LOS dioses SINIESTROS DEL PASADO-PRESENTE Y FUTURO...

mateo

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8 Julio 2002
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LOS DIOSES SINIESTROS
El origen extraterrestre de la especie humana
por: LIFE SCIENCE FELLOWSHIP
Extraido de la revista New Dawn,
Nº 44

La noción de que la humanidad fue creada por algún tipo de manipulación genética extraterrestre, de acuerdo a algunos investigadores, es la base actual de las historias de la creación, encontradas en los registros Sumerios antiguos y los posteriores escritos Hebreos. Esta idea es planteada en detalle en la obra del académico israelí Zecharia Sitchin, quien utiliza los registros Sumerios para argumentar que el moderno Homo-Sapiens fue creado por seres del espacio exterior llamados "Nefilim". Él cree que los Nefilim crearon a los humanos mediante la modificación genética del Homo-Erectus.

En 1989, la hipótesis radical de Zecharia Sitchin avanzó a otro nivel con la publicación del libro "The Gods of Eden" (Los Dioses del Edén), apropiadamente subtitulado: "The chilling truth about extraterrestrial infiltration - and the conspiracy to keep humankind in chains" (La escalofriante verdad acerca de la infiltración extraterrestre - y la conspiración para mantener a la humanidad encadenada). El autor, un abogado californiano con el seudónimo William Bramley, recopiló las principales investigaciones anteriores sobre el tema de los "astronautas ancestrales" y las reunió con una particular visión conspiratoria de la Historia. La chocante tesis de Bramley, que confronta casi todas las creencias populares, es la siguiente:

"Los seres humanos parecen ser una raza esclavizada reproduciéndose en un planeta aislado de una pequeña galaxia. La raza humana fue una vez fuente de mano de obra para una civilización extraterrestre, para la cual seguimos siendo su posesión. Para mantener el control sobre su posesión y mantener a la Tierra como una especie de prisión, esa otra civilización ha alimentado un interminable conflicto entre los seres humanos, ha promovido la decadencia espiritual y ha creado en la Tierra condiciones irreversibles de penuria física. Esta situación ha existido por miles de años, y aún continúa hasta nuestros días." (The Gods of Eden).

La idea de que la Humanidad es el producto de una ingeniería genética, conducida por extraterrestres provenientes de alguna parte, fuera de nuestro pequeño planeta, desafía tanto a la evolución darwiniana como al creacionismo. ¿Acaso los dogmas de la ciencia y la religión nos han cegado la verdad acerca de nuestros orígenes?

La Iglesia Cristiana proclama que un supuesto omnisciente, todo-poderoso "Dios", creó a nuestros primeros padres del "barro", de manera parecida a como el alfarero moldea la arcilla. Sólo cuando Adán y Eva rompen con las reglas de su Creador son sujetos al dolor, la enfermedad y la muerte. Por desobedecer a este "Dios" también condenaron a su descendencia —a toda la Humanidad— a ser "pecadores". El Cristianismo deriva su infortunado relato sobre Adán y Eva del primer libro de la Biblia Hebrea o Antiguo Testamento: el Génesis.

Si interpretamos la Biblia literalmente, asumiendo que se trata de un documento histórico infalible, se nos presenta un "Dios" (Jehovah o Yahvé) quien, por su propia palabra, admite ser celoso, colérico y vengativo. El temor del "Señor" (Jehovah) aparece enfatizado constantemente a través del Antiguo Testamento. Se espera de Él que recompense a aquellos que lo adoran y que mantienen la observancia de la ley ritual, gratificando sus deseos mundanos por posesiones materiales y poder. No se puede dejar de notar que este cruel, sanguinario y egoísta "Dios" se asemeja grandemente a los caprichosos dioses Sumerios.

De acuerdo al Génesis, este "Dios", demasiado humano, desconocía que sus apreciados humanos habían echado a perder su creación al comer la "fruta prohibida". Después de esto, habiendo expulsado a la primera pareja humana del Paraíso, amenazó a sus descendientes con su cólera hasta el día en que ahogó al mundo entero con un diluvio.

