Los TRES elementos hacia la Verdad, que nos permitirán algún día SER UNO.
La teoría del caos, tiene mucho que ver con estos tres elementos, ya que cada vez que debemos tomar una decisión en nuestras vidas hay dos posibilidades o una combinación de las mismas, y una sola decisión, que a su vez nos llevara a afrontar otras circunstancias, hasta volver a tomar otra decisión... el elemento que nos hace tomar una u otra bifurcación es el tercer elemento, son los atractores extraños quizás? nuestro espíritu? nuestra fe o convicción? es nuestro libre albedrío que nos da la posibilidad de elegir, tendrá esto algo que ver con nuestro karma por ejemplo? hasta cuando seguiremos transitando el camino de la purificación?
Hay tres Senderos que conducen a la verdad, el primero es el de la Conciencia (mente) , el segundo el de la Naturaleza (cuerpo, materia, energía) , y el tercero es el de la sabiduría (espíritu), que logramos gracias a la experiencia y parte de la cual heredamos de las generaciones anteriores, que recibimos en la forma de grandes obras maestras de todas las épocas. Desde tiempos inmemoriales, el hombre y la humanidad han seguido estos tres senderos. Entre estos legados por ejemplo encontramos enseñanzas como:
El TAO, que significa el camino, en el cual coexisten dos opuestos que se enlazan con un vacío medio.
La de Confucio, definía estos tres elementos como tierra-hombre-cielo.
La de Jesucristo que nos enseño la trinidad, el El Padre-El hijo-El espíritu Santo, que también nos dijo YO SOY EL CAMINO-LA VERDAD Y LA VIDA.
EL ser humano esta compuesto de tres elementos cuerpo-mente-espíritu
El Primer Sendero hacia la verdad, el Sendero de la Conciencia (mente) ha sido seguido por los grandes místicos, consideraban que la conciencia es la realidad más inmediata a nosotros y que es la clave del universo. Es algo que está en nosotros y en todas las épocas de la historia, los místicos han descubierto que las leyes de la conciencia humana contienen un aspecto que no se encuentra en las leyes que gobiernan el universo material. Es aquí donde el Tao existe, es aquí donde nuestro libre albedrío decide el camino que quiere seguir, es aquí donde la batalla se despliega continuamente, y batalla que solo el espíritu puede ganar.
Existe una cierta unidad dinámica en nuestra conciencia en la que UNO es al mismo tiempo muchos. No es posible tener simultáneamente diferentes pensamientos, ideas, asociaciones, imágenes, memorias e intuiciones que ocupan nuestra conciencia en fragmentos de minutos o segundos; no obstante, toda esta multiplicidad constituye una unidad dinámica. Por lo tanto, las leyes de las matemáticas son válidas para el universo material y una clave para su comprensión, pero no podrán ser válidas en el campo de la Conciencia (mente), reino en el que continuamente tomamos decisiones que van bifurcando, abriendo nuevas posibilidades, nuevos caminos. Las medidas de espacio, tiempo y peso, universalmente válidas para todo el universo material, no son aplicables a la Conciencia (mente), en la que a veces unos pocos segundos parecen horas o las horas un minuto.
Para nuestra Conciencia (mente) no existe el espacio y por lo tanto no puede ser medida en términos espaciales. Tiene su propio tiempo, con frecuencia es atemporal, por lo que las medidas de tiempo no pueden aplicarse a la verdad alcanzada por este sendero.
Sin embargo las enseñanzas de los grandes maestros frecuentemente pierden su vitalidad con el paso de las generaciones, son modificadas, distorsionadas y convertidas en dogmas. Sus valores son petrificados en instituciones y jerarquías organizadas. Las instituciones puras son ahogadas por las arenas del tiempo, el egoísmo, el orgullo místico y la materialidad del poder económico; por ello deberán ser desenterradas por los buscadores de la Verdad, capaces de penetrar su Esencia Universal, y esto se hace a través del ESPÍRITU, el espíritu nos da el discernimiento para encontrar la fuente de agua viva, que nos da sabiduría, otros la llaman FE, es en el tercer elemento que se encuentra el instrumento de la FE, tan grande, tan indestructible que puede mover montañas.
Otro peligro es el de que las personas que transitan por un solo sendero hacia la verdad pueden caer en exageraciones, llegan a creer en ese único sendero hacia la verdad y menosprecian todos los demás. Frecuentemente el místico se crea un universo artificial, alejado de la realidad, hasta que termina viviendo en una torre de marfil perdido con todo contacto con la realidad y con la vida.
El Segundo de los tres Senderos es el de la Naturaleza (materia,energía). Mientras el Primer Sendero comienza en el interior y de ahí penetra en la totalidad de las cosas, el segundo toma el camino opuesto. El punto de partida es el mundo exterior. Es el sendero del científico y ha sido seguido en todos los tiempos a través de la experiencia y del experimento y del uso de los métodos deductivo e inductivo. El científico, al trabajar con medidas cuantitativas exactas, mide todo en el espacio y en el tiempo, y hace todas las correlaciones posibles.
