la UE mejoraría la situación económica actual y un 65,6% cree que tendría semejantes consecuencias en los asuntos sociales.
Críticos con EEUU. La comparación de la realidad europea con los valores y las políticas estadounidenses arroja, desde el punto de vista de los alumnos, una visión crítica de estas últimas.
Suspenden al país de George W. Bush por falta de espíritu pacifista (lo valoran con un 3,9 sobre 10, frente al 6,5 de Europa); por desigualdad social (7,7 contra 6,4) y por su escasa contribución al desarrollo democrático en otros países (3,8 frente a 5,8).También consideran que en Europa una persona que vale y se esfuerza tiene más posibilidades de progresar en la vida (6,1) que en EEUU (5,6).
Sin embargo, dan muestras de sentido común cuando reconocen que los norteamericanos nos dan sopas con onda en lo referente a la potenciación de la ciencia y la innovación. Le dan un 6,9 a EEUU frente a un 6,4% a la UE.
Por Juanjo Becerra
El Mundo
Un estudio presentado ayer por la Fundación BBVA sobre los estudiantes universitarios españoles disipó todas las dudas, si es que quedaba alguna, sobre la pervivencia de generaciones X en la juventud actual. Ni X, ni Y, ni Z, los jóvenes saben perfectamente lo que piensan y lo que quieren. Según el mencionado estudio, el universitario medio es de izquierdas y se declara poco o nada religioso, proeuropeo con matices, crítico con la globalización y optimista sobre las consecuencias de la inmigración en España.
Laicos. Concretamente, un 52,4% de los 3.000 encuestados se declara nada religioso pese a que un 78% ha sido educado en un entorno católico. Además, el 59,5% reconoce no asistir a ceremonias religiosas salvo que se trate de bodas, bautizos y comuniones.
Hijos de su tiempo, a la mayoría de los jóvenes no le causan ningún dilema moral cuestiones tan espinosas como la convivencia antes del matrimonio (8,8 puntos de aceptación sobre 10); el matrimonio homosexual (7,9); la eutanasia (7,5); el aborto (7), y la adopción por parte de parejas homosexuales (6,8). De hecho, incluso el 45% de los estudiantes que muestra algún tipo de identificación con la religión católica admite que la Iglesia tiene una postura anticuada sobre las libertades sexuales.
Más aún, preguntados por aquellas instituciones que les provocan mayor recelo, los encuestados señalan con el dedo a la Iglesia católica al valorarla con sólo 2,9 puntos sobre 10 en este apartado. Tampoco se sienten cómodos con las empresas multinacionales (3,9) y los gobiernos tanto autonómicos (4,6), como el central (4,8).Por contra, valoran con un bien alto la confianza que despiertan en ellos las universidades (6,4), las ONG (6,2) y las empresas españolas (5,5). Pero los religiosos no son los únicos credos sobre los que se mojan los jóvenes. También se posicionan claramente en asuntos como el europeísmo, la inmigración, la globalización...
De izquierdas. Un 40,7% de los encuestados se adscribe dentro de esta tendencia política frente al 8,7% que dice ser de derechas, aunque también conforman un grupo numeroso (36,3%) quienes dicen ocupar posiciones intermedias. Por tipo de universidad, los alumnos de las privadas presentan una mayor preferencia por la indefinición o el centrismo que los de las públicas, encuadrados mayoritariamente en el centro izquierda.
Tolerantes. Lejos de dejarse llevar por alarmismos ante la llegada de inmigrantes a España, el 53,1% de los jóvenes encuestados la juzga como buena o muy buena. Sólo un 14,3% de ellos la considera mala o muy mala y un 29,4% se muestra indiferente. Alegan que la inmigración supone enriquecimiento cultural (6,6 sobre 10) y desarrollo económico (6,5). Aunque en menor medida, también creen que implica delincuencia (5,3) y robo de puestos de trabajo (3,7).
Sobre las políticas que puedan desarrollarse ante la avalancha de inmigrantes, un 43% apuesta por la acogida mientras haya puestos de trabajo disponibles; un 33% cree que deberían establecerse cupos de entrada; un 16,3% recomienda que se deje venir libremente a quien quiera, y sólo un 1,3% considera que se debería prohibir totalmente la inmigración.
Antiglobalización. Aunque no tan abrumadora como en otros asuntos, el estudio detecta una mayoría de estudiantes que cree que la globalización tiene más consecuencias negativas que positivas. Exactamente, un 43,4% de los encuestados está convencido de ello, mientras que sólo un 30,1% piensa lo contrario. También resulta destacable el 26,6% que no supo o no quiso responder a esta pregunta, quizá por desconocimiento.
Cuando se les pidió valorar de 0 a 10 algunos aspectos concretos de la globalización, los universitarios puntuaron con un 6,9 la posibilidad de que aumente las distancias entre países ricos y pobres, con un 6,8 que produzca un mundo dominado por la cultura occidental, y un 4,8 el que favorezca el desarrollo de la democracia en el mundo.
Europeístas. Cuando se les pregunta si se sienten afectivamente identificados con la Unión Europea (UE), un 45% responde «mucho» o «bastante», y un 23,4% «regular». Sólo un 28,2% se siente poco o nada identificado. De hecho, un 69% considera que el fortalecimiento de la UE mejoraría la situación económica actual y un 65,6% cree que tendría semejantes consecuencias en los asuntos sociales.
Críticos con EEUU. La comparación de la realidad europea con los valores y las políticas estadounidenses arroja, desde el punto de vista de los alumnos, una visión crítica de estas últimas.
Suspenden al país de George W. Bush por falta de espíritu pacifista (lo valoran con un 3,9 sobre 10, frente al 6,5 de Europa); por desigualdad social (7,7 contra 6,4) y por su escasa contribución al desarrollo democrático en otros países (3,8 frente a 5,8).También consideran que en Europa una persona que vale y se esfuerza tiene más posibilidades de progresar en la vida (6,1) que en EEUU (5,6).
Sin embargo, dan muestras de sentido común cuando reconocen que los norteamericanos nos dan sopas con onda en lo referente a la potenciación de la ciencia y la innovación. Le dan un 6,9 a EEUU frente a un 6,4% a la UE.
Por Juanjo Becerra
El Mundo