Este "Dios" Jehovah, como el historiador Gibbon observa en su obra "The Decline and Fall of the Roman Empire", (Declinación y caída del Imperio Romano; Nota de AFR) es un "ser propenso a la pasión y al error, caprichoso a su favor, implacable en su resentimiento, celoso de su supersticiosa adoración, y confinando su providencia parcial a una simple persona y a su transitoria vida."

La investigación indica que la Biblia Hebrea, lejos de ser un texto histórico infalible creado por un Ser Supremo, resulta ser una gran revisión compilada de por lo menos dos trabajos completamente separados. Reunidos en el Libro del Génesis existen dos trabajos separados conocidos por los académicos como las tradiciones del Norte "E" y las del Sur "J", las cuales son complementadas por revisiones e inserciones adicionales. En la "E" (que contiene los pasajes referentes a los Elohim) reside la tradición pre-Judaica de la gente del Norte, quienes exaltaban al Más Elevado Dios, Él, y a los subordinados Elohim. Los pasajes correspondientes a "J", o Jehovistas, describen una entidad totalmente foránea, el malvado Jehovah (YHWH), el "Señor". De acuerdo a Max. J. Dimont, en "Jews, God and History" (Judíos, Dios e Historia; Nota de AFR): "En el siglo quinto A.C. los sacerdotes Judíos combinaron porciones de los documentos 'J' y 'E', añadiendo un pequeño aporte personal (conocido como el fraude piadoso); los documentos resultantes se conocen como 'JE', ya que Dios en estos pasajes es nombrado como 'Jehovah Elohim' (traducido como 'Señor Dios')."

A esto se debe que encontremos, dentro de la Biblia, imágenes contradictorias y conflictivas del Supremo Dios. Encontramos a Jehovah, un dios tribal, enmascarando al Ser Supremo. Los primeros capítulos del Génesis describen un combate impresionante entre dos poderes rivales. Por un lado está el Más Elevado Dios y Sus Elohim, quienes crean mediante su propio espíritu manifestado; y por el otro lado está el malévolo Señor Dios, Jehovah, quien creó a un ser sintético compuesto de 'barro'. Jehovah resulta ser Satanael, un Elohim que se levantó en rebelión contra el Supremo Dios. Aunque posteriormente nombrado el Único Dios, inicialmente los Hebreos conocían a Jehovah sólo como uno más de los muchos Elohim. Ellos citan el Canto de Moisés para distinguir entre el Más Elevado y el Jehovah usurpador:

"Cuando el Altísimo repartió las naciones, cuando distribuyó a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos, según el número de los hijos de Dios; mas la porción de Yahvé fue su pueblo, Jacob su parte de heredad". (Deuteronomio 32:8-9).

Los Cristianos Gnósticos de los primeros siglos, quienes preservaron las enseñanzas originales de Jesús, hacían una distinción entre el Padre Celestial y el dios de la Biblia Hebrea. Jehovah (YHWH) no era el Padre revelado por Jesús. Mientras la Biblia Hebrea revelaba a un dios tribal, el Dios de Jesús era el Ser Supremo Universal de toda la humanidad. El dios Hebreo era un dios de temor, el Padre Celestial de Jesús era un Dios de amor. De hecho, Jesús nunca se refirió al Padre Celestial como Jehovah. El Evangelio Gnóstico de Pedro establece que los Hebreos se encontraban bajo la ilusión o engaño de que conocían al Ser Supremo, pero eran ignorantes del mismo, y conocían sólo a un falso dios, un impostor, cuya naturaleza verdadera era desconocida para ellos.

Los Gnósticos, basados en su profundo estudio del Libro del Génesis, exponen a Jehovah como Satanael el Demiurgo, el poder creativo de este caído mundo material, que es hostil al Ser Supremo. Un maestro Gnóstico dijo cómo el Padre desconocido creaba a los ángeles, a los arcángeles, potestades y dominaciones. El mundo, sin embargo, y todo en él, fue construido por siete ángeles particulares, y el hombre también es obra de los ángeles. Estos ángeles él los describió como artesanos flojos y rebeldes.

