Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

21 Diciembre 2008
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En las publicaciones adventistas suele afirmarse con desparpajo que el historicismo, interpretación profética adoptada por los “expertos” de la secta remanente, se remonta nada más y nada menos que a los mismísimos apóstoles (¡!). En cambio, afirman que las interpretaciones de corte futurista y preterista son invenciones del siglo XVII realizadas por jesuitas españoles (¡!).

Por supuesto, los “entendidos” de la secta remanente obvian el hecho no solo de que el propio historicismo no es más que una variedad de futurismo, sino la realidad palmaria de que fue una invención de Joaquín de Fiore, abad —católico, naturalmente— del siglo XII, cuyas elucubraciones dieron origen a movimientos rayanos en la herejía como el de los franciscanos espirituales o abiertamente delirantes, heréticos y delictivos como los de los fraticelli. Así, querer atribuir antigüedad apostólica a la herejía historicista es una falsedad descarada, sumamente fácil de desenmascarar, incluso leyendo entre líneas el clásico mamotreto adventista en cuatro tomos titulado The Prophetic Faith of Our Fathers, obra de LeRoy Edwin Froom.

Con todo, quizá lo más sabroso de todo este entuerto de las fábulas adventistas no esté en el contaminado origen de su delirante y desacreditada ideología interpretativa, sino en la pretensión de que el preterismo sea una innovación posterior a la época de Ignacio de Loyola, fundador de los jesuitas. Para que tamaño infundio fuese cierto, sería menester que no hubiera habido explicaciones de corte preterista anteriores a Lutero.

El propio Froom se cuidó muy mucho de cribar convenientemente la larga lista de intérpretes, amigos y enemigos, recogida en sus libros, de modo que resulta sumamente complejo encontrar la verdad del asunto si fuéramos a fiarnos de él. Afortunadamente, no es preciso que los amantes de la verdad nos autolimitemos a la desinformación panfletaria que la secta remanente difunde de forma tan interesada. Quien de verdad desee saber lo que dijeron los cristianos de los primeros siglos puede recurrir a fuentes no contaminadas de sectarismo.

Uno de los cristianos de mayor relevancia en los primeros cuatro siglos fue Eusebio de Cesarea. No solo fue la persona que con más ahínco siguió la vocación de cronista de San Lucas, sino que se convirtió en el historiador de la iglesia por excelencia y sus escritos tuvieron gran relevancia para acabar con las persecuciones imperiales contra los cristianos y, más tarde, contribuyeron señaladamente a la conversión de una gran mayoría de los habitantes del Imperio romano al cristianismo. Aunque se escribieron originalmente en griego, varios de sus escritos más señalados reciben habitualmente un título latino. Aquí citaremos dos de sus escritos: la Demonstratio evangelica (La demostración del evangelio) y la Theophania (La manifestación divina). Escritos a finales del siglo III o a comienzos del IV, contienen argumentos tenidos por irrefutables en su época y por muchos aún hoy sobre la verdad de la fe cristiana y sobre el asombroso cumplimiento de las profecías bíblicas a la vista de todas las naciones.

Siguen algunos pasajes de la Demonstratio evangelica (tomados de la edición de W. J. Ferrar, Translations of Christian Literature. Series I. Greek Texts. Londres: Society for Promoting Christian Knowledge; Nueva York: The Macmillan Company, 1920):

Tenemos luego en esta profecía del descenso del Señor entre los hombres desde el cielo muchas otras cosas predichas a la vez: el rechazo de los judíos, el juicio sobre su impiedad, la destrucción de su ciudad real, la abolición del culto practicado por ellos desde antiguo según la ley de Moisés; y, por otro lado, promesas de prosperidad para las naciones, el conocimiento de Dios, un nuevo ideal de santidad, una nueva ley y una nueva enseñanza proveniente de la tierra de los judíos. Os dejo que veáis cuán maravilloso cumplimiento, cuán maravillosa culminación ha alcanzado la profecía después de la venida de nuestro Salvador Jesucristo (vi.13).

Las Sagradas Escrituras predicen que habrá señales inconfundibles de la venida de Cristo. Ahora bien, entre los hebreos habría tres oficios sobresalientes de dignidad, que hacían famosa a la nación: en primer lugar, el de rey; en segundo, el de profeta; y, por fin, el del sumo sacerdocio. Las profecías dijeron que la abolición y la completa destrucción de los tres a la vez sería la señal de la presencia del Cristo. Y que las pruebas de que los tiempos habían llegado estarían en el cese del culto mosaico, la desolación de Jerusalén y su templo y la sujeción de toda la raza judía a sus enemigos. Sugieren también otras señales de los mismos tiempos: una abundancia de paz, la derogación en la nación y la ciudad de formas inmemoriales locales y nacionales de gobierno, la conquista de la idolatría politeísta y demoníaca, el conocimiento de la religión de Dios, el único Creador Supremo. Los santos oráculos predijeron que todos estos cambios, que no se habían realizado en los días de los profetas de la antigüedad, tendrían lugar en la venida del Cristo, que aquí demuestro que se ha cumplido como nunca antes según las predicciones (viii, Introducción).

Y desde ese tiempo una sucesión de todo tipo de problemas afligió a la nación entera y a su ciudad hasta la última guerra contra ellos, y el sitio final, en el que la destrucción se precipitó sobre ellos como una inundación, con todo tipo de miseria de hambre, peste y espada, y todos los que habían conspirado contra al Salvador en su juventud fueron cortados; después, también, la abominación de la desolación se levantó en el templo y ha seguido allí incluso hasta hoy, mientras que ellos han alcanzado día a día mayores profundidades de desolación (viii.2).

Ya he considerado esta profecía entre los pasajes. Y he señalado que solo desde la fecha de la venida de nuestro Salvador Jesucristo entre los hombres los objetos de reverencia judía —la colina llamada Sion y Jerusalén, los edificios que allí había, es decir, el templo, el santo de los santos, el altar y todo lo demás que allí estaba dedicado a la gloria de Dios— han sido eliminados o conmovidos completamente, en cumplimiento de la palabra que dijo: “He aquí el Señor viene de su lugar y descenderá sobre las alturas de la tierra y las montañas serán conmovidas debajo de él” (viii.3).

