1) En esta parábola, la característica que tienen en común esos "hermanos, especialmente los más pequeños" es su precariedad. Sus condiciones difíciles. Como sabemos, no todos los seguidores de Cristo sufren hambre, pobreza o enfermedades. No todos están presos. ¿En qué grupo quedarían, entonces, los buenos cristianos que son millonarios y gozan de buena salud? ¿ Y en dónde quedarían los no-cristianos que están en condiciones precarias?
Saludos Alissa,
No creo que en este pasaje Jesús centre la atención en las situaciones de necesidad que tengan sus hermanos. Creo que el mensaje principal de esta visión profética está en la actitud o disposición que las personas tengan para con sus hermanos y que en realidad equivale a tenerla con él mismo, siendo un factor principal por el que Jesús juzgará a la gente.
Esto se puede apreciar bien en los siguientes pasajes:
Mateo 10:40-42
»Quien los recibe a ustedes me recibe a mí; y quien me recibe a mí recibe al que me envió. Cualquiera que recibe a un profeta por tratarse de un profeta recibirá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo por tratarse de un justo recibirá recompensa de justo. Y quien dé siquiera un vaso de agua fresca a uno de estos pequeños
por tratarse de uno de mis discípulos, les aseguro que no perderá su recompensa».
Mateo 18:4-5
Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y el que reciba a un niño como éste
en mi nombre, a mí me recibe.
Lucas 10:16 (NVI)
»
El que los escucha a ustedes, me escucha a mí; el que los rechaza a ustedes, me rechaza a mí; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió».
Juan 13:20 (NVI)
20 Ciertamente les aseguro que
el que recibe al que yo envío me recibe a mí, y el que me recibe a mí recibe al que me envió».
Marcos 9:41 (NVI)
Les aseguro que cualquiera que les dé un vaso de agua en mi nombre
por ser ustedes de Cristo no perderá su recompensa.
¿Quiénes son los hermanos de Cristo?
Romanos 8:9 (RVR1960)
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene
el Espíritu de Cristo, no es de él.
Los hermanos de Cristo lejos de vivir según la carne, se dejan gobernar por el Espíritu de Cristo, y esto se evidencia en toda esfera de su vida, demostrando tanto por fe como por obras que Jesús es su único Señor y su único Cabeza a quien deben completa obediencia. Estos son quienes forman la Iglesia de Cristo, que por supuesto no corresponden a ninguna denominación sino que pueden estar repartidos en muchas de ellas, e incluso no formar parte de ninguna. Cuantos son y dónde están sólo Dios lo sabe, porque "El Señor conoce a los que son suyos" (2 Timoteo 2:19)
Estos son favorecidos por las personas calificadas de “ovejas”, no por simples motivos humanitarios, sino por la misma razón que tuvo la sunamita para hospedar al profeta Eliseo:
Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. Y ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa,
es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, y pongamos allí cama, mesa, silla y candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él. (2 Reyes 4:8-10)
Igual que la sunamita entendió que Eliseo era varón santo de Dios, los que son o sean como ovejas llegan a entender o discernir quien tiene el “Espíritu de Cristo”, y a estos favorecen en función de su relación que tienen con Jesús. Por eso, esta es una ayuda especial que estas personas están dispuestas a ofrecer y que difiere de la ayuda benefactora común que pueden ofrecer amorosamente a cualquier prójimo.
2) En otro pasaje paralelo, relacionado al Día del Juicio, el de Mateo 7:22, Jesús arremete contra una profesión de fe no acompañada de buenas obras. "Muchos me dirán en aquel día..." dice el texto. Ese Día, en mi opinión, es el mismo Día de Mateo 25. Y fíjate cómo la respuesta que les da en ambos pasajes es muy similar: "Apartaos de Mí". Cuando integras ambos pasajes, resulta evidente que lo que salva a las personas en el "Día del Juicio" son sus obras de amor, y no la pertenencia o no a la "Iglesia" o a los "gentiles".
También creo probable que Mateo 25:31-46 y Mateo 7:21-23 apunten al mismo día de Juicio, pero aunque el amor debe estar intrínsecamente presente en ambos pasajes, cada uno se enfoca en criterios distintos. Mientras que en Mateo 7 Jesús destaca que la profesión de fe y las obras poderosas carecen de valor si no se hace la voluntad de Dios, en Mateo 25 enfatiza que prestar ayuda a sus hermanos equivale a hacerlo a él mismo.
Concuerdo plenamente contigo en que al final es el amor al prójimo donde radica la diferencia entre un verdadero cristiano y uno que no lo sea.
Obviamente mi óptica, como la de la mayoría de los compañeros foristas, está influenciada por mi fe particular.
En la Fe Baha'i, ese juicio de las naciones o Juicio Final es un proceso en marcha actualmente, por el que la humanidad es medida por su capacidad de amar y de ser UNA. Por su capacidad de eliminar los extremos de pobreza y riqueza, de alcanzar la equidad entre hombres y mujeres, por abrir oportunidades universales para la educación, y por derribar barreras y fronteras.
Conozco muy poco sobre la Fe Baha’i pero sé muy bien que
sólo Jesús es la Verdad, la Vida y el Camino que lleva al Padre.
Qué Dios te bendiga y te enseñe a adorarlo en espíritu y verdad!