Un versículo tan corto y ¡qué tanto expresa!
S.Juan 1:11
[11]A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Él (Dios) 'vino a lo suyo'. Vino a dar vida, (v. 4) vida en abundancia, (Jn.. 10:10) pero 'los suyos' (su pueblo, los judíos) 'no lo recibieron'. Rechazaron la vida eterna que Dios les ofrecía. Hicieron más, ¡lo mataron! Mataron al Autor de la vida (Hch. 3:15) Mas, creyeron que lo mataron, pues he aquí que Él vive para siempre (Lc. 24:5; Ap. 4:9,10; 5:14)
Aún hoy, no solamente 'los suyos', sino también 'los que se dicen suyos' no lo reciben... Dicen que 'lo conocen' pero sólo 'de oídas'. No se esmeran en buscar y mucho menos guardar Sus Mandamientos. Se llenan la bocota para decir que son cristianos sin apercibir que son lo que Él mismo llamó 'sepulcros blanqueados'... (Mt. 23:27) por fuera, a la verdad hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
S. Lucas 6:46
[46]¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
Decía, 'los suyos' no le recibieron, nosotros tampoco...
Como diría mi abuelita: ¡Dios nos coja confesados!
S.Juan 1:11
[11]A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
Él (Dios) 'vino a lo suyo'. Vino a dar vida, (v. 4) vida en abundancia, (Jn.. 10:10) pero 'los suyos' (su pueblo, los judíos) 'no lo recibieron'. Rechazaron la vida eterna que Dios les ofrecía. Hicieron más, ¡lo mataron! Mataron al Autor de la vida (Hch. 3:15) Mas, creyeron que lo mataron, pues he aquí que Él vive para siempre (Lc. 24:5; Ap. 4:9,10; 5:14)
Aún hoy, no solamente 'los suyos', sino también 'los que se dicen suyos' no lo reciben... Dicen que 'lo conocen' pero sólo 'de oídas'. No se esmeran en buscar y mucho menos guardar Sus Mandamientos. Se llenan la bocota para decir que son cristianos sin apercibir que son lo que Él mismo llamó 'sepulcros blanqueados'... (Mt. 23:27) por fuera, a la verdad hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.
S. Lucas 6:46
[46]¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
Decía, 'los suyos' no le recibieron, nosotros tampoco...
Como diría mi abuelita: ¡Dios nos coja confesados!