Entonces, cuando vemos en nuestros propios días lo que se predijo para las naciones, y cuando el lamento y el llanto que se predijo para los judíos, y el incendio del templo y su total desolación, también pueden ser vistos aún ahora que ocurrieron según la predicción, sin duda debemos coincidir también en que el Rey que fue profetizado, el Cristo de Dios, ha venido, dado que se ha demostrado que las señales de su venida en cada caso que he tratado se han cumplido claramente (viii.4).​

No hace falta ser muy sagaz para constatar que Eusebio consideraba cumplido no solo el vaticinio del nacimiento y el ministerio del Mesías, sino hasta las predicciones de la Biblia en general y del mismísimo Jesús en cuanto al fin de todas las cosas. Esto se ve confirmado en el siguiente fragmento del cuarto libro de la Theophania (tomado de la edición de Samuel Lee, Cambridge: Cambridge University Press, 1843):

Sobre los acontecimientos que ocurrirían en el fin de las cosas
Del Evangelio de Mateo
36. [Cita Mateo 24:6-14] Con estas cosas también predijo con claridad que su evangelio sería predicado, de necesidad, en toda la creación, para testimonio a todas las naciones “y que entonces vendría el fin”. Porque el fin del mundo no vendría antes de que [el evangelio] hubiese sido predicado; cuando su palabra hubiese tenido efecto entre todas las naciones, que hubiera poca gente entre la que su evangelio no hubiese sido predicado, entonces el tiempo del fin sería breve [en su venida]. También enseña y dice: “Oiréis de guerras y rumores de guerra: Cuidad que no seáis engañados, porque es necesario que acontezcan; pero aún no es el fin”. También muestra cuándo será esto, porque dice: “El evangelio del reino será predicado en toda la creación, por testimonio de todas las naciones, y entonces viene el fin”. Cuando también “hambres y pestilencias y conmociones [habrá] en diversos lugares, y nación se levante contra nación, y reino contra reino” y haya persecuciones sobrecogedoras y grandes aflicciones. También después de estas cosas, dice: “Y seréis odiados por todas las naciones”, no por ningún otro acto odioso, sino “por causa de mi nombre”.

37. Estas pruebas de la manifestación divina de nuestro Salvador, que hemos visto hasta ahora, son a la vez demostrativas de que tanto las palabras como los hechos [tenidos en vista] son divinos. Porque en los tiempos anteriores, las palabras eran oídas simplemente; pero ahora, en nuestra época, el cumplimiento de estas palabras es, verdaderamente, abiertamente visible, junto con poderes que eclipsan los de toda naturaleza mortal.

La negrita y el subrayado del último párrafo (no las palabras en sí) son míos. Ahora que sabemos que Eusebio no aguardaba el cumplimiento de tales profecías, sino que las daba por cumplidas de forma manifiesta, como era de conocimiento común en su época (definición perfecta de lo que es el preterismo), cabe interpelar a los “expertos” de la secta remanente para que nos expliquen cómo se las arregló Eusebio para ser preterista (y distó de ser el primero) más de mil años antes de Ignacio de Loyola y de Luis del Alcázar. Ante la contundencia de las afirmaciones de Eusebio, no es de extrañar que Froom no tuviera los arrestos necesarios para reproducir la demoledora evaluación del más ilustre de los historiadores no canónicos de la iglesia.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Estimado eduardín. Saludos cordiales.

Tú dices:

ahora, en nuestra época, el cumplimiento de estas palabras es, verdaderamente, abiertamente visible, junto con poderes que eclipsan los de toda naturaleza mortal.

Respondo: ¿Encontraste el versículo bíblico que diga que nuestro Señor regresó en el año 70 d.C.?

Si no lo tienes, queda confirmado que el preterismo es una farsa.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Estimado eduardín. Saludos cordiales.
Despreciable sectario: No acepto tu trato "familiar" conmigo. Por otro lado, tus "saludos" y tu "cordialidad" puedes metértelos donde te quepan. Yo no tengo por qué aceptar tales cosas provenientes de malnacidos.

Respondo: ¿Encontraste el versículo bíblico que diga que nuestro Señor regresó en el año 70 d.C.? Si no lo tienes, queda confirmado que el preterismo es una farsa.
Como sabes, sectario, a diferencia de ti, sí tengo unos cuantos de esos versículos, que presento al final de este mensaje. Lo que nadie ha visto por aquí es la base de las infames mentiras de la secta remanente. Ya sabes: lo del cuentecito ese de que Artajerjes autorizó que Esdras edificase una ciudad (versículo desconocido) y que ese hipotético permiso entrase en vigor en el otoño de 457 a.C. (octavo año de Artajerjes). No hay ningún versículo en la Biblia que mencione ningún día del otoño del octavo año de Artajerjes. O sea: la base del adventismo es un cuentecito para incautos.

Pero pasemos a lo abordado en el mensaje que inaugura este hilo. ¿Tienes alguna explicación que no sea idiota acerca de por qué la secta remanente afirma que el preterismo lo inventaron los jesuitas? ¿Cómo se las apañó el bueno de Eusebio de Cesarea para ser preterista más de mil años antes del nacimiento de Ignacio de Loyola? ¿A qué crees que se debe que el sectario LeRoy Edwin Froom ocultase tan sabrosa información?

En cuanto a versículos del Nuevo Testamento incompatibles con la vana "esperanza adventista" (o sea, con el futurismo y el historicismo), aquí tienes algunos de los versículos que te atormentan:




"Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. De cierto os digo que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre" (Mat. 10:23). Esto lo dijo Jesucristo a los apóstoles.

"[E]l Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino" (Mat. 16:27, 28). Esto lo dijo Jesucristo a los apóstoles. Obsérvese que no habla de ninguna visión, sino del momento, entonces futuro, en el que el Hijo del hombre pagaría a cada uno conforme a sus obras.

"Entonces el Sumo sacerdote le dijo: 'Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios'. Jesús le dijo: 'Tú lo has dicho. Y además os digo que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo'" (Mat. 26:63, 64). Esto lo dijo Jesucristo a miembros del séquito del sumo sacerdote de sus días.

"[V]osotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche. Cuando digan: 'Paz y seguridad', entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón" (1 Tes. 5:2-4). Escrito por San Pablo a los creyentes de Tesalónica entre quince y veinte años antes de la caída de Jerusalén. ¿Cabía, entonces, que los creyentes de Tesalónica de esa época fueran sorprendidos por la parusía si se descuidaban?

"Que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser --espíritu, alma y cuerpo-- sea guardado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tes. 5:23). ¿Fue conservado el cuerpo de los creyentes de Tesalónica irreprochable hasta la parusía? Si la parusía no se ha producido, ¿ha sufrido algún menoscabo el cuerpo de aquellos creyentes?

"Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros. Siempre en todas mis oraciones ruego con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio desde el primer día hasta ahora, estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Y es justo que yo sienta esto de todos vosotros, porque os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprochables para el día de Cristo" (Fil. 1:1-10). Escrito por San Pablo a los creyentes de Filipo de su tiempo. Si "el día de Jesucristo" no se ha producido aún en el siglo XXI, ¿seguirá "perfeccionándose" en la actualidad la obra iniciada en aquellos creyentes? ¿Les irá bien? ¿Son ahora esos creyentes lo suficientemente "sinceros e irreprochables" o les toca hacerse más sinceros y más irreprochables para que, por fin, el "día de Cristo" pueda convertirse en una realidad?

El adventismo y otras ideologías de corte futurista atribuyen las palabras de Jesús de Juan 14:3, entre otras, a todos los cristianos de todas las épocas, con especial incidencia en los pertenecientes a una "generación final" que, por las manifestaciones de los inmersos en tales ideologías, siempre está a la vuelta de la esquina. Por supuesto, se da por sentado alegremente que tal reunión física de los creyentes vivos y resucitados con Cristo pone punto final a la historia universal y que, tras ella, pasan los eones en unión beatífica con Cristo, sin nada digno que reseñar de cuanto acontezca en un planeta renovado, libre por fin del extraño fenómeno del pecado.

