Los mil años de Apocalipsis 20

12 Mayo 2000
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LOS MIL AÑOS DE APOCALIPSIS 20

[Parte 1 de 3]

Es mi opinión que mucha de la enseñanza cristiana actual concerniente a las últimas cosas depende excesivamente en la creencia en un futuro reino milenario terrenal. Por tanto, puede ser útil ver en qué medida la noción de que los mil años mencionados por Juan se refiere a un reino futuro es coherente con lo que el Nuevo Testamento en general, y el Apocalipsis en particular, enseña sobre la atadura de Satán, y sobre la resurrección y el reino de los santos. Adicionalmente, exploraremos las pistas provistas por el andamiaje literario, el estilo y la estructura del Apocalipsis, como asimismo del uso bíblico de la expresión “mil años”.


1. ¿Hay continuidad cronológica entre Apocalipsis 19 y 20?


Un asunto fundamental para la creencia en un futuro reino terreno milenario es la presuposición de una continuidad cronológica entre las visiones del capítulo 19 y aquéllas del capítulo 20; es decir, que la derrota de la bestia, el falso profeta y los reyes de la tierra es seguida en el tiempo por la ligadura de Satán y la vuelta a la vida de los cristianos decapitados. Tal continuidad en la secuencia de los hechos se da a menudo por sentada, pero que realmente exista no es en absoluto obvio.

Muchos estudiosos del Apocalipsis se han dado cuenta desde hace mucho que en tanto que en cada visión sucesiva de los juicios de Dios existe una ordenada intensificación (los sellos, las trompetas, las copas), también existen discontinuidades entre estas visiones, como si cada serie sucesiva contuviese sucesos al menos parcialmente superpuestos.

En los escritos de autores cristianos antiguos que se han conservado, hallamos que el primero en notar explícitamente esta característica del Apocalipsis fue el milenarista Victorino, obispo de Pettau (fallecido hacia 304). Al final de sus comentarios al capítulo 7, Victorino notaba, con respecto a las similitudes entre los sellos, las trompetas y las copas:

“No debemos considerar el orden de lo que se dice, porque frecuentemente el Espíritu Santo, cuando ha atravesado hasta el fin de los últimos tiempos, retorna de nuevo a los mismos tiempos, y completa lo que antes había omitido. Tampoco debemos buscar orden en el Apocalipsis, sino que debemos seguir el significado de las cosas que son profetizadas”. (Commentary on the Apocalypse; en A. Roberts y J. Donaldson, Ed., The Ante- Nicene Fathers; Reimpr. 1989, Grand Rapids: Eerdmans, 7:352).

En otras palabras, inspirado por el Espíritu de Dios, el vidente de Patmos nos lleva una y otra vez desde el comienzo hasta el fin de la historia de la salvación, en varias secciones parcialmente paralelas que siguen un modelo de repetición y elaboración. La identificación de este método de recapitulación es una clave fundamental para comprender el libro.

La mayor parte de los intérpretes de las diversas escuelas concuerdan en que existe una evidente solución de continuidad entre los capítulos 11 y 12. Del aparentemente inevitable e inminente fin anunciado por la séptima trompeta somos de manera inesperada retrotraídos al tiempo previo al nacimiento de Jesucristo. Ahora bien, aunque esta es la discontinuidad más obvia y generalmente reconocida, un estudio atento del libro permite descubrir que dista de ser la única. Existen pistas o puntos de inflexión que indican la existencia de siete secciones en el libro, a saber:

[1]. El glorioso Salvador gobierna sus Iglesias, capítulos 1 a 3: Prólogo y mensajes a las Iglesias. El punto de inflexión ocurre cuando Juan es llamado al cielo.

[2]. El Cordero como revelador y ejecutor del plan de Dios, capítulos 4 al 7: Visión celestial, Dios y el Cordero, los sellos. El punto de inflexión se halla en la promesa “Dios enjugará cada lágrima...”

[3]. La proclamación del gobierno de Dios y la advertencia sobre los juicios venideros, capítulos 8 al 11: el incensario, las trompetas, el templo, los dos testigos. El punto de inflexión es la apertura del templo celestial de Dios.

[4]. La enemistad de Satanás y sus seguidores contra Cristo y sus discípulos, capítulos 12 al 14. El punto de inflexión es la cosecha de la tierra.

[5]. La ira de Dios es derramada sobre los incrédulos y rebeldes, capítulos 15 y 16: las plagas y las copas. El punto de inflexión es el justo juicio de Dios; “su plaga fue sobremanera grande”.

[6]. La victoria del Cordero sobre los injustos habitantes de la tierra, capítulos 17 al 19: Babilonia, su caída, la celebración celestial, la segunda venida. El punto de inflexión es la completa mortandad, “los demás fueron exterminados por la espada que salía de la boca del que montaba el caballo”.

[7]. El triunfo final sobre Satanás y la muerte, y la bendición eterna de los santos, capítulos 20 a 22: La atadura de Satán, la resurrección y el reino de los santos, el ataque final del diablo, resurrección y juicio, destrucción de los enemigos de Dios, nuevos cielos y tierra, la Jerusalén celestial, el epílogo.

Colin Brown subraya:

“Existe un muy fuerte argumento para ver todo el libro como estructurado en siete series de visiones correspondientes a los siete días de la narración de la creación en Génesis 1, cada una de las cuales mira a la Iglesia en la era del evangelio. Las visiones son así siete conjuntos de visiones paralelas de la iglesia y sus tribulaciones entre los dos advenimientos de Cristo. En esta opinión, el período de mil años se refiere a la presente era que culmina en un estallido final de actividad satánica previa a la destrucción definitiva de todos los males que afligen al hombre” (C. Brown, Ed.: New International Dictionary of New Testament Theology. Grand Rapids: Zondervan, 1976; s.v. “chilias”, 2:702).

Yo concuerdo en términos generales con esta interpretación. En particular, debiera ser evidente la discontinuidad entre los capítulos 19 y 20, que señala el comienzo de la séptima y última de las visiones, que culmina con la Jerusalén celestial y la eterna bienaventuranza de los santos. Al comienzo del capítulo 20 se nos dice que Satanás ha sido atado, con un objetivo cuidadosamente precisado por Juan: “para que no engañara más a las naciones”. De esta explicación está implícito que cuando esta atadura se produce todavía hay naciones que pueden ser engañadas; de lo contrario la atadura sería innecesaria. Sin embargo, las expresiones del capítulo 19 implican que todo ser humano opuesto ha Dios ha sido por completo exterminado:


De su boca sale una espada aguda para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro. Él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso ...
Vi un ángel que estaba de pie en el sol, y clamó a gran voz diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: «¡Venid y congregaos a la gran cena de Dios! Para que comáis carnes de reyes y capitanes y carnes de fuertes; carnes de caballos y de sus jinetes; carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes». En su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores. Vi a la bestia y a los reyes de la tierra y sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo y contra su ejército. La bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. Los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.(Apocalipsis 19:11-21)

Reyes, capitanes, libres y esclavos, grandes y pequeños que se oponen a Dios son destruidos y las aves de rapiña son convocadas a saciarse de sus restos en “la gran cena de Dios”, una obvia contrapartida de la cena de bodas del Cordero. En otras palabras, luego de la venida del Señor no queda ninguna persona que pueda ser engañada por Satanás. Por tanto, la acción de atar a Satanás para evitar que engañe a las naciones debe referirse a un momento previo en el drama de la salvación, un tiempo en el cual hay naciones que pueden ser engañadas, y que conforman una enorme multitud según Apocalipsis 20:7. Para comprobar si el resto del Nuevo Testamento es consistente con esta interpretación, hay que examinar qué se nos dice acerca de este asunto.


2. La atadura de Satanás: ¿presente o futura? (Apocalipsis 20:1-3)

Para entender lo que Juan transmite en esta visión, debemos ante todo ver qué otros textos hay en el Nuevo Testamento que se relacionen con la atadura del diablo.
1. Satanás recibió una derrota inicial cuando intentó infructuosamente tentar a Jesucristo y hubo de retirarse en confusión (Mateo 4:1-11 y paralelos).
2. Posteriormente sufrió derrota tras derrota durante el ministerio terrenal del Señor.
3. A quienes acusaron a Jesús de arrojar fuera demonios por el poder de Belcebú (Satanás), Cristo les respondió que era por el poder de Dios que él los expulsaba, y preguntó a sus interlocutores: “Porque ¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa” (Mateo 12:29).

Aquí conviene notar cuidadosamente que el verbo griego deô, “atar” , que se emplea en este pasaje, es exactamente el mismo vocablo que se emplea de la atadura de Satán en Apocalipsis 20.

Aquellos que objetan que Satanás todavía continúa en su esfuerzo por realizar su obra de engaño (ver 1 Corintios 7:5; 2 Corintios 3:15; 11:3-4, 13-15), soslayan el hecho de que la atadura puede representar una restricción y no necesariamente una total neutralización. Es posible presentar varios ejemplos neotestamentarios al respecto.

Por ejemplo, se emplea este mismo verbo griego deô con referencia a la captura de Juan el Bautista por parte de Herodes Antipas (Mateo 14:3). El hecho de estar aprisionado no le impidió a Juan dar instrucciones a sus discípulos ni enviarlos a consultar a Jesús (Mateo 11:1-7).

Otra ilustración del uso de deô para expresar una restricción relativa puede hallarse en el Evangelio de Juan. Cuando Jesús llamó a Lázaro fuera de su tumba, éste salió “atados los pies y las manos con vendas” (Juan 11:44; griego dedemenos tous podas kai tas jeiras keiriais). El verbo empleado es deô aquí también. De modo que la atadura no fue obstáculo para que Lázaro saliese de su tumba en respuesta al llamado de Jesús.

Hallamos aún un tercer ejemplo en Romanos 7:2, “La mujer casada está sujeta [deô ] por la ley al marido mientras este vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley que la unía a su marido”. Si bien bajo la Ley las actividades de las mujeres casadas estaban limitadas, es absurdo pensar que estuviesen impedidas de realizar toda actividad. Aquí Pablo se refiere a una restricción específica, como es la imposibilidad de que una mujer se case con otro hombre en vida de su primer esposo.

Los ejemplos precedentes establecen pues dos puntos importantes, a saber, que deô , atar, no implica una limitación absoluta, y que en realidad puede emplearse con referencia a una restricción específica.

Retornando a la cuestión de la atadura del diablo, es preciso notar cuántos pasajes del Nuevo Testamento subrayan la decidida ofensiva de Jesús contra el reino de Satanás, y sus consecuencias. Por ejemplo, el Señor declaró solemnemente que las puertas del Hades no prevalecerían contra la Iglesia (Mateo 16:18). La imagen es la de una prisión –el Hades- cuyas puertas, supuestamente inexpugnables, no pueden sin embargo mantener encerrada a la Iglesia de Jesucristo.

En otra ocasión, en relación con el éxito de la misión de los setenta y dos discípulos, Jesús declaró, “Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo” (Lucas 10:18; ver Apocalipsis 12:9). Los frutos de la predicación de los discípulos tienen como consecuencia la retirada del diablo y sus huestes: “Os doy potestad de pisotear serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (Lucas 10: 19-20).

También el Evangelio de Juan reitera una y otra vez la proclamación de la derrota de Satanás. Hacia el final de su ministerio, en la semana de la Pasión, Jesús declaró: “ —No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera. Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.” (Juan 12: 30-32). De igual modo, Jesús afirmó que Satanás no tenía ningún poder sobre él: “ No hablaré ya mucho con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo y él nada tiene en mí” (Juan 14:30). Más adelante, en la misma ocasión, el Señor reveló el veredicto divino sobre Satanás, al anunciar el advenimiento del Espíritu Santo: “ Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado” (Juan 16:8-11).

Aunque la guerra contra los poderes de las tinieblas haya de proseguir hasta que el Señor vuelva, se trata de una contienda en la cual la batalla decisiva ya ha sido ganada por el Hijo de Dios. Esto es enseñado claramente por el Apóstol Pablo, quien gozoso declaró, citando el Salmo 68:18, que cuando Cristo resucitó de los muertos y ascendió a los cielos, “llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres” (Efesios 4:8).

De igual modo, ante la amenaza de herejías en la Iglesia de Colosas, Pablo les recuerda la actual libertad y el luminoso destino que disfrutan los creyentes en Cristo: “ Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, obtendréis fortaleza y paciencia, y, con gozo, daréis gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados ” (Colosenses 1:12-14).

Más adelante en la misma epístola, el Apóstol proclama la victoria de Jesucristo con las siguientes palabras: “ Él anuló el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, y la quitó de en medio clavándola en la cruz. Y despojó a los principados y a las autoridades y los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. ” (Colosenses 2: 14-15). La imagen es la de un general victorioso que, según la costumbre antigua, en su desfile triunfal exhibe ante los suyos no solamente el botín obtenido, sino que hace desfilar tras de sí, como cautivos, a aquellos a quienes ha derrotado.

La carta a los colosenses enseña que la victoria decisiva fue obtenida por Cristo en la cruz, hecho que también se nos recuerda en Hebreos 2:14-15, “ Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre”.

En conclusión, la enseñanza uniforme e indisputada del Nuevo Testamento es que la victoria decisiva contra Satanás fue ganada en la primera venida del Señor. Fue entonces que Satanás fue prendido y atado.

Es precisamente este hecho lo que justifica la audaz proclamación de la victoria de los creyentes sobre el diablo y su poder. Pablo fue comisionado por el Señor mismo para “ Y el Señor dijo: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate y ponte sobre tus pies, porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto y de aquellas en que me apareceré a ti, librándote de tu pueblo y de los gentiles, a quienes ahora te envío para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados” (Hechos 26:15-18). La victoria de Jesucristo en la cruz abre el camino para que tanto judíos como gentiles –es decir, las naciones- sean transportados del poder de Satanás a la esfera del poder de Dios y de su reino.

Pablo enseñó que en Cristo somos más que vencedores (Romanos 8: 37-39). Estamos conscientes y advertidos de las maquinaciones de Satanás (2 Corintios 2:11). Hemos sido rescatados del ámbito de las tinieblas a la luz (Colosenses 1:13). El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo nos protegen del Maligno (Juan 17:15; 2 Tesalonicenses 3:3; 1 Pedro 1:1; 1 Juan 5:18).

La armadura de Dios que Pablo describe en Efesios 6:10-20 tiene precisamente el propósito de capacitar a los creyentes para que estén firmes contra las artimañas y los ataques de Satán. El diablo nada puede contra un creyente bien pertrechado con el cinto de la verdad, la coraza de la justicia, el calzado del evangelio de la paz, el escudo de la fe, el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu. Por eso también Santiago y Pedro nos exhortan no a huir, sino a resistir firmes:

[QUOTE}
Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros (Santiago 4:7).

Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.Resistidlo firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. (1 Pedro 5:8-9).
[/QUOTE]

Por otra parte, el mismo Apóstol Juan, quien puso por escrito el Apocalipsis o revelación de Jesucristo, declaró enfáticamente en su primera carta que los cristianos a los que se dirigía habían vencido a Satanás:

Os escribo a vosotros, jóvenes,
porque habéis vencido al maligno.
Os escribo a vosotros, hijitos,
porque habéis conocido al Padre.
Os he escrito a vosotros, padres,
porque habéis conocido al que es desde el principio.
Os he escrito a vosotros, jóvenes,
porque sois fuertes
y la palabra de Dios permanece en vosotros,
y habéis vencido al maligno.

(1 Juan 2:13, 14).

De modo que vemos que Jesús, Pablo, Santiago, Pedro y el mismo Juan, fuera del Apocalipsis, enseñan la derrota de Satanás y su actual impotencia para vencer a los creyentes firmes en Cristo. Ahora bien, el Nuevo Testamento enseña asimismo que el tiempo durante el cual Satán es impedido de engañar a las naciones no es otro que la presente era del Evangelio.