Con el telescopio penetra en el remoto espacio cósmico y en los diferentes sistemas solares y galácticos; por medio del espectro mide los elementos constitutivos de los planetas en el espacio cósmico, y por medio de los cálculos matemáticos determina por anticipado los movimientos de los cuerpos celestes. Al aplicar la ley de causa y efecto, el científico establece una larga cadena de causas y efectos que le ayudan a explicar y a medir el universo y la vida.
Pero el científico, como el místico, algunas veces caen en exageraciones. Mientras la ciencia ha transformado la vívida humanidad y ha creado grandes valores para el hombre en todas las épocas, no ha podido encontrar una solución satisfactoria a los problemas finales de la existencia, de la vida y del universo. El científico tiene la larga cadena de causas y efectos asegurada en sus eslabones, pero no tiene idea de qué hacer con el extremo de la cadena. No tiene un lugar sólido para fijar el extremo de la cadena y así, en el sendero hacia la verdad a través de la naturaleza y del universo material, es incapaz de dar respuesta a las grandes y eternas preguntas relativas al principio y al fin de las cosas.
Los científicos más grandes reconocen que en el campo metafísico, más allá de la cadena científica, hay algo que continúa a partir del extremo de la cadena. No obstante, están también los científicos dogmáticos que niegan todo otro acceso a la verdad que el suyo y que rehúsan atribuir realidad a los hechos y fenómenos que no encajen en sus categorías y clasificaciones.
El sendero hacia la Verdad a través de la Naturaleza, no es el del científico dogmático, así como el primer sendero no es el del místico unilateral. La Naturaleza es un gran libro abierto en el que todo puede encontrarse, si aprendemos a extraer de él la inspiración que ha producido a los grandes pensadores de todos los tiempos y de todas las épocas. Si aprendemos su lenguaje la naturaleza nos revelará las leyes de la vida y del universo.
Los grandes maestros de la humanidad de tiempo en tiempo se retiraron a la Naturaleza, la naturaleza nos acerca a Dios, nos inspira, nos el silencio necesario para escuchar al espíritu: Zaratustra y Moisés iban a la montaña, Buda al bosque, Jesús al desierto, y siguieron así el segundo sendero al igual que el de la Conciencia. Ambos Senderos no se contradicen, sino que se complementan armoniosamente en el pleno conocimiento de las leyes de ambos. Fue así como los grandes maestros alcanzaron verdades maravillosas y profundísimas que han sido la inspiración para millones de personas durante miles de años.
El Tercer Sendero hacia la Verdad, el del Espíritu , la sabiduría de la experiencia adquiridos por los grandes pensadores de todas las épocas y transmitidos a nosotros en forma de grandes enseñanzas, grandes libros sagrados o escrituras y las grandes obras maestras de la literatura universal, que juntos forman lo que hoy llamamos las revelaciones. En resumen, nuestro acceso a la verdad es triple: a través de la Conciencia, de la Naturaleza y de la revelación hecha por hombres que encontraron la sabiduría a través del espíritu que encontró a Dios, pero la verdadera revelación es la que podamos encontrar nosotros mismos a través de nuestro espíritu, esto es lo que muchos llaman la iluminación, nirvana, transformación, el renacer en espíritu.
Hay diferentes maneras de estudiar los grandes escritos: Una -la de los teólogos y de las iglesias organizadas- es la de considerar cada texto literalmente. Esta es la forma dogmática que es el resultado de la petrificación por el que las verdades son inevitablemente transformadas en dogmas.
Cuando el teólogo sigue este sendero tan fácil pero unilateral, tropieza con infinitas contradicciones y complicaciones, y llega a conclusiones tan alejadas de la verdad como las del intérprete científico de textos que los rechaza como absolutamente inútiles y sin validez. Los enfoques del teólogo dogmático y del científico exclusivista representan los dos extremos.
Un tercer error es creer, como hacen ciertos simbolistas, que estos libros no poseen más que un contenido simbólico y no son más que parábolas. Con su manera particular de formular exageraciones hacen miles de diferentes y contradictorias interpretaciones de los grandes textos.
Pero algo es seguro sin el tercer elemento nuestro ser no lograría la sabiduría, el tercer elemento es el secreto, es la verdadera verdad y la única llave con la cual llegamos a discernir y conocer a DIOS.
Aqui abajo adjunto algunos pensamientos orientales que nos enseñan con sabiduría el camino hacia Dios :
El camino religioso es el más difícil de los itinerarios que el hombre pueda hacer porque es el más exclusivamente personal, el más creativo, el más libre, el más sutil y, a la vez, el más real y concreto.