El problema del anterior escenario es que resulta sumamente artificial, pues, a la luz de las Escrituras, no resultan evidentes varios de sus postulados. Por ejemplo:

No parece que las palabras de Juan 14:3 se refieran a todos los cristianos de todas las épocas y de todos los lugares, ni a cristianos pertenecientes a generaciones separadas de la primera por muchos siglos. En buen número de alocuciones de Jesús, recogidas tanto en los Sinópticos como en el cuarto Evangelio, el Señor se refiere específicamente a los apóstoles y a su círculo de discípulos más allegados, sin que sea preceptivo ampliar el empleo de tales palabras a todos los cristianos de todos los tiempos. Así, cuando dice a los apóstoles que se sentarán en doce tronos a juzgar a Israel, a mí no se me ocurre que yo haya de sentarme en ningún trono a juzgar a nadie de Israel ni de ningún otro sitio, pues, sencillamente, a mí no se me prometió tal cosa; se les prometió a otros. Entiendo que con Juan 14:3 pasa exactamente lo mismo. En el Apocalipsis hay varios pasajes en los que se muestra a seres humanos en el cielo en momentos en los que se da por sentada la continuidad de la existencia humana y de problemas en el mundo Por ejemplo, en 14:4, hablando de cierto grupo, se afirma: "Estos se mantuvieron puros, sin contaminarse con ritos sexuales. Son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Fueron rescatados como los primeros frutos de la humanidad para Dios y el Cordero" (NVI); curiosamente, solo dos versículos después, Juan de Patmos dice: "Luego vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, y que llevaba el evangelio eterno para anunciarlo a los que viven en la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo". Con una desvergüenza notable, el adventismo afirma sin dudarlo que la presencia física del primer grupo junto a Cristo en ese pasaje es una "anticipación" del bueno de Juan, pues, "obviamente", no pueden estar en el cielo hasta la "segunda venida" y después, claro está, ya no puede haber ningún "evangelio eterno" que anunciar en una tierra desierta y arruinada.
Los pasajes del Apocalipsis en los que los futuristas (incluyendo a los adventistas) se apoyan para postular una existencia posterior a la parusía que se imaginan incompatible con nuestro día a día no dicen lo que, en su ignorancia de las Escrituras, creen. Veamos uno de los pasajes más llamativos:

En una de sus últimas visiones, Juan de Patmos afirma:

"Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de parte de Dios, ataviada como una esposa hermoseada para su esposo. Y oí una gran voz del cielo, que decía: "El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron. El que estaba sentado en el trono dijo: 'Yo hago nuevas todas las cosas'" (21:1-5).

Precioso, ¿verdad? ¡Un mundo sin muerte y, por lo visto, hasta sin enfermedades! Claro que ello también conlleva un mundo sin sexo, pues seres con una actividad sexual ilimitada no tardarían en atestar cualquier planeta. En fin, olvidándonos del sexo y demás, y centrándonos en lo que Juan ve y describe en tan pocas palabras, ¿de verdad es novedoso lo que dice? Basta conocer mínimamente el Apocalipsis para saber que este libro está repleto de alusiones al Antiguo Testamento y a otros escritos. Lo marcado en negrita en la anterior cita de Juan procede, en realidad de Isaías. Observemos:

Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza. Porque convertiste la ciudad en escombros, la ciudad fortificada, en ruina, y el alcázar de los extranjeros ya no será ciudad ni nunca más será reedificado. Por esto te glorificará el pueblo fuerte, te temerá la ciudad de gente poderosa. Porque fuiste fortaleza para el pobre, fortaleza para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tormenta, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como una tormenta que se abate contra el muro. Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extranjeros; y como calor debajo de una nube, harás marchitar el renuevo de los poderosos. Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de sustanciosos tuétanos y vinos generosos. Y destruirá en este monte la cubierta tendida sobre todos los pueblos, el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre, y enjugará Jehová el Señor las lágrimas de todos los rostros y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. Se dirá en aquel día: "¡He aquí, este es nuestro Dios! Le hemos esperado, y nos salvará. ¡Este es Jehová, a quien hemos esperado! Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación". Porque la mano de Jehová se posará sobre este monte; pero Moab será pisoteado en su mismo sitio, como es pisoteada la paja en el estercolero. Y extenderá sus manos por en medio de él, como las extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia y la destreza de sus manos. Abatirá la fortaleza de tus altos muros: la humillará y la echará abajo, hasta el polvo. (Isa. 25:1-12)

Obviamente, las palabras de Isaías son un vaticinio favorable para un Israel renovado tras el fin del cautiverio babilónico y desfavorable, en cambio, para los intereses nacionales de Moab en el mismo periodo. Así, mientras el poderío militar de Moab y sus fortificaciones son aniquilados (produciendo, presumiblemente, lloro en los que sobrevivieran en ese territorio, al otro lado del Jordán), los israelitas contemporáneos de esa destrucción gozarían de una situación comparativamente beatífica, pues dejarían de sufrir la presión a la que en el pasado fueron sometidos por Moab. Lógicamente, los israelitas de la época de Zorobabel, Nehemías y Malaquías siguieron muriendo y siguieron llorando. Pero Isaías no hablaba de la muerte en sí ni del lloro en sí, sino de una muerte y un llanto específicos: los relacionados con su desastre nacional, no con la situación personal de cada cual. Considerados tales antecedentes, que son devastadores para los intereses de los futuristas, que Juan de Patmos eche mano de Isaías para su pronóstico de Apoc. 21:4 no implica que esté augurando una existencia beatífica en un planeta exento de cementerios, sino una existencia histórica próxima en el que la iglesia dejaría de ser perseguida por los poderosos (la sinagoga y el Imperio romano).

En realidad, lo dicho por Juan ni siquiera empezó a encontrar cumplimiento a partir de 70 d.C., sino bastante antes. De la Jerusalén celestial también habló el anónimo autor de Hebreos más menos en la misma época que Juan: "Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos. Os habéis acercado a Dios, Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús, Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel" (Heb. 12:22-24).

Y, aunque el que está sentado en el trono promete la renovación de todas las cosas, unos cuantos años antes San Pablo había apuntado: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas" (2 Cor. 5:17).

Es chocante que los futuristas pretendan hacer de la "nueva creación" un fenómeno posterior al fin de la predicación del evangelio. En realidad, la nueva creación es la época en la que surgen las nuevas criaturas en Cristo, es decir, ahora.