Saturninus (90-150 D.C.), quien estableció una importante comunidad Gnóstica en Siria, enseñó que el Único Dios Verdadero, el Padre Celestial revelado por Jesús, habita en el más elevado Reino de la Luz. Entre este trascendente Reino de Luz y nuestro mundo finito existe una vasta jerarquía de arcángeles, ángeles y poderes espirituales; los constructores del Universo y los diseñadores del Hombre. Por necedad y vanidad, Satanael se rebeló contra el Reino de la Luz, liderando a un grupo de ángeles seguidores. Satanael y sus lacayos maquinaron atrapar a seres espirituales en cuerpos físicos. Saturninus contó cómo el ángel creador, Satanael, procuró crear cuerpos físicos humanos a imagen de seres espirituales. De esta manera ellos planearon mantener a los seres espirituales permanentemente atados a cuerpos físicos.

En el recuento de la creación de Saturninus, Satanael, el ángel creador, sólo pudo formar un androide primitivo. Fue necesario animarlo con un ser espiritual de los reinos superiores. Entonces, Satanael atrajo de los reinos celestiales, hacia su universo carente de alma, una "chispa de luz" y la atrapó dentro del cuerpo material de Adán. De acuerdo a Apelles, otro antiguo maestro Gnóstico, los seres espirituales fueron seducidos para descender desde su lugar en los reinos celestiales por la oportunidad de tener una experiencia física, siendo luego atados a cuerpos de carne mediante las maquinaciones de Jehovah. Generación tras generación la "chispa de luz" se incorporó en las formas humanas. Pronto, estos seres espirituales fueron absorbidos tanto en el mundo material que perdieron toda conciencia de su origen en el Reino de la Luz. Se encontraron a sí mismos capturados en el mundo de Satanael el Demiurgo. De hecho, se convirtieron en esclavos de su malévolo creador.

La Iglesia Católica, al aceptar la Biblia Hebrea en su interpretación literal, confunde a Jehovah el dios tribal con el Ser Supremo. Imitando a la antigua Israel, la Iglesia se establece como un imperio político y religioso. Sólo los Cristianos Gnósticos permanecieron en su camino. Los Gnósticos pronto se encontraron siendo denunciados viciosamente como herejes, mientras que sus libros sagrados eran robados y quemados. Gracias al descubrimiento milagroso de algunas escrituras Gnósticas en Nag Hammadi, Egipto, hace cincuenta años, podemos tener una mejor comprensión de las comunidades Cristianas Gnósticas de los primeros siglos de nuestra era.

Un trabajo Gnóstico descubierto en Nag Hammadi denominado el Apocalipsis de Adán, es un recuento de la creación de Adán y Eva. Este libro, que data del primer siglo, pudo haber sido un intento de reconstruir el Génesis original. Dice que Adán declaró:

"Cuando dios me creó de la tierra, junto con Eva tu madre, estaba con ella en la gloria, la cual ella había visto en el Eón de donde hemos venido (Reino de la Luz). Ella me enseñó una palabra de conocimiento del Dios eterno. Y nosotros nos asemejábamos a los grandes ángeles eternos, porque éramos más grandes que el dios que nos había creado y que los poderes en él, a quien no conocemos.

Entonces dios (el Demiurgo/Satanael), el regente de los eones y de los poderes, en cólera nos dividió. Entonces nos convertimos en dos eones. Y la gloria en nuestros corazones nos abandonó. Después de aquellos días, el conocimiento eterno del Dios de la Verdad (Padre Celestial) se retiró de mí y de tu madre Eva. Desde ese momento aprendimos acerca de las cosas muertas, como el hombre. Entonces reconocimos al dios (Demiurgo) quien nos había creado. Nosotros no le éramos extraños a sus poderes. Y le servimos a él en temor y esclavitud."