La teoría del caos, tiene mucho que ver con estos tres elementos, ya que cada vez que debemos tomar una decisión en nuestras vidas hay dos posibilidades o una combinación de las mismas, y una sola decisión, que a su vez nos llevara a afrontar otras circunstancias, hasta volver a tomar otra decisión... el elemento que nos hace tomar una u otra bifurcación es el tercer elemento, son los atractores extraños quizás? nuestro espíritu? nuestra fe o convicción? es nuestro libre albedrío que nos da la posibilidad de elegir, tendrá esto algo que ver con nuestro karma por ejemplo? hasta cuando seguiremos transitando el camino de la purificación?
Hay tres Senderos que conducen a la verdad, el primero es el de la Conciencia (mente) , el segundo el de la Naturaleza (cuerpo, materia, energía) , y el tercero es el de la sabiduría (espíritu), que logramos gracias a la experiencia y parte de la cual heredamos de las generaciones anteriores, que recibimos en la forma de grandes obras maestras de todas las épocas. Desde tiempos inmemoriales, el hombre y la humanidad han seguido estos tres senderos. Entre estos legados por ejemplo encontramos enseñanzas como:
El TAO, que significa el camino, en el cual coexisten dos opuestos que se enlazan con un vacío medio.
La de Confucio, definía estos tres elementos como tierra-hombre-cielo.
La de Jesucristo que nos enseño la trinidad, el El Padre-El hijo-El espíritu Santo, que también nos dijo YO SOY EL CAMINO-LA VERDAD Y LA VIDA.
EL ser humano esta compuesto de tres elementos cuerpo-mente-espíritu
El Primer Sendero hacia la verdad, el Sendero de la Conciencia (mente) ha sido seguido por los grandes místicos, consideraban que la conciencia es la realidad más inmediata a nosotros y que es la clave del universo. Es algo que está en nosotros y en todas las épocas de la historia, los místicos han descubierto que las leyes de la conciencia humana contienen un aspecto que no se encuentra en las leyes que gobiernan el universo material. Es aquí donde el Tao existe, es aquí donde nuestro libre albedrío decide el camino que quiere seguir, es aquí donde la batalla se despliega continuamente, y batalla que solo el espíritu puede ganar.
Existe una cierta unidad dinámica en nuestra conciencia en la que UNO es al mismo tiempo muchos. No es posible tener simultáneamente diferentes pensamientos, ideas, asociaciones, imágenes, memorias e intuiciones que ocupan nuestra conciencia en fragmentos de minutos o segundos; no obstante, toda esta multiplicidad constituye una unidad dinámica. Por lo tanto, las leyes de las matemáticas son válidas para el universo material y una clave para su comprensión, pero no podrán ser válidas en el campo de la Conciencia (mente), reino en el que continuamente tomamos decisiones que van bifurcando, abriendo nuevas posibilidades, nuevos caminos. Las medidas de espacio, tiempo y peso, universalmente válidas para todo el universo material, no son aplicables a la Conciencia (mente), en la que a veces unos pocos segundos parecen horas o las horas un minuto.
Para nuestra Conciencia (mente) no existe el espacio y por lo tanto no puede ser medida en términos espaciales. Tiene su propio tiempo, con frecuencia es atemporal, por lo que las medidas de tiempo no pueden aplicarse a la verdad alcanzada por este sendero.
Sin embargo las enseñanzas de los grandes maestros frecuentemente pierden su vitalidad con el paso de las generaciones, son modificadas, distorsionadas y convertidas en dogmas. Sus valores son petrificados en instituciones y jerarquías organizadas. Las instituciones puras son ahogadas por las arenas del tiempo, el egoísmo, el orgullo místico y la materialidad del poder económico; por ello deberán ser desenterradas por los buscadores de la Verdad, capaces de penetrar su Esencia Universal, y esto se hace a través del ESPÍRITU, el espíritu nos da el discernimiento para encontrar la fuente de agua viva, que nos da sabiduría, otros la llaman FE, es en el tercer elemento que se encuentra el instrumento de la FE, tan grande, tan indestructible que puede mover montañas.
Otro peligro es el de que las personas que transitan por un solo sendero hacia la verdad pueden caer en exageraciones, llegan a creer en ese único sendero hacia la verdad y menosprecian todos los demás. Frecuentemente el místico se crea un universo artificial, alejado de la realidad, hasta que termina viviendo en una torre de marfil perdido con todo contacto con la realidad y con la vida.
El Segundo de los tres Senderos es el de la Naturaleza (materia,energía). Mientras el Primer Sendero comienza en el interior y de ahí penetra en la totalidad de las cosas, el segundo toma el camino opuesto. El punto de partida es el mundo exterior. Es el sendero del científico y ha sido seguido en todos los tiempos a través de la experiencia y del experimento y del uso de los métodos deductivo e inductivo. El científico, al trabajar con medidas cuantitativas exactas, mide todo en el espacio y en el tiempo, y hace todas las correlaciones posibles.