Por supuesto, los futuristas, y los adventistas en particular, no dudarán de echar mano de otros versículos que consideran que forman parte de su particular "arsenal profético" para intentar apuntalar sus nociones escatológicas. Uno de los más vistosos es 2 Pedro 3:10 : "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas". ¡Uf! ¡"Elementos ardiendo"! El indocumentado lee eso y se imagina que San Pedro está hablando de aceleradores de partículas o explosiones atómicas. En realidad, habla del incendio que arrasó el templo y puso fin a los στοιχεῖα (elementos o principios elementales) del judaísmo. Se trata de la palabra traducida "rudimentos" en otros pasajes: "Debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales, que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido" (Heb. 5:12). "Si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivierais en el mundo, os sometéis a preceptos" (Col. 2:20). "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo" (Col. 2:8). "[P]ero ahora, ya que conocéis a Dios o, más bien, que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?" (Gál. 4:9). Etcétera.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Despreciable sectario: No acepto tu trato "familiar" conmigo. Por otro lado, tus "saludos" y tu "cordialidad" puedes metértelos donde te quepan. Yo no tengo por qué aceptar tales cosas provenientes de malnacidos.

Es una verdadera lastima que foristas como usted, que a todas luces tiene conocimiento, y domina varias materias, y lleva tanto tiempo en este foro, sucumba a actitudes tan grotescas, descalificantes y ofensivas como estas...

Le digo algo; Los adventistas, con todas sus "herejias", "malas interpretaciones" van delante de usted en el Reino de los Cielos... !Se lo aseguro!

Dicho sea de paso; !Estas denunciado...!, y espero, sinceramente, que aun cuando no seas expulsado (por que no es mi intención que se haga) reflexiones en que las "verdades" que enseñamos pueden ser enturbiadas y ensuciadas con nuestras actitudes.

!Que tengas buen dia!

Wilson García.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Ya. ¿Tienes algo que aportar a este hilo que no sea ridículo?

hola
hace mucho que no se te veía por aquí.

¿podrías darme datos sobre este libro que mencionaste hace tiempo?

Podrías denunciar un librucho que se vendía en la década de los 70 titulado ¡Esto es el fin! en el que predecía que Dios nunca permitiría que el hombre pusiese el pie en la luna.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Estimado eduardín. Saludos cordiales.

Tú dices:


Despreciable sectario: No acepto tu trato "familiar" conmigo. Por otro lado, tus "saludos" y tu "cordialidad" puedes metértelos donde te quepan. Yo no tengo por qué aceptar tales cosas provenientes de malnacidos.


Como sabes, sectario, a diferencia de ti, sí tengo unos cuantos de esos versículos, que presento al final de este mensaje. Lo que nadie ha visto por aquí es la base de las infames mentiras de la secta remanente. Ya sabes: lo del cuentecito ese de que Artajerjes autorizó que Esdras edificase una ciudad (versículo desconocido) y que ese hipotético permiso entrase en vigor en el otoño de 457 a.C. (octavo año de Artajerjes). No hay ningún versículo en la Biblia que mencione ningún día del otoño del octavo año de Artajerjes. O sea: la base del adventismo es un cuentecito para incautos.

Pero pasemos a lo abordado en el mensaje que inaugura este hilo. ¿Tienes alguna explicación que no sea idiota acerca de por qué la secta remanente afirma que el preterismo lo inventaron los jesuitas? ¿Cómo se las apañó el bueno de Eusebio de Cesarea para ser preterista más de mil años antes del nacimiento de Ignacio de Loyola? ¿A qué crees que se debe que el sectario LeRoy Edwin Froom ocultase tan sabrosa información?

En cuanto a versículos del Nuevo Testamento incompatibles con la vana "esperanza adventista" (o sea, con el futurismo y el historicismo), aquí tienes algunos de los versículos que te atormentan:


"Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. De cierto os digo que no acabaréis de recorrer todas las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre" (Mat. 10:23). Esto lo dijo Jesucristo a los apóstoles.

"[E]l Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del hombre viniendo en su Reino" (Mat. 16:27, 28). Esto lo dijo Jesucristo a los apóstoles. Obsérvese que no habla de ninguna visión, sino del momento, entonces futuro, en el que el Hijo del hombre pagaría a cada uno conforme a sus obras.

"Entonces el Sumo sacerdote le dijo: 'Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios'. Jesús le dijo: 'Tú lo has dicho. Y además os digo que desde ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios y viniendo en las nubes del cielo'" (Mat. 26:63, 64). Esto lo dijo Jesucristo a miembros del séquito del sumo sacerdote de sus días.

"[V]osotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche. Cuando digan: 'Paz y seguridad', entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Pero vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón" (1 Tes. 5:2-4). Escrito por San Pablo a los creyentes de Tesalónica entre quince y veinte años antes de la caída de Jerusalén. ¿Cabía, entonces, que los creyentes de Tesalónica de esa época fueran sorprendidos por la parusía si se descuidaban?

"Que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser --espíritu, alma y cuerpo-- sea guardado irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo" (1 Tes. 5:23). ¿Fue conservado el cuerpo de los creyentes de Tesalónica irreprochable hasta la parusía? Si la parusía no se ha producido, ¿ha sufrido algún menoscabo el cuerpo de aquellos creyentes?

"Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros. Siempre en todas mis oraciones ruego con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio desde el primer día hasta ahora, estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. Y es justo que yo sienta esto de todos vosotros, porque os tengo en el corazón; y en mis prisiones, y en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia. Dios me es testigo de cómo os amo a todos vosotros con el entrañable amor de Jesucristo. Y esto pido en oración: que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en toda comprensión, para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprochables para el día de Cristo" (Fil. 1:1-10). Escrito por San Pablo a los creyentes de Filipo de su tiempo. Si "el día de Jesucristo" no se ha producido aún en el siglo XXI, ¿seguirá "perfeccionándose" en la actualidad la obra iniciada en aquellos creyentes? ¿Les irá bien? ¿Son ahora esos creyentes lo suficientemente "sinceros e irreprochables" o les toca hacerse más sinceros y más irreprochables para que, por fin, el "día de Cristo" pueda convertirse en una realidad?

El adventismo y otras ideologías de corte futurista atribuyen las palabras de Jesús de Juan 14:3, entre otras, a todos los cristianos de todas las épocas, con especial incidencia en los pertenecientes a una "generación final" que, por las manifestaciones de los inmersos en tales ideologías, siempre está a la vuelta de la esquina. Por supuesto, se da por sentado alegremente que tal reunión física de los creyentes vivos y resucitados con Cristo pone punto final a la historia universal y que, tras ella, pasan los eones en unión beatífica con Cristo, sin nada digno que reseñar de cuanto acontezca en un planeta renovado, libre por fin del extraño fenómeno del pecado.

