LO QUE PASARÁ MAÑANA.

Perdon
sigo

Por nada del mundo, pondria la vida de un hijo mio...

Y eso nos habla del Amor de Dios, no lo podemos ni concebir, no hecho para corazon de hombre, si bajara a nosotros nos quemaria, no lo podriamos resistir.

El me amo de tal manera que puso la vida de su Unico Hijo para que no me pierda mas tenga vida eterna. Aleluya!

Que el Señor quiera hacer resplandecer su rostro sobre ti.
 
LO QUE PASARÁ MAÑANA.

Bueno, pues ya me has encontrado, Jaaziel. ¿Qué tal estás? No te equivoques, hombre de Dios: yo sigo con la misma línea que me impulsó a hablar de la muerte como una amiga, donde estaba reflejada la esencia de la reencarnación, tema que no habéis querido tocar. No me beatifiques, cuando lo único que pretendo es poneros ejemplos de cómo Dios entregó a su propio Hijo para beneficio de la Humanidad y pocos han sido después los agradecidos por ello. Ese era el mensaje de una historia que leí y que reproduje para que cayérais en esa cuenta que no habéis caido.
Para tu conocimiento, amigo, te diré que tengo ocho hijos, así que poca percepción tienes. En cuanto a que ningún hombre entregaría la vida de su hijo, te recuerdo la conveniencia de que leas la intención que tenía Abraham de sacrificar a su hijo Isaac y para hacerlo más innegable aún, puesto que veo que no estás al tanto de la Historia, mira la de España y verás lo que hizo un hombre llamado Guzmán el Bueno. A veces, sin darnos cuenta, nos regodeamos en nuestras propias palabras. Somos algo narcisistas. ¿No lo crees así?
Que la paz sea contigo.
 
LO QUE PASO AYER...

LO QUE PASO AYER...

Hola!

De casualidad, revisando mis documentos en el que tengo grabados algunas paginas Web, encontré este epígrafe del amigo Jogal, al que había escrito algo tiempo atrás. Y recién me percate de su mensaje: “Lo Que Pasara Mañana” pag. 3 y realmente es digno de reflexionar.

La verdad es que, de presentarme el caso en mi persona, no sé realmente que pensar. Y aun más difícil, sabiendo que no tengo hijos, pues no soy casado aun. Claro que mi primera reacción seria como manifestó Jaaziel; puedo dar mi propia vida, porque es mi vida. Pero de otra persona aunque sea sangre de mi sangre como un hijo mío, definitivamente que no. Sin embargo, esta reacción natural es en respuesta al hipotético ejemplo que el amigo Jogal ha sugerido. Ya que, en otras circunstancias, mi reacción probablemente seria totalmente diferente, dependiendo de que causa, motivo o fin se persiga.

No soy medico ni menos un científico, pero en mis escasos conocimientos puedo manifestar que, para analizar y crear anticuerpos a través de la sangre no se necesita mas que una muestra de sangre para llevarla al laboratorio. Y a través de ella, en el laboratorio se ‘multiplica’ no la sangre, sino el anticuerpo, ya que esta se produce no por la sangre en si, sino por medio de la presencia de un antígeno. De modo que lo que se sustrae de la sangre, es este elemento antígeno.

Si bien todas la personas infectadas de esta extraña gripe que sucumbieron, fue debido por la falta de este elemento antígeno, que sus organismos eran incapaces de producirlas por si mismas.

Obtenido el elemento antígeno en una sangre no infectada, los médicos científicos en el laboratorio bioquímico se encargara de ‘multiplicar’ este elemento antígeno como el antídoto, teniendo como referencia al haberse descifrado el código ADN del virus mortal. Y no era inhumanamente necesario el sacrificio de un niño para obtenerla.

Se ignora quien sea el autor, lo que cuenta es la intención. Lo que ha querido decir con este cuento tipo parábola. Es el sacrifico de Cristo por todo el genero humano.

Cuando leo la historia de cómo el hijo de Abraham nació después de muchos años antes de que su padre había esperado y anhelado este nacimiento, llegando a ser así su posesión mas preciosa, mas que cualquier otra. No obstante, en medio de su regocijo, Abraham recibió la orden de tomar a su hijo único y ofrecerlo como sacrificio a Dios, a lo que el consintió. ¿Puede alguien imaginar lo que sentía Abraham en su corazón y en su mente en aquella ocasión en el pasado? Yo no soy casado ni tengo hijos, pero se lo que es amar a alguien muy querido, por lo que podemos deducir que nuestro amor no es tanto como Abraham amaba a su hijo, teniendo en cuenta las circunstancias tan particulares, pero... ¿puede alguno imaginar lo que sintió, cuando se despidieron de Sara, la madre? ¿Qué sentimientos tendría Abraham en su corazón al contemplar a Isaac despidiéndose de su madre al emprender el viaje de tres días hasta el lugar señalado para el sacrificio? Yo imagino que es todo lo que un buen padre como lo era Abraham en esos momentos, lo mas que pudo seria el disimular su gran pesar y dolor el contemplar aquella despedida.