Por esta razón, el anciano Simeón, en su alabanza conocida como Nunc dimitis, se expresa como sigue:

«Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
conforme a tu palabra,
porque han visto mis ojos tu salvación,
la cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
luz para revelación a los gentiles
y gloria de tu pueblo Israel».
” (Lucas 2: 29- 32)

El evangelista Lucas vio en el ministerio de Juan el Bautista el inicio del cumplimiento de Isaías 40:3-5, que finaliza diciendo “y verá toda carne la salvación de Dios” (Lucas 3:6). Cuando Jesús vio la fe del centurión, declaró: “ Os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos.” (Mateo 8:11). A la mujer samaritana le dijo el Señor, “ —Mujer, créeme que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren. Dios es Espíritu, y los que lo adoran, en espíritu y en verdad es necesario que lo adoren.” (Juan 4:21-24). Cuando el Señor sanó al hombre de la mano seca, Mateo nos hace saber que con ello se cumplió lo dicho por Isaías:

«Este es mi siervo, a quien he escogido;
mi amado, en quien se agrada mi alma.
Pondré mi Espíritu sobre él,
y a los gentiles anunciará juicio.
No contenderá, ni voceará,
ni nadie oirá en las calles su voz.
La caña cascada no quebrará
y el pábilo que humea no apagará,
hasta que haga triunfar el juicio.
En su nombre esperarán los gentiles».
” (Mateo 12: 17,21)

Tal vez convenga aclarar que en este texto, como en otros similares, la expresión traducida “gentiles” es el plural del sustantivo griego ethnos que puede propiamente traducirse también “naciones”, como de hecho lo hacen la Nueva Versión Internacional y la Biblia de las Américas.

Luego de la resurrección, Jesucristo les dijo a sus discípulos: “ «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado. Y yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo».” (Mateo 2: 18-20). En el relato de Lucas, el Señor les manda ir “hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8), es decir, a todas las naciones que antes no habían oído del Evangelio, pues a partir de entonces, como estaba escrito, había de predicarse “ en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén” (Lucas 24:47).

A través de todo el libro de los Hechos de los Apóstoles presenciamos cómo la promesa a todas las naciones se torna una realidad tangible. Así, el Evangelio es primero anunciado a los judíos “ de todas las naciones debajo de los cielos”, y ellos se convierten a Jesucristo por miles (Hechos 2:5, 41, 47; 5:16, 42; 6:17).

Luego del martirio de Esteban, el Evangelio alcanza a los samaritanos y al etíope (Hechos 8), y poco después a otros de entre las naciones (Hechos 10). Este llamado a los gentiles fue claramente revelado a Pedro y a Pablo. En el denominado concilio de Jerusalén narrado en Hechos 15, Pedro interrumpió la discusión con estas palabras:

—Hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo Dios escogió que los gentiles oyeran por mi boca la palabra del evangelio y creyeran. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.” (vv. 9-11)

Aquí se enseña con meridiana claridad que existe un único camino de salvación, por gracia, a través de la fe en Jesucristo, para los judíos como para todos los miembros de las naciones que se arrepientan y crean. Lo dicho por Pedro es ratificado por Bernabé y Pablo, “que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.” (v. 12). Finalmente, Santiago pone fin al debate al interpretar lo que estaba ocurriendo como plenamente conforme a las Escrituras proféticas que señalaban el tiempo cuando, según lo dicho por Amós (9:11-12),

Después de esto volveré
y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
y repararé sus ruinas,
y lo volveré a levantar,
para que el resto de los hombres busque al Señor,
y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre,
dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos
”. (vv. 16-18).

En la predicación de Pablo aparece desde el principio la noción de que ahora es el tiempo en que Dios trae luz a las naciones. Cuando el populacho intentó dedicar sacrificios a Bernabé y Pablo en Listra, los misioneros replicaron:

¿Por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay. En las edades pasadas él ha dejado a todas las gentes andar por sus propios caminos; si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones.” (Hechos 14:15-17)

Nótese como ellos contrastan lo que Dios había hecho antes, “en las edades pasadas”, con el modo en que a partir de entonces estaba procediendo con respecto a las naciones al llamarlas a la fe. Cuando retornaron a la Iglesia de Antioquía de Siria, Bernabé y Pablo narraron a los hermanos “ cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles” (Hechos 14:27). Pablo reiteró la misma enseñanza en Atenas, en su predicación en el Areópago que concluyó como sigue:

Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, acreditándolo ante todos al haberlo levantado de los muertos.” (Hechos 17:29-31)


Lucas narra como evidencia de la obra poderosa de Dios entre las naciones el hecho de que los creyentes gentiles de Éfeso quemaron sus rollos con obras de hechicería (Hechos 19:19). Hacia el final de su ministerio, Pablo expresó a los judíos de Roma que se resistían a creer en el Evangelio: “ Sabed, pues, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios, y ellos oirán. Cuando terminó de decir esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí. Pablo permaneció dos años enteros en una casa alquilada, y recibía a todos los que a él venían. Predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo, abiertamente y sin impedimento.” (Hechos 28: 28-31). Por la misma época, en su primera carta a Timoteo, el Apóstol le decía a su discípulos que Cristo había sido predicado entre las naciones (1 Timoteo 3:16).

Parece ser entonces la doctrina uniforme y clara del Nuevo Testamento que, a partir de la Resurrección, Satanás solamente puede cegar a quienes obcecadamente se rehúsan a aceptar el Evangelio (Romanos 1:18-32; 2 Corintios 4:4; 1 Timoteo 1:20; 5:15).

En el mismo libro de Apocalipsis, el diablo no puede impedir, pese a sus denodados esfuerzos y los de sus aliados, que el Evangelio sea predicado “a toda nación, y tribu, y lengua, y pueblo” (Apocalipsis 14:6; ver 10:11).

Asimismo, la reunión delante del trono de personas de todas las naciones, a las cuales obviamente Satanás no pudo engañar, se expresa con claridad: “he aquí una gran multitud, que nadie podía contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero” (Apocalipsis 7:9; ver también 5:9, “con tu sangre compraste para Dios de toda tribu y lengua y pueblo y nación&#8221 ;).

Finalmente, de 2 Tesalonicenses 2 podemos inferir otro aspecto sumamente importante de la actual restricción de Satán:

Con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu ni por palabra ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. ¡Nadie os engañe de ninguna manera!, pues no vendrá sin que antes venga la apostasía y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto, que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios.
¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Ya está en acción el misterio de la iniquidad; solo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel impío, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca y destruirá con el resplandor de su venida. El advenimiento de este impío, que es obra de Satanás, irá acompañado de hechos poderosos, señales y falsos milagros, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean en la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia.
” (2 Tesalonicenses 2: 1-12).

Aquí el Apóstol Pablo enseña con gran insistencia y solemnidad que “el día del Señor” descrito en el capítulo 1, que obviamente hace sinónimo de “la venida de nuestro Señor Jesucristo y nuestra reunión con él” , en modo alguno vendrá sin que antes ocurra la apostasía –una defección de la fe por parte de muchos- y se manifieste aquél a quien llama “el hombre de pecado”.

A pesar que lo que llama “misterio de iniquidad” ya está en marcha, alguien y algo lo detiene (Pablo habla de lo que lo detiene y el que lo detiene). Es objeto de debate en qué consiste exactamente este impedimento, que los tesalonicenses conocían y nosotros no podemos más que conjeturar. Sin embargo, es muy claro que tal obstáculo le impide a Satanás establecer el reino del Inicuo.

Dado que “El advenimiento de este impío, que es obra de Satanás, irá acompañado ... con todo engaño de iniquidad para los que se pierden” , es claro que existe actualmente una fuerte restricción en la capacidad del diablo para engañar a la gente. También es evidente que tal limitación es temporal, y que será quitada poco antes de que el Señor vuelva. Pablo no dijo cuánto tiempo había de durar esta restricción del poder engañador de Satán, pero parece razonable inferir que se trata del mismo período que Juan describe como “mil años”.

En conclusión, si como enseña el Nuevo Testamento, Satanás fue derrotado y maniatado en la primera venida de Cristo, de modo que su poder para engañar a las naciones ha sido neutralizado o grandemente menguado, hay que entender que el período de mil años mencionado por Juan no corresponde al de algún reino terrenal futuro, sino a la presente era del Evangelio.


(Continuará)

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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LOS MIL AÑOS DE APOCALIPSIS 20

[Parte 2 de 3]
Fernando D. Saraví

En la primera parte de este ensayo se analizó uno de los acontecimientos principales que tienen lugar en el período de mil años, es decir, la atadura de Satanás, en el contexto del conjunto de la enseñanza del Nuevo Testamento. Ahora debemos examinar el siguiente hecho fundamental que, según la visión de Juan, ocurre en este período, a saber, resurrección y el reino de los santos. He aquí lo que el texto dice, en una traducción lo más literal posible, y según la Reina-Valera 1995:

3. Los que reinan con Cristo (Apocalipsis 20:4-6)


Y vi tronos y se sentaron sobre ellos y les fue dado juicio, y las almas de aquellos que habían sido decapitados a causa del testimonio de Jesús y a causa de la palabra de Dios, y los cuales no adoraron a la bestia ni a su imagen y no recibieron la marca sobre su frente ni sobre su mano. Y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Los otros muertos no vivieron hasta que concluyeron los mil años. Esta [es] la resurrección primera. Bienaventurado y santo aquél que tiene parte en la resurrección primera; sobre éstos la segunda muerte no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él [los] mil años.

Vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar. Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, ni recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene poder sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él mil años.

La correcta interpretación de estos versículos ha sido y es muy debatida entre cristianos fieles. La tarea es, pues, difícil, pero por la gracia de Dios no imposible. Debiéramos comenzar por el contexto inmediato, seguir por el contexto más amplio del libro de Apocalipsis, y el contexto más amplio aún de toda la Biblia. Debemos recurrir al principio interpretativo básico de la analogía de la fe, o dicho de otro modo, que la Escritura es su propia intérprete. De este modo es posible obtener una mejor comprensión de textos difíciles si los vemos a la luz de pasajes más claros. Esto se torna de crucial importancia cuando se intenta entender un libro que emplea abundantemente el lenguaje simbólico, como es el caso de Apocalipsis.

Para un entendimiento recto de lo que el pasaje realmente dice, puede ser provechoso notar primero lo que no dice. La razón de esta forma inusual de aproximación es que, créase o no, muchos intérpretes introducen en este texto muchas cosas que simplemente no están allí. Estos hermanos suponen –habitualmente sobre la base de ciertos preconceptos- que las cosas que no se mencionan están implícitas en el pasaje. No cuestionaré por el momento las bases de esta presuposición, sino que me limitaré a enunciar las siguientes cosas que Juan no menciona:

1. La localización. No se nos dice si el reino que vio Juan ocurre en un ámbito terrenal, celestial, o en ambos.
2. Un templo. De hecho Juan no menciona ningún edificio en absoluto.
3. Una liturgia. A diferencia de otras porciones del libro en las cuales hay descripciones de la adoración celestial (Cap. 4,5 etc), aquí no se describe ninguna forma particular de adoración.
4. En particular, no se mencionan sacrificios de ninguna especie.
5. Tampoco se mencionan judíos . No hay ninguna tribu ni ningún nombre judío en todo el texto.
6. No hay ninguna referencia explícita a la tierra de Israel (eretz Yisrael).
7. No se menciona por nombre la ciudad de Jerusalén.
8. No se menciona el templo de Jerusalén.
9. No se dice nada de las naciones gentiles durante los mil años.
10. Tampoco hay alusión alguna a condiciones de vida terrenales durante los mil años. Conspicuamente ausentes se hallan la paz terrenal, el nacimiento de bebés, la edificación de casas, las cosechas, los matrimonios, etc.

En vista del hecho referido, aquellos que creen que este texto se refiere a un reino terrenal están forzados a agregar una o más de las cosas mencionadas a la concisa descripción de la visión de Juan. Habitualmente hacen esto incorporando mucho material importado del Antiguo Testamento, en particular de las profecías relacionadas con el rey David que hablan de un reino glorioso. Muchos de los que suscriben este enfoque lo hacen porque creen que es exigido por una interpretación literal de la Biblia.

Sin embargo, un poco de reflexión debería bastar para darse cuenta de que Juan no insinúa en lo más mínimo que esta sea la clase de reino a la que él se refiere. Algunos escritores cristianos primitivos (“Padres de la Iglesia&#8221 ;), como Ireneo de Lyon, pensaban que el período de mil años correspondía a un gobierno terrenal de Cristo luego de la segunda venida. Sin embargo, ningún milenista antiguo imaginó ni por un minuto que el reino futuro habría de ser judaico en carácter. Ellos aplicaban todas las profecías del Antiguo Testamento que supuestamente se cumplirían en el reino del mil años a la Iglesia cristiana, no a Israel como nación.

Por otra parte, muchos intérpretes modernos, señaladamente desde el siglo XIX, parten de la suposición básica de que las profecías dirigidas a Israel deben por fuerza cumplirse físicamente (ellos le llaman cumplimiento “literal” pero sus razonamientos muestran que se refieren a un cumplimiento físico en contraposición a un cumplimiento espiritual). Ya que muchas de estas profecías –aunque no tantas como imaginan- no se cumplieron físicamente en el pasado, discurren que deberán cumplirse en el futuro, y no encuentran un lugar más apropiado para esto que el período de mil años del que habló Juan en Apocalipsis 20. Algunas de las profecías que habitualmente mencionan se encuentran en Isaías (9, 11, 24-27, 35, 65-66), Ezekiel 37-48; Zacarías 12 y 14. Sin embargo, es obvio que para aplicar todas estas profecías al período de mil años que Juan mencionó, deben hacer algunas concesiones significativas a lo que estos textos dicen. Esto es imprescindible si se sostiene un cumplimiento físico, ya que estas profecías describen el futuro glorioso de la nación de Israel con el lenguaje propio de la cultura del Antiguo Testamento, a saber:

[1] El reino terrenal será establecido y mantenido por la fuerza
[2] Todas las naciones habrán de servir a Israel
[3] El transporte se realizará mediante métodos antiguos, como asnos, caballos y carros.
[4] Las armas serán las propias de la antigüedad (lanzas, espadas, escudos).
[5] Se restablecerán los sacrificios que se celebraban bajo la Ley de Moisés.
[6] Se celebrarán otra vez las lunas nuevas, los sábados y en general las festividades establecidas en el Antiguo Testamento.
[7] Los habitantes de las naciones deberán peregrinar periódicamente y reunirse en Jerusalén.


Para sostener con algún viso de credibilidad la noción de un reino físico (literal) terreno, al menos algunas de estas cosas que acabo de mencionar deben entenderse de manera figurativa o al menos típica. Pero si se concede esto, entonces la mismísima base literalista sobre la cual se apoya esta opinión resulta fatalmente minada. Quienes creen en un futuro milenio israelita no pueden consistentemente sostener el cumplimiento literal de las profecías y al mismo tiempo admitir que no todo es literal.

Además, si se toma al pie de la letra algunas de las mismas Escrituras sobre las cuales busca sustento esta posición, ellas parecen contradecir el punto de vista futurista. Por ejemplo, en Isaías 25:8 leemos que Dios “destruirá la muerte para siempre”; sin embargo Isaías 65:20, tomado literalmente, implica que la muerte no ha sido destruida. En Isaías 11:9 dice que “la tierra será llena del conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mar”. A pesar de este luminoso texto, vemos que al final del milenio hay vastas hordas de enemigos de Dios dispuestas a combatir contra su pueblo. En Isaías 9:7, otro texto aplicado al reino milenario, se dice que “lo dilatado de su imperio y su paz no tendrán límite” (o “serán interminables&#8221 ;). Esto es simplemente falso si ha de haber una rebelión mundial cuando el milenio concluya. En el mejor caso, este reino milenario gozará de una “paz” que es la mera ausencia de guerra por temor a las represalias, no una sumisión voluntaria proveniente del conocimiento de la verdad.