El problema del anterior escenario es que resulta sumamente artificial, pues, a la luz de las Escrituras, no resultan evidentes varios de sus postulados. Por ejemplo:

No parece que las palabras de Juan 14:3 se refieran a todos los cristianos de todas las épocas y de todos los lugares, ni a cristianos pertenecientes a generaciones separadas de la primera por muchos siglos. En buen número de alocuciones de Jesús, recogidas tanto en los Sinópticos como en el cuarto Evangelio, el Señor se refiere específicamente a los apóstoles y a su círculo de discípulos más allegados, sin que sea preceptivo ampliar el empleo de tales palabras a todos los cristianos de todos los tiempos. Así, cuando dice a los apóstoles que se sentarán en doce tronos a juzgar a Israel, a mí no se me ocurre que yo haya de sentarme en ningún trono a juzgar a nadie de Israel ni de ningún otro sitio, pues, sencillamente, a mí no se me prometió tal cosa; se les prometió a otros. Entiendo que con Juan 14:3 pasa exactamente lo mismo. En el Apocalipsis hay varios pasajes en los que se muestra a seres humanos en el cielo en momentos en los que se da por sentada la continuidad de la existencia humana y de problemas en el mundo Por ejemplo, en 14:4, hablando de cierto grupo, se afirma: "Estos se mantuvieron puros, sin contaminarse con ritos sexuales. Son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Fueron rescatados como los primeros frutos de la humanidad para Dios y el Cordero" (NVI); curiosamente, solo dos versículos después, Juan de Patmos dice: "Luego vi a otro ángel que volaba en medio del cielo, y que llevaba el evangelio eterno para anunciarlo a los que viven en la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo". Con una desvergüenza notable, el adventismo afirma sin dudarlo que la presencia física del primer grupo junto a Cristo en ese pasaje es una "anticipación" del bueno de Juan, pues, "obviamente", no pueden estar en el cielo hasta la "segunda venida" y después, claro está, ya no puede haber ningún "evangelio eterno" que anunciar en una tierra desierta y arruinada.
Los pasajes del Apocalipsis en los que los futuristas (incluyendo a los adventistas) se apoyan para postular una existencia posterior a la parusía que se imaginan incompatible con nuestro día a día no dicen lo que, en su ignorancia de las Escrituras, creen. Veamos uno de los pasajes más llamativos:

En una de sus últimas visiones, Juan de Patmos afirma:

"Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía más. Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de parte de Dios, ataviada como una esposa hermoseada para su esposo. Y oí una gran voz del cielo, que decía: "El tabernáculo de Dios está ahora con los hombres. Él morará con ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron. El que estaba sentado en el trono dijo: 'Yo hago nuevas todas las cosas'" (21:1-5).

Precioso, ¿verdad? ¡Un mundo sin muerte y, por lo visto, hasta sin enfermedades! Claro que ello también conlleva un mundo sin sexo, pues seres con una actividad sexual ilimitada no tardarían en atestar cualquier planeta. En fin, olvidándonos del sexo y demás, y centrándonos en lo que Juan ve y describe en tan pocas palabras, ¿de verdad es novedoso lo que dice? Basta conocer mínimamente el Apocalipsis para saber que este libro está repleto de alusiones al Antiguo Testamento y a otros escritos. Lo marcado en negrita en la anterior cita de Juan procede, en realidad de Isaías. Observemos:

Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad y firmeza. Porque convertiste la ciudad en escombros, la ciudad fortificada, en ruina, y el alcázar de los extranjeros ya no será ciudad ni nunca más será reedificado. Por esto te glorificará el pueblo fuerte, te temerá la ciudad de gente poderosa. Porque fuiste fortaleza para el pobre, fortaleza para el necesitado en su aflicción, refugio contra la tormenta, sombra contra el calor; porque el ímpetu de los violentos es como una tormenta que se abate contra el muro. Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo de los extranjeros; y como calor debajo de una nube, harás marchitar el renuevo de los poderosos. Y Jehová de los ejércitos hará en este monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos, banquete de vinos refinados, de sustanciosos tuétanos y vinos generosos. Y destruirá en este monte la cubierta tendida sobre todos los pueblos, el velo que envuelve a todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre, y enjugará Jehová el Señor las lágrimas de todos los rostros y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho. Se dirá en aquel día: "¡He aquí, este es nuestro Dios! Le hemos esperado, y nos salvará. ¡Este es Jehová, a quien hemos esperado! Nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación". Porque la mano de Jehová se posará sobre este monte; pero Moab será pisoteado en su mismo sitio, como es pisoteada la paja en el estercolero. Y extenderá sus manos por en medio de él, como las extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia y la destreza de sus manos. Abatirá la fortaleza de tus altos muros: la humillará y la echará abajo, hasta el polvo. (Isa. 25:1-12)

Obviamente, las palabras de Isaías son un vaticinio favorable para un Israel renovado tras el fin del cautiverio babilónico y desfavorable, en cambio, para los intereses nacionales de Moab en el mismo periodo. Así, mientras el poderío militar de Moab y sus fortificaciones son aniquilados (produciendo, presumiblemente, lloro en los que sobrevivieran en ese territorio, al otro lado del Jordán), los israelitas contemporáneos de esa destrucción gozarían de una situación comparativamente beatífica, pues dejarían de sufrir la presión a la que en el pasado fueron sometidos por Moab. Lógicamente, los israelitas de la época de Zorobabel, Nehemías y Malaquías siguieron muriendo y siguieron llorando. Pero Isaías no hablaba de la muerte en sí ni del lloro en sí, sino de una muerte y un llanto específicos: los relacionados con su desastre nacional, no con la situación personal de cada cual. Considerados tales antecedentes, que son devastadores para los intereses de los futuristas, que Juan de Patmos eche mano de Isaías para su pronóstico de Apoc. 21:4 no implica que esté augurando una existencia beatífica en un planeta exento de cementerios, sino una existencia histórica próxima en el que la iglesia dejaría de ser perseguida por los poderosos (la sinagoga y el Imperio romano).

En realidad, lo dicho por Juan ni siquiera empezó a encontrar cumplimiento a partir de 70 d.C., sino bastante antes. De la Jerusalén celestial también habló el anónimo autor de Hebreos más menos en la misma época que Juan: "Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos. Os habéis acercado a Dios, Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús, Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel" (Heb. 12:22-24).

Y, aunque el que está sentado en el trono promete la renovación de todas las cosas, unos cuantos años antes San Pablo había apuntado: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas" (2 Cor. 5:17).

Es chocante que los futuristas pretendan hacer de la "nueva creación" un fenómeno posterior al fin de la predicación del evangelio. En realidad, la nueva creación es la época en la que surgen las nuevas criaturas en Cristo, es decir, ahora.

Por supuesto, los futuristas, y los adventistas en particular, no dudarán de echar mano de otros versículos que consideran que forman parte de su particular "arsenal profético" para intentar apuntalar sus nociones escatológicas. Uno de los más vistosos es 2 Pedro 3:10 : "Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche. Entonces los cielos pasarán con gran estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas". ¡Uf! ¡"Elementos ardiendo"! El indocumentado lee eso y se imagina que San Pedro está hablando de aceleradores de partículas o explosiones atómicas. En realidad, habla del incendio que arrasó el templo y puso fin a los στοιχεῖα (elementos o principios elementales) del judaísmo. Se trata de la palabra traducida "rudimentos" en otros pasajes: "Debiendo ser ya maestros después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales, que tenéis necesidad de leche y no de alimento sólido" (Heb. 5:12). "Si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivierais en el mundo, os sometéis a preceptos" (Col. 2:20). "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas basadas en las tradiciones de los hombres, conforme a los elementos del mundo, y no según Cristo" (Col. 2:8). "[P]ero ahora, ya que conocéis a Dios o, más bien, que sois conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar?" (Gál. 4:9). Etcétera.

