Y de hecho, a Jesús parece haberle interesado muy poco "refutar herejías" sobre el alma. Tenía cosas mucho más importantes que enseñar y hacer.
Como nota al margen, quisiera que reflexionáramos un poquito más en esto.
En verdad, si leemos los evangelios, es claro que a Jesús le importaba poco, muy poco, entrar en disputas teológicas.
Incluso cuando lo vemos conversando con un no-judío sobre religión, específicamente, con la mujer samaritana, Jesús no gasta tiempo en refutar la idea de que no es el Monte Gerizim, sino el Monte de Sion, el lugar apropiado para adorar. Sí, es cierto que le da la razón en esto a los judíos, pero lo dice rapidito, tangencialmente, sin énfasis alguno. Más bien su énfasis es que ahora hay que adorar a Dios "en espíritu y en verdad".
Es como si Jesús dijera, "Mira, si te preocupa la verdad DOCTRINAL, te diré que sí, sí tienes razón... o no, en este punto no tienes razón... Pero lo importante no es eso que te preocupa, sino que lo que te debe de preocupar ES ESTO OTRO: tu relación espiritual con Dios y tus semejantes"