Con el telescopio penetra en el remoto espacio cósmico y en los diferentes sistemas solares y galácticos; por medio del espectro mide los elementos constitutivos de los planetas en el espacio cósmico, y por medio de los cálculos matemáticos determina por anticipado los movimientos de los cuerpos celestes. Al aplicar la ley de causa y efecto, el científico establece una larga cadena de causas y efectos que le ayudan a explicar y a medir el universo y la vida.
Pero el científico, como el místico, algunas veces caen en exageraciones. Mientras la ciencia ha transformado la vívida humanidad y ha creado grandes valores para el hombre en todas las épocas, no ha podido encontrar una solución satisfactoria a los problemas finales de la existencia, de la vida y del universo. El científico tiene la larga cadena de causas y efectos asegurada en sus eslabones, pero no tiene idea de qué hacer con el extremo de la cadena. No tiene un lugar sólido para fijar el extremo de la cadena y así, en el sendero hacia la verdad a través de la naturaleza y del universo material, es incapaz de dar respuesta a las grandes y eternas preguntas relativas al principio y al fin de las cosas.
Los científicos más grandes reconocen que en el campo metafísico, más allá de la cadena científica, hay algo que continúa a partir del extremo de la cadena. No obstante, están también los científicos dogmáticos que niegan todo otro acceso a la verdad que el suyo y que rehúsan atribuir realidad a los hechos y fenómenos que no encajen en sus categorías y clasificaciones.
El sendero hacia la Verdad a través de la Naturaleza, no es el del científico dogmático, así como el primer sendero no es el del místico unilateral. La Naturaleza es un gran libro abierto en el que todo puede encontrarse, si aprendemos a extraer de él la inspiración que ha producido a los grandes pensadores de todos los tiempos y de todas las épocas. Si aprendemos su lenguaje la naturaleza nos revelará las leyes de la vida y del universo.
Los grandes maestros de la humanidad de tiempo en tiempo se retiraron a la Naturaleza, la naturaleza nos acerca a Dios, nos inspira, nos el silencio necesario para escuchar al espíritu: Zaratustra y Moisés iban a la montaña, Buda al bosque, Jesús al desierto, y siguieron así el segundo sendero al igual que el de la Conciencia. Ambos Senderos no se contradicen, sino que se complementan armoniosamente en el pleno conocimiento de las leyes de ambos. Fue así como los grandes maestros alcanzaron verdades maravillosas y profundísimas que han sido la inspiración para millones de personas durante miles de años.
El Tercer Sendero hacia la Verdad, el del Espíritu , la sabiduría de la experiencia adquiridos por los grandes pensadores de todas las épocas y transmitidos a nosotros en forma de grandes enseñanzas, grandes libros sagrados o escrituras y las grandes obras maestras de la literatura universal, que juntos forman lo que hoy llamamos las revelaciones. En resumen, nuestro acceso a la verdad es triple: a través de la Conciencia, de la Naturaleza y de la revelación hecha por hombres que encontraron la sabiduría a través del espíritu que encontró a Dios, pero la verdadera revelación es la que podamos encontrar nosotros mismos a través de nuestro espíritu, esto es lo que muchos llaman la iluminación, nirvana, transformación, el renacer en espíritu.
Hay diferentes maneras de estudiar los grandes escritos: Una -la de los teólogos y de las iglesias organizadas- es la de considerar cada texto literalmente. Esta es la forma dogmática que es el resultado de la petrificación por el que las verdades son inevitablemente transformadas en dogmas.
Cuando el teólogo sigue este sendero tan fácil pero unilateral, tropieza con infinitas contradicciones y complicaciones, y llega a conclusiones tan alejadas de la verdad como las del intérprete científico de textos que los rechaza como absolutamente inútiles y sin validez. Los enfoques del teólogo dogmático y del científico exclusivista representan los dos extremos.
Un tercer error es creer, como hacen ciertos simbolistas, que estos libros no poseen más que un contenido simbólico y no son más que parábolas. Con su manera particular de formular exageraciones hacen miles de diferentes y contradictorias interpretaciones de los grandes textos.
Pero algo es seguro sin el tercer elemento nuestro ser no lograría la sabiduría, el tercer elemento es el secreto, es la verdadera verdad y la única llave con la cual llegamos a discernir y conocer a DIOS.
Aqui abajo adjunto algunos pensamientos orientales que nos enseñan con sabiduría el camino hacia Dios :
El camino religioso es el más difícil de los itinerarios que el hombre pueda hacer porque es el más exclusivamente personal, el más creativo, el más libre, el más sutil y, a la vez, el más real y concreto.