Respondo: Fracasaste nuevamente, como era de esperar..

No haz encontrado el versículo bíblico que diga que nuestro Señor regresó en el año 70 d.C.



... A buscar ... a buscar... ¿Lo encontrarás?



Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Estimado eduardín. Saludos cordiales.
Despreciable sectario: Como siempre, tus saludos y demás hipocresía, te la metes donde te quepa.

Respondo:[/B][/COLOR][/SIZE] Fracasaste nuevamente, como era de esperar..

En absoluto, bufón. La lista incompleta de pasajes presentada demuestra la maldad blasfema del futurismo en todas sus ramas (incluyendo la historicista), que insiste, negando las afirmaciones de los apóstoles y del mismo Cristo, que este aún no ha venido. Tus arrasadas neuronas no dan de sí para decir nada sobre los versículos citados, que demuestran que la parusía se iba a producir en vida de la primera generación de creyentes. En todo caso, ese no es el tema de este hilo. El tema de este hilo es la perfidia despreciable del adventistmo, que afirma que el preterismo fue un invento jesuita del siglo XVII. Explícanos, papanatas, cómo hizo Eusebio de Cesarea para ser preterista a finales del siglo III y comienzos del siglo IV. ¿Por qué el adventismo oculta esta información? ¿Puedes explicárnoslo, soplagaitas?
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Como te dije, puedes denunciar lo que te dé la gana. Yo no acepto las cordialidades de malnacidos, ni las imposiciones de bienpensantes inquisidores.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

hola
hace mucho que no se te veía por aquí.

¿podrías darme datos sobre este libro que mencionaste hace tiempo?



no te olvides por favor

Originalmente enviado por Sylvester
Podrías denunciar un librucho que se vendía en la década de los 70 titulado ¡Esto es el fin! en el que predecía que Dios nunca permitiría que el hombre pusiese el pie en la luna.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Estimado eduardín. Saludos cordiales.

Tú dices:


Despreciable sectario: Como siempre, tus saludos y demás hipocresía, te la metes donde te quepa.

En absoluto, bufón. La lista incompleta de pasajes presentada demuestra la maldad blasfema del futurismo en todas sus ramas (incluyendo la historicista), que insiste, negando las afirmaciones de los apóstoles y del mismo Cristo, que este aún no ha venido. Tus arrasadas neuronas no dan de sí para decir nada sobre los versículos citados, que demuestran que la parusía se iba a producir en vida de la primera generación de creyentes. En todo caso, ese no es el tema de este hilo. El tema de este hilo es la perfidia despreciable del adventistmo, que afirma que el preterismo fue un invento jesuita del siglo XVII. Explícanos, papanatas, cómo hizo Eusebio de Cesarea para ser preterista a finales del siglo III y comienzos del siglo IV. ¿Por qué el adventismo oculta esta información? ¿Puedes explicárnoslo, soplagaitas?

Respondo: Fracasaste nuevamente, como era de esperar..

No haz encontrado el versículo bíblico que diga que nuestro Señor regresó en el año 70 d.C.


... A buscar ... a buscar... ¿Lo encontrarás?


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

no te olvides por favor

Hola, Aitor. Conservo algunos libros adventistas para poder citarlos y denunciarlos, pero, cuando me di cuenta de las patrañas del adventismo, tiré a la basura los que consideré más grotescos. El librucho ¡Este es el fin!, de Arthur Maxwell, fue uno de ellos. Encontrarás una foto de la portada en http://www.todocoleccion.net/este-es-fin-maxwell-arturo-s-1972~x35958934. Creo recordar que hubo otra edición (al menos en España) en la que la tapa rústica tenía fondo negro en vez de rojo. En España se distribuyó en ocasión de una "campaña misionera" de 1973 y me parece que lo regalaban. La versión original en inglés (This is the End!) se publicó a comienzos de 1967 según http://www.amazon.com/This-End-Arthur-S-Maxwell/dp/B004PIF1W0. Observa que la versión original se fraguó dos años y medio antes del Apolo 11. Cuando esa basura se distribuyó en España, ya hacía cuatro años que resultaba obvia su obsolescencia.

Al no disponer de él, no puedo citar el párrafo que anunciaba que Dios no iba a permitir que el hombre pusiese su pie en la luna, contaminándola de pecado. Supongo que esa será la razón fundamental por la que el botarate oficial de este foro niega la realidad de los alunizajes, al estilo de la película Capricornio Uno. Naturalmente, el mamarracho en cuestión no se atendrá al tema de este hilo, por lo que no cabe esperar explicación alguna sobre la consabida patraña adventista de querer atribuir la invención del preterismo a los jesuitas.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Hola, Aitor. Conservo algunos libros adventistas para poder citarlos y denunciarlos, pero, cuando me di cuenta de las patrañas del adventismo, tiré a la basura los que consideré más grotescos. El librucho ¡Este es el fin!, de Arthur Maxwell, fue uno de ellos. Encontrarás una foto de la portada en http://www.todocoleccion.net/este-es-fin-maxwell-arturo-s-1972~x35958934. Creo recordar que hubo otra edición (al menos en España) en la que la tapa rústica tenía fondo negro en vez de rojo. En España se distribuyó en ocasión de una "campaña misionera" de 1973 y me parece que lo regalaban. La versión original en inglés (This is the End!) se publicó a comienzos de 1967 según http://www.amazon.com/This-End-Arthur-S-Maxwell/dp/B004PIF1W0. Observa que la versión original se fraguó dos años y medio antes del Apolo 11. Cuando esa basura se distribuyó en España, ya hacía cuatro años que resultaba obvia su obsolescencia.

Al no disponer de él, no puedo citar el párrafo que anunciaba que Dios no iba a permitir que el hombre pusiese su pie en la luna, contaminándola de pecado. Supongo que esa será la razón fundamental por la que el botarate oficial de este foro niega la realidad de los alunizajes, al estilo de la película Capricornio Uno. Naturalmente, el mamarracho en cuestión no se atendrá al tema de este hilo, por lo que no cabe esperar explicación alguna sobre la consabida patraña adventista de querer atribuir la invención del preterismo a los jesuitas.

Hola Sylvester,

muchas gracias por el dato del libro en cuestión. es evidente que en algún momento el enajenado oficial de forocristiano lo leyó y por eso dice las tonterías que dice sobre el viaje a la luna, incluso dice que Kubrick fue asesinado por lo que se denuncia en el falso documental "operación luna".
decir que gabrielín está enloquecido sólo es una falta de respeto a los locos y no un insulto.

no se si sabes que cuando perdió la contraseña de este foro se inventó un ataque de hackers a forocristiano para justificar su pérdida de la contraseña y a pesar de haber sido descubierto ha sido incapaz de reconocer su mentira.
así es Gabrielín y si se le ha metido en la cabeza que los jesuitas hicieron venir a Cristo en el año 70, o una chorrada parecida, ni los titanes serán capaces de hacerle razonar sobre todo por que hay otros adventistas conspiranoicos tan enajenados como él que le jalean para seguir haciendo el ridículo en este foro.

aquí está la evidencia de que gabrielín se inventó el ataque de hackers y la realidad de lo que sucedió.