Otro problema es el concerniente a la duración del reino. El reino del que hablaron los profetas del AT claramente había de ser eterno: “Reinará sobre el trono de David ... desde entonces y para siempre” (Isaías 9:7; cf. Ezekiel 36:26ss). Desde luego puede argüirse que el reino que comienza con el milenio perdurará eternamente, pero en tal caso, ¿por qué se separan los primeros mil años?

Finalmente, uno de los principales textos esgrimidos como prueba de este ppunto de vista, a saber, Isaías 65:17-25, comienza con las palabras, “he aquí, crearé nuevos cielos y una nueva tierra”. En el NT el cumplimiento de esta promesa se sitúa en un tiempo cuando el mundo presente haya pasado para siempre: “pero conforme a su promesa esperamos un nuevo cielo y una nueva tierra donde mora la justicia” (2 Pedro 3:13; ver vv. 10-12). Similarmente, en Apocalipsis los nuevos cielos y tierra no se mencionan en absoluto durante el milenio. Son, sin embargo, vistos en Apocalipsis 21:1 después que el milenio ha concluido.

La discusión previa pretende mostrar los problemas que surgen cuando se intenta exagerar la importancia del reino de mil años, y muy particularmente cuando tal reino es entendido como un gobierno terrenal político de Cristo.

Ante estas dificultades, lo más apropiado es volver nuestra vista al NT, el cual es tanto la revelación final de Dios como la interpretación de las profecías del AT inspirada por el mismo Espíritu que las entregó. Comenzaaremos por el texto, continuaremos por el contexto provisto por el libro de Apocalipsis, y finalmente examinaremos las enseñanzas del NT sobre el reino en sentido amplio.

En este punto, resultará útil leer de nuevo y con mucho cuidado lo que dice el texto de Apocalipsis 20: 4-6. Juan acaba de ver el aprisionamiento de Satanás en el abismo. Ahora el escenario cambia: Juan ve tronos. ¿dónde están tales tronos?

Como señalé antes, el texto mismo no responde esta pregunta. No se nos dice dónde están los tronos; por cierto, no se nos dice que sean tronos terrenales. En todo el libro de Apocalipsis se mencionan “tronos” un total de 47 veces. Solemente en tres de estas ocasiones se habla de tronos terrenales, y en este caso corresponden invariablemente a poderes malignos: Una vez el trono de Satanás (2:13) y dos veces el trono de la bestia (13:2; 16:10). Los otros 41 casos fuera de 20:4 los tronos pertenecen a Dios (1:4, etc.; 37 veces), al Cordero (3:21; 22:3) o a los 24 ancianos (4:4; 11:16). En todos estos casos, la referencia es claramente a tronos que están bajo la voluntad de Dios y se localizan en el cielo en el cielo. Por tanto, es perfectamente posible que lo mismo sea cierto de los tronos que Juan vio en Apocalipsis 20:4.

La siguiente pregunta es, ¿a quiénes les pertenecen estos tronos? La descripción de quienes se sientan en los tronos es intrigante. Algunos dicen que se trata de un grupo diferente de aquéllos que son mencionados en la primera frase, pero no encuentro ninguna base firme para pensar tal cosa. Este grupo es descrito adicionalmente en las siguientes cláusulas del mismo versículo. Juan dice que vio las almas (tas psyjas) de aquéllos decapitados (pepelekismenön, literalmente, los muertos con un hacha) por causa de su testimonio de Jesús y por causa de la palabra de Dios. Esta descripción evoca de inmediato, por su parecido, la que se encuentra acerca de las almas que aguardan bajo el altar celestial que fueron vistas y oídas por Juan cuando el Cordero abrió el quinto sello: “Vi bajo el altar las almas (tas psyjas) de los que habían sido muertos (esphagmenön) a causa de la palabra de Dios y del testimonio que habían mantenido” (6:9). A estos se les dieron vestiduras blancas.

¿Podrían ambos grupos, el descrito en Apocalipsis 6:9 y el de 20:4, ser en realidad uno solo? Si retrocedemos a los mensajes dirigidos a las siete Iglesias, percibiremos que a quienes venzan se les prometen tanto vestiduras blancas como el privilegio de sentarse con Cristo en su trono celestial (3:4-5; 3:21). Los vencedores en ropas blancas han sido vistos por Juan en el cielo (7:9, 13-14) y la misma novia, una figura de la Iglesia, está vestida de blanco lino, el cual es un símbolo que corresponde a las acciones justas de los santos (19:8). Adicionalmente, se dice de las almas vistas por Juan en 20:4-6 que la segunda muerte no tiene poder sobre ellas. Esto se corresponde con la promesa de Jesús a los vencedores en 2:11, “El que venciere no será dañado en absoluto por la muerte segunda”. Estas tres promesas, pues, hallan cumplimiento en quienes fueron vistos sentarse en tronos en 20:4. Ellos son vencedores. La pregunta obvia es, si fueron muertos a causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús, ¿en qué consiste su victoria?

La naturaleza de la victoria de los santos tiene muy poco o nada que ver con el poder terrenal. Este es un hecho importante, que se halla en el centro del mensaje del Apocalipsis. Es cierto que el libro fue escrito para dar a conocer cosas que “deben ocurrir pronto” (1:1) y que uno de sus objetivos es el de fortalecer y alentar a los creyentes en tiempos de persecución.
Pero hay un aspecto aún más profundo que recorre todo el libro, a saber: que en el plan de Dios no solamente se espera que los creyentes soporten las tribulaciones, sino además que valientemente venzan a través de la tribulación. Desde luego, este es el mismo modelo de la victoria decisiva que Jesucristo alcanzó en la cruz. Así, se dice del Cordero, ‘digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste inmolado...”(5:9, negritas añadidas) . La corte celestial cantaba asimismo, “¡Digno es el Cordero que fue inmolado, de recibir el poder y las riquezaas y la sabiduría y la fortaleza y el honor y la gloria y la alabanza!” (5: 12). Se emplea exactamente el mismo verbo griego, sphagmö, traducido “inmolado” en este pasaje con respecto al Cordero y en 6:9 con respecto a los mártires vistos bajo el altar.

El mismo Jesús declara que este es el camino de Dios a la victoria real y eterna: “Al que venciere ... como yo vencí...” (3:21, negritas añadidas). De igual modo, en 12:11 Juan dice que “ellos lo vencieron [al dragón, o sea Satanás] por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte”. De nuevo, quienes en el capítulo 20 se sientan en tronos corresponden a la descripción de estos vencedores; ellos fueron “decapitados por causa de su testimonio y por causa de la palabra de Dios” y esto significa también que ellos se rehusaron a adorar a la bestia o su imagen, y a recibir su marca.

Aunque no se menciona explícitamente en 20:4-6, en el mensaje a la Iglesia de Filadelfia el Señor Jesús dice que los vencedores tendrán el nombre de Dios, el nuevo nombre de Jesús (¿el Cordero?) y el nombre de la Nueva Jerusalén escritos en ellos (3:12). Podemos especular además, aunque no insistiré en ello, que los nombres escritos en estos vencedores son equivalentes al “sello del Dios viviente” que protege a Sus siervos de las plagas desencadenadas no por poderes impíos sino como resultado del juicio de Dios sobre “los habitantes de la tierra” (7:1-8; 9:4).

Así llegamos a una paradoja. Se dice que estos santos han sido derrotados por la bestia, quien les ha dado muerte. En los capítulos previos se afirma que a la bestia le fue dado poder para vencer a los santos y para matar a los testigos (13:7; 11:7). Pero al mismo tiempo se declara que ellos vencieron al Dragón, que es el amo de la bestia, y son inconfundiblemente descriptos como vencedores en el capítulo 20. ¿Cómo pueden ser ellos simultáneamente derrotados y vencedores? En realidad, no pueden ser ambas cosas al mismo tiempo y en el mismo sentido.

La respuesta breve a la paradoja es que nuestra perspectiva determinará nuestro juicio acerca de quién es el ganador en esta guerra espiritual. Los santos son así al mismo tiempo perdedores en un sentido y triunfadores en otro. Nuevamente, en esto siguen el modelo trazado por el propio Señor. Desde su propia perspectiva limitada, al principio los discípulos no vieron sino una tragedia en la muerte de Jesús (Lucas 24:20-21; Juan 20:10-11). Sin embargo, la crucifixión fue en realidad el camino seguido por Jesús para entrar en su gloria y recibir toda autoridad en el cielo y en la tierra (Lucas 24:26; Mateo 28:18). Como ya notamos antes, la muerte del Señor fue también la ocasión de su triunfo decisivo sobre los poderes de las tinieblas. Desde el punto de vista humano, sin embargo, no podía verse en tal ejecución ignominiosa nada más que una derrota aplastante. Fue necesario que el mismo Señor resucitado les mostrase a los discípulos la perspectiva celestial, que es la verdadera: su aparente derrota había sido en verdad la más demoledora victoria.

Ahora bien, este mismo patrón se presenta como el que han de seguir los discípulos de Cristo. Para un observador con una perspectiva terrenal, ellos han sido manifiestamente derrotados y eliminados. Su vida ha concluido: no existen más, y este ha sido su triste destino. La bestia ha triunfado, y su poder es irresistible. Pero como Dios ve las cosas, nada podría estar más lejos de la verdad. Ellos han sellado su testimonio de la palabra de Dios y de Jesucristo con su muerte, y el mismo acto que constituye el triunfo aparente de la bestia y la derrota de los santos, constituye en realidad la victoria de ellos sobre la bestia y todo lo que ella representa.

En su controversia con los saduceos, Jesús refutó la incredulidad de ellos acerca de la resurrección, con esta conclusión: “Pues Él no es el Dios de los muertos, sino de los vivos; pues para Él todos viven” (Lucas 20:38). Los fieles confesores y mártires están pues vivos; y no sólo vivos, sino reinando con Cristo, al igual que el mismo Jesucristo está reinando ahora. De este modo, la visión de Juan revela no simplemente que la fidelidad de los auténticos creyentes será recompensada al final, sino que está siendo recompensada ahora mismo. Por tanto, encarar con valentía el sufrimiento, como lo hizo Cristo, es la vía para vencer como Él venció (vale la pena notar, de paso, que los cobardes están en el primer lugar entre quienes serán excluidos de la Jerusalén celestial, 21:8).

¿En qué sentido vivieron las almas que Juan vio? Esta cuestión es muy debatida. En general, quienes creen en un milenio terrenal afirman que se refiere a una resurrección física, corporal. Sin embargo, esto no es en modo alguno obvio. Juan llama a esta vida de quienes reinan con Cristo “la primera resurrección”. En su visión, Juan vio las almas de los decapitados, y dice que “vivieron” (ezësan). El tiempo verbal connota el significado de “resucitaron” o “vivieron de nuevo”. Esto nos recuerda de inmediato la respuesta que, en el Evangelio de Juan, Jesús le dio a Marta: “Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque muera, vivirá (zësetai)” (Juan 11:25). De hecho, hay muchas Escrituras que describen la salvación como vida eterna o resurrección, como se ve en los siguientes ejemplos:

Si no coméis la carne del Hijo del hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final ... el que me come vivirá por mí ... el que come de este pan vivirá eternamente (Juan 6: 53-54, 57-58)

Porque yo vivo, vosotros también viviréis. (Juan 14:19)

Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. (Romanos 6:11)

Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia ... si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. (Romanos 8: 10,13).

[Dios]... aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo... Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús... (Efesios 2:5)

Con él fuisteis sepultados en el bautismo, y en él fuisteis también resucitados por la fe en el poder de Dios que lo levantó de los muertos. (Colosenses 2:12)

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. (Colosenses 3:1)

Palabra fiel es esta:
Si somos muertos con él, también viviremos con él;
Si sufrimos, también reinaremos con él...
(2 Timoteo 2: 11-12)

Él mismo llevó nuestros pecados ... para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia. (1 Pedro 2:24)

Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. (1 Juan 4:9)


A la luz de estos textos puede verse que no hay razón a priori por la cual la “primera resurrección” deba necesariamente ser entendida como una vuelta a la vida del cuerpo en Apocalipsis 20:4-6. El Nuevo Testamento usa con frecuencia las expresiones “vivir” y “resucitar” en un sentido claramente espiritual, y no por ello menos verdadero que cuando habla de la resurrección corporal. Además, Juan dice que las que vivieton fueron las almas de los decapitados. Adicionalmente, debe recordarse que, en el Apocalipsis, Juan está mostrándonos cosas vistas desde una perspectiva celestial, como Dios mismo las ve. Para el mundo, los mártires cristianos están muertos, pero para Dios y en verdad ellos viven, reinan y juzgan con Cristo. Quienes estaban bajo la tiranía de los reyes de la tierra son ahora reyes celestiales; los que habían sido condenados por los jueces terrenales, son ahora jueces pertenecientes al más elevado tribunal.

Una de las promesas hechas antes a los vencedores fue que no podrían ser dañados por la seguna muerte (2:11). De nuevo, Juan dice aquí que “la segunda muerte no tiene poder sobre ellos”(20:6). Una característica intrigante del pasaje es que si bien Juan habla tanto de la primera resurrección como de la segunda muerte, en cambio no menciona ni la segunda resurrección ni la primera muerte. Sin embargo, estas últimas quedan lógicamente implícitas en la mención de las primeras. De acuerdo con esto, la primera muerte debe ser física (cf. Hebreos 9:27) y la segunda resurrección debe de ser la descrita en 20:12-13, la cual es obviamente una resurrección física (ver más abajo).

Algunos intérpretes agumentan que si la segunda resurrección es física, entonces la primera debe ser de la misma clase, sólo que previa en el tiempo. Pero esta exigencia es arbitraria, como puede verse fácilmente si se considera la naturaleza de las muertes primera y segunda. Ellas no pertenecen a una misma categoría.

Nuestro Señor se refirió a una resurrección espiritual cuando dijo “Viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que la oigan vivirán” (Juan 5:25). También habló de muerte espiritual y de muerte física en un mismo pasaje: “Deja que los muertos entierren a sus muertos” (Mateo 8:22). Y de nuevo, “No temáis a los que matan el cuerpo pero el alma no pueden matar: temed más bien al que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. ” (Mateo 10:28). La primera mencionada, la del cuerpo, es la primera muerte; la otra, definitiva, es la muerte segunda. Si existe tanto una primera muerte física –la del cuerpo- y una muerte segunda, que incluye al alma y es eterna, pareciera razonable admitir también que hay una resurrección espiritual y una física. Sin embargo, en este caso, y en forma opuesta con lo que ocurre con la muerte, la resurrección espiritual es la primera y la física la segunda. En resumen:

Primera muerte (implícita) física
Primera resurrección espiritual
Segunda resurrección (implícita) física
Segunda muerte espiritual

Por tanto, quienes participan de la primera resurrección también tendrán parte en la segunda, pero no en la muerte segunda. Exactamente el mismo modelo fue enseñado en otros términos por Jesucristo durante su ministerio terrenal:

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna y no vendrá a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida ... No os asombréis de esto, porque llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. (Juan 5:24, 28-29)

En las propias palabras de Cristo, habrá una “resurrección de vida” y también una “resurrección de condenación” (literalmente “de juicio&#8221 ;). Cuando el Señor vuelva, solamente dos destinos serán posibles: resurrección para vida eterna, o resurrección para juicio y condenación eterna. No hay absolutamente ninguna indicación de que cualquier creyente aún vivo en el tiempo de la Parusía haya de permanecer en su cuerpo físico corruptible, ni tampoco de que los incrédulos puedan permanecer entonces en la misma condición. De hecho, 2 Tesalonicenses 1 y 2 Pedro 3 enseñan lo contrario.