Los Gnósticos entendieron que existen muchas órdenes diferentes de seres. Sus escritos refieren numerosas jerarquías de entidades espirituales, tanto de la Luz como de la Oscuridad. Estos seres no sólo se mueven en frecuencias sutiles, sino que pueden tomar formas en la dimensión física. Como los Esenios y Jesús, los Gnósticos reconocían la habilidad de los "ángeles" de poder corporificarse. Los ángeles caídos eran a menudo referidos como regentes o Arcontes, y el jefe de los Arcontes era conocido por varios nombres como Satabael, Jehovah, Ildabaoth, Sacklas, Satán, Sammael, etc. Ellos poseían el poder para crear cuerpos y creían ser "dioses". Como consecuencia de su estado degenerado le eran hostiles a la humanidad y evitaban que esta adquiriera su liberación espiritual.

John A. Keel, autor de "Disneyland of the Gods", y "Our Haunted Planet" ("Disneylandia de Dioses" y "Nuestro planeta cazado"; Nota de AFR), argumenta que el creciente interés aparecido a finales del siglo XX, en relación a los extraterrestres, alienígenas y OVNIS, es solamente una versión moderna de las mismas fuerzas que otras personas y culturas alguna vez identificaron como "demonios" o "ángeles caídos":

"Los platillos voladores son meramente otro marco de referencia que nos provee de explicaciones aceptables para algunos de estos grotescos eventos. Un fenómeno invisible está acechándonos constantemente y manipulando nuestras creencias. Sólo vemos lo que ellos eligen que veamos, y usualmente nosotros reaccionamos."

La idea de que el cuerpo humano es el resultado del trabajo de ángeles creadores malévolos es notablemente parecida a la idea de extraterrestres involucrados en ingeniería genética para "crear" al homo-sapiens. ¿Estamos tratando con el mismo fenómeno? ¿Conocían los Gnósticos la verdad acerca del verdadero origen del hombre y de los poderes invisibles que buscan mantener a los seres humanos atados? ¿Son los malévolos ángeles creadores quienes, según los Gnósticos, secuestran a seres espirituales y los atrapan en cuerpos físicos, los mismos dioses creadores extraterrestres de Sumeria? Considere la siguiente observación de un académico Gnóstico, el Dr. Stephen Hoeller:

"Los ángeles estelares y otros espíritus regentes aparecen como tiránicos, limitando las agencias en esta visión Gnóstica. Ellos son usurpadores que señorean sobre la humanidad y la creación con el fin de acrecentar su propia importancia y gloria. Le incumbe entonces a los conocedores realizar esto y alejarse tanto como sea posible de la influencia de estos poderes. El predicamento existencial de la vida humana radica en la incómoda dominación que ejercen estos dioses menores sobre el espíritu de los seres humanos, y de la cual sólo la realización de la Gnosis puede extraerlos." (Jung and the Lost Gospels).

Los ángeles creadores o Arcontes también se caracterizan como poderes terribles o fuerzas de ilusión y negatividad. Son como carceleros de una prisión, buscando mantener a sus cautivos humanos atados a la Tierra. Atrapado en las ilusiones de la existencia material, el hombre cree que es solamente un cuerpo y no logra darse cuenta de la verdad acerca de su origen. Esta condición perpetúa la ceguera espiritual, dejando a la Humanidad cautiva de los Carceleros.

Sin embargo, los Gnósticos nunca cesaron de proclamar que el Verdadero Ser del Hombre no es su cuerpo, y el mundo material definitivamente no es su verdadero hogar. El Hombre es un ser espiritual y su propósito es la realización de su Ser Superior, esa chispa de luz exiliada en el cuerpo físico. Su destino es retornar al Reino de la Luz, su verdadero hogar más allá de las estrellas.

Debemos despertar y tomar conciencia de nuestro origen, de dónde venimos, cómo fuimos atrapados en este planeta, y cómo podemos lograr la liberación. Los Gnósticos nos indican la urgencia de escapar de la trampa del mundo y abrir nuestros ojos a la realidad de nuestro verdadero origen.
 