Respondo: Encontré en otro foro cristiano similar a este, a un forista que usa el nick "gabriel47"; como el que yo tenía antes de que este foro fuese bombardeado por hackers con virus, gusanos y troyanos. Desde ese momento, se perdió mi cuenta y tuve que solicitarle al Websmaster cambiarlo por Gabrie147, al cual accedió.


Respondo: En primer lugar le agradezco sus acogedoras palabras para este año que comienza.


Aprovecho esta instancia para ver la posibilidad de recuperar mi antigua cuenta como "Gabriel47", que debido al cambio de diseño, no he podido entrar, más aún, mi antiguo correo "latínmail.com" (el que tenía en el año 2004) ya no está activo, por consiguiente me es imposible entrar por esa vía cuando se me pide la activación de la cuenta.


Con el fin de no infringir alguna norma de este foro, solicito a usted tenga a bien dar respuesta a esta solicitud, y si no es posible lo anterior, permitirme entrar con esta nueva cuenta.
Mi correo es [email protected]
Gabriel47
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Hola Sylvester,

muchas gracias por el dato del libro en cuestión. es evidente que en algún momento el enajenado oficial de forocristiano lo leyó y por eso dice las tonterías que dice sobre el viaje a la luna, incluso dice que Kubrick fue asesinado por lo que se denuncia en el falso documental "operación luna".
decir que gabrielín está enloquecido sólo es una falta de respeto a los locos y no un insulto.

no se si sabes que cuando perdió la contraseña de este foro se inventó un ataque de hackers a forocristiano para justificar su pérdida de la contraseña y a pesar de haber sido descubierto ha sido incapaz de reconocer su mentira.
así es Gabrielín y si se le ha metido en la cabeza que los jesuitas hicieron venir a Cristo en el año 70, o una chorrada parecida, ni los titanes serán capaces de hacerle razonar sobre todo por que hay otros adventistas conspiranoicos tan enajenados como él que le jalean para seguir haciendo el ridículo en este foro.

Gracias por tu información. No me extraña. Un saludo.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Estimado eduardin. Saludos cordiales.

Tú dices:


Despreciable sectario: Como siempre, tus saludos y demás hipocresía, te la metes donde te quepa.
En absoluto, bufón. La lista incompleta de pasajes presentada demuestra la maldad blasfema del futurismo en todas sus ramas (incluyendo la historicista), que insiste, negando las afirmaciones de los apóstoles y del mismo Cristo, que este aún no ha venido. Tus arrasadas neuronas no dan de sí para decir nada sobre los versículos citados, que demuestran que la parusía se iba a producir en vida de la primera generación de creyentes. En todo caso, ese no es el tema de este hilo. El tema de este hilo es la perfidia despreciable del adventistmo, que afirma que el preterismo fue un invento jesuita del siglo XVII. Explícanos, papanatas, cómo hizo Eusebio de Cesarea para ser preterista a finales del siglo III y comienzos del siglo IV. ¿Por qué el adventismo oculta esta información? ¿Puedes explicárnoslo, soplagaitas?

Respondo: Los preteristas, al igual que Himeneo y Fileto, se desviaron de la verdad.

En la primera carta (1 Tim. 1:3), le había dicho, “que mandases a algunos (por ejemplo, Himeneo y Alejandro, 1 Tim. 1:20) que no enseñen diferente doctrina” (por ejemplo, que la resurrección ya se efectuó
) y estos truchos seguidores de ese camino de error, vienen diciendo que "Cristo ya regresó por segunda vez en el año 70 d. C.

Serán para ellos los romanos los ¿"santos ángeles que acompañaron al Señor en la esperanza gloriosa de los cristianos cuando arrasaron y quemaron el Templo y destruyeron Jerusalén
?

Bien, ya vemos el fracaso de Eduardo Martínez Rancaño, en probar su tesis, que resultó completamente falsa en cuanto al regreso del Señor en el año 70 d. C.

No es extraño que emita esos términos descalificadores en contra de quienes dudan de sus teorías, burlas e inconsecuencias a las que no se les debe hacer caso.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Respondo[/B]: Los preteristas, al igual que Himeneo y Fileto, se desviaron de la verdad. [bla, bla, bla]

Tienes un GRAVE problema entre las manos con tu subnormal "respuesta", papanatas. No estamos aquí para que intentes propagar tus locuras sobre la supuesta maldad del preterismo, sino para que algún miembro de tu secta nos explique la perfidia que os permite MENTIR descaradamente, afirmando que el preterismo es un invento de los jesuitas, siendo que Eusebio de Cesarea, más de mil años antes de que naciera Ignacio de Loyola, fue preterista. ¿A qué se debe, vil sectario mentiroso, que tu secta oculte esa información? ¡Firme!, gavialito.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Estimado eduardín. Saludos cordiales.

Tú dices:


Tienes un GRAVE problema entre las manos con tu subnormal "respuesta", papanatas. No estamos aquí para que intentes propagar tus locuras sobre la supuesta maldad del preterismo, sino para que algún miembro de tu secta nos explique la perfidia que os permite MENTIR descaradamente, afirmando que el preterismo es un invento de los jesuitas, siendo que Eusebio de Cesarea, más de mil años antes de que naciera Ignacio de Loyola, fue preterista. ¿A qué se debe, vil sectario mentiroso, que tu secta oculte esa información? ¡Firme!, gavialito.

Respondo: Bueno, ha quedado demostrado nuevamente que no tienes el versículo que diga que Jesús regresó en su segunda venida en el año 70 d.C.

Ni el preterismo ni el futurismo tienen cabida en el verdadero cristianismo, ya que son un fraude.

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Respondo: Bueno, ha quedado demostrado nuevamente que no tienes el versículo que diga que Jesús regresó en su segunda venida en el año 70 d.C.

Despreciable mamarracho: Aquí han quedado demostradas varias cosas:
1. Eusebio de Cesarea, insigne historiador de la iglesia que vivió en los siglos III y IV, era preterista.
2. La secta adventista miente cuando afirma que el preterismo es una invención de los jesuitas del siglo XVII.
3. La secta adventista oculta la verdad cuando hace todo lo posible para que no se sepa lo que dijo Eusebio de Cesarea.
4. La secta adventista engaña a los incautos cuando quiere atribuir la herejía historicista (una versión malparida de futurismo) a los apóstoles, siendo que no es más que un invento tardío del abad Joaquín de Fiore, en el siglo XII.
5. La secta adventista no dispone de ningún pasaje de la Biblia que justifique su delirante teoría de que Artajerjes I Longímano autorizó que Esdras edificase una ciudad.
6. La secta adventista no dispone de ningún pasaje de la Biblia que mencione ninguna fecha del otoño de 457 a.C. (octavo año de Artajerjes), cuando dice, mintiendo, que "entró en vigor" el inexistente decreto anterior.
7. A diferencia de la secta adventista, yo SÍ dispongo de unos cuantos versículos de la Biblia que demuestran fechacientemente que la iglesia primitiva, por indicación de los apóstoles y del mismísimo Jesucristo, sabía que la parusía se iba a producir en vida de la primera generación de cristianos.
8. El tipejo llamado Gabriel Salinas González carece de los atributos varoniles que hay que tener en cualquier conversación razonable. Esto bien podría explicar más de una circunstancia de tu vida, ¿eh, gavialito?

A lo que tienes que responder, soplagaitas, es esto: ¿Puede algún miembro de la secta adventista explicar la perfidia que os permite MENTIR descaradamente, afirmando que el preterismo es un invento de los jesuitas, siendo que Eusebio de Cesarea, más de mil años antes de que naciera Ignacio de Loyola, fue preterista. ¿A qué se debe, vil sectario mentiroso, que tu secta oculte esa información?

¡Ánimo, gavialito!
 
Re: Los adventistas, los jesuitas y Eusebio de Cesarea

Estimado eduardín. Saludos cordiales.

Tú dices:


Despreciable mamarracho: Aquí han quedado demostradas varias cosas:
1. Eusebio de Cesarea, insigne historiador de la iglesia que vivió en los siglos III y IV, era preterista.

Respondo: Era un muy mañ historiador, trabajando para el enemigo de las almas y de Dios. Fíjate en lo que escribió en el año 324 d.C.

[FONT=&quot][/FONT]
[FONT=&quot]"[/FONT][FONT=&quot]Por lo tanto, no usaban la circuncisión,[/FONT][FONT=&quot] NI OBSERVABAN EL SÁBADO, NI LO HACEMOS NOSOTROS; ... porque cosas como éstas no pertenecen a los cristianos"[/FONT][FONT=&quot].[/FONT][FONT=&quot] Hist. Ecle., Libro 1, Capítulo 4. Esto es decisivo. En el año 324.

Más adelante Eusebio dice: [/FONT]
[FONT=&quot]"[/FONT][FONT=&quot]Y absolutamente todas las cosas que eran deber hacer en sábado,[/FONT][FONT=&quot] fueron transferidas al día del Señor como más honorable que el sábado judío[/FONT][FONT=&quot]".[/FONT][FONT=&quot][/FONT]

A él le tocó vivir en la época en la cual el verdadero cristianismo se estaba corrompiendo.




[FONT=&quot] "Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño[/FONT][FONT=&quot] "

[/FONT]

[FONT=&quot]El "Diccionario Católico", de Addis y Arnold, después de citar a Apoc. 1: 10; Hechos 20: 7; I Cor. 16: 1-2, dice: Estos textos "parecen indicar que el domingo era ya un día sagrado en el cual las obras de amor eran especialmente apropiadas. Heb. 10: 25 muestra esto: que los cristianos, cuando se escribió la epístola, tenían días regulares de reunión. Las referencias bíblicas que se dan más arriba muestran que la observancia del domingo había comenzado en la era apostólica; pero hasta cuando la Escritura guarda silencio, la tradición pondría este punto más allá de toda duda".
[/FONT][FONT=&quot]
Un cristiano se apoya en la Biblia y no en la tradición.

"Citar a los autores católicos del periodo postbíblico, ¿es una prueba fidedigna de la verdad? De ser así, ¿por qué los protestantes no hacen votos por los muertos, tal como lo enseñaron Tertuliano, Juan Crisóstomo, Lactancio, y Gregorio Magno? ¿Por qué no creen en el Purgatorio, tal como lo enseñaron Tertuliano y Agustín de Hipona?¿Por qué no veneran a María, como lo enseñaron Justino Mártir e Ireneo de Lión?

¿Por qué no creen en la preexistencia del alma, tal como lo enseñó Orígenes?

¿Por qué además los protestantes no usan
[/FONT]
[FONT=&quot][FONT=&quot]imágenes[/FONT][/FONT][FONT=&quot] [/FONT][FONT=&quot]en sus iglesias, tal como lo hicieron Agustín, Jerónimo, Paulino de Nola, Basilo, Barlaam, Cirilo de Aljandría y tantos otros?

[/FONT]
[FONT=&quot]Pues si el hecho de que ellos no guardaran el sábado demuestra la legitimidad de esta [/FONT]
[FONT=&quot][FONT=&quot]actitud[/FONT][/FONT][FONT=&quot], entonces todo lo demás que practicaron contra los mandatos divinos también será legítimo a los ojos de Dios.
[/FONT][FONT=&quot]
Tal como lo entendió el protestante James Buchanan en el siglo XVI, hay una gran diferencia entre la teología histórica de la Escritura y la teología histórica de la iglesia, y esta diferencia está dada en razón de que los escritos bíblicos fueron inspirados, pero no los escritos "patrísticos". Buchanan explica:

Estos escritos [de la iglesia católica], sean antiguos o modernos, no poseen [/FONT]
[FONT=&quot][FONT=&quot]autoridad[/FONT][/FONT][FONT=&quot] [/FONT][FONT=&quot]divina en asuntos de Fe, y su [/FONT][FONT=&quot][FONT=&quot]enseñanza[/FONT][/FONT][FONT=&quot] [/FONT][FONT=&quot]en estos temas no deben afectar nuestras creencias, a menos que pueda probarse que están en conformidad con las [/FONT][FONT=&quot][FONT=&quot]normas[/FONT][/FONT][FONT=&quot] [/FONT][FONT=&quot]infalibles de la palabra de Dios… La levadura anticristiana, que existía en la iglesia primitiva, gradualmente se expandió y fermentó en tiempos posteriores, y se ha vuelto casi universal, cuando el poder de [/FONT][FONT=&quot][FONT=&quot]Roma[/FONT][/FONT][FONT=&quot], que tenía obstruido su temprano [/FONT][FONT=&quot][FONT=&quot]desarrollo[/FONT][/FONT][FONT=&quot], tomó su camino, y la "Apostasía" predicha tuvo libre curso, hasta culminar en el "Hombre de Pecado", que se sienta "[/FONT][FONT=&quot]en el templo de Dios[/FONT][FONT=&quot]" como "[/FONT][FONT=&quot]Aquel Inicuo[/FONT][FONT=&quot]" (ho ánomos), el cuerpo visible del "[/FONT][FONT=&quot]misterio de la iniquidad[/FONT][FONT=&quot]" (2 Tes. 2:3-8), u "[/FONT][FONT=&quot]hombre de pecado[/FONT][FONT=&quot]" (amartías).

No podemos esperar que durante el progreso de esta Apostasía predicha, la verdad del Evangelio continuara en su pureza original, y hallamos que, consecuentemente, mientras continuó con su simplicidad durante los tiempos de la persecución y martirio, al final del segundo siglo comenzó a corromperse con muchas doctrinas erróneas y prácticas supersticiosas, que crecieron bajo el fomento de los padres más eminentes, tanto de la Iglesia Oriental como de la Iglesia de Occidente." [/FONT]


Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.