Liberio, Zósimo, Vigilio, Honorio- Infalibilidad papal

Paz, bonita palabra.

Lástima que algunos en este foro no parecen saber que la paz depende del respeto a los demás y a sus creencias,
y se la pasan llamando "hijos de p..." a otros cristianos.
 
Oración

Oh Dios que con la ilustración del Espíritu Santo has enseñado a las almas de los fieles, concédenos saber rectamente según el mismo Espíritu Santo y gozar siempre de su celestial consuelo. Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.

¿Puede un Papa caer en error o herejía?

Veamos Maripaz si esta respuesta te satisface.
Pero antes, van algunas reflexiones extraídas de la lectura de algunos libros célebres de espiritualidad.

Cuando el rayo imbatible de la verdad golpea el pecho de Satanás, padre de la mentira, éste recurre, para perdición de las almas, a dos estrategias: la negación abierta de la verdad o a su ridiculización.

La primera estrategia la utiliza con los pecadores declarados y con todos los que adhieren a la mentira sin poner reservas a lo que se le dice, porque no tienen verdadero amor a la verdad. Para Lucifer éste grupo no es mayor problema, ya que a su sola inspiración es obedecido.

La segunda fórmula tiene dos objetivos: al falsificar la verdad llevándola al ridículo, los enemigos de ésta tienen una punzante herramienta para ridiculizar a quienes siguen la verdad plena. Sólo les basta asociar a los fieles con la falsificación de la Verdad para alejar a las personas de lo verdadero y para persuadir a los fieles de que sostienen un absurdo, y, en consecuencia, alejarlas de Dios. El segundo objetivo consiste en reunir al mayor número de fieles posible en torno a este ridículo, suponiendo éstos que siguen la verdad que aman profundamente.

Recordemos que un demonio es un ángel es un ser de inteligencia pura, y por lo tanto lo grotesco y evidente lo reserva sólo para quienes caminan en sus pasos. Para los hijos de la luz sugiere cosas tan sutilmente erróneas, tan aparentemente ciertas y virtuosas que sólo el ojo atento puede detectarlas y denunciarla por amor de Dios.
Para detectar este error es preciso, en estos casos en que no aparece evidente ante los ojos, llevar la sentencia hasta su último extremo. Así salta a la vista el mal que hay en ella.

Infalibilidad: respuestas e historia

Uno de estos sutiles errores comenzó a proclamarlo en el siglo XIX, cuando se vio gravemente herido con la doble proclamación dogmática de la Inmaculada Concepción y la Infalibilidad Pontificia.
Contra la primera su orgullo se hería por hacerse tan gran reconocimiento a las consideraciones divinas esa mujer que fue Madre del Creador, Reina de los Ángeles y Quien le aplasta la cabeza con su humildad.
Contra la segunda se rebeló de todas las formas posibles, pero no pudo impedir la corroboración fulminante. Entonces habló al orgullo de los hombres para que se rebelasen contra la idea de que un hombre tan humano como cualquiera de ellos pudiese ser infalible. Y llevándolos por los caminos del error, sentó así los términos: el Papa es un hombre y por lo tanto puede errar, luego, el dogma es un absurdo de los católicos. Y así protestantes, modernistas, masones, librepensadores, socialistas y toda la caterva de secuaces del mal declarado se unieron para atacar a la Iglesia acusándola de sostener el ridículo de que el Papa, por el sólo hecho de sentarse en el trono del Pescador, automáticamente queda libre de error y de pecado. En otras palabras, gozaba del don de la inerrancia. Y como la historia papal denunciaba que esto no era así, que sólo el Renacimiento aportaba suficiente material de contradicción contra el dogma, etc. no era posible ser creído y aceptado esta propuesta como dogma.
En otras palabras, todo el mundo se equivoca menos el Papa. El Papa, por lógica, nunca puede equivocarse. Ésta fué la diabólica creencia, falseada de la verdadera, que sembró en las mentes de muchísimos el Padre de la mentira.

A esta propuesta surgieron tres actitudes entre los católicos. La primera fue de abandonar las filas de la Iglesia porque ésta mandaba creer cosas que iban contra el sentido común, tal fué el caso de los "Viejos Católicos". La segunda fue de enmarcar las cosas según los Padres Conciliares definieron, y por lo tanto, aprovechar las llamaradas infernales para dar mayor brillo al pronunciamiento de la Iglesia. Y la tercera fue de, por un sentimiento de piedad pura sin preparación doctrinaria, aceptar y defender la propuesta de los enemigos de la Iglesia como cierta, es decir, que el Papa es inerrante y no puede pecar. Lo que equivale a sostener que el Papa al no poder pecar tiene la salvación asegurada y un "lugarcito" reservado en la Corte Celestial; y ésta es la infantil creencia, carente de conocimientos doctrinales de muchos católicos, pero también la creencia de casi todos los cristianos-no católicos.

Condiciones de infalibilidad

Repitámoslo con la Iglesia: El Papa es infalible en lo doctrinal sólo y únicamente cuando se cumplen estas cuatro condiciones:

1) Cuando habla como Papa, es decir, como Pastor y Doctor de la Iglesia

2) No basta lo anterior.
Tiene que ser enseñando a toda la Iglesia universal

3) Tampoco basta con esto.
Tiene que se haciendo uso de toda su autoridad

4) E incluso todo lo anterior tampoco basta.
Tiene que ser en sentencia última e irrevocable en materia de fe o de costumbres.

Por lo tanto, el Papa puede equivocarse cuando habla de política, de medicina, de física, de economía, de historia, etc.
En todo menos en asuntos religiosos.
Pero incluso también puede errar en asuntos religiosos, si habla de ellos en charlas de sobremesa, o en un paseo con amigos o discutiendo privadamente de religión. E incluso cuando habla como Fulano de Tal y expone sus propias teorías personales, aunque fuera en un libro de venta pública puede equivocarse. De hecho, las acusaciones puntuales que pueden hacer los enemigos de Dios señalando algunos casos en los 20 siglos de historia de la Iglesia, carecen de una, dos, tres o las cuatro condiciones.

El razonamiento del demonio confunde, maliciosamente, infalibilidad con impecabilidad e inerrancia "in toto". El Papa puede caer en pecado mortal y aún ser hereje, pero , precisamente por lo que creemos en el dogma de infalibilidad, sabemos que nunca enseñará ex-cathedra una herejía o error.

Y a propósito de las insinuaciones descalificantes hacia la vejez y enfermedad de varios Papas, es de maravillarnos que habiendo sufrido estos augustos pontífices toda clase de males físicos y morales, nunca, jamás, eso haya impedido enseñar la Verdad plena, pura y ortodoxa. Ésta es la certeza que tenemos en la asistencia particular del Espíritu Santo prometida por el Redentor.

Cuando nos señalan dolorosos recuerdos, lejos de confundirnos, vemos en esto una prueba patente del origen sobrenatural de la Iglesia.

De hecho, en nada se opone a la infalibilidad pontificia, definida como dogma de nuestra fe católica, el que un Papa, considerado como una persona particular, pueda incurrir en la herejía, no sólo en el error.

Historia del problema

Ya en el Decreto de Graciano, se recuerda a San Bonifacio, Arzobispo de Mayence: "Las culpas del Papa nadie presuma, entre los mortales, poner de manifiesto, porque el que ha de juzgar a todos no debe ser juzgado por ninguno, a no ser que sea sorprendido desviado del recto camino de la fe".(Decretum part. I. dist. XL. c6)

En uno de los sermones del Papa Inocente III, el Sumo Pontífice dice; "Me es tan necesaria la fe, que siendo así que sólo Dios puede juzgarme de los demás pecados, por el solo pecado que pudiera cometer contra la fe, podría ser juzgado por la Iglesia" (Patrología Latina, t. 217, col. 656)

Si bien los teólogos del siglo de oro de la escolástica supusieron innecesario tratar el tema, todos los canonistas de los siglos XII y XIII comentaron el problema. Unánimemente admiten sin dificultad que el Papa puede caer en la herejía como en cualquier otro pecado grave; su estudio se concentra en explicar la razón por la cual en sólo los pecados de la fe pueda el Papa ser juzgado por la Iglesia.
Para algunos la única excepción de la inviolabilidad pontificia es la herejía: "Sólo puede ser acusado de herejía".(Summa Lipsiensis, antes de 1170). Otros canonistas, en cambio, equiparan a la herejía el cisma, la simonía, la incredulidad: pero el pecado contra la fe es siempre y para todos un pecado por el cual el Papa puede ser juzgado.
El inmortal y reputado Torquemada , (en Summa de Ecclesia l.II, c.112, Roma 1469) sostiene que el Papa hereje quedaba automáticamente depuesto. Para otros, el Papa podía ser juzgado por un Concilio, cuya autoridad quedaba limitada a juzgar dicha herejía en el Pontífice; y en el caso comprobado, deponerlo y nombrar un nuevo Papa. Thomas Netter (1430) afirma que esa es la antigua fe católica.
En el siglo XVI la opinión del cardenal Torquemada (no confundir con el Inquisidor, como hace Jetonius, pues se trata de tío y sobrino) es reafirmada por el gran teólogo Salmantino en su obra "De Romani Pontificis institutione et auctoritate", cap. XIII. Lo mismo sostendrá Piério (Summa Sylvestrina; t. II p. 276). Pighies niega la posibilidad de que el Papa pueda caer en la herejía. Y contra esta sentencia el extraordinario teólogo del Concilio de Trento, Melchor Cano, O.P., después de haber rechazado la mayor parte de las explicaciones dadas por Pighies, concluye que no se puede negar que el Sumo Pontífice pueda caer en herejía, pues basta un caso, un ejemplo, para que pueda haber dos o más ("De loctis theologicis 1. VIII, cap. VIII)

La raíz del problema

Desde la definición de la Infalibilidad Pontificia, pronunciada por el Concilio Ecuménico y Dogmático, Vaticano I, muchos teólogos, mini-teólogos y pseudo-teólogos, confundiendo la doctrina definida o, mejor, no entendiéndola, han declarado que el Papa, por el hecho de ser Papa, es siempre y en todo infalible e impecable. Pero la misma definición dogmática nos previene sobre el problema: no basta con sentarse en el Sillón de Pedro para ser automáticamente infalible e impecable. De hecho, la historia de la Iglesia contradice con hechos irrefutables este absurdo teológico lamentablemente tan extendido hasta en los mejores círculos de pensamiento...y en este foro ni te cuento!.

La Iglesia nunca nos manda a creer cosas contrarias y opuestas a la razón. Y esta tesis afirma que la elección de un hombre como Papa hace de este hombre, en todos y cada uno de sus momentos; en todas y cada una de sus palabras; en todos y cada uno de sus juicios la expresión sensible de la verdad divina. La razón nos dice que la verdad no cambia, es inmutable; luego, siendo el privilegio de todos y cada uno de los papas la infalibilidad no didáctica, sino personal; no en especialísimas circunstancias, sino siempre y en todas ocasiones, lógicamente deberíase seguir que todos los papas deberían tener un mismo sentir, una misma manera de pensar. Y una cosa es la infalibilidad pontificia y otra es que el Santo Padre esté confirmado en gracia.

El principio universal "lex orandi, lex, sed credendi" nos confirma lo contrario. En las letanías mayores, así como en otras oraciones de la Santa Iglesia, se pide expresamente por la conservación de la fe del Sumo Pontífice, y de todos los órdenes eclesiásticos: "que te dignes conservar en la santa religión al Sumo Pontífice y a todos los demás eclesiásticos"

El Santo Padre puede, en resumen, caer como persona en el error, la herejía, pero nunca, jamás, con certeza absoluta de que esto no ocurrirá como Supremo Pontífice en las condiciones especialísimas que exige el dogma de Infalibilidad, y que arriba he enumerado. Esta es la augusta promesa de Nuestro Señor. Es la asistencia eterna y cierta del Espíritu Santo que la Iglesia durará por los siglos de los siglos, no importando nunca, maravillémonos de esto, la condición moral del Pastor de Pastores.

La historia nos demuestra que hemos tenido Papas moralmente reprobables e incluso simpatizantes de gravísimos errores, pero nunca la Iglesia ha enseñado como tal una herejía, un error o una inmoralidad. El Espíritu Santo ha velado, vela y velará siempre por este faro maravilloso que ilumina a los hombres en su caminar por la tierra.

Sigamos pues entónces con entusiasmo y reverenciemos siempre al Dulce Cristo en la Tierra.


Bueno, Maripaz y algunos otros, espero que con esta humilde aportación haya en algo contribuído a dispersar de sus mentes las tinieblas del error en las que los tiene engañado Satanás.

En Jesucristo Nuestro Señor y en su Santísima Madre la siempre Virgen María, van mis saludos fraternales.


Adam Meck Roth
 
Originalmente enviado por Juan_Manuel:
Paz, bonita palabra.

Lástima que algunos en este foro no parecen saber que la paz depende del respeto a los demás y a sus creencias,
y se la pasan llamando "hijos de p..." a otros cristianos.


Acostumbrados ya, a ser objeto de acusaciones de este tipo: No tenéis amor ;los evangélicos solo atacáis a la IC; estáis en contra de la unidad; eso el falta de caridad etc.....................


CUANDO REPRENDER ES AMAR

Esta reflexión no pretende excusar aquellas actitudes propias o ajenas, que bajo la bandera de servir a Dios, ofenden verbalmente al lector con palabras malsonantes o hirientes hacia su persona; mi intención con este escrito, es afirmar con la Palabra de Dios que reprender y predicar la verdad, puede parecer a los ojos de algunos, falta de amor o caridad, y ser precisamente todo lo contrario. Hablar a los demás de lo que Dios dice en Su Palabra, siempre es en obediencia al Señor y producirá reacciones adversas, cuando la propia Palabra y el Espíritu Santo está redarguyendo al lector de su pecado; pero esto es amar a Dios sobre todas las cosa y al prójimo como a ti mismo.
¿Cómo amamos a Dios sobre todas las cosas?, la respuesta es obvia: obedeciéndole, y Él nos dice en Su Palabra, de boca del apóstol Pablo: “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad”.(2 Tim 2:15-16) ; es decir, que para ser un buen obrero del Señor, hay que usar bien la Palabra de verdad y evitar profanas y vanas palabrerías , hemos pues de procurar hablar más con la Biblia, que con nuestras palabrerias, y si son nuestras palabras, que éstas tengan un total respaldo bíblico y redargüir, reprender y exhortar con toda paciencia y doctrina(2 Tim. 4:1-2).

Ahora, establezcamos las bases sobre las cuales hemos de exhortar, reprender y redargüir con AMOR al prójimo; veamos como es el amor, según la Palabra de Dios: ” El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.”(1 Cor 13:4-7).
Cada una de estas definiciones, es en sí un reto para el cristiano y hemos de procurar que nuestras exposiciones estén llenas de esas definiciones al decir la verdad, al predicar el evangelio de Cristo, pero siempre diciendo como Pablo:” ¿Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la verdad?.”(Gálatas 4:16). En España tenemos un refrán que dice: ”Con las verdades, se pierden las amistades”. Si yo digo la verdad y con ello te estoy ofendiendo,¿ no será quizá que mi sinceridad ha chocado con tu falsedad, y al quedar tu en descubierto, tu orgullo te hace reaccionar en contra mía?. Cuanto más, si son verdades espirituales, que ponen en evidencia tu pecado y es el Espíritu Santo, Dios mismo, quién te está pidiendo una respuesta. Además, has de saber algo, y es que Dios me va a demandar sobre lo que yo te haya dicho y sobre lo que te he dejado de decir, lee atentamente estas palabras:” Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma. Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma”.(Ez 3:17-21)

Otro problema, que se nos presenta con frecuencia es la definición de enemigo en la lucha espiritual; muchos, al defender las enseñanzas de Cristo pierden de vista quién es su enemigo, y los receptores del mensaje, también creen ser el objeto del odio y por lo tanto, enemigos del que habla; esto, debiera de quedar claro desde el principio e implícito en el mensaje, y es tarea del emisor, no dar lugar a malos entendidos.” Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.(Efesios 6:12).
Por si no queda suficientemente claro, los enemigos del creyente, no son seres humanos, sino los demonios que operan en las tinieblas, y que incitan a los hombres a pecar y a rebelarse contra Dios y Su Palabra, aunque muchas veces, los hombres seamos conscientes de que estamos siendo manipulados por esas huestes de maldad, engañándonos a nosotros mismos bajo la apariencia de falsa piedad.
¿Es lícito para un cristiano discutir sobre doctrinas?, la Palabra nos da ejemplos de que sí, siempre que lo hagamos respetando las normas de Dios: “Y(Pablo) discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos.Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo.Pero oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles. (Hech 18:4-6)

En definitiva, se puede y se debe reprender y exhortar, incluso discutir o debatir, sin llegar a caer en el pecado, con la tranquilidad de hacerlo para la gloria de Dios, pero en amor y con paciencia; pidiendo al oyente que no confunda amor y benignidad, con hablar toda la verdad que Dios expresa y revela en Su Palabra, por muy dura que esta sea, y que entienda que si se siente ofendido, será probablemente porque Dios está hablando a su corazón; si a pesar de todo, hablándole con amor y sin ofensas personales, no entiende , sólo resta decir como Pablo: ” Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios".(Hechos 20:26-27)

en Cristo


Maripaz


Extraido de: http://www.chick.com/es/ “Cortinas de Humo” escrito por Jack T. Chick


“Amor sin verdad es corrupción. Transigir es rechazar el evangelio, y sin el evangelio, no hay esperanza. Si tuviéramos que escoger entre unidad y verdad, la unidad debe someterse ante la verdad, porque es mucho mejor estar divididos por la verdad, que estar unidos en el error”.
 
Adam:
En mi país decimos "mucha paja". No te refieres al caso en nada.
Y ten mucho cuidadito, porque ahorita los católicos te van a caer encima porque estás acusando de satánicos y además muestras "falta de amor" para con los "hermanos separados". Así que prepárate porque te va a "llover".

:D :D :D :D :D


Por cierto, ahora entiendo el razonamiento católico, con razón siempre tienen razón. Es así: "si está bien, es católico, si está mal, una milésima de segundo antes de que estuviera mal, dejó de ser católico"


Luis Fernando:
Como ha ocurrido tantas veces, a los católicos cuando se les acaban los argumentos recurren a decir "no era ex-cathedra".
Entonces me parece apropiado lo que había sugerido Jetonius:
"Sin embargo, como oportuno preludio y marco creo que convendría que proporcionases una lista de todas las declaraciones ex cathedra de los obispos de Roma."

Jetonius, tendrías algo que aportarnos aquí?
 
Es muy diciente que el tal Jetonius NUNCA cite la sagrada Escritura bìblica para defender sus curiosos puntos de vista, sino que sus fuentes son:

La Catholic Encyclopedia, el Còdigo de Derecho Canònico (Romano, por supuesto) y The Infallibility of the Church (la church catòlica romana, tambièn por supuesto).

Ya entendemos porquè le agrada tanto a Luis Fernando "debatir" con tan raro "evangèlico".....

Matrix.
 
Originalmente enviado por Gold Matrix:
Es muy diciente que el tal Jetonius NUNCA cite la sagrada Escritura bìblica para defender sus curiosos puntos de vista, sino que sus fuentes son:

La Catholic Encyclopedia, el Còdigo de Derecho Canònico (Romano, por supuesto) y The Infallibility of the Church (la church catòlica romana, tambièn por supuesto).

Ya entendemos porquè le agrada tanto a Luis Fernando "debatir" con tan raro "evangèlico".....

Matrix.

Y también entendemos por qué Gold Matrix=Timoteo.

No hay peor ciego que el que no quiere ver.
 
Maripaz:
Entonces......
Si puede haber Papas herejes, que los hubo.......
¿Donde está la garantía de la sucesión papal y de la infalibilidad, supuestamente bajo la "supervisión" del Espíritu Santo?

Luis:
Pues en el mismo sitio por el que garantizó la infalibilidad de Pedro y de cada uno de los escritores del Nuevo Testamento a pesar de que fueran pecadores o, como en el caso de Pedro, hubieran llegado a negar al mismísimo Cristo


Maripaz:
Si un Papa puede ser hereje, ¿que garantía hay de que sus bulas sean voluntad divina y norma a seguir?

Luis:
La garantía que Cristo dio a su Iglesia como columna y baluarte de la verdad y que ha demostrado ser impecable ya que a pesar del pecado de los miembros de su Iglesia, ésta ha sido preservada de la victoria de las puertas del Hades contra ella.

Maripaz:
¿Pueden ser herejes entonces el los miembros de la Curia?

Luis:
Sí, pero cítame 5 casos en toda la historia de herejes dentro de la Curia

Maripaz:
¿Puede ser que haya dogmas "fabricados" por herejes que no fueron descubiertos o que fueran debidamente "tapados" para evitar el escándalo?

Luis:
Ni uno solo de los dogmas proclamados por Papas han sido "fabricados" por herejes.
Y si no, pruébalo.


Bendiciones
 
Arturo Haaz.

Aparte de su notorio aborrecimiento a Matrix,
¿No es cierto que son los catòlicos romanos los que acuden a los libros de Historia escritos por hombres para defender sus herejìas?

El catolicismo romano nunca se apoya en las sagradas Escrituras bìblicas para defender sus dogmas, herejìas e idolatrìas marianas, porque ellas le son contrarias.

Por eso ha editado aparte de las Escrituras bìblicas otras escrituras como el tal Catecismo Catòlico, el Derecho Canònico Romano, los Dogmas, las Encìclicas, Bulas, etc.
Los verà usted acudiendo a citar libros de historia donde el arzobispo fulano dijo esto y en el Concilio tal los cardenales dijeron esto otro.
Citan a Ratzinger, a Orìgenes, Tomàs de Aquino, Agustìn de Hipona, Tertuliano y toda clase de teòlogos e historiadores, pero ......LAS SAGRADAS ESCRITURAS NUNCA!!

Quieren posar de eruditos, pero no saben nada!!
Dios se rìe de la sabidurìa de los entendidos en su propio parecer!!

En el Evangelio de Jesucristo ESTÀ TODA SU DOCTRINA!
No se necesitan declaraciones de otros sabihondos teòlogos!!

No se puede defender el Evangelio de Cristo con declaraciones de Concilios catòlicos enemigos de ese mismo Evangelio.
Sino con sus textos originales escritos, los cuales no cambian y tienen todo lo suficiente para conocer la voluntad de Dios y salvarnos.

Matrix.
 
Queridos coforistas:


1. Como algunos de vosotros sabéis, el trabajo y, sobre todo, circunstancias familiares, me tienen alejado del Foro Cristiano.


2. Tengo todavía pendientes algunas respuestas. Quiero por ello, ante todo, pedir disculpas por el retraso, mucho mayor del inicialmente previsto, al tiempo que agradezco la paciencia que se tiene conmigo. Reitero mi compromiso de publicarlas próximamente.


3. Pido también disculpas por anteponer este mensaje a tales contestaciones. Si así lo hago es en respuesta a la petición de Luis Fernando, con quien el jueves estuve charlando por medio del ICQ y a quien intenté -creo que con éxito- convencer de su error…


4. Mi propósito es la defensa del Papa Honorio. Me propongo demostrar, en la medida de mis posibilidades, que:


a), el Papa Honorio no fue hereje;

b), que no fue condenado como hereje, y

c), que el “caso Honorio” confirma el dogma de la infalibilidad papal
.


5. Vayamos, una vez más, por partes. Empecemos con el primer tema (espero disponer de tiempo para poder publicar próximamente los dos siguientes):


EL PAPA HONORIO NO FUE HEREJE


a) La herejía que se atribuye al Papa Honorio es la siguiente:


-
Confesamos una sola voluntad de nuestro Señor Jesucristo.


Tal afirmación está contenida en la carta del referido Papa al Patriarca de Constantinopla, Sergio, carta que es del año 634 y que fue escrita en respuesta a una larga y tendenciosa carta que previamente le había escrito Sergio, carta que, como dice J. Collantes, S.I., “es fundamental para calibrar la incauta respuesta del papa”.


b) Veamos el contexto:


-
Si Dios nos guía, llegaremos hasta la medida de la recta fe, que los Apóstoles extendieron con la cuerda de la verdad de las Santas Escrituras: Confesando al Señor Jesucristo, mediador de Dios y de los hombres [1 Tim. 2, 8], que obra lo divino mediante la humanidad, naturalmente [griego: hipostáticamente] unida al Verbo de Dios, y que el mismo obró lo humano, por la carne inefable y singularmente asumida, quedando íntegra la divinidad de modo inseparable, inconfuso e inconvertible...; es decir, que permaneciendo, por modo estupendo y maravilloso, las diferencias de ambas naturalezas, se reconozca que la carne pasible está unida a la divinidad... De ahí que también confesamos una sola voluntad de nuestro Señor Jesucristo, pues ciertamente fue asumida por la divinidad nuestra naturaleza, no nuestra culpa; aquella ciertamente que fue creada antes del pecado, no la que quedó viciada después de la prevaricación. Porque Cristo, sin pecado concebido por obra del Espíritu Santo, sin pecado nació de la santa e inmaculada Virgen madre de Dios, sin experimentar contagio alguno de la naturaleza viciada... Porque no tuvo el Salvador otra ley en los miembros o voluntad diversa o contraria, como quiera que nació por encima de la ley de la condición humana... Llenas están las Sagradas Letras de pruebas luminosas de que el Señor Jesucristo, Hijo y Verbo de Dios, por quien han sido hechas todas las cosas [Ioh. 1, 3], es un solo operador de divinidad y de humanidad. Ahora bien, si por las obras de la divinidad y la humanidad deben citarse o entenderse una o dos operaciones derivadas, es cuestión que no debe preocuparnos a nosotros, y hay que dejarla a los gramáticos que suelen vender a los niños exquisitos nombres derivados. Porque nosotros no hemos percibido por las Sagradas Letras que el Señor Jesucristo y su Santo Espíritu hayan obrado una sola operación o dos, sino que sabemos que obró de modo multiforme.


c) Tal contexto permite afirmar, con el autor citado, que el Papa Honorio “hablaba de una voluntad humana que no resiste a la divina”, de que en Cristo “no hay dos voluntades contrarias”.


d) Y no se objete que tal interpretación es una interpretación, moderna, en un esfuerzo por dar un cariz ortodoxo a lo dicho por el papa, ya que ya en el año 641, esto es, sólo siete años después de su redacción, Juan IV explicó el sentido de la carta de la siguiente forma:


...Uno solo es sin pecado, el mediador de Dios y de los hombres el hombre Cristo Jesús [1 Tim. 2, 5], que fue concebido y nació libre entre los muertos [Ps. 87, 6]. Así en la economía de su santa encarnación, nunca tuvo dos voluntades contrarias, ni se opuso a la voluntad de su mente la voluntad de su carne... De ahí que, sabiendo que ni al nacer ni al vivir hubo en Él absolutamente ningún pecado, convenientemente decimos y con toda verdad confesamos una sola voluntad en la humanidad de su santa dispensación, y no predicamos dos contrarias, de la mente y de la carne, como se sabe que deliran algunos herejes, como si fuera puro hombre. En este sentido, pues, se ve que el ya dicho predecesor nuestro Honorio escribió al antes nombrado Patriarca Sergio que le consultó, que no se dan en el Salvador, es decir, en sus miembros, dos voluntades contrarias, pues ningún vicio contrajo de la prevaricación del primer hombre... Y es que suele suceder que donde está la herida, allí se aplica el remedio de la medicina. Y, en efecto, también el bienaventurado Apóstol se ve que hizo esto muchas veces, adaptándose a la situación de sus oyentes; y así a veces, enseñando de la suprema naturaleza, se calla totalmente sobre la humana; otras, empero, disputando de la dispensación humana, no toca el misterio de su divinidad... Así, pues, el predicho predecesor mío decía del misterio de la encarnación de Cristo que no había en Él, como en nosotros pecadores, dos voluntades contrarias de la mente y de la carne. Algunos, acomodando esta doctrina a su propio sentido, han sospechado que Honorio enseñó que la divinidad y la humanidad de Aquél no tienen más que una sola voluntad, interpretación que es de todo punto contraria a la verdad...


e) Y, por si quedara alguna duda, contamos, además, con el testimonio del campeón de la ortodoxia, San Máximo Confesor, que pagó con su propia vida su fidelidad a la ortodoxia. Máximo adujo, en una disputa en julio de 645 con Pirro, que había sido Patriarca de Constantinopla, nada menos que el testimonio del secretario redactor de la carta del Papa Honorio:


Pirro: ¿Qué me dices de Honorio que abiertamente, en carta enviada a mi predecesor, enseñó que es una sola la voluntad de nuestro Señor Jesucristo?
Máximo: ¿Qué interprete de esta carta es más digno de fe: el que la escribió en nombre de Honorio y que todavía vive y que aún ilumina todo el Occidente con sus virtudes y además con sus enseñanzas llenas de piedad, o los que dicen en Constantinopla lo que se les ocurre?
Pirro: El que escribió la carta.
Máximo: Pues bien; este mismo escribió todo lo que hay sobre esta carta también en nombre del santo Juan, cuando escribió al santo Constantino que había sido hecho emperador. Allí dice que “dijimos que hay una sola voluntad en el Señor; no de la divinidad y la humanidad, sino considerando sola la humanidad. Porque habiendo escrito Sergio que algunos hablaban de dos voluntades contrarias en Cristo, respondimos que en Cristo no hubo dos voluntades contrarias, es decir, la de la carne y la del espíritu, como las tenemos nosotros después del pecado; sino una sola voluntad que caracteriza naturalmente su humanidad”.


f) Y, según el P. B. Llorca, S.I. (las negritas son -como en las citas anteriores- mías),


No de otra manera opinaban sobre el sentir del papa Honorio los prohombres de la causa católica que intervinieron en estas discusiones. Todos ellos lo presentaban como autoridad en favor de sus ideas contra los monoteletas, sin temor de que nadie los contradijera . Así, el más insigne de todos, San Máximo Confesor , afirmaba que, en las conocidas cartas, Honorio solamente había querido «explicar que jamás de ninguna manera la naturaleza humana, concebida virginalmente, fue de hecho arrastrada por la voluntad de la carne»; es decir, que únicamente quiere salvar la unidad moral de las dos voluntades . Precisamente esta argumentación era la que más fuerza daba a San Máximo en sus encarnizadas luchas contra los monoteletas… Por otra parte, él, contemporáneo de los acontecimientos, podía estar muy bien enterado del verdadero sentido de las palabras del papa Honorio, tanto más cuanto que nadie le contradijo de hecho en todo este razonamiento


Bueno, espero haber despejado las dudas acerca de la ortodoxia del Papa Honorio. Pronto expondré los motivos por los que sostengo que tampoco fue condenado como hereje por el VI Concilio Ecuménico, IV de Constantinopla (680-681).


El Señor nos bendiga a todos.
 
Ciertamente yo estaba en un error y agradezco a Usoz el que esté dispuesto a defender la verdad en este tema.
El testimonio de Máximo el Confesor ha sido fundamental para que yo entienda qué fue lo que verdaderamente ocurrió con el Papa Honorio
 
Originalmente enviado por Juan_Manuel:
Un Papa es Papa mientras está
dentro de la Iglesia.

Si sucediera, Dios no lo permita,
que un Papa se haga hereje, en ese mismo instante deja de ser Papa.

La ley canónica de la propia Iglesia de Roma (CDC # 1041, 1044) establece que si se descubre que un papa era herético antes de su ordenación, ésta es inválida y por tanto el sujeto en cuestión puede ser juzgado y disciplinado.

Y la Iglesia tiene su natural defensa de la ortodoxia en el conjunto de los Obispos, el Concilio Ecuménico.

"Quien recurre al Concilio Ecuménico o al Colegio de los Obispos contra un acto del Romano Pontífice, debe ser castigao con una censura".

CDC # 1372

Cuando se dice que "las enseñanzas del Papa no requieren el consentimiento de la Iglesia", obviamente esto no incluye un caso de herejía.

No sé qué pueda resultarle tan obvio. El dogma conciliar dice con bastante claridad con respecto a las declaraciones ex cathedra: las definiciones del Romano Pontífice son irreformables por sí mismas y no por el consentimiento de la Iglesia. Esta última cláusula fue incluida para evitar precisamente apelaciones a Concilios o al sentir de la Iglesia.

Esto significa que tales definiciones por parte de un papa constituyen la ortodoxia, por heterodoxas que puedan parecerle a sus seguidores. El dogma vaticano excluye de hecho la posibilidad de que un papa caiga en herejía, por cuanto lo que él declare ex cathedra es por definición ortodoxo, y ni el Colegio de Obispos, ni un Concilio Ecuménico, ni toda la Iglesia junta puede declarar lo contrario.

De hecho, el citado CDC establece: "La Primera Sede por nadie puede ser juzgada" (CDC # 1404) y "En caso de transgresión del canon 1404, las actas y decisiones se consideran inexistentes" (CDC # 1406, § 1)


El principio anterior es jurídico y de validez general, pero no abarca los casos extraordinarios.

Si en 2000 años hubo UN SOLO PAPA HEREJE,

¡ Gloria a Dios !

Pues la excepción confirma la regla.

Nunca entendí eso de "la excepción confirma la regla". Además no se trata aquí de una regla general, sino de un dogma.
Hemos aducido otros ejemplos de papas heterodoxos, y podrían mostrarse algunos más. Esto sin contar los promiscuos, simoníacos, nepotistas, etc.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><
 
Estimado Jetonius:

"la excepción confirma la regla":

Este dicho popular es profundamente sabio,
más sabio que cualquier ley humana, canónica o civil.

Es lógico que el Derecho canónico no contemple la posibilidad de la herejía en un Papa.

Pero la ley canónica, como toda Ley humana, no tiene validez en casos excepcionales o catastróficos, como sería la existencia de un Papa hereje para la Iglesia.

Toda Ley humana se escribe para regir en situaciones más o menos normales.

En medio de las catástrofes, el sentido común indica que las normas habituales no se pueden seguir, y en esas situaciones se impone EL PRAGMATISMO.

Esto la historia humana lo demuestra sin lugar a dudas.

¿ Qué Constitución sigue rigiendo a los países durante las revoluciones o guerras civiles ?

Lo mismo se aplica para la Iglesia, en un caso hipotético así.

CON LA GRAN DIFERENCIA QUE AUNQUE EL PAPA SE HICIESE HEREJE, LA ASISTENCIA DEL ESPIRITU SANTO AL CONJUNTO DE LOS OBISPOS NO PUEDE FALLAR JAMAS, POR LA PROMESA DE JESUS:

"Yo estaré con Ustedes hasta el fin del mundo"

La promesa es en PLURAL, no en singular.

Y la Fé de la Iglesia es incluso más fuerte que la Fé del Papa,
porque la Infalibilidad del Papa proviene de la Infelibilidad de la Iglesia, y NO a la inversa.

Me extraña que una persona tan inteligente como usted diga no entender el dicho
"la excepción confirma la regla".

Abundan los ejemplos, incluso Bíblicos:

- De los doce Apóstoles,
SOLO UNO TRAICIONÓ A JESÚS.

- De todos los Angeles.
SOLO UNO PECÓ CONTRA DIOS, Y ARRASTRÓ A LOS OTROS, Y A ADAN Y EVA.

Me parece que el origen de todas la "excepciones" a las reglas,
está muy emparentado con la acción del Maligno.

Justamente como el hipotético "Papa hereje".

Finalmente, luego de lo aportado por USOZ, ya no estoy para nada convencido de que haya existido, hasta ahora, tal excepción.


Dios lo bendiga.
 
Originalmente enviado por Usoz
Queridos coforistas:

¡Hola, Antonio!

Espero que se encuentre usted bien.

...snip...


4. Mi propósito es la defensa del Papa Honorio. Me propongo demostrar, en la medida de mis posibilidades, que:

a), el Papa Honorio no fue hereje;
b), que no fue condenado como hereje, y
c), que el “caso Honorio” confirma el dogma de la infalibilidad papal.

5. Vayamos, una vez más, por partes. Empecemos con el primer tema (espero disponer de tiempo para poder publicar próximamente los dos siguientes):

EL PAPA HONORIO NO FUE HEREJE

a) La herejía que se atribuye al Papa Honorio es la siguiente:

-
quote:

Confesamos una sola voluntad de nuestro Señor Jesucristo.


Tal afirmación está contenida en la carta del referido Papa al Patriarca de Constantinopla, Sergio, carta que es del año 634 y que fue escrita en respuesta a una larga y tendenciosa carta que previamente le había escrito Sergio, carta que, como dice J. Collantes, S.I., “es fundamental para calibrar la incauta respuesta del papa”.

Me parece sumamente interesante que ante un asunto de tal gravedad el papa Honorio diese una respuesta incauta. La única razón que veo para tal afirmación es la de declarar a Honorio culpable de un error menor para intentar salvarle de la acusación de herejía; es la misma tesis insostenible que presentó el papa León II.
Lo cierto es que el error de Honorio no fue solamente esta afirmación aislada. Él refrendó lo dicho por Sergio, y además agregó otro error de su propia cosecha. He aquí la exposición de John Chapman:

En la carta a Honorio, Sergio inadvertidamente desarrolla otra herejía. Admite que “una operación”, aunque empleada por unos pocos Padres, es una expresión extraña, y podría sugerir una negación de la unión sin confusión de dos naturalezas. Pero las “dos operaciones” son también peligrosas, por sugerir «dos voluntades contrarias, como si cuando el Verbo de Dios deseaba cumplir Su pasión salvadora, Su humanidad resistiese y contradijese Su voluntad y así se introducirían dos voluntades contrarias, lo cual es impío, pues es imposible que en el mismo sujeto hubieran dos voluntades a la vez, y contrarias la una a la otra con respecto a la misma cosa». Hasta aquí está en lo correcto, pero continúa: «Pues la doctrina salvadora de los santos Padres claramente enseña que la carne animada intelectualmente del Señor nunca realiza su movimiento natural aparte de, y por su propio impulso contrariamente a, la dirección del Verbo de Dios hipostáticamente unido a ella, sino sólo al tiempo y en la forma y en la medida en que el Verbo de Dios lo desea», del mismo modo en que nuestro cuerpo es movido por nuestra alma racional. Aquí Sergio habla de la voluntad natural de la carne, y de la voluntad Divina, pero no hace mención de la superior libre voluntad, la cual ciertamente está completamente sujeta a la voluntad Divina. Puede, por cierto, entendérsele como incluyendo esta voluntad intelectual en «la carne animada intelectualmente», pero su pensamiento no es claro, y sus palabras simplemente expresan la herejía de una voluntad. Concluye que es lo mejor simplemente confesar que «el unigénito Hijo de Dios, quien es verdaderamente tanto Dios como hombre, obra tanto las obras divinas como las humanas, y del único y mismo encarnado Verbo de Dios proceden indivisiblemente tanto las operaciones divinas como las humanas, como enseña San León: Agit enim utraque, etc»." Si estas palabras y la cita de San León significan algo, significan dos operaciones; pero el error de Sergio radica precisamente en deplorar esta expresión. Debe tenerse muy en cuenta que la precisión teológica es un asunto de definiciones, y una definición es un asunto de palabras. La prohibición de las palabras correctas es siempre herejía, aún cuando el autor de la prohibición no tiene intención herética y está meramente corto de vista o confundido. Honorio replicó reprobando a Sofronio, y alabando a Sergio por rechazar su «nueva expresión» de «dos operaciones». Él aprueba las recomendaciones hechas por Sergio y no tiene reproche para los capítulos de Ciro. En un punto él va más allá que ambos, pues emplea las palabras: «Reconocemos entonces una Voluntad de nuestro Señor Jesucristo».

John Chapman, Monothelitism and Monothelites. En The Catholic Encyclopedia, vol 10 (1911); negritas añadidas.

Es decir que a todas luces Honorio no sólo avaló el error, sino que lo agravó.

b) Veamos el contexto:
-
quote:

Si Dios nos guía, llegaremos hasta la medida de la recta fe, que los Apóstoles extendieron con la cuerda de la verdad de las Santas Escrituras: Confesando al Señor Jesucristo, mediador de Dios y de los hombres [1 Tim. 2, 8], que obra lo divino mediante la humanidad, naturalmente [griego: hipostáticamente] unida al Verbo de Dios, y que el mismo obró lo humano, por la carne inefable y singularmente asumida, quedando íntegra la divinidad de modo inseparable, inconfuso e inconvertible...; es decir, que permaneciendo, por modo estupendo y maravilloso, las diferencias de ambas naturalezas, se reconozca que la carne pasible está unida a la divinidad... De ahí que también confesamos una sola voluntad de nuestro Señor Jesucristo, pues ciertamente fue asumida por la divinidad nuestra naturaleza, no nuestra culpa; aquella ciertamente que fue creada antes del pecado, no la que quedó viciada después de la prevaricación. Porque Cristo, sin pecado concebido por obra del Espíritu Santo, sin pecado nació de la santa e inmaculada Virgen madre de Dios, sin experimentar contagio alguno de la naturaleza viciada... Porque no tuvo el Salvador otra ley en los miembros o voluntad diversa o contraria, como quiera que nació por encima de la ley de la condición humana... Llenas están las Sagradas Letras de pruebas luminosas de que el Señor Jesucristo, Hijo y Verbo de Dios, por quien han sido hechas todas las cosas [Ioh. 1, 3], es un solo operador de divinidad y de humanidad. Ahora bien, si por las obras de la divinidad y la humanidad deben citarse o entenderse una o dos operaciones derivadas, es cuestión que no debe preocuparnos a nosotros, y hay que dejarla a los gramáticos que suelen vender a los niños exquisitos nombres derivados. Porque nosotros no hemos percibido por las Sagradas Letras que el Señor Jesucristo y su Santo Espíritu hayan obrado una sola operación o dos, sino que sabemos que obró de modo multiforme.


c) Tal contexto permite afirmar, con el autor citado, que el Papa Honorio “hablaba de una voluntad humana que no resiste a la divina”, de que en Cristo “no hay dos voluntades contrarias”.

Eso habría que decírselo a los pobres ignorantes obispos del VI Concilio Ecuménico que condenaron a Honorio por hereje, sin objeción de los legados papales presentes a la diestra del emperador.


d) Y no se objete que tal interpretación es una interpretación, moderna, en un esfuerzo por dar un cariz ortodoxo a lo dicho por el papa, ya que ya en el año 641, esto es, sólo siete años después de su redacción, Juan IV explicó el sentido de la carta de la siguiente forma:
quote:
...Uno solo es sin pecado, el mediador de Dios y de los hombres el hombre Cristo Jesús [1 Tim. 2, 5], que fue concebido y nació libre entre los muertos [Ps. 87, 6]. Así en la economía de su santa encarnación, nunca tuvo dos voluntades contrarias, ni se opuso a la voluntad de su mente la voluntad de su carne... De ahí que, sabiendo que ni al nacer ni al vivir hubo en Él absolutamente ningún pecado, convenientemente decimos y con toda verdad confesamos una sola voluntad en la humanidad de su santa dispensación, y no predicamos dos contrarias, de la mente y de la carne, como se sabe que deliran algunos herejes, como si fuera puro hombre. En este sentido, pues, se ve que el ya dicho predecesor nuestro Honorio escribió al antes nombrado Patriarca Sergio que le consultó, que no se dan en el Salvador, es decir, en sus miembros, dos voluntades contrarias, pues ningún vicio contrajo de la prevaricación del primer hombre... Y es que suele suceder que donde está la herida, allí se aplica el remedio de la medicina. Y, en efecto, también el bienaventurado Apóstol se ve que hizo esto muchas veces, adaptándose a la situación de sus oyentes; y así a veces, enseñando de la suprema naturaleza, se calla totalmente sobre la humana; otras, empero, disputando de la dispensación humana, no toca el misterio de su divinidad... Así, pues, el predicho predecesor mío decía del misterio de la encarnación de Cristo que no había en Él, como en nosotros pecadores, dos voluntades contrarias de la mente y de la carne. Algunos, acomodando esta doctrina a su propio sentido, han sospechado que Honorio enseñó que la divinidad y la humanidad de Aquél no tienen más que una sola voluntad, interpretación que es de todo punto contraria a la verdad...


e) Y, por si quedara alguna duda, contamos, además, con el testimonio del campeón de la ortodoxia, San Máximo Confesor, que pagó con su propia vida su fidelidad a la ortodoxia. Máximo adujo, en una disputa en julio de 645 con Pirro, que había sido Patriarca de Constantinopla, nada menos que el testimonio del secretario redactor de la carta del Papa Honorio:
quote:
Pirro: ¿Qué me dices de Honorio que abiertamente, en carta enviada a mi predecesor, enseñó que es una sola la voluntad de nuestro Señor Jesucristo?
Máximo: ¿Qué interprete de esta carta es más digno de fe: el que la escribió en nombre de Honorio y que todavía vive y que aún ilumina todo el Occidente con sus virtudes y además con sus enseñanzas llenas de piedad, o los que dicen en Constantinopla lo que se les ocurre?
Pirro: El que escribió la carta.
Máximo: Pues bien; este mismo escribió todo lo que hay sobre esta carta también en nombre del santo Juan, cuando escribió al santo Constantino que había sido hecho emperador. Allí dice que “dijimos que hay una sola voluntad en el Señor; no de la divinidad y la humanidad, sino considerando sola la humanidad. Porque habiendo escrito Sergio que algunos hablaban de dos voluntades contrarias en Cristo, respondimos que en Cristo no hubo dos voluntades contrarias, es decir, la de la carne y la del espíritu, como las tenemos nosotros después del pecado; sino una sola voluntad que caracteriza naturalmente su humanidad”.


f) Y, según el P. B. Llorca, S.I. (las negritas son -como en las citas anteriores- mías),
quote:
No de otra manera opinaban sobre el sentir del papa Honorio los prohombres de la causa católica que intervinieron en estas discusiones. Todos ellos lo presentaban como autoridad en favor de sus ideas contra los monoteletas, sin temor de que nadie los contradijera . Así, el más insigne de todos, San Máximo Confesor , afirmaba que, en las conocidas cartas, Honorio solamente había querido «explicar que jamás de ninguna manera la naturaleza humana, concebida virginalmente, fue de hecho arrastrada por la voluntad de la carne»; es decir, que únicamente quiere salvar la unidad moral de las dos voluntades . Precisamente esta argumentación era la que más fuerza daba a San Máximo en sus encarnizadas luchas contra los monoteletas… Por otra parte, él, contemporáneo de los acontecimientos, podía estar muy bien enterado del verdadero sentido de las palabras del papa Honorio, tanto más cuanto que nadie le contradijo de hecho en todo este razonamiento
Es obvio que una cosa es la unidad moral de las dos voluntades y muy otra una única voluntad. Las verdaderas palabras del papa Honorio fueron las que escribió. Máximo basó su defensa no en lo que Honorio efectivamente escribió, sino en lo que el abad Juan Simponio, secretario del papa, supuestamente dijo que Honorio había querido decir.

Con todo respeto, lo que dice el P. Llorca es lisa y llanamente falso, ya que es bien sabido que los propios monotelitas se apoyaban en las cartas de Honorio que Máximo invocaba en su favor.

Tanto Juan IV como Máximo el Confesor eran ardientes enemigos de los monotelitas. El primero es un caso poco común entre los orientales por su manifiesta devoción a la sede romana, lo cual lo hace en el mejor caso un testigo sesgado. Por lo demás, aún cuando se admitiese sobre la base del supuesto testimonio del secretario del papa que el pobre Honorio quiso decir una cosa y le salió otra, ello no lo exime de la acusación toda vez que avaló lo dicho por Sergio.

“Podemos con facilidad creer en el testimonio del Abad Juan Simpono, quien escribió la carta para Honorio, de que éste quería solamente negar una voluntad inferior de la carne en Cristo que contradijese Su voluntad superior, y que no se estaba refiriendo en absoluto a Su voluntad Divina; pero en conexión con la carta de Sergio tal interpretación no es ciertamente la más obvia. Es claro que Honorio no era un hereje deliberado más que Sergio, pero estaba igualmente incorrecto en su decisión, y su posición tornó el error mucho más desastroso. En otra carta a Sergio dice que le ha informado a Ciro que las nuevas expresiones, una o dos operaciones, deben ser suprimidas, siendo su uso de la mayor necedad.”

John Chapman, Monothelitism and Monothelites. En The Catholic Encyclopedia, vol 10 (1911); negritas añadidas.


Es obvio que Juan IV no quería debilitar su posición admitiendo que un antecesor muy próximo suyo había dado origen a la herejía monotelita. Probablemente por esta razón se empeñó en darle un cariz ortodoxo a la enseñanza de Honorio.

A su hijo [del emperador Heraclio] , Constantino III, Juan dirigió su apología por el papa Honorio, en la cual deploraba el intento de conectar el nombre de Honorio con el monotelismo. Honorio, declaró, al hablar de una voluntad en Jesucristo, solamente intentaba afirmar que no había dos voluntades contrarias en Él.

Horace K. Mann, Pope John IV. En The Catholic Encyclopedia, vol 8 (1910).

Sin embargo, de hecho esto no es lo que Honorio efectivamente había escrito, y así lo entendieron los concilios ecuménicos que siguieron, e incluso la Iglesia de Roma por muchos siglos.

Evidentemente, ni los argumentos de Máximo ni los de Juan IV convencieron a los 174 obispos del III Concilio de Constantinopla de 680-681.


Bueno, espero haber despejado las dudas acerca de la ortodoxia del Papa Honorio. Pronto expondré los motivos por los que sostengo que tampoco fue condenado como hereje por el VI Concilio Ecuménico, IV de Constantinopla (680-681).

El Señor nos bendiga a todos.
--------------------
En Cristo,

USOZ

><>

Sola Gratia
Solus Christus
Solum Verbum Dei
Soli Deo Gloria

Es muy interesante que la confesamente “incauta respuesta del papa” se haya convertido del día a la noche en el paradigma de la ortodoxia. También es interesante que los dos testigos que pudo presentar sean previos al concilio que condenó a Honorio.

Me interesará sobremanera su explicación sobre el Sexto Concilio Ecuménico, pero le aclaro para prevenir confusiones que es el III Concilio de Constantinopla, también conocido como Trullano, que sesionó del 7 de noviembre de 680 hasta el 16 de setiembre de 681. .

En tanto, reitero mi afirmación de que a partir de este Concilio y hasta el siglo XV nadie haya levantado la voz para proclamar que Honorio no se equivocó, sino que a lo más se haya aducido que erró por negligencia. Sin embargo, como muestra el apoyo activo de Honorio a Sergio y su propia contribución, aún este atenuante debe serle negado.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

<{{{><

¡Sola Gracia,
Sola Fe,
Solo Cristo,
Sola Biblia,
Sólo a Dios la Gloria!
 
Originalmente enviado por Juan_Manuel:
Estimado Jetonius:

"la excepción confirma la regla":

Este dicho popular es profundamente sabio,
más sabio que cualquier ley humana, canónica o civil.

Si usted lo dice...

Es lógico que el Derecho canónico no contemple la posibilidad de la herejía en un Papa.

¿Puedo preguntar por qué le parece tan lógico?

Pero la ley canónica, como toda Ley humana, no tiene validez en casos excepcionales o catastróficos, como sería la existencia de un Papa hereje para la Iglesia.

Puedo preguntar en tal circunstancia excepcional, ¿quién tendría la autoridad para juzgar y deponer al papa?

Toda Ley humana se escribe para regir en situaciones más o menos normales.

No parece que la Iglesia de Roma considere al Código como simplemente una "ley humana".
El documento de Juan Pablo II que sirve de proemio al nuevo Código de Derecho Canónico lleva significativamente por título "Las leyes de la sagrada disciplina" y dice entre otras cosas:

"El Código, en cuanto a que, al ser el principal documento legislativode la Iglesia, está fundamentado en la herencia jurídica y legislativa de la Revelación y de la Tradición, debe ser considerado instrumento muy necesario para mantener el debido orden tanto en la vida individual y social como en la actividad misma de la Iglesia."

(Constitución Apostólica Sacrae disciplinae leges

En medio de las catástrofes, el sentido común indica que las normas habituales no se pueden seguir, y en esas situaciones se impone EL PRAGMATISMO.

En este caso habría que saber quién ha de decidir que las normas habituales no se pueden seguir, y cuál sería el método práctico que sugiere.

Esto la historia humana lo demuestra sin lugar a dudas.

¿ Qué Constitución sigue rigiendo a los países durante las revoluciones o guerras civiles ?

Lo mismo se aplica para la Iglesia, en un caso hipotético así.

Pero la Iglesia de Roma se considera a sí misma y en un sentido exclusivo de institución divina.


CON LA GRAN DIFERENCIA QUE AUNQUE EL PAPA SE HICIESE HEREJE, LA ASISTENCIA DEL ESPIRITU SANTO AL CONJUNTO DE LOS OBISPOS NO PUEDE FALLAR JAMAS, POR LA PROMESA DE JESUS:

"Yo estaré con Ustedes hasta el fin del mundo"

La promesa es en PLURAL, no en singular.


Aquí presupone que esta promesa hecha a los Apóstoles implica la preservación de la Iglesia de Roma. Yo creo que se aplica a la Iglesia de Jesucristo.

De nuevo, su explicación es muy general. ¿Podría ser más específico acerca de cómo se procedería?


Y la Fé de la Iglesia es incluso más fuerte que la Fé del Papa,

En esto estoy plenamente de acuerdo con usted.

porque la Infalibilidad del Papa proviene de la Infelibilidad de la Iglesia, y NO a la inversa.

Este argumento sirve sólo para los que creen en la infalibilidad. Yo creo en la indefectibilidad de la Iglesia, no en su infalibilidad.


Me extraña que una persona tan inteligente como usted diga no entender el dicho
"la excepción confirma la regla".

Abundan los ejemplos, incluso Bíblicos:

- De los doce Apóstoles,
SOLO UNO TRAICIONÓ A JESÚS.

Y otro lo negó, y otros se dispersaron y se "borraron", etc.

- De todos los Angeles.
SOLO UNO PECÓ CONTRA DIOS, Y ARRASTRÓ A LOS OTROS, Y A ADAN Y EVA.

Si arrastró consigo a muchos, parece que no fue tan excepcional...

Me parece que el origen de todas la "excepciones" a las reglas,
está muy emparentado con la acción del Maligno.

Justamente como el hipotético "Papa hereje".

Finalmente, luego de lo aportado por USOZ, ya no estoy para nada convencido de que haya existido, hasta ahora, tal excepción.


Dios lo bendiga.

Como siempre, es libre de creer lo que desee. Para mí el dicho, por popular que sea, no tiene mucho sentido. Es una de esas cosas que se repiten cuando conviene, sin reflexionar. Pero es sólo mi opinión, y no creo que sea lo central de este diálogo.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Originalmente enviado por Adam:
Oración

Oh Dios que con la ilustración del Espíritu Santo has enseñado a las almas de los fieles, concédenos saber rectamente según el mismo Espíritu Santo y gozar siempre de su celestial consuelo. Por Jesucristo, tu Hijo, Nuestro Señor. Amén.

¿Puede un Papa caer en error o herejía?

Veamos Maripaz si esta respuesta te satisface.
Pero antes, van algunas reflexiones extraídas de la lectura de algunos libros célebres de espiritualidad.

Cuando el rayo imbatible de la verdad golpea el pecho de Satanás, padre de la mentira, éste recurre, para perdición de las almas, a dos estrategias: la negación abierta de la verdad o a su ridiculización.

Una estrategia satánica muy común que curiosamente se omite es mezclar la verdad con el error. No se la ridiculiza ni se la niega abiertamente; se la diluye y adultera gradualmente.

La primera estrategia la utiliza con los pecadores declarados y con todos los que adhieren a la mentira sin poner reservas a lo que se le dice, porque no tienen verdadero amor a la verdad. Para Lucifer éste grupo no es mayor problema, ya que a su sola inspiración es obedecido.

La segunda fórmula tiene dos objetivos: al falsificar la verdad llevándola al ridículo, los enemigos de ésta tienen una punzante herramienta para ridiculizar a quienes siguen la verdad plena. Sólo les basta asociar a los fieles con la falsificación de la Verdad para alejar a las personas de lo verdadero y para persuadir a los fieles de que sostienen un absurdo, y, en consecuencia, alejarlas de Dios. El segundo objetivo consiste en reunir al mayor número de fieles posible en torno a este ridículo, suponiendo éstos que siguen la verdad que aman profundamente.

Mucho más sutil que la ridiculización abierta es, como dije, la mezcla meliflua de la verdad de Dios con vanas filosofías y huecos razonamientos.


Recordemos que un demonio es un ángel es un ser de inteligencia pura, y por lo tanto lo grotesco y evidente lo reserva sólo para quienes caminan en sus pasos. Para los hijos de la luz sugiere cosas tan sutilmente erróneas, tan aparentemente ciertas y virtuosas que sólo el ojo atento puede detectarlas y denunciarla por amor de Dios.
Para detectar este error es preciso, en estos casos en que no aparece evidente ante los ojos, llevar la sentencia hasta su último extremo. Así salta a la vista el mal que hay en ella.

Bien, vamos mejorando...

Infalibilidad: respuestas e historia

Uno de estos sutiles errores comenzó a proclamarlo en el siglo XIX, cuando se vio gravemente herido con la doble proclamación dogmática de la Inmaculada Concepción y la Infalibilidad Pontificia.

Es difícil imaginar en qué sentido tales dogmas pudieran haber herido a Satanás. Opino, por el contrario, que se gozó en gran manera al presenciar el extravío creciente de muchos cristianos.

Contra la primera su orgullo se hería por hacerse tan gran reconocimiento a las consideraciones divinas esa mujer que fue Madre del Creador, Reina de los Ángeles y Quien le aplasta la cabeza con su humildad.

Quien aplastó la cabeza de la serpiente, es decir, venció a Satanás, según las palabras del propio Señor y la enseñanza de los Apóstoles, fue el propio Jesucristo.

Por eso Satanás se goza viendo que la gloria que sólo al Señor Jesús se le debe se le otorga a una criatura, por piadosa y devota que haya sido. Este lamentable dogma le quita a Jesús la gloria de haber sido el único que nació sin pecado original desde Adán y Eva.

Contra la segunda se rebeló de todas las formas posibles, pero no pudo impedir la corroboración fulminante.

No veo por qué Satanás hubiese estado interesado en impedir este desvarío, esta doctrina totalmente superflua, inaudita en la Biblia y durante muchos siglos de historia de la Iglesia, esta vanidad desmesurada y contraria a la historia.

Entonces habló al orgullo de los hombres para que se rebelasen contra la idea de que un hombre tan humano como cualquiera de ellos pudiese ser infalible.

Supongo que este pecado de orgullo incluye a los obispos y eruditos católicos que se opusieron al dogma por no hallarlo ni en la Biblia ni en la tradición.

Y llevándolos por los caminos del error, sentó así los términos: el Papa es un hombre y por lo tanto puede errar, luego, el dogma es un absurdo de los católicos.

Ahora díganos dónde está la falla de esta verdad tan evidente que ni merecería discusión.

Y así protestantes, modernistas, masones, librepensadores, socialistas y toda la caterva de secuaces del mal declarado

Cuidado, que en esa "caterva de secuaces del mal declarado" estamos los que desde el Vaticano II somos llamados "hermanos separados". ¿Cómo entiende y compatibiliza usted estos términos?

se unieron para atacar a la Iglesia acusándola de sostener el ridículo de que el Papa, por el sólo hecho de sentarse en el trono del Pescador, automáticamente queda libre de error y de pecado. En otras palabras, gozaba del don de la inerrancia. Y como la historia papal denunciaba que esto no era así, que sólo el Renacimiento aportaba suficiente material de contradicción contra el dogma, etc. no era posible ser creído y aceptado esta propuesta como dogma.

De cierto que no faltaron católicos que propusieron la nueva doctrina en esta forma. No fue un invento ni de protestantes ni de ninguno de la "caterva" que nombra.


En otras palabras, todo el mundo se equivoca menos el Papa. El Papa, por lógica, nunca puede equivocarse. Ésta fué la diabólica creencia, falseada de la verdadera, que sembró en las mentes de muchísimos el Padre de la mentira.
Esta fue en realidad la posición ultramontana inicial -los cuales entonces supuestamente serían los "diabólicos"- que luego fue matizada por obispos que se daban cuenta que tal versión de la infalibilidad era manifiestamente insostenible desde todo punto de vista.


A esta propuesta surgieron tres actitudes entre los católicos. La primera fue de abandonar las filas de la Iglesia porque ésta mandaba creer cosas que iban contra el sentido común, tal fué el caso de los "Viejos Católicos".

Por cierto honestos, pero demasiado pocos para hacerle mella a la formidable estructura papal.

La segunda fue de enmarcar las cosas según los Padres Conciliares definieron, y por lo tanto, aprovechar las llamaradas infernales para dar mayor brillo al pronunciamiento de la Iglesia.

Así que finalmente los más devotos al papa fueron quienes encendieron las llamaradas infernales ... ¡vaya!

Y la tercera fue de, por un sentimiento de piedad pura sin preparación doctrinaria, aceptar y defender la propuesta de los enemigos de la Iglesia como cierta, es decir, que el Papa es inerrante y no puede pecar. Lo que equivale a sostener que el Papa al no poder pecar tiene la salvación asegurada y un "lugarcito" reservado en la Corte Celestial; y ésta es la infantil creencia, carente de conocimientos doctrinales de muchos católicos, pero también la creencia de casi todos los cristianos-no católicos.

Me alegra que reconozca que muchos católicos piensan así. Evidentemente la Iglesia de Roma no puede ser responsabilizada por no educar a la "caterva de secuaces del mal declarado", pero debiera resultarle asaz vergonzoso mantener a sus propios fieles tan mal informados a más de 130 años de la proclamación del dogma.

Condiciones de infalibilidad

Repitámoslo con la Iglesia: El Papa es infalible en lo doctrinal sólo y únicamente cuando se cumplen estas cuatro condiciones:

1) Cuando habla como Papa, es decir, como Pastor y Doctor de la Iglesia

2) No basta lo anterior.
Tiene que ser enseñando a toda la Iglesia universal

3) Tampoco basta con esto.
Tiene que se haciendo uso de toda su autoridad

4) E incluso todo lo anterior tampoco basta.
Tiene que ser en sentencia última e irrevocable en materia de fe o de costumbres.

Por ejemplo, la bula Unam Sanctam de Bonifacio VIII cumple con todas estas condiciones.

¿Cómo se llegó a la conclusión de que éstas y no otras eran las condiciones?

Por lo tanto, el Papa puede equivocarse cuando habla de política, de medicina, de física, de economía, de historia, etc.
En todo menos en asuntos religiosos.

Con el agravante que cuando se pronuncia ex cathedra solamente el pronunciamiento en sí y no la preparación y fundamentación han de ser tenidos por infalibles.

Pero incluso también puede errar en asuntos religiosos, si habla de ellos en charlas de sobremesa, o en un paseo con amigos o discutiendo privadamente de religión. E incluso cuando habla como Fulano de Tal y expone sus propias teorías personales, aunque fuera en un libro de venta pública puede equivocarse.

Es perfectamente comprensible que las conversaciones ocasionales no hayan de ser tenidas como declaraciones teológicamente exactas. También es lógico aceptar que un papa pueda formular algunas especulaciones ("sus propias teorías personales") que no sean parte de la doctrina en sí. Ahora bien, escapa a mi comprensión por qué haya de reconocérsele como infalible cuando se cumplen las condiciones arriba citadas pero no cuando expone la doctrina católica fuera de estas precisas condiciones.

De hecho, las acusaciones puntuales que pueden hacer los enemigos de Dios señalando algunos casos en los 20 siglos de historia de la Iglesia, carecen de una, dos, tres o las cuatro condiciones.

¿Sería tan amable de indicarnos cuántas y cuáles han sido las definiciones papales a lo largo de la historia que han cumplido con los criterios de infalibilidad establecidos en el siglo XIX?

¿Cuáles fueron las definiciones ex cathedra, digamos, durante los primeros mil años del cristianismo?

¿Hay alguna declaración ex cathedra acerca de cuáles son las definiciones ex cathedra?

Porque si no la hay, queda en manos de teólogos reconocidamente falibles la determinación de cuáles proposiciones son infalibles.
Y lo que es peor, en las mismas falibles manos cae la tarea de interpretar -en el supuesto que se puedan identificar- las referidas definiciones infalibles.

El razonamiento del demonio confunde, maliciosamente, infalibilidad con impecabilidad e inerrancia "in toto". El Papa puede caer en pecado mortal y aún ser hereje, pero , precisamente por lo que creemos en el dogma de infalibilidad, sabemos que nunca enseñará ex-cathedra una herejía o error.

Claro, el Espíritu Santo no preserva al papa de la concupiscencia, de la simonía, del nepotismo, del pecado mortal y aún, segpun dice usted, de la herejía. Pero extrañamente, aunque no hace estas cosas, presuntamente sí le preserva del error cuando enseña ex cathedra. ¡Curiosa doctrina!

Y a propósito de las insinuaciones descalificantes hacia la vejez y enfermedad de varios Papas