Según los obnubilados delirios del adventismo, el abandono del sábado por parte de la iglesia cristiana primitiva carece de justificación bíblica. Cualquiera que haya leído Colosenses 2:16 y pasajes parecidos del Nuevo Testamento se da cuenta fácilmente de la falsedad del aserto adventista (insisten con falsía en que los sábados menospreciados en tales pasajes no son el sábado semanal, sino los sábados "ceremoniales" [mencionados DOS VECES, ¡por énfasis!]. Vamos a hacer como si los pasajes neotestamentarios que desprecian el sábado no existiesen para que los miembros de la secta remanente no se nos pongan nerviosos. Así, según el planteamiento de tales sujetos, alguien en la iglesia primitiva, algún apóstata (léase "papa de Roma", según afirma la secta remanente), determinó, SIN ESTAR HABILITADO PARA HACERLO, que todo el orbe cristiano abandonase la "noble" institución sabática y adoptase la "pagana" institución del domingo, para la que, según cuentan, no hay respaldo en la Biblia.
Dejando a un lado otros problemas (por ejemplo, ningún profeta del AT recriminó a los gentiles que no observaran el sábado, lo cual demuestra que tal institución jamás fue universal), la delirante interpretación adventista exige que se aplique a ámbitos distintos de las celebraciones cristianas de culto a Dios. Por ejemplo, aunque el Nuevo Testamento promueve el trato humano de los esclavos (véase, por ejemplo, la epístola de San Pablo a Filemón), no contempla la abolición de la institución de la esclavitud, como tampoco lo hace el AT. De hecho, Juan de Patmos habla de la existencia de "esclavos" y "libres" en ocasión de la parusía y de acontecimientos que la preceden inmediatamente (Apoc. 13:16; 18:13; 19:18). Según las delirantes nociones del adventismo, al que no le importa dejar a Jesucristo por mentiroso, la parusía aún está por ocurrir en nuestros días, pero es "inminente" (por lo visto, viene siendo "inminente" ya unos cuantos siglos, y hay quien cree que será "inminente" todos los siglos y milenios venideros).
Se plantea así un nuevo problema para la secta. Si, suponiendo que el Nuevo Testamento no ampare el cambio (cosa que sí hace), algún supuesto apóstata se extralimitó al menospreciar el sábado y ensalzar el domingo, ¿cómo cabe calificar que la iglesia cristiana acabase propiciando la abolición de la esclavitud? ¿Se extralimitó la iglesia cristiana al abolir tan antigua institución, siendo que el Nuevo Testamento no insta a su abolición? Dado que Dios no condena explícitamente la esclavitud como tal, ¿cometieron algún tipo de blasfemia o apostasía los cristianos que promovieron la desaparición de esa institución? ¿Vería con buenos ojos el adventismo la restauración de la esclavitud en la sociedad occidental según lo que se estilaba en la época de los apóstoles?
Esperamos que nuestros "amigos" los adventistas nos aclaren este importantísimo aspecto de la "verdad presente", pues sería muy preocupante que estemos errando en estos "últimos días" al condenar cosas que Dios no condena. No conviene tener actitudes "apóstatas" y quizá convenga incentivar la renovada existencia de esclavos para que el cumplimiento de las palabras de Juan de Patmos y de otros hombres de Dios sobre la existencia de esclavos en ocasión de la parusía puedan cumplirse de forma más contundente en ese "inminente" fenómeno sobre el que la secta dice ser tan "entendida". Ilumínennos los "expertos", por favor. Je, je, je.
Dejando a un lado otros problemas (por ejemplo, ningún profeta del AT recriminó a los gentiles que no observaran el sábado, lo cual demuestra que tal institución jamás fue universal), la delirante interpretación adventista exige que se aplique a ámbitos distintos de las celebraciones cristianas de culto a Dios. Por ejemplo, aunque el Nuevo Testamento promueve el trato humano de los esclavos (véase, por ejemplo, la epístola de San Pablo a Filemón), no contempla la abolición de la institución de la esclavitud, como tampoco lo hace el AT. De hecho, Juan de Patmos habla de la existencia de "esclavos" y "libres" en ocasión de la parusía y de acontecimientos que la preceden inmediatamente (Apoc. 13:16; 18:13; 19:18). Según las delirantes nociones del adventismo, al que no le importa dejar a Jesucristo por mentiroso, la parusía aún está por ocurrir en nuestros días, pero es "inminente" (por lo visto, viene siendo "inminente" ya unos cuantos siglos, y hay quien cree que será "inminente" todos los siglos y milenios venideros).
Se plantea así un nuevo problema para la secta. Si, suponiendo que el Nuevo Testamento no ampare el cambio (cosa que sí hace), algún supuesto apóstata se extralimitó al menospreciar el sábado y ensalzar el domingo, ¿cómo cabe calificar que la iglesia cristiana acabase propiciando la abolición de la esclavitud? ¿Se extralimitó la iglesia cristiana al abolir tan antigua institución, siendo que el Nuevo Testamento no insta a su abolición? Dado que Dios no condena explícitamente la esclavitud como tal, ¿cometieron algún tipo de blasfemia o apostasía los cristianos que promovieron la desaparición de esa institución? ¿Vería con buenos ojos el adventismo la restauración de la esclavitud en la sociedad occidental según lo que se estilaba en la época de los apóstoles?
Esperamos que nuestros "amigos" los adventistas nos aclaren este importantísimo aspecto de la "verdad presente", pues sería muy preocupante que estemos errando en estos "últimos días" al condenar cosas que Dios no condena. No conviene tener actitudes "apóstatas" y quizá convenga incentivar la renovada existencia de esclavos para que el cumplimiento de las palabras de Juan de Patmos y de otros hombres de Dios sobre la existencia de esclavos en ocasión de la parusía puedan cumplirse de forma más contundente en ese "inminente" fenómeno sobre el que la secta dice ser tan "entendida". Ilumínennos los "expertos", por favor. Je, je, je.