En resumen, el conjunto de vencedores que fueron inicialmente vistos por Juan bajo el altar celestial (6:9), y luego cantando alabanzas a Dios ante el trono celeste (7:9-10), es ahora visto entronizado, como sacerdotes, reyes y jueces con Cristo. Hay una obvia progresión de su estado aparente que se manifiesta a medida que la revelación se desarrolla.


(Continuará)

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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LOS MIL AÑOS DE APOCALIPSIS 20

[Parte 3 de 3]

4. La rebelión final (Rev 20:7-10)

Como de costumbre, proveo una traducción literal junto con el texto de la Reina-Valera 1995.

y cuando los mil años son concluidos, Satán será liberado de su prisión y saldrá a engañar a las naciones en los cuatro rincones de la tierra, Gog y Magog, para reunirlos en guerra, de quienes el número [es] como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de ;a tierra y rodearon el campamento de los santos, la ciudad amada; y fuego descendió del cielo y los devoró; y el diablo que los enañaba fue arrojado al lago de fuego y azufre, donde [estaban] la bestia y el falso profeta, y serán atormentados día y noche por las eras de las eras.

Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión y saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de reunirlos para la batalla. Su número es como la arena del mar. Subieron por la anchura de la tierra y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; pero de Dios descendió fuego del cielo y los consumió. Y el diablo, que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.

En la primera parte de esta serie indicamos las razones por las cuales, sobre la base de las enseanzas del NT, la prisión de Satanás vista por Juan debe datarse en la primera venida de Cristo. Este acontecimiento fue seguido por la visión de los vencedores reinando. Se dice que ambas cosas perduran por mil años.

Debiera tenerse en cuenta que en ninguna otra parte de la Biblia se habla claramente de este período milenario donde solamente dos cosas se sabe concretamente que ocurren con certeza: Satán está aprisionado y los santos decapitados viven y reinan. Toda otra cosa que se añada al cuadro presentado por Juan es en el mejor caso especulación, y en el peor pura imaginación. Aunque muchos cristianos estén ansiosos de rellenar los vacíos que perciben en el milenio, mayormente con materiales provistos por profecías del AT, no veo razones válidas para aceptar estos agregados a lo que Juan realmente escribió.

Juan vio ambas cosas en forma sucesiva; sin embargo, daré por sentado con la mayoría de los intérpretes que los mil años de la prisión del diablo son los mismos del reino de los santos. Juan vio, pues, ambas cosas, pero es en extremo dudoso que las haya visto en tiempo real, es decir, durante un período de mil años solares. Cabe pensar que la visión duró mucho menos que esto, tal vez sólo unos segundos o minutos. Por tanto surge la pregunta de cómo supo Juan que la prisión de Satán y el reino de los santos duraban mil años. No hay ninguna revelación angélica; Juan lo supo de alguna manera que no se nos explica. Ahora bien, si no fue una visión en tiempo real, ¿cuál es el significado de los mil años? Opino que en realidad se trata de un período prolongado pero indeterminado de tiempo, que continúa mientras Satanás prosiga cautivo y los santos mártires reinen con Cristo en el cielo.

Una búsqueda sobre el uso del número mil en la Biblia nos mostrará dos cosas. La primera es que se lo emplea como un número “redondo”, para indicar algo que es completo, una totalidad: “mil generaciones”(Deuteronomio 7:9; Salmo 105:8), “mil días” (Salmo 84:10), “mil escudos” (Cantar 4:4).

La segunda comprobación es que fuera de Apocalipsis 20, hay solamente otros tres textos que mencionan mil años. Eclesiastés 6:6 dice que un abortivo (uno que no llegó a nacer) tiene más reposo que el hombre que “viviera mil años dos veces, sin gustar del bien”. El significado obvio es que un hombre ingrato estará siempre inquieto e insatisfecho, no importa cuánto tiempo viva. En el Salmo 90:4 dice, “Ciertamente mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó, y como una de las vigilias de la noche” . Finalmente, está 2 Pedro 3: 8-9,

Pero, amados, no ignoréis que, para el Señor, un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

En estos tres únicos casos fuera de Apocalipsis 20, la expresión “mil años” es siempre usada de un período muy prolongado[/i] medido en términos humanos. Los dos últimos textos dicen también que es en realidad un tiempo breve si se lo mide como Dios lo ve. Si se considera el uso de la expresión fuera de Apocalipsis, y se recuerda amplio uso de los números en sentido simbólico en este libro, se verá que no hay razón para pensar que precisamente aquí el significado ha de tomarse en sentido literal, de un intervalo exacto de mil años solares.

Así como el comienzo del milenio se inicia con la atadura de Satán, este prolongado período concluye con su liberación. Si la atadura significaba una restricción de su libertad de acción, la liberación debe significar que tal restricción es quitada. El hecho de que el diablo tenga que ser primero soltado antes de que pueda volver a engañar a las naciones y hacer guerra contra los santos implica que él solamente puede llevar a cabo sus malas acciones cuando y en el grado que Dios lo permita.

No se nos dice quién o cómo suelta a Satanás, ni tampoco la razón última por la cual él deba ser desatado, pero podemos ver que este acontecimiento, de significado ominoso en sí mismo, significa al mismo tiempo que el día de la definitiva salvación se aproxima a medida que la paciencia de Dios llega a su fin. Todos los “habitantes de la tierra han tenido la oportunidad de escuchar y obedecer el testimonio de los fieles vencedores. Ahora la consumación se aproxima rápidamente, y el mal debe ser destruido de manera definitiva antes de que el reino de Dios se manifieste en toda su gloria en los nuevos cielos y tierra.


Cabe notar que Juan no se embarca en una descripción detallada de esta útlima ofensiva satánica. Se limita a escribir sobriamente que, tan pronto como es desatado, Satanás se lanzaa de nuevo a engañar a las naciones con sorprendente éxito. Sus seguidores no pertenecen a una nación en particular, sino a muchas naciones. La referencia a los “cuatro ángulos de la tierra”significa que vienen de todas partes. Los nombres Gog y Magog aparecen en genealogías (Génesis 10:2; 1 Crónicas 1:5; 5:4), pero sin duda la alusión es aquí al texto de Ezekiel 38-39, donde se refiere gobernantes injustos que intentan detener a Israel. Dios dice de Gog, “Vendrás contra mi pueblo Israel como un nublado que cubra la tierra tierra. Así será al cabo de los días: yo te traeré sobre mi tierra, para que las naciones me conozcan cuando sea santificado en ti, Gog, delante de sus ojos.” (Ezekiel 38: 16). W. Boyd Carpenter explica que en Apocalipsis:

Gog y Magog representan los grandes ejércitos de las naciones, y sus líderes, que irrumpirán en una hostilidad sin provocación previa contra el pueblo de Dios. Debe recordarse que las imágenes se derivan de la historia de Israel. Jerusalén, la amada ciudad del verdadero Israel de Dios, presencia a sus enemigos ... Gog y Magog son así empleados como nombres típicos. (En C.J. Ellicott, ed., A Bible Commentary for Bible Students; London and Edinburgh: Marshall Brothers, 1890, 8: 625).

Probablemente el “campamento de los santos”y la “ciudad amada” son expresiones paralelas que se refieren a lo mismo bajo dos diferentes formas, a saber, todos los creyentes que están sobre la tierra en ese momento. La imagen de un campamento es de naturaleza militar y por tanto apropiada para quienes están dispuestos a luchar por Jesús y son vencedores, en tanto que Jerusalén sitiada nos recuerda la naturaleza religiosa y espiritual de este pueblo de Dios.

La palabra traducida “campamento” es parembolê{/i} , un término marcial empleado en la antigua traducción griega Septuaginta y en la carta a los Hebreos para traducir el hebreo mahaneh, el campamento fortificado de los hijos de Israel (Éxodo 29:14; Levítico 4:12, 21; 10:4-5; Hebreos: 10,13). La expresión trae de inmediato a la mente las descripciones previas del ejército del Señor sobre la tierra en términos del AT, es decir, los 144000 israelitas de las Doce Tribus que han sido sellados (7: 4-8). Este ejército es descrito en el capítulo 14:1-5 sobre el Monte Sión –asiento de la antigua Jerusalén- siguiendo el comando del Cordero y cumpliendo estrictamente con las regulaciones concernientes a la pureza exigidas en la guerra santa (cf. Deuteronomio 20; 23:9-10).

Se ha subrayado que el campamento del antiguo Israel “adopta su significación simplemente porque está adyacente al tabernáculo, el lugar de morada de la presencia de Dios” (R. Laird Harris et al., Eds., Theological Wordbook of the Old Testament. Chicago: Moody Press, 1980, 1:300). Y, desde luego, la ciudad amada es el sitio ideal donde se erige el templo de Dios en la tierra. Difícilmente pudiera ser a una referencia a la Jerusalén terrena, la cual en 11:8 parece ser igualada con Sodoma y Egipto, paradigmas de idolatría e inmundicia.

De modo que el campamento y la ciudad tienen en común la presencia del Dios viviente, y por tanto son el único lugar en torno del cual se puede reunir el ejército del Señor cuando las huestes satánicas cargan contra él. La imagen de soldados de Cristo completamente rodeados por las fuerzas del mal que los superan ampliamente en número expresa dramáticamente la situación humanamente desesperada del pueblo de Dios.

Sin embargo, la batalla final que parecía inevitable no llega en realidad a producirse. Los santos no necesitan siquiera trabar combate, pues antes de que tuviesen oportunidad de hacerlo, Dios hace bajar “fuego del cielo” que consume a sus enemigos que se aproximan. La total destrucción de los esbirros de Satanás es reminiscente del destino de Sodoma y Gomorra (Génesis 19:24-25). Un paralelo todavía más importante, empero, se encuentra en el NT.

La destrucción por fuego es asimismo explícita en 2 Pedro 3, el único capítulo del NT fuera de Apocalipsis 20 en el que se mencionan mil años.

Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
Pero, amados, no ignoréis que, para el Señor, un día es como mil años y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
(vv. 7-10; negritas añadidas).

Aunque ni Pedro ni Juan hacen mención explícita de la venida glorriosa de Jesucristo en conexión con esta destrucción ardiente, el Apóstol Pablo sí lo hace:


Es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, mientras que a vosotros, los que sois atribulados, daros reposo junto con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Estos sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 10cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron; y vosotros habéis creído en nuestro testimonio. (2 Tesalonicenses 1:6-10; negritas añadidas)

La misma idea resurge unos pocos versículos más abajo, mientras Pablo enseña acerca de la destrucción del Hombre de Pecado (2:8), “Y entonces se manifestará aquel impío, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida”. Aquí el “resplandor [ephiphaneia] de Su venida” parece ser el equivalente de la “llama de fuego” mencionada en la misma carta en 1:8. En la Septuaginta, las palabras relacionadas con epiphaneia se emplean para traducir el hebreo ’or, “hacer brillar” y nora‘, “terrible”, en el contexto de la manifestación gloriosa de Dios en actos redentores (Deuteronomio 33:2) y del juicio (Joel 2:31, ver Hechos 2:20). Por ello describe “el maravilloso rescate y la vindicación redentora de Yahveh hacia su pueblo en el sentido de una teofanía del AT”. (B. Gärtner, in Colin Brown, o.c., 3:318). En el contexto del NT, es Jesucristo quien trae la liberación final de los santos y la destrucción de todas las fuerzas del mal.

Retornando a Apocalipsis 20, vemos que a la demoledora intervención divina, le sigue la condena definitiva de Satanás, quien se reúne con la Bestia el el Falso Profeta en el lago de fuego y azufre. Quienes piensan que el capítulo 20 sigue cronológicamente al capítulo 19, generalmente consideran que ambos servidores de Satán habían estado allí desde justo antes del comienzo del milenio, ya que su confinamiento en el lago de fuego y azufre es narrado en 19:20. Hay que tener en cuenta que la mención de la Bestia y del Falso Profeta en 20:10 carece de verbo, aun cuando la mayoría de los traductores proporcionan alguno: “están” (Biblia de las Américas), “estaban” (Reina-Valera), “habían sido arrojados” (Dios habla hoy y Nueva Versión Internacional). Esta adición mejora el lenguaje de la traducción pero oscurece el punto principal del relato, a saber, que la “trinidad satánica” formada por la Bestia, el Falso Profeta y el Dragón comparten un mismo terrible destino.

Como ya se indicó en la parte 1, hay buenas razones para creer que no hay continuidad cronológica entre Apocalipsis 19 y 20. Si se reconoce esto, y que el capítulo 20 recapitula toda la era del Evangelio, puede verse que 20:9-10 es un relato paralelo a 19:11-21. Ambos describen la derrota final de los poderes satánicos.


5. El juicio (Apocalipsis 20:11-15)

Y vi un gran trono blanco, y al que se sentaba en él, del rostro de quien la tierra y el cielo huyeron, y no se halló lugar para ellos. Y vi los muertos, pequeños y grandes, de pie ante Dios, y se abrieron libros. Y otro rollo fue abierto, el cual es de la vida. Y los muertos fueron juzgados sobre lo que estaba escrito en los libros, según las obras de ellos. Y el mar entregó los muertos en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos en ellos. Y fueron cada uno juzgados según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y si cualquierano fue hallado escrito en el libro de la vida, fue arrojado al lago de fuego.



Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo y ningún lugar se halló ya para ellos. Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios. Los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. El mar entregó los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos, y fueron juzgados cada uno según sus obras. La muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
El que no se halló inscrito en el libro de la vida, fue lanzado al lago de fuego.
(Reina-Valera)

Luego de que la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, ha sido confinada a su lugar de eterno castigo, se nos presenta una nueva escena. Juan ve un trono y a uno sentado en este trono a quien, como en otras partes, Juan declina describir. La alusión a la huida de la tierra y el cielo probablemente subraya la solemnidad del juicio que está a punto de ejecutarse. Para entender este acontecimiento, debemos ver cómo se relaciona con otras descripciones del juicio que se encuentran en la Biblia.

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo.
Será tiempo de angustia,
cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;
pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo,
todos los que se hallen inscritos en el libro.
Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra
serán despertados: unos para vida eterna,
otros para vergüenza y confusión perpetua.
Los entendidos resplandecerán
como el resplandor del firmamento;
y los que enseñan la justicia a la multitud,
como las estrellas, a perpetua eternidad.
(Daniel 12:1-3).

De este pasaje aprendemos que el pueblo de Dios habría de sobrellevar un tiempo de sufrimiento o tribulacion sin precedente justo antes de su liberación definitiva. Y aquel tiempo de angustia sería seguido de la resurrección de justos e impíos. Jesús hizo una evidente alusión a este texto en su parábola del trigo y la cizaña:

—El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del mundo, y los segadores son los ángeles. De manera que, así como se arranca la cizaña y se quema en el fuego, así será en el fin de este mundo. Enviará el Hijo del hombre a sus ángeles, y recogerán de su Reino a todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen maldad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oir, oiga. (Mateo 13: 37-43; negritas añadidas).

Aquí, como en otros lados, Jesús enseña claramente que la separación final entre los hijos de Dios y los hijos del Maligno no ocurrirá sino hasta el fin de la era. La cizaña crece junto con el trigo hasta el tiempo de la cosecha. En aquel momento el mal será por completo extirpado de cielos y tierra. Este texto habla del destino tanto de justos como de impíos. En otros textos, se tiene en vista uno u otro de ambos grupos, lo que no quiere decir que se trate de ocasiones diferentes. Por ejemplo, en otra parábola hallada en el mismo capítulo, el Señor se refiere de nuevo a buenos y malos, pero se extiende primariamente sobre el destino de los malvados:

Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red que, echada al mar, recoge toda clase de peces. Cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan y recogen lo bueno en cestas y echan fuera lo malo. Así será al fin del mundo: saldrán los ángeles y apartarán a los malos de entre los justos; y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. (Mateo 13: 47-50).