Abraham y su hijo viajaron tres días hacia el lugar señalado, Isaac llevando los maderos que servirían para llevar a cabo el sacrificio. Los dos viajeros descansaron, finalmente, en la ladera del monte, y los hombres que los habían acompañado recibieron la orden de quedar allí cuando Abraham y su hijo comenzaron a subir. Entonces el muchacho le dijo:
-Padre mío... he aquí el fuego y la leña; mas ¿dónde esta el cordero para el holocausto?
Abraham debe haber sentido que el corazón se le destrozaba al oír decir a su hijo:
-Haz olvidado el cordero.
Mirando al muchacho, el hijo de la promesa, el pobre padre solamente pudo decir:
-Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío.

Subieron al monte, reunieron las piedras

Llegado a este punto, aventurándome a decidirme en el supuesto caso de que yo fuera el protagonista de la historieta tipo parábola que narro Jogal, me mantendría firme en mi decisión, de no entregar a mi hijo que no tengo por nada en el mundo ante los hombres naturales. Y creo que tampoco entregaría mi propia vida por salvar a la humanidad ante esa supuesta epidemia mortal. Las circunstancias y fines son diferentes, que si fueran otras, no dudaría en entregar mi propia vida y las de mis seres queridos. Claro, aclarando que es solo una conjetura, porque sencillamente yo soy un insignificante humano. Pero, para que sea verídica mi afirmación, yo tendría que ser un ‘alguien’ semejante a un Abraham, o un Moisés y de hecho lo haría, puesto que el sacrificio, es algo tan trascendental, que no involucra algo tan nimio y temporal como la muerte física. Es en cuanto a las implicancias que puede repercutir ya sea para bien o para mal, mas allá de una muerte física, cuya ‘muerte’ que no es el final de las conciecnias de los seres pensantes. Y en tal virtud, es en cuanto al futuro de la humanidad.

Esta historieta tipo parábola hace una semejanza mas o menos aproximada del sacrificio de Abraham, de su hijo Isaac, y esta a su ves es una semejanza de Dios y de su Hijo Unigénito.

Retomando el drama de Abraham, cuando leemos el libro del Antiguo Testamento se puede deducir una similitud entre la prueba de Abraham y el sacrificio de nuestro Padre Celestial. Isaac fue en cierta forma un símbolo del Hijo de Dios. Al igual que Jesucristo.

Difícilmente se encuentra en la historia un acontecimiento tan conmovedor como el ocurrido en el monte de Moriah, cuando el leal Abraham levantaría su cuchillo para matar a Isaac, ‘su hijo unigénito’ ¿Quién puede concebir una prueba mas dura de la fe que la orden enviada del cielo para sacrificar al heredero de la promesa, a quien Dios hubiese entonces levantado de entre los muertos para que sus promesas concerniente a Isaac fuesen cumplidas? ¿Es de sorprender que en todas las generaciones subsiguientes a la de Abraham sus descendientes hayan mirado hacia atrás con reverencia para contemplar una escena que puso a prueba al hombre mortal casi mas allá de su capacidad humana para obedecer?

Ahora, ¿porque planeo Dios semejante prueba? ¿Cómo pudo un Dios tan amoroso pedirle a Abraham que subiera al monte Moriah para sacrificar allí a su propio hijo? Aparentemente no tenia sentido. ¿Realmente Dios iba a poner a prueba la fe de un hombre de esa forma? ¿Lo haría? ¿Pondría Dios a prueba la fe de un hombre en aquella forma? Si lo hizo, ¿no pondría también la prueba la fe de otros? Son preguntas inquietantes, pero con sentido justo estas interrogantes.

Repentinamente la prueba de la fe no descansa solamente en el pasado con Abraham y con los otros grandes profetas, sino también con todos y con su futuro inmediato. ¿Por qué Abraham respondió en la forma en que lo hizo? ¿No sabia el que el sacrificio humano no esta bien? Por la fe de Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y lo que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es todopoderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

Obviamente, Dios, que no hace nada que no sea esencial, tuvo un propósito al probar la fe de Abraham. ¿Puede alguno de nosotros desarrollar la clase de fe que el tuvo, para que las misma les ayude a enfrentar los desafíos de su propio ‘monte de Moriah’?

Ciertamente fue para beneficio y bendición de Abraham. No hay duda de cuanta más dura sea la prueba, mayor es la recompensa al vencerla. Y aquí Abraham puso a su hijo sobre el altar, probando así, ser digno. Además de la prueba personal de la fe de Abraham, esto fue el anuncio de una futura expiación de Cristo. El sacrificio demandado de Abraham fue una semejanza de Dios y su Hijo Unigénito. Salvando la enorme distancia, nuestro Padre Celestial paso por todo eso y mas, pues en su caso la mano no fue detenida, por el inimaginablemente e inconmensurable AMOR, que infinitamente emana de su Ser hacia el genero humano.


infinito