¡Conoce la Biblia!


¿Hay semejanzas entre la situación de la iglesia cristiana de ahora y la de los primeros siglos? Ese es ciertamente el caso en determinados aspectos.

Cabe pensar en la enorme religiosidad del mundo de entonces u de ahora.

El mundo grecorromano conocía una gran religiosidad y toda clase de religiones. El Evangelio chocó contra un gran número de concurrentes.

Pablo combatió el proto-gnosticismo (es decir, la primera acometida del gnosticismo), las religiones misteriosas y las variaciones legalistas del judaísmo que se colaron en la iglesia. Además, maldijo otros evangelios (Gálatas. 1: 9) e indicó a Timoteo que, para él, en la iglesia de Éfeso debía tener, prioridad el prohibir a determinadas personas continuar llevando un evangelio falso (1ª Timoteo 1:3.)

Por otra parte, también en el Antiguo Testamento vemos que otras religiones se introdujeron e infiltraron en la iglesia, es decir, en Israel. En ley de Deuteronomio cap. 13 muestra esto mismo, y regula como los creyentes deben reaccionar ante el sincretismo (Dt. 13: 6-11). Esto es valido para todas las épocas: que los creyentes deben vigilar no sólo frente a las religiones y religiosidad del mundo, sino también precisamente donde éstas entran en la iglesia y se mezclan con la fe verdadera.

En el pasaje de Tito 1:9 muestra cómo un líder de iglesia debe reaccionar:

Estando dispuesto a exhortar en base a la sana doctrina, y a convencer a los adversarios. Y el texto de 2ª Juan 9 dice sencillamente: "cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo. No tiene a Dios." Y después añade: que los creyentes no deben recibir en casa a semejantes maestros falsos ( v.10 ). Pero, no sólo en tiempos de Pablo y Juan, sino que también en los primeros siglos la iglesia se ocupó enérgicamente de combatir el error, y de fijar la sana doctrina. Era una época de auténtico pluralismo religioso, y por ello también un período de formulación, y fijación de confesiones de fe, y de investigación y condena de herejías.

Hoy día vivimos en un tiempo de creciente religiosidad, y por eso mismo es bueno fijarse en la Biblia y en la historia de la iglesia. La fe cristiana experimenta y sufre la concurrencia de una escala de religiones que van de "Krishna" a "Madre Tierra".

¡ Ya no es suficiente creer en lo sobrenatural para sentirse renacido. Lo esencial es saber lo que crees. Véase Oseas 4:6a. En este asunto debemos volver a escuchar bien lo que Pablo y Juan escribieron en su tiempo, y lo anteriormente ya he citado. Debemos conocer las Sagradas Escrituras, para poder rechazar las doctrinas falsas.

Conocer la Biblia es lo más importante de todo; y el conocer algo de las doctrinas falsas ayuda a poder reconocerlas en sus diferentes ropajes. Por eso en los artículos siguientes serán descritas varias clases de las principales corrientes del paquete religioso actual: un paquete que es llamado Nueva Era (NE).

VERA I. KERKHOF.


http://estudios.iglesia.net/apologetica/verestudio.asp?did=289
 
El Gnosticismo dentro de la Iglesia:





Los gnósticos trataron de influenciar a la iglesia primitiva colocando el conocimiento y la sabiduría humana sobre la revelación y la redención de Jesús, y no prevalecieron, porque los apóstoles fueron radicales con ello. Hoy estos gnósticos, disfrazados de un nuevo esquema y llamándose promotores del nuevo orden mundial nos están llevando por todos los medios a las influencias de la Nueva Era, y estamos siendo intoxicados por sus corrientes sincréticas y contradictorias.