Hallamos el mismo énfasis en los que se pierden en 2 Pedro:

Pero los cielos y la tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos...
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
(2 Pedro 3:7, 10)

Hay que notar que esto ocurrirá en la misma ocasión en que los viejos cielos y tierra pasan, es decir, después del período descrito por Juan como de mil años: “Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.” (2 Pedro 3:13).

Por otra parte, el acento está puesto en la porción de los creyentes en otros pasajes, como por ejemplo:

Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, y todas las tribus de la tierra harán lamentación cuando vean al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. Enviará sus ángeles con gran voz de trompeta y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. (Mateo 24: 29-31).

Lo mismo puede decirse de 1 Tesalonicenses 4:13-17 y de 1 Corintios 15:51-52.

En el mismo capítulo 24 del Evangelio según Mateo, Jesucristo insiste en la necesidad de velar, para que Su venida no tome por sorpresa a los discípulos. Desde luego, los incrédulos serán sorprendidos, ya que no han prestado atención a las palabras del Señor.

Pero como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre, pues como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del hombre. Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino: una será tomada y la otra será dejada. (Mateo 24: 37-45)

¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, lo halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes lo pondrá. (Mateo 24: 45-47)

El siervo prudente es aquí cada discípulo diligente en hacer lo que debe, como si su amo estuviese presente. Cuando el Señor vuelva, no habrá más oportunidad para arrepentirse; el destino final de cada miembro de la raza humana quedará determinado a perpetuidad.

Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; entonces apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el Reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo, porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me vestisteis; enfermo y me visitasteis; en la cárcel y fuisteis a verme”. Entonces los justos le responderán diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, o sediento y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero y te recogimos, o desnudo y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?”. Respondiendo el Rey, les dirá: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”.
Entonces dirá también a los de la izquierda: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles, porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis”. Entonces también ellos le responderán diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo o en la cárcel, y no te servimos?”. Entonces les responderá diciendo: “De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis”. Irán estos al castigo eterno y los justos a la vida eterna.
(Mateo 25: 31-46).

Aunque el texto arriba citado no menciona explícitamente la resurrección en sí, debemos recordar que ésta ha de ocurrir para fieles e impíos justo antes del juicio final, como lo transmitió suscintamente Juan:


No os asombréis de esto, porque llegará la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. (Juan 5: 28-29).

Mientras se hallaba predicando en Atenas, Pablo enseñó esencialmente la misma doctrina.

Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, acreditándolo ante todos al haberlo levantado de los muertos. (Hechos 17: 29-31).

En su segunda carta a los Tesalonicenses, Pablo dejó tan claro como las palabras lo permiten que el gozo definitivo de los santos comenzaría en el mismo acontecimiento que la destrucción final de los impíos.

Tanto es así que nosotros mismos nos gloriamos de vosotros en las iglesias de Dios, por vuestra paciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que soportáis. Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis.
Es justo delante de Dios pagar con tribulación a los que os atribulan, mientras que a vosotros, los que sois atribulados, daros reposo junto con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Estos sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron; y vosotros habéis creído en nuestro testimonio.
(2 Tesalonicenses 1: 4-10).

Escribiéndole a los corintios, Pablo insistió en que todos, incluidos los creyentes, deberían pasar por el juicio. Aunque los discípulos ya tienen vida eterna en Cristo, sus obras serán de todos modos juzgadas.


Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Si alguien edifica sobre este fundamento con oro, plata y piedras preciosas, o con madera, heno y hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta, porque el día la pondrá al descubierto, pues por el fuego será revelada. La obra de cada uno, sea la que sea, el fuego la probará. Si permanece la obra de alguno que sobreedificó, él recibirá recompensa. Si la obra de alguno se quema, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego.
(1 Corintios 3: 11-15).

Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables, porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos, y espero que también lo sea a vuestras conciencias.
(2 Corintios 5: 9-11).

Una cosa notable de Apocalipsis 20:11-15 es que, tal como fuera predicho por Jesús y por Pedro, los cielos y tierra vieja pasan, y la humanidad toda , físicamente resucitada, es reunida ante el trono de Dios. Todo ser human que ha existido desde Adán, grande o pequeño, está ciertamente allí. El juicio es final, y no cabe apelación a ninguna otra corte, pues ésta es la suprema y última instancia. Aquellos cuyos nombres no están escritos en el Libro de la Vida –otra de las promesas de Jesús para los vencedores, 3:5- compartirán el destino de Satanás, mientras que los justos entraran gloriosos a su estado eterno en cielos y tierra nueva, y una Nueva Jerusalén.

Pablo declaró que el último enemigo en ser destruido es la muerte (1 Corintios 15: 26) y esto ocurrirá cuando los creyentes sean ora resucitados, ora (los que quedasen vivos en la Parusía) transformados.



Os digo un misterio: No todos moriremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados, pues es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción y que esto mortal se vista de inmortalidad.
Cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: «Sorbida es la muerte en victoria». ¿Dónde está, muerte, tu aguijón? ¿Dónde, sepulcro, tu victoria?, porque el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la Ley. Pero gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
(1 Corintios 15:51-57).

Aquí Pablo, como Juan en el Apocalipsis, indica a la muerte como el último enemigo en ser destruido (Hades es en Apocalipsis sinónimo de muerte). Ya que su destrucción sigue inmediatamente a la transformación y resurrección de los creyentes en 1 Corintios, puede concluirse con seguridad que lo mismo es cierto en Apocalipsis 20.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Apocalipsis 20, el milenio etc.

Este capítulo del Apocalipsis ha sido el objeto de más controversia que cualquier otro en toda la Biblia. Los primeros seis versículos con la piedra angular de la doctrina premilenialista. Esta escuela de escatología enseña que Cristo va a retornar a la tierra para establecer un reino terrenal que reinará desde la ciudad de Jerusalén por mil años. Niega que la Iglesia Universal sea el reino de la profecía. Admite que Cristo vino a establecer su reino hace 2000 años pero no pudo hacerlo porque los Judíos lo mataron. Por eso, construyó la Iglesia como una solución interina, y pospuso el reino para una fecha desconocida en el futuro. Se cree que cuando vuelva tendrá éxito y hará una realidad el Reino. Esta teoría premilenialista es una contradicción a todas las declaraciones de la “cercanía” de la Segunda Venida y del Reino que hace el Apóstol Juan.

La doctrina Amilenial, en contraste, mantiene que no habrá un reino de Cristo de mil años como enseñan los Premilenialistas. Enseña que Cristo regresará algún día para enjuiciar al mundo. Esta enseñanza reconoce que la Iglesia es el reino de la profecía. Sin embargo, el milenio no tiene ningún significado en esta enseñanza; el milenio representa todo el periodo entre la Ascensión de Cristo y la Segunda Venida.

Entonces, ¿Cuál es la verdad que enseña este capítulo? Bueno, el sentido del Apocalipsis 20 puede ser comprendido si el lector se acuerda que el lenguaje es figurativo. Hay que tener cuidado de no extraer “mil años” del versículo y hacer la expresión literal, así violando la integridad del pasaje. Los mil años no son más literales que la llave, el abismo, la cadena etc. En la terminología 1000, 7, y 10, son números que denotan plenitud, mientras el número 6 indica lo opuesto. Así que mil años es una manera simbólica para representar a Cristo reinando con integridad y plenitud sin hacer, en realidad, ninguna referencia a la duración del Reino.

Si tratamos de entender el reino de mil años de Cristo como un periodo de tiempo que empieza al final de la Dispensación de la Iglesia, entonces tenemos que enfrentar la cuestión de ¿qué hace Cristo durante esa dispensación? ¿No está reinando ya? Otro problema es que la era del Nuevo Pacto, es una edad eterna que no permite el concepto de “últimos días”. Vivimos en los primeros días del Pacto Eterno y no en los últimos días de la era Mosaica, el Antiguo Pacto. Jesús prometió venir en juicio sobre Israel, la nación del Antiguo Pacto, porque ella se convirtió en prostituta y derramó la sangre de los profetas y de los santos. Cuando Jerusalén fuera juzgado entonces Jesús reinaría eternamente en la nueva Jerusalén.

Satanás es atado y echado al abismo, que simplemente indica que sus poderes son suspendidos. Tenía sus ayudantes, la bestia de la tierra y la del mar, pero ellos han sido derrotados y ahora él mismo enfrenta su propia derrota; la Iglesia perseguida, la Israel del Nuevo Pacto, ha ganado. Nunca jamás podrá la vieja Israel, la del Antiguo Pacto, perseguir a la nueva familia de Dios. Cristo y los santos son victoriosos. Los enemigos de Cristo han sido vencidos.

Muchas veces me han preguntado, ¿Sí es así, porque hay tanta maldad en el mundo ahora? Excelente pregunta y debemos guardar en mente el contexto del pasaje. El argumento del texto es que el Judaísmo nunca jamás volverá a perseguir a la Iglesia como hizo en el primer siglo. Juan habla de la condición de la vieja Israel y de la nueva Israel ante Dios. Sin embargo, para contestar más directamente la pregunta, Satanás no tiene ningún poder propio ahora. No puede entrar a nuestros cuerpos, como hizo en el primer siglo, y no puede esforzarnos a hacer nada. Los demonios no pueden posesionarse de nadie ahora. El único poder que Satanás puede tener en nuestras vidas es lo que nosotros voluntariamente le permitimos. Sin nosotros él no puede hacer nada. ¡Satanás no tiene poderes! Fue soltado pero luego severamente derrotado, y con su derrota la era del Nuevo Pacto comenzó.

En el versículo 4, vemos que el reino de mil años de Cristo (un reino compartido con los santos degollados), tiene como propósito la derrota de sus enemigos y la restauración de todas las cosas predichas por el profeta. En su Primera Venida, no todas las cosas le fueron sometidas instantáneamente (Heb.2:8; 10:12,13; I Cor.1:24-28). Por el poder de su reino, el fin pleno de la vieja edad de pecado y muerte fue concluido en el año 70 d.C., junto con la caída de la nación física de Israel (I Cor.15:24; II Cor.3:7-11).

Debe ser notado que el pasaje no dice que el reino milenial está en la tierra, sino que reinaron con Cristo. En ningún lugar dice que el Reino de Cristo es terrenal. Este versículo es usado por muchos maestros muy equivocadamente para decir que Cristo reinará en la ciudad literal de Jerusalén en el medio oriente.

También hay que notar que los que reinaron con Cristo eran los degollados, y no todos los Cristianos como es enseñado comúnmente. Luego, si Cristo iba a reinar desde la Jerusalén literal y física, entonces solamente los mártires podrían participar en el Reino.

Vamos a ver otra vez los versículos 1 al 6. Estos versículos son la piedra angular de la doctrina premilenialista. Se dice que enseñan:
1. La Segunda Venida de Cristo;
2. La Resurrección del cuerpo;
3. Un Reino en la tierra;
4. Un trono literal de David;
5. Jerusalén en Palestina;
6. Nosotros Reinaremos con Cristo;
7. Cristo físicamente presente en la tierra.

Ahora hay que leer otra vez el pasaje. Pero no encontrará mencionada ninguna de estas cosas. Me sorprende ver como estos versículos que no mencionan ninguna de estas siete cosas, según el premilenialista, enseñan todas ellas.

Los Cristianos que sobrevivieron la persecución han tomado parte en la Primera Resurrección. La idea de resurrección no es, necesariamente, la reconstrucción del cuerpo humano. Ezequiel, hablando de la liberación de Israel del cautiverio babilónico, usó la idea de ser levantado del sepulcro muchos años antes que Juan usara el término resurrección.

Eze.37:11-14: “Me dijo luego: Hijo de hombre, todos estos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del todo destruidos. 12Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la tierra de Israel. 13Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo mío. 14Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová.”

Tanto Apocalipsis 20 y Ezequiel 37 usan lenguaje simbólico y figurativo. La idea de resurrección en Ezequiel es la liberación de Israel y la idea en Apocalipsis 20 es la victoria de los Cristianos con relación a la persecución.

La Segunda Muerte, el quitar el reino a Israel y la destrucción de esa nación, no haría ningún mal a los Cristianos. Al huir de la ciudad, como Jesús les había señalado, libró a ellos de la catástrofe que los otros sufrirían. Jesús había dicho:

Mat.24:16,21,30,34: “entonces los que estén en Judea, huyan a los montes....1porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá....Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria....De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.”

Josefo, el historiador del primer siglo, escribió que estas cosas fueron vistas sobre Jerusalén cuando fue destruida.

“Gog y Magog” es derivado de los ataques que la Israel vieja y carnal sufría cuando trataba de reestablecerse en su tierra después de regresar del cautiverio en Babilonia. Sin embargo, es la vieja Israel la que ahora merece el nombre de Gog y Magog por sus agresiones a la nueva Israel espiritual. La referencia a que ella es como “la arena del mar” puede tratarse a la promesa que Dios hizo a Abraham. En esa promesa Dios dijo que la semilla de Abraham, que originalmente era solo una sombra de la espiritual que vendría después, “te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar” (Gén.22:18). En Apocalipsis 20:9, vemos que los perseguidores “rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió. ” Y pareció que no había esperanza para el pueblo de Dios. Pero luego Dios interviene y destruyó a Israel utilizando a los Romanos. La tierra de Israel es donde este juicio toma lugar, y cumple la profecía.

El Lago de Fuego demuestra la extensión de la destrucción. Esto resulta en la destrucción del poder de Satanás. Nunca jamás sufriría la Iglesia el mismo grado de persecución y tribulación que sufrió a manos de los Judíos y los Romanos. Satán, Nerón, y los Judíos fallaron en su intento de exterminar a los seguidores de Cristo de la tierra. Cristo y los suyos son los victoriosos.

Juan, otra vez, pinta un cuadro del juicio, pero desde otra perspectiva. Esta vez, ve al gran trono como el juicio de Israel por Cristo. La tierra y el cielo huyeron de su presencia. Esta frase “la tierra y el cielo” (vs.11) simboliza la destrucción de los líderes judíos (el cielo) y su gente (la tierra). Serán esparcidos y habrán lugar para ellos (vs.11).

Ezequiel habló de esta escena de juicio:

Eze.7:1-8: “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2Tú, hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor a la tierra de Israel: El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra. 3Ahora será el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones. 4Y mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo soy Jehová. 5Así ha dicho Jehová el Señor: Un mal, he aquí que viene un mal. 6Viene el fin, el fin viene; se ha despertado contra ti; he aquí que viene. 7La mañana viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene, cercano está el día; día de tumulto, y no de alegría, sobre los montes. 8Ahora pronto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré sobre ti tus abominaciones.”

Jesús relata un mensaje similar tocante a Israel cuando dijo:

Mat.16:27-28: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.”

Algunos de los oyentes de Jesús iban a estar vivos todavía 40 años después en el año 70. No dijo “la mayoría de ustedes” porque la mayoría estaría muerta, pero algunos vivirían todavía.

Los muertos que no obedecieron el Evangelio fueron traídos a juicio cuando Cristo vino en juicio sobre Israel. La segunda muerte es aquella destrucción tremenda de Israel, que dio lugar a la glorificación de la Israel espiritual. Satanás fue liberado un poco de tiempo, pero su rebelión fue aplastada. Es él quien estaba tras toda esa persecución de los creyentes que ocurría antes del juicio, pero a pesar de sus esfuerzos no pudo acaudillar otra persecución. Totalmente frustrado cuando sus ayudantes, Israel y Roma, no podían derrotar a la Iglesia, ya no pudo levantarse. Cristo y los santos son los victoriosos. Son los Cristianos, la Israel de Dios, los verdaderos hijos de Abraham, los verdaderos judíos.

¿qué piensan?
JIM
 
Llevo años siendo preterista parcial y si he de sentirme cercano a alguna otra posición teológica sobre la escatología y, muy especialmente, a la interpretación del milenio, es a la que acaba de exponer magistralmente Jetonius.

Es más, estoy absolutamente convencido de que es casi imposible que ningún dispensacionalista pueda rebatir con éxito esa postura
 
¡¡¡que complicado que quieren hacer figurar.......
algo que no lo es tanto.........
los 1000 años si son literales.......
los catolicos .....y ahora Jetonius.....
quieren hacernos creer que ya estamos en esos 1000 años segun ellos simbolicos........
dicen que satanas no esta enteramente "atado".....
en eso si estoy de acuerdo.......
como que tampoco satanas puede posesionarse en un verdadero cristiano.....
pero satanas actua ...ahora mismo.....
y si bien nosotros somos "salpicados" por su "hacer"...no somos "abducidos "por el , ya que decidimos pertenecer a Jesus y no a uno de "sus hijos".........
porque deben tener en claro .......
que satanas es hijo de Jesus...........
el y solo el fue su creador........
la biblia dice que todo fue creado por el.......
y es ridiculo pensar que un todopoderoso pueda ser derrotado por "lo creado"
satanas fue derrotado apenas cayo en rebelion......
lo de la derrota en la cruz es una demostracion para "la generalidad"...
para el incredulo.........
pero satanas nunca podia derrotar a su creador .......y el lo sabe.........
los demonios creen en Dios y tiemblan.....dice la palabra...
satanas despues de su caida queda disminuido a lo que Jesus quiere.......
y termina incluso trabajando para el......
la palabra dice que satanas pidio a Dios permiso para ZARANDEAR A LOS HOMBRES...
Y JESUS SE LO CONCEDIO........
ES COMO LO DE JOB.........
SATANAS TUVO QUE PEDIR PERMISO PARA AFLIGIR Y DAÑAR A JOB.....
sin el permiso divino......
satanas nada hubiera podido hacer.........
Satanas esta en el plan de DIOS.....
fijense que en mateo 4 satanas fue enviado a tentar al Jesus DIVINO-HUMANO.....MANDADO POR EL ESPIRITU SANTO.....
SATANAS AHI FUE EMPLEADO DE LA DIVINIDAD...
FUE USADO...........
COMO LO ES SIEMPRE A PARTIR DE SU CAIDA.....
TODO ESTO ES EL PLAN DE DIOS........
Y SIGUE HASTA EL FIN DE APOCALIPSIS.......
Todo en este mundo esta bajo las riendas de Jesus Dios.......incluso satanas......
si satanas hace lo que hace es por que Jesus lo permite.........
Sus hijos fieles a lo sumo pueden ser "probados" via satan.......pero nunca poseidos......
la palabra dice que Dios permitira afliccion y pruebas a sus hijos hasta donde puedan soportar ...no mas alla.......
esas pruebas nos elevan y engrandecen.......
como a Job.........
se hubiera elevado el a la maxima estima y cualidad.........si no hubiera sido probado????????
Los 1000 años indican paz,justicia social y gozo........... sino Isaias 65 v 17 en adelante ...no diria lo que dice.......
si ahora estuvieramos en esos 1000 años simbolicos como dicen.....
porque no se cumple lo que dice Isaias de que no edificaran para que otro habite.....
no trabajaran en vano.......
no habra mas niño que muera de pocos dias......
y antes que clamen respondere YO.......
¿¿1000 AÑOS SIMBOLICOS ?? Y QUE ESTAMOS EN ELLOS??????
¡¡¡POR FAVOR¡¡¡ QUE INCOHERENCIA BIBLICA.....
POR MAS TEOLOGO QUE USTED SEA , JETONIUS......
DICIENDO ESTO .....USTED SIN DARSE CUENTA......
ESTA TRABAJANDO PARA SATANAS O LA CONTRA......
Los 7 dias de la creacion .......
son una prefiguracion que habra 7000 años.....
6000 de pecado
1000 de justicia.....
no significa esto que Dios un dia de 1000 años creo una cosa y a los otros 1000 años otra cosa......
es solo una prefiguracion de la historia humana.....
estamos al borde de esos 1000 años...
pueden pasar 5 años o cincuenta.........
pero eso es solo una brisa........en el tiempo de Dios.....
que ya pasamos los 6000 años......
¿¿quien lo asegura??????
la cronologia real no es fiable.....
pero es evidente por los acontecimientos ......
que estamos cerca.......
si lo vemos ¡¡¡barbaro¡¡¡
si nos morimos sin verlo.....
que mas da........
si resucitaremos.......
y tendremos la paga segun nuestra fe y obras......
o segun nuestra rebelion........
finalmente digo que la palabra dice que DIOS enviara(via satanas) un poder "engañoso"
para que aquellos incredulos crean la mentira......e incluso muchos de los elegidos,continua diciendo la palabra.......
SERAN ENGAÑADOS.......
creo que es el caso de Jetonius y de los catolicos........
que creen que ya estamos en ese milenio.......
y quieren hacer perder la fe en esa hermosa promesa de Jesus a muchos cristianos......
Se que Jetonius es un estudioso fervoroso.....
y que cree que lo que dice o intenta enseñar ...es verdad......
pero esta siendo engañado y esta engañando a muchos con su falsa teoria.......
La palabra dice: cuidado¡¡¡ maestros .....
si sus enseñanzas son erroneas.......
recibiran la ira de DIOS...
es una pena que no disponga de mas tiempo para dar referencias biblicas a esta exposicion de Jetonius.....
solo he dado todo de memoria de mi biblia interior.......
pero no podia dejar pasar de largo esta falsa enseñanza de 1000 años simbolicos......
saludos......
 
Amigo Luis Fernando,

El Preterismo Parcial es, en realidad, Futurismo Parcial y enemigo del Preterismo. El milenialismo ignora que Jesús prometió a los lectores del Apocalipsis en el primer siglo que vendría “pronto”. Creo que cumplió su promesa. Pero el milenialismo dice que no fue así y que “pronto” quiere decir “después de dos milenios”.

Los historiadores usan la palabra anacronismo –un error en la fecha de un acontecimiento. Tomar un evento del periodo a que pertenece y asignarlo a otro tiempo es un anacronismo. Las múltiples teorías que aciertan que el Apocalipsis es un libro de profecía todavía no cumplida, son a la vez anacrónicas. El contenido del libro es tan negativo a la idea de un cumplimiento todavía futuro, como muchos eruditos han admitido. Su servidor está convencido de que los símbolos del Apocalipsis fueron cumplidos en la experiencia de los creyentes del primer siglo. El libro testifica de una fecha antecedente a la destrucción de Jerusalén y es profético solo en el sentido de que describe la lucha de la Iglesia primitiva con los perseguidores judíos y romanos, y la victoria fenomenal sobre esos poderes de persecución. Aceptar esta aplicación prudente del libro es andar en la luz; rechazarla y seguir teorizando con la idea futurista es deambular en la oscuridad, sin tener nunca, la certeza de qué representan los símbolos.

Los que han seguido la interpretación futurista se han descarriado, perdidos en caminos sin fin. Primero aplican un símbolo a algún evento del siglo veinte, para después descubrir que no era cierto y luego buscan otro evento a que aplicarlo. Lo que hacen es convertir el libro sin ningún uso para los creyentes del primer siglo, cuando fue escrito. Se olvidan de que el libro fue enviado a personas de aquella generación y según el autor, los eventos simbolizados estaban a punto de cumplirse cuando redactó el libro.

Según Cristo: “Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. 28De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino” –Mat.16:27-28. Así que el evento del Gran Juicio ya tomó lugar, y la recompensa ya se hizo. Esto implica que también el milenio ya pasó.

[email protected] http://www.escatología.com
 
por supuesto que llave , cadena y otras expresiones de apocalipsis no son literales...........
pero todos los numeros si lo son.......
los 144000 son un grupo especial,primicias para dios(apoc. 14 v 4)y esos , solo esos son los que tendran capacidad de juzgar......
los demas cristianos que pasen.....
que den gracias a la misericordia de Jesus.......
pero de aho a juzgar nosotros a los angeles...........hay un largo camino.....
nosotros no juzgaremos a nadie........
luego tenemos las 2 bestias.......
son literales en numero.......
las 12 tribus de Israel........literales......

los dos testigos.......literales(unos dicen enoc y elias, otros moises y elias )
los 1260 dias...... en otro dice 42 meses y en otro 3 años y medio...... literales.......
las 7 plagas , las 7 trompetas.. todo esos numeros son literales ...
ASI COMO LOS 1000 AÑOS......
SALUDOS
 
Elìas, dice usted:

[los catolicos .....y ahora Jetonius.....
quieren hacernos creer....]

¿Quiere decir que la posiciòn de Jetonius es netamente catòlica romana ahora?

Dios le bendiga. Timoteo.
 
Originalmente enviado por Timoteo:
Elìas, dice usted:

[los catolicos .....y ahora Jetonius.....
quieren hacernos creer....]

¿Quiere decir que la posiciòn de Jetonius es netamente catòlica romana ahora?

Dios le bendiga. Timoteo.

JA,JA,JA. Estimado Jetonius PARECE que están a punto de echarlo al lago de fuego. También.... decir lo mismo que los católicos....

¿Hay quien siga diciendo que el odio anticatólico los une?. Miren nada mas lo que dicen del respetabilísimo Jetonius, por ser honesto y lo mas objetivo posible según su "leal saber y entender" .
 
Está clarísimo que Jetonius es un romanista encubierto, ¿verdad, Timoteo?
:D :D

Se nota mucho en todas sus intervenciones.
Vamos, que estaría loco el que pensara que él es el protestante evangélico más preparado para debatir con los católicos del foro. Además, todos deberíamos saber que ese honor sólo le corresponde a usted ya que todos los evangélicos que aparentan saber debatir con los católicos mejor que usted son realmente católicos encubiertos. <IMG SRC="mareado.gif" border="0">
 
Originalmente enviado por elias:
¡¡¡que complicado que quieren hacer figurar.......
algo que no lo es tanto.........
los 1000 años si son literales.......
los catolicos .....y ahora Jetonius.....
quieren hacernos creer que ya estamos en esos 1000 años segun ellos simbolicos........

Estimado Elías:

Yo no pretendo «hacerle creer» a nadie que los mil años no sean literales. Mi exposición obedece a que el hermano Pablo Santomauro me preguntó en otro epígrafe qué clase de amilenarismo suscribo yo.


dicen que satanas no esta enteramente "atado".....
en eso si estoy de acuerdo.......
como que tampoco satanas puede posesionarse en un verdadero cristiano.....
pero satanas actua ...ahora mismo.....

Pues hombre, yo no he dicho lo contrario.

y si bien nosotros somos "salpicados" por su "hacer"...no somos "abducidos "por el , ya que decidimos pertenecer a Jesus y no a uno de "sus hijos".........
porque deben tener en claro .......
que satanas es hijo de Jesus...........
el y solo el fue su creador........
la biblia dice que todo fue creado por el.......

Perdón, ¿dónde dice la Escritura que Satanás sea hijo de Jesús????
Una cosa es que sea un ser creado, otra muy diferente un hijo.

y es ridiculo pensar que un todopoderoso pueda ser derrotado por "lo creado"
satanas fue derrotado apenas cayo en rebelion......
lo de la derrota en la cruz es una demostracion para "la generalidad"...
para el incredulo.........

Vaya a decírselo al mismo Jesús y al Apóstol Pablo (en sus cartas dirigidas a cristianos, por ejemplo los de Colosas).

pero satanas nunca podia derrotar a su creador .......y el lo sabe.........
los demonios creen en Dios y tiemblan.....dice la palabra...
satanas despues de su caida queda disminuido a lo que Jesus quiere.......
y termina incluso trabajando para el......
la palabra dice que satanas pidio a Dios permiso para ZARANDEAR A LOS HOMBRES...
Y JESUS SE LO CONCEDIO........
ES COMO LO DE JOB.........
SATANAS TUVO QUE PEDIR PERMISO PARA AFLIGIR Y DAÑAR A JOB.....
sin el permiso divino......
satanas nada hubiera podido hacer.........
Satanas esta en el plan de DIOS.....
fijense que en mateo 4 satanas fue enviado a tentar al Jesus DIVINO-HUMANO.....MANDADO POR EL ESPIRITU SANTO.....
SATANAS AHI FUE EMPLEADO DE LA DIVINIDAD...
FUE USADO...........
COMO LO ES SIEMPRE A PARTIR DE SU CAIDA.....
TODO ESTO ES EL PLAN DE DIOS........
Y SIGUE HASTA EL FIN DE APOCALIPSIS.......
Todo en este mundo esta bajo las riendas de Jesus Dios.......incluso satanas......
si satanas hace lo que hace es por que Jesus lo permite.........
Sus hijos fieles a lo sumo pueden ser "probados" via satan.......pero nunca poseidos......
la palabra dice que Dios permitira afliccion y pruebas a sus hijos hasta donde puedan soportar ...no mas alla.......
esas pruebas nos elevan y engrandecen.......
como a Job.........
se hubiera elevado el a la maxima estima y cualidad.........si no hubiera sido probado????????

Que Dios permita ciertas cosas y las utilice para sus fines no implica que todo sea conforme a su voluntad. De lo contrario no habría culpa ni responsabilidad individual.

Los 1000 años indican paz,justicia social y gozo........... sino Isaias 65 v 17 en adelante ...no diria lo que dice.......
si ahora estuvieramos en esos 1000 años simbolicos como dicen.....
porque no se cumple lo que dice Isaias de que no edificaran para que otro habite.....
no trabajaran en vano.......
no habra mas niño que muera de pocos dias......
y antes que clamen respondere YO.......
¿¿1000 AÑOS SIMBOLICOS ?? Y QUE ESTAMOS EN ELLOS??????

Isaías 65:17 habla de nuevos cielos y tierra, los cuales en Apocalipsis son vistos después de concluido el milenio y el juicio que le sigue.

¡¡¡POR FAVOR¡¡¡ QUE INCOHERENCIA BIBLICA.....
POR MAS TEOLOGO QUE USTED SEA , JETONIUS......
DICIENDO ESTO .....USTED SIN DARSE CUENTA......
ESTA TRABAJANDO PARA SATANAS O LA CONTRA......

Es una acusación muy seria que usted no fundamenta.¿Sabe a quién le dicen «el acusador»?

Los 7 dias de la creacion .......
son una prefiguracion que habra 7000 años.....
6000 de pecado
1000 de justicia.....

¿Sería tan amable de citar libro, capítulo y versículo que enseñe semejante cosa?

no significa esto que Dios un dia de 1000 años creo una cosa y a los otros 1000 años otra cosa......
es solo una prefiguracion de la historia humana.....
estamos al borde de esos 1000 años...
pueden pasar 5 años o cincuenta.........
pero eso es solo una brisa........en el tiempo de Dios.....
que ya pasamos los 6000 años......
¿¿quien lo asegura??????
la cronologia real no es fiable.....

Parece pura especulación lo suyo.

[/B][/QUOTE]
pero es evidente por los acontecimientos ......
que estamos cerca.......
si lo vemos ¡¡¡barbaro¡¡¡
si nos morimos sin verlo.....
que mas da........
si resucitaremos.......
y tendremos la paga segun nuestra fe y obras......
o segun nuestra rebelion........
finalmente digo que la palabra dice que DIOS enviara(via satanas) un poder "engañoso"
para que aquellos incredulos crean la mentira......e incluso muchos de los elegidos,continua diciendo la palabra.......
SERAN ENGAÑADOS.......
creo que es el caso de Jetonius y de los catolicos........
que creen que ya estamos en ese milenio.......
y quieren hacer perder la fe en esa hermosa promesa de Jesus a muchos cristianos......
Se que Jetonius es un estudioso fervoroso.....
y que cree que lo que dice o intenta enseñar ...es verdad......
pero esta siendo engañado y esta engañando a muchos con su falsa teoria.......
La palabra dice: cuidado¡¡¡ maestros .....
si sus enseñanzas son erroneas.......
recibiran la ira de DIOS...
es una pena que no disponga de mas tiempo para dar referencias biblicas a esta exposicion de Jetonius.....
solo he dado todo de memoria de mi biblia interior.......
pero no podia dejar pasar de largo esta falsa enseñanza de 1000 años simbolicos......
saludos......[/B][/QUOTE]

Se nota que habla de memoria. Si quiere ser tomado en serio, deberá tomarse el trabajo de estudiar las referencias bíblicas.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Originalmente enviado por Luis Fernando:
Llevo años siendo preterista parcial y si he de sentirme cercano a alguna otra posición teológica sobre la escatología y, muy especialmente, a la interpretación del milenio, es a la que acaba de exponer magistralmente Jetonius.

Es más, estoy absolutamente convencido de que es casi imposible que ningún dispensacionalista pueda rebatir con éxito esa postura
------------------------------------------

Luis Fernando:

Te noto muy convencido. Esperame un poco que ya viene la refutacion. Estoy de acuerdo contigo en que la exposicion de Jetonius fue magistral, en el sentido de que muestra o explica su posicion bien definida. De ahi a que no pueda ser rebatida .... hummmmm!

Bendiciones

Pablo
 
Originalmente enviado por Luis Fernando:
Llevo años siendo preterista parcial y si he de sentirme cercano a alguna otra posición teológica sobre la escatología y, muy especialmente, a la interpretación del milenio, es a la que acaba de exponer magistralmente Jetonius.

Es más, estoy absolutamente convencido de que es casi imposible que ningún dispensacionalista pueda rebatir con éxito esa postura
 
Pablo, recuerda lo que he dicho, ;) :
Casi imposible.... es decir, no imposible del todo
reabtir CON ÉXITO... es decir, sí se puede rebatir, pero no creo que con mucho acierto

¿Porqué pienso así?
Porque he asistido a muchos debates entre dispensacionalistas por un lado y amilenaristas y preteristas por otro, y, créeme, en todos han salido ganando los últimos.
Ahora bien, siempre puede haber una primera vez, :)

Desde luego, mientras el debate se mantenga a una buena altura teológica (cosa probable dado que ya han botado al elemento ese), todos saldremos ganando
 
Luis Fernando, me pregunta usted:

[Está clarísimo que Jetonius es un romanista encubierto, ¿verdad, Timoteo?]

Le respondo:
Para mì no està clarìsimo como lo està para usted.

Solo le hice una pregunta a Elìas porque me dejaron desconcertado sus afirmaciones.

Dios le bendiga. Timoteo.
 
UNA RESPUESTA AL PUBLICADO DEL HERMANO JETONIUS SOBRE EL MILENIO

En primer lugar quiero agradecer al Hno. en la fe (Jetonius) por tener a bien publicar su posición acerca del milenio. Esto ayuda a conocer su posición con respecto al futuro profético en la Biblia, y al mismo tiempo nos da la oportunidad de analizar la postura amilenista que él sostiene, algo que creo no se ha hecho aun en este foro, al menos desde que yo comenzé a participar. Solo he visto hasta ahora refutaciones a la postura postribulacionista. Es hora de poner bajo la lupa la posición del Hno. Jetonius.

Tanto premilenistas como amilenistas están de acuerdo en que hay un aspecto presente y un aspecto futuro en el Reino de Cristo, un presente realizado y una manifestacion futura. El punto de controversia tiene que ver con la forma en que el cumplimiento del escatón ocurrirá.

El amilenismo ve la total manifestación de las promesas de Dios realizadas en el estado eterno, el cual comienza inmediatamente luego del retorno de Jesucristo. Los Premilenistas ven las promesas del Reino cumplidas en la historia, teniendo como punto de partida la venida de Cristo; este período de “inter regnum” conduce al estado eterno.

Ambas posiciones están de acuerdo en la presente realización del reino; la diferencia yace en el entendimiento del carácter del reino en el “escaton”

Para ponerlo en forma de pregunta: ¿Habla la Biblia de un Reino escatológico ya cumplido en la historia? O mejor dicho: ¿ Comienza la eternidad directamente luego del retorno del Señor? O hay un período de reinado entre ambos.

APOCALIPSIS 20

Al igual que Jetonius, pienso que el mejor lugar donde comenzar a analizar las preguntas es Apocalipsis 20. Este pasaje sigue siendo hasta hoy el crux interpretum y el foco del intenso debate.
El pasaje presenta un período de tiempo, designado como de mil años (milenio), durante el cual Satanás es atado y lanzado al abismo y por consiguiente incapacitado para engañar a las naciones (vv.1-3)

Al comienzo de este período hay una resurrección, la de los fieles (vv.4-5). Luego de los mil años Satanás es soltado , se dice que hay una rebelión final, Satanás es derrotado (v.10), y hay una segunda resurrección (vv.5-6;13). Estas son las verdades basicas con las que debemos trabajar.

Ahora, en contexto (19:11 ff), nuetro Señor es presentado como viniendo a a tierra en un triunfo glorioso y tomando venganza sobre sus enemigos. La idea de que Juan intenta que nosotros entendamos que el milenio es posterior a esta venida de Cristo es evidente por el uso repetido del “kai” (“y”) cronológico a traves de toda la narrativa (19:11,17,19; 20:1,4 etc).

No importa cuales sean los detalles y los significados contenidos en los simbolismos que emplea Juan, el orden expresado de los eventos es:

1 – Retorno de Cristo en victoria (19:11-21)

2 – Destruccion del triunvirato del mal (bestia, falso profeta, y Satanás) – Satanás es depuesto al abismo (19:19 – 20:3)

3 – Primer resurrección (20:4)

4 – Reinado de 1000 años (20:4-6)

5 – Liberación de Satanás y rebelión final

6 – Destrucióon final de Satanás, lanzado en el lago de fuego donde la bestia y el falso profeta han estado (20:10)

7 – Segunda resurrección y juicio final (20:11-15)
El pasaje en su totalidad, en primera instancia, o primera vista, se deja leer con una narrativa continua. En lenguaje teológico común y corriente, el retorno de Crsito es pre – milenial. El viene y personalmente establece su reino.

Muchos, sin embargo, entienden que los eventos de este capítulo 20 es una recapitulación que describe eventos que suceden antes de la venida del Señor. Estos intérpretes a menudo se refugian en el hecho indiscutible de que una gran parte del libro de Apocalipsis es simbólica y no debe tomarse literalmente. Sin embargo, cualquiera sea el significado del lenguaje simbólico que se emplea, el armazón cronológico del pasaje – Cristo viniendo, reinado de Cristo, la eternidad --- nos deja irremediablemente con premilenismo.

Aun más, el respaldo exegético explícito para la teoría de la recapitulación brilla por su ausencia. Es muy difícil poder mostrar una razón convincente para la necesidad de invertir el orden de los eventos que Juan describe. Ciertamente es una proposición teológica por supuesto, pero que parece ir en contra del despliegue cronológico que hace Juan en el pasaje.

En nuestra opinión es una consideración hermeneutica impuesta (forzada) sobre el texto, no derivada (extraída) del texto.

SATANAS ATADO

Primero que todo, el “atamiento” de Satanás, tiene un propósito específico: que no engañase a las naciones hasta que fuesen cumplidos los mil años (v.3), Es decir, durante este tiempo, las actividades de Satanás son cesadas. Ahora, se sugiere de que esto representa esta era del evangelio en la cual la obra de Cristo continúa relativamente ininterrumpidamente sin mayores obstáculos puestos por “el hombre fuerte” que ha sido atado por Cristo (Mt.12:28-29). Además se usan otros pasajes para decir que Satanás ha sido derrotado tales como la tentación de Cristo en el desierto, la derrota de Satanás en la cruz y otros (lo siento, no tengo tiempo de dar las citas).

La teoría dice entonces, que Satanás hoy en día no se le permite estorbar el evangelio – En esto consiste el “atamiento” de Satanás. Se supone que hay más apoyo aun para la teoría en Ap.12:7 en adelante, donde se ve a Satanás siendo expulsado del cielo.

Todo esto suena muy convincente, pero el paralelo no es tan obvio como puede parecer a primera vista.
¿Son el “atamiento” y la caída de Satanás de Mateo 12 y de Apocalipsis 12, los mismos de Apocalipsis 20?
¿Cómo podemos saber? El texto mismo debe proporcionar pistas. Interesantemente, una comparación de Ap.12 con Ap.20 demuestra no un paralelo, sino un contraste.

La mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que Ap.12 habla de esta era, ya sea la era de la Iglesia como tal, ya sea el período de la tribulación. ¿ Podría ser que Ap.20 hable de lo mismo? Esta es la información con la que debemos trabajar para llegar a esa conclusión:

1) En Ap.12 a Satanás le queda poco tiempo (v.12), pero en el contexto de Ap.20 tienen “mil años”

2) En Ap.12 se le lanza del cielo a la tierra, pero en Ap.20 de la tierra al abismo

3) En Ap.12 Satanás desciende con gran ira sobre la tierra, pero en Ap.20 se le confina al abismo

4) Aun más significativo, en Ap.12:9 anda suelto engañando (planao) al mundo entero. En Ap. 20:3, es precisamente este engaño (planao) el que se impide llevar a cabo.

Ahora, seamos francos, si ambos pasajes están hablando de la misma era, estamos frente a una CONTRADICCION. Pero si el c.12 habla de esta era, y el c.20 habal de una era por venir, la discrepancia queda resuelta.

A decir verdad, el capítulo 20 es mucho más facil de ser recibido como la respuesta positiva y la conclusión de los hechos descritos en el capítulo 12. Hay un contraste obvio entre los dos capítulos, no una similitud.

Aun má, cuando los amilenistas nos piden que igualemos la atadura (por fin me vino la palabra correcta) de Satanás descrita en Apocalipsis 20 con descripciones de su derrota en lugares como Juan 12:31 --- o sea entendida en el contexto del evangelio, la obra lograda en la cruz ---- nosotros debemos preguntar: ¿En qué sentido esta atadura será cancelada el final de los “1000 años”? La victoria de Cristo sobre Satanás en Su muerte y Su resurrección fue final, de una vez para siempre. Es imposible entender esta victoria como teniendo una duración de 1000 años, cualquiera sea el simbolismo que representa en término numérico.

Por favor, nótese que lo dicho anteriormente no descansa en presuposiciones, previas nociones sobre un género literario, o de significados o símbolos del pasaje (de lo que somos acusados los premilenistas). Tampoco importamos ideas de fuera del texto. Por lo tanto, si hay honestidad de por medio, debe admitirse que la observación es correcta --- que la incapacidad de Satanás de engañar al mundo en Ap.20 está situada en un armazón (por falta de mejor palabra) cronólogico diferente de su actividad engañosa en Ap.12 ---- TODO LO QUE NOS QUEDA AQUI ES PREMILENISMO.

Aun podemos decir más. Cualquiera sea el simbolismo contenido, Satán “apresado” (atado) con una cadena, “sellado” y “arrojado”, no nos habla de una mera reducción de sus actividades, sino que nos habla de una abrupta y definitiva cesación. Satanáa está encarcelado, no en libertad bajo palabra. Se ha dicho en humor, que si Satanás ha sido atado en el presente, debe haber sido con una cadena muy larga. Pero vemos que el texto no concede terreno para una cadena larga. Sus actividades son detenidas radicalmente, es atado y es puesto en el calabozo.

En tanto, si observamos lo que el NT nos dice de Satanás, lo veremos en una campaña destructiva (Ap.12), buscando a quien devorar (1Pe.5:8), mantiene cautivos a los hombres a su voluntad (2 Tim.2:26), es el dios de este mundo y ciega la mente de los que se pierden (2 Co.4:4) etc.
Pablo mismo fue estorbado por él en la misión de predicar el evangelio (1 Tes.2:18). También se le permite llevarse la semilla que es sembrada a un lado del camino (Mt.13:4,19).

Solamente una hermeneutica muy extraña deja la puerta abierta para que lo descrito anteriormente pueda ser introducido en la escena presentada por Apocalipsis 20: 1-3.

Pienso que no es impropio decir que la motivación detrás no es exactamente exegética.

En mi próxima respuesta estaremos hablando de las resurrecciones.

Bendiciones

Pablo


UNA RESPUESTA AL PUBLICADO DEL HERMANO JETONIUS SOBRE EL MILENIO

En primer lugar quiero agradecer al Hno. en la fe (Jetonius) por tener a bien publicar su posición acerca del milenio. Esto ayuda a conocer su posición con respecto al futuro profético en la Biblia, y al mismo tiempo nos da la oportunidad de analizar la postura amilenista que él sostiene, algo que creo no se ha hecho aun en este foro, al menos desde que yo comenzé a participar. Solo he visto hasta ahora refutaciones a la postura postribulacionista. Es hora de poner bajo la lupa la posición del Hno. Jetonius.

Tanto premilenistas como amilenistas están de acuerdo en que hay un aspecto presente y un aspecto futuro en el Reino de Cristo, un presente realizado y una manifestacion futura. El punto de controversia tiene que ver con la forma en que el cumplimiento del escatón ocurrirá.

El amilenismo ve la total manifestación de las promesas de Dios realizadas en el estado eterno, el cual comienza inmediatamente luego del retorno de Jesucristo. Los Premilenistas ven las promesas del Reino cumplidas en la historia, teniendo como punto de partida la venida de Cristo; este período de “inter regnum” conduce al estado eterno.

Ambas posiciones están de acuerdo en la presente realización del reino; la diferencia yace en el entendimiento del carácter del reino en el “escaton”

Para ponerlo en forma de pregunta: ¿Habla la Biblia de un Reino escatológico ya cumplido en la historia? O mejor dicho: ¿ Comienza la eternidad directamente luego del retorno del Señor? O hay un período de reinado entre ambos.

APOCALIPSIS 20

Al igual que Jetonius, pienso que el mejor lugar donde comenzar a analizar las preguntas es Apocalipsis 20. Este pasaje sigue siendo hasta hoy el crux interpretum y el foco del intenso debate.
El pasaje presenta un período de tiempo, designado como de mil años (milenio), durante el cual Satanás es atado y lanzado al abismo y por consiguiente incapacitado para engañar a las naciones (vv.1-3)

Al comienzo de este período hay una resurrección, la de los fieles (vv.4-5). Luego de los mil años Satanás es soltado , se dice que hay una rebelión final, Satanás es derrotado (v.10), y hay una segunda resurrección (vv.5-6;13). Estas son las verdades basicas con las que debemos trabajar.

Ahora, en contexto (19:11 ff), nuetro Señor es presentado como viniendo a a tierra en un triunfo glorioso y tomando venganza sobre sus enemigos. La idea de que Juan intenta que nosotros entendamos que el milenio es posterior a esta venida de Cristo es evidente por el uso repetido del “kai” (“y”) cronológico a traves de toda la narrativa (19:11,17,19; 20:1,4 etc).

No importa cuales sean los detalles y los significados contenidos en los simbolismos que emplea Juan, el orden expresado de los eventos es:

1 – Retorno de Cristo en victoria (19:11-21)

2 – Destruccion del triunvirato del mal (bestia, falso profeta, y Satanás) – Satanás es depuesto al abismo (19:19 – 20:3)

3 – Primer resurrección (20:4)

4 – Reinado de 1000 años (20:4-6)

5 – Liberación de Satanás y rebelión final

6 – Destrucióon final de Satanás, lanzado en el lago de fuego donde la bestia y el falso profeta han estado (20:10)

7 – Segunda resurrección y juicio final (20:11-15)
El pasaje en su totalidad, en primera instancia, o primera vista, se deja leer con una narrativa continua. En lenguaje teológico común y corriente, el retorno de Crsito es pre – milenial. El viene y personalmente establece su reino.

Muchos, sin embargo, entienden que los eventos de este capítulo 20 es una recapitulación que describe eventos que suceden antes de la venida del Señor. Estos intérpretes a menudo se refugian en el hecho indiscutible de que una gran parte del libro de Apocalipsis es simbólica y no debe tomarse literalmente. Sin embargo, cualquiera sea el significado del lenguaje simbólico que se emplea, el armazón cronológico del pasaje – Cristo viniendo, reinado de Cristo, la eternidad --- nos deja irremediablemente con premilenismo.

Aun más, el respaldo exegético explícito para la teoría de la recapitulación brilla por su ausencia. Es muy difícil poder mostrar una razón convincente para la necesidad de invertir el orden de los eventos que Juan describe. Ciertamente es una proposición teológica por supuesto, pero que parece ir en contra del despliegue cronológico que hace Juan en el pasaje.

En nuestra opinión es una consideración hermeneutica impuesta (forzada) sobre el texto, no derivada (extraída) del texto.

SATANAS ATADO

Primero que todo, el “atamiento” de Satanás, tiene un propósito específico: que no engañase a las naciones hasta que fuesen cumplidos los mil años (v.3), Es decir, durante este tiempo, las actividades de Satanás son cesadas. Ahora, se sugiere de que esto representa esta era del evangelio en la cual la obra de Cristo continúa relativamente ininterrumpidamente sin mayores obstáculos puestos por “el hombre fuerte” que ha sido atado por Cristo (Mt.12:28-29). Además se usan otros pasajes para decir que Satanás ha sido derrotado tales como la tentación de Cristo en el desierto, la derrota de Satanás en la cruz y otros (lo siento, no tengo tiempo de dar las citas).

La teoría dice entonces, que Satanás hoy en día no se le permite estorbar el evangelio – En esto consiste el “atamiento” de Satanás. Se supone que hay más apoyo aun para la teoría en Ap.12:7 en adelante, donde se ve a Satanás siendo expulsado del cielo.

Todo esto suena muy convincente, pero el paralelo no es tan obvio como puede parecer a primera vista.
¿Son el “atamiento” y la caída de Satanás de Mateo 12 y de Apocalipsis 12, los mismos de Apocalipsis 20?
¿Cómo podemos saber? El texto mismo debe proporcionar pistas. Interesantemente, una comparación de Ap.12 con Ap.20 demuestra no un paralelo, sino un contraste.

La mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que Ap.12 habla de esta era, ya sea la era de la Iglesia como tal, ya sea el período de la tribulación. ¿ Podría ser que Ap.20 hable de lo mismo? Esta es la información con la que debemos trabajar para llegar a esa conclusión:

1) En Ap.12 a Satanás le queda poco tiempo (v.12), pero en el contexto de Ap.20 tienen “mil años”

2) En Ap.12 se le lanza del cielo a la tierra, pero en Ap.20 de la tierra al abismo

3) En Ap.12 Satanás desciende con gran ira sobre la tierra, pero en Ap.20 se le confina al abismo

4) Aun más significativo, en Ap.12:9 anda suelto engañando (planao) al mundo entero. En Ap. 20:3, es precisamente este engaño (planao) el que se impide llevar a cabo.

Ahora, seamos francos, si ambos pasajes están hablando de la misma era, estamos frente a una CONTRADICCION. Pero si el c.12 habla de esta era, y el c.20 habal de una era por venir, la discrepancia queda resuelta.

A decir verdad, el capítulo 20 es mucho más facil de ser recibido como la respuesta positiva y la conclusión de los hechos descritos en el capítulo 12. Hay un contraste obvio entre los dos capítulos, no una similitud.

Aun má, cuando los amilenistas nos piden que igualemos la atadura (por fin me vino la palabra correcta) de Satanás descrita en Apocalipsis 20 con descripciones de su derrota en lugares como Juan 12:31 --- o sea entendida en el contexto del evangelio, la obra lograda en la cruz ---- nosotros debemos preguntar: ¿En qué sentido esta atadura será cancelada el final de los “1000 años”? La victoria de Cristo sobre Satanás en Su muerte y Su resurrección fue final, de una vez para siempre. Es imposible entender esta victoria como teniendo una duración de 1000 años, cualquiera sea el simbolismo que representa en término numérico.

Por favor, nótese que lo dicho anteriormente no descansa en presuposiciones, previas nociones sobre un género literario, o de significados o símbolos del pasaje (de lo que somos acusados los premilenistas). Tampoco importamos ideas de fuera del texto. Por lo tanto, si hay honestidad de por medio, debe admitirse que la observación es correcta --- que la incapacidad de Satanás de engañar al mundo en Ap.20 está situada en un armazón (por falta de mejor palabra) cronólogico diferente de su actividad engañosa en Ap.12 ---- TODO LO QUE NOS QUEDA AQUI ES PREMILENISMO.

Aun podemos decir más. Cualquiera sea el simbolismo contenido, Satán “apresado” (atado) con una cadena, “sellado” y “arrojado”, no nos habla de una mera reducción de sus actividades, sino que nos habla de una abrupta y definitiva cesación. Satanáa está encarcelado, no en libertad bajo palabra. Se ha dicho en humor, que si Satanás ha sido atado en el presente, debe haber sido con una cadena muy larga. Pero vemos que el texto no concede terreno para una cadena larga. Sus actividades son detenidas radicalmente, es atado y es puesto en el calabozo.

En tanto, si observamos lo que el NT nos dice de Satanás, lo veremos en una campaña destructiva (Ap.12), buscando a quien devorar (1Pe.5:8), mantiene cautivos a los hombres a su voluntad (2 Tim.2:26), es el dios de este mundo y ciega la mente de los que se pierden (2 Co.4:4) etc.
Pablo mismo fue estorbado por él en la misión de predicar el evangelio (1 Tes.2:18). También se le permite llevarse la semilla que es sembrada a un lado del camino (Mt.13:4,19).

Solamente una hermeneutica muy extraña deja la puerta abierta para que lo descrito anteriormente pueda ser introducido en la escena presentada por Apocalipsis 20: 1-3.

Pienso que no es impropio decir que la motivación detrás no es exactamente exegética.

En mi próxima respuesta estaremos hablando de las resurrecciones.

Bendiciones

Pablo


UNA RESPUESTA AL PUBLICADO DEL HERMANO JETONIUS SOBRE EL MILENIO

En primer lugar quiero agradecer al Hno. en la fe (Jetonius) por tener a bien publicar su posición acerca del milenio. Esto ayuda a conocer su posición con respecto al futuro profético en la Biblia, y al mismo tiempo nos da la oportunidad de analizar la postura amilenista que él sostiene, algo que creo no se ha hecho aun en este foro, al menos desde que yo comenzé a participar. Solo he visto hasta ahora refutaciones a la postura postribulacionista. Es hora de poner bajo la lupa la posición del Hno. Jetonius.

Tanto premilenistas como amilenistas están de acuerdo en que hay un aspecto presente y un aspecto futuro en el Reino de Cristo, un presente realizado y una manifestacion futura. El punto de controversia tiene que ver con la forma en que el cumplimiento del escatón ocurrirá.

El amilenismo ve la total manifestación de las promesas de Dios realizadas en el estado eterno, el cual comienza inmediatamente luego del retorno de Jesucristo. Los Premilenistas ven las promesas del Reino cumplidas en la historia, teniendo como punto de partida la venida de Cristo; este período de “inter regnum” conduce al estado eterno.

Ambas posiciones están de acuerdo en la presente realización del reino; la diferencia yace en el entendimiento del carácter del reino en el “escaton”

Para ponerlo en forma de pregunta: ¿Habla la Biblia de un Reino escatológico ya cumplido en la historia? O mejor dicho: ¿ Comienza la eternidad directamente luego del retorno del Señor? O hay un período de reinado entre ambos.

APOCALIPSIS 20

Al igual que Jetonius, pienso que el mejor lugar donde comenzar a analizar las preguntas es Apocalipsis 20. Este pasaje sigue siendo hasta hoy el crux interpretum y el foco del intenso debate.
El pasaje presenta un período de tiempo, designado como de mil años (milenio), durante el cual Satanás es atado y lanzado al abismo y por consiguiente incapacitado para engañar a las naciones (vv.1-3)

Al comienzo de este período hay una resurrección, la de los fieles (vv.4-5). Luego de los mil años Satanás es soltado , se dice que hay una rebelión final, Satanás es derrotado (v.10), y hay una segunda resurrección (vv.5-6;13). Estas son las verdades basicas con las que debemos trabajar.

Ahora, en contexto (19:11 ff), nuetro Señor es presentado como viniendo a a tierra en un triunfo glorioso y tomando venganza sobre sus enemigos. La idea de que Juan intenta que nosotros entendamos que el milenio es posterior a esta venida de Cristo es evidente por el uso repetido del “kai” (“y”) cronológico a traves de toda la narrativa (19:11,17,19; 20:1,4 etc).

No importa cuales sean los detalles y los significados contenidos en los simbolismos que emplea Juan, el orden expresado de los eventos es:

1 – Retorno de Cristo en victoria (19:11-21)

2 – Destruccion del triunvirato del mal (bestia, falso profeta, y Satanás) – Satanás es depuesto al abismo (19:19 – 20:3)

3 – Primer resurrección (20:4)

4 – Reinado de 1000 años (20:4-6)

5 – Liberación de Satanás y rebelión final

6 – Destrucióon final de Satanás, lanzado en el lago de fuego donde la bestia y el falso profeta han estado (20:10)

7 – Segunda resurrección y juicio final (20:11-15)
El pasaje en su totalidad, en primera instancia, o primera vista, se deja leer con una narrativa continua. En lenguaje teológico común y corriente, el retorno de Crsito es pre – milenial. El viene y personalmente establece su reino.

Muchos, sin embargo, entienden que los eventos de este capítulo 20 es una recapitulación que describe eventos que suceden antes de la venida del Señor. Estos intérpretes a menudo se refugian en el hecho indiscutible de que una gran parte del libro de Apocalipsis es simbólica y no debe tomarse literalmente. Sin embargo, cualquiera sea el significado del lenguaje simbólico que se emplea, el armazón cronológico del pasaje – Cristo viniendo, reinado de Cristo, la eternidad --- nos deja irremediablemente con premilenismo.

Aun más, el respaldo exegético explícito para la teoría de la recapitulación brilla por su ausencia. Es muy difícil poder mostrar una razón convincente para la necesidad de invertir el orden de los eventos que Juan describe. Ciertamente es una proposición teológica por supuesto, pero que parece ir en contra del despliegue cronológico que hace Juan en el pasaje.

En nuestra opinión es una consideración hermeneutica impuesta (forzada) sobre el texto, no derivada (extraída) del texto.

SATANAS ATADO

Primero que todo, el “atamiento” de Satanás, tiene un propósito específico: que no engañase a las naciones hasta que fuesen cumplidos los mil años (v.3), Es decir, durante este tiempo, las actividades de Satanás son cesadas. Ahora, se sugiere de que esto representa esta era del evangelio en la cual la obra de Cristo continúa relativamente ininterrumpidamente sin mayores obstáculos puestos por “el hombre fuerte” que ha sido atado por Cristo (Mt.12:28-29). Además se usan otros pasajes para decir que Satanás ha sido derrotado tales como la tentación de Cristo en el desierto, la derrota de Satanás en la cruz y otros (lo siento, no tengo tiempo de dar las citas).

La teoría dice entonces, que Satanás hoy en día no se le permite estorbar el evangelio – En esto consiste el “atamiento” de Satanás. Se supone que hay más apoyo aun para la teoría en Ap.12:7 en adelante, donde se ve a Satanás siendo expulsado del cielo.

Todo esto suena muy convincente, pero el paralelo no es tan obvio como puede parecer a primera vista.
¿Son el “atamiento” y la caída de Satanás de Mateo 12 y de Apocalipsis 12, los mismos de Apocalipsis 20?
¿Cómo podemos saber? El texto mismo debe proporcionar pistas. Interesantemente, una comparación de Ap.12 con Ap.20 demuestra no un paralelo, sino un contraste.

La mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que Ap.12 habla de esta era, ya sea la era de la Iglesia como tal, ya sea el período de la tribulación. ¿ Podría ser que Ap.20 hable de lo mismo? Esta es la información con la que debemos trabajar para llegar a esa conclusión:

1) En Ap.12 a Satanás le queda poco tiempo (v.12), pero en el contexto de Ap.20 tienen “mil años”

2) En Ap.12 se le lanza del cielo a la tierra, pero en Ap.20 de la tierra al abismo

3) En Ap.12 Satanás desciende con gran ira sobre la tierra, pero en Ap.20 se le confina al abismo

4) Aun más significativo, en Ap.12:9 anda suelto engañando (planao) al mundo entero. En Ap. 20:3, es precisamente este engaño (planao) el que se impide llevar a cabo.

Ahora, seamos francos, si ambos pasajes están hablando de la misma era, estamos frente a una CONTRADICCION. Pero si el c.12 habla de esta era, y el c.20 habal de una era por venir, la discrepancia queda resuelta.

A decir verdad, el capítulo 20 es mucho más facil de ser recibido como la respuesta positiva y la conclusión de los hechos descritos en el capítulo 12. Hay un contraste obvio entre los dos capítulos, no una similitud.

Aun má, cuando los amilenistas nos piden que igualemos la atadura (por fin me vino la palabra correcta) de Satanás descrita en Apocalipsis 20 con descripciones de su derrota en lugares como Juan 12:31 --- o sea entendida en el contexto del evangelio, la obra lograda en la cruz ---- nosotros debemos preguntar: ¿En qué sentido esta atadura será cancelada el final de los “1000 años”? La victoria de Cristo sobre Satanás en Su muerte y Su resurrección fue final, de una vez para siempre. Es imposible entender esta victoria como teniendo una duración de 1000 años, cualquiera sea el simbolismo que representa en término numérico.

Por favor, nótese que lo dicho anteriormente no descansa en presuposiciones, previas nociones sobre un género literario, o de significados o símbolos del pasaje (de lo que somos acusados los premilenistas). Tampoco importamos ideas de fuera del texto. Por lo tanto, si hay honestidad de por medio, debe admitirse que la observación es correcta --- que la incapacidad de Satanás de engañar al mundo en Ap.20 está situada en un armazón (por falta de mejor palabra) cronólogico diferente de su actividad engañosa en Ap.12 ---- TODO LO QUE NOS QUEDA AQUI ES PREMILENISMO.

Aun podemos decir más. Cualquiera sea el simbolismo contenido, Satán “apresado” (atado) con una cadena, “sellado” y “arrojado”, no nos habla de una mera reducción de sus actividades, sino que nos habla de una abrupta y definitiva cesación. Satanáa está encarcelado, no en libertad bajo palabra. Se ha dicho en humor, que si Satanás ha sido atado en el presente, debe haber sido con una cadena muy larga. Pero vemos que el texto no concede terreno para una cadena larga. Sus actividades son detenidas radicalmente, es atado y es puesto en el calabozo.

En tanto, si observamos lo que el NT nos dice de Satanás, lo veremos en una campaña destructiva (Ap.12), buscando a quien devorar (1Pe.5:8), mantiene cautivos a los hombres a su voluntad (2 Tim.2:26), es el dios de este mundo y ciega la mente de los que se pierden (2 Co.4:4) etc.
Pablo mismo fue estorbado por él en la misión de predicar el evangelio (1 Tes.2:18). También se le permite llevarse la semilla que es sembrada a un lado del camino (Mt.13:4,19).

Solamente una hermeneutica muy extraña deja la puerta abierta para que lo descrito anteriormente pueda ser introducido en la escena presentada por Apocalipsis 20: 1-3.

Pienso que no es impropio decir que la motivación detrás no es exactamente exegética.

En mi próxima respuesta estaremos hablando de las resurrecciones.

Bendiciones

Pablo