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Los capuchinos se rebelan contra una bula papal que les recorta poder

(Norte de Castilla).- El convento de frailes capuchinos de San Giovanni Rotondo, en el sur de Italia, igual no les dice mucho, pero es el segundo santuario más visitado del mundo, después del de Guadalupe en México, y mueve 100 millones de euros al año. Al Vaticano le dirá mucho más a partir de ahora, porque una bula papal ordenó ayer conferir la gestión del santuario al nuevo obispo de la diócesis. El monasterio es un complejo con 120 hoteles que atrae cada año nueve millones de personas. La 'santa ira' que llevó a Jesús a echar a los mercaderes del templo ha movido a los frailes, que no han temido hablar de «conjura» contra su orden. El santuario es el centro espiritual del santo más popular de Italia, el Padre Pío, canonizado el año pasado por Juan Pablo II. Este fraile, fallecido en 1968, se hizo famoso por los estigmas de sus manos y por sus milagros.