LOS DISFRACES DEL ENEMIGO



Tratar de desenmascarar a una corriente adaptable a todos los marcos y con una filosofía mutante, es difícil. Algunos expertos catalogan a la Nueva Era como el SIDA moral del tercer milenio, yo considero que se parece al lagarto o camaleón. Este se adapta al medio, pues cambia de color según su entorno, así pasa desapercibido. Esta corriente sincrética es un “cóctel espiritual” de todas las ideas religiosas y filosóficas que privan en nuestros tiempos. Es una forma de justificar la realidad enfermiza de una sociedad decadente, donde todos los valores se están trastocando, es el tratar de justificarlo todo sin definir nada.



Si tuviera que explicar las influencias de la Nueva Era en la sociedad y la religión tendría que establecer los siguientes parámetros. La Nueva Era transforma las virtudes en valores efímeros. La moral la convierte en compromisos huecos y sin sentido. La conducta social se define por un “estilo de vida” materialista, donde el tener es igual al SER. Cuando se habla de la verdad, se presenta tan solo como una alternativa liberal, donde todo cabe y nada es malo. En vez de proclamar al Creador, diviniza al hombre haciéndole un “dios”.



La Nueva Era potencia la conciencia propia sobre la moral divina. Hace de la mente el poder absoluto, eliminando el pecado o delito como causa del mal. Su influencia en la sicología y justicia nos ha llevado a un callejón sin salida, que no nos permite frenar el deterioro delincuencial. Al igual que los defensores de los derechos humanos, para la Nuera Era todo es licito, y cualquier actitud severa, en la corrección del mal, debe ser rechazada. Su impacto en la vida familiar ha sido desastroso. Se cambio la mano fuerte de los padres para controlar a los hijos, por esa teoría de que hay que darle las mismas prerrogativas a los menores que a un adulto, y no se debe restringir sus libertades y derecho, aunque legalmente son juzgados con un régimen más tolerante y permisivo. Estas corrientes dicen que no “debemos reprimir los deseos” y por lo tanto, dar libertad para desencadenar los instintos animales, sin freno espiritual.



¿Qué es la espiritualidad y la moral de la N.E.? Es un horizonte sin frontera, una línea sin limite, un quehacer en donde todo es licito. Al fin y al cabo, esta corriente se nutre del espiritismo, magia, astrología, cábala, teosofía, budismo, hinduismo, gnosticismo, etc. Lo mismo se cree en la creación, que en la reencarnación, que en la evolución. Se proclama el poder mental, pero se afianza las fuerzas de colores, piedras, campos negativos y positivos, energía positiva, energías vegetarianas, comunicación con los muertos o contacto con los extraterrestres etc.



La N.E. no es una ciencia, pero se basa en ciertas leyes científicas. No es una religión, pero proclama verdades espiritualistas. No es una corriente filosófica determinada ni coherente pero en sí, proclama la filosofía del “nuevo orden mundial”. No tiene lista de miembros, pero sus millones de seguidores controlan la ONU, Disneyword, Hollywood, FMI, ONGs etc. Su mensaje esta adaptado a los tiempos y circunstancias, semejante al “garrobo” o iguana, se adapta al medio cambiando el color, según su entorno.



Su objetivo esta bien definido. Destruir los principios del cristianismo e introducir la nueva religión del gobierno mundial, “todo es bueno, nada es malo”. Se nutre de los errores del cristianismo, y de las malas conductas de sus predicadores. Promueve la división, para sembrar la confusión. Defiende todo lo que la Biblia condena: el aborto, la unión libre, la homosexualidad, las drogas, la violencia, el ocultismo, la liberación femenina, los derechos humanos etc. En fin, trata de destruir la familia. En la justicia promueve la benevolencia extrema hacia los delincuentes, destruyendo el temor como freno de la moral. En la educación, degrada a Dios para alimentar los impulsos y deseos humanos como única meta. Coloca los derechos sobre los deberes.



En vez de despellejar a los cristianos, criticándolos a todos por unos cuantos sinvergüenzas, lo que deberíamos es definir los valores de le fe frente a la liviandad y subjetividad de estas corrientes que destruyen la moral cristiana. Escribamos más de la verdad y menos de las personas, solo así podremos desenmascarar la Nueva Era.





Mario Fumero. "El dragón de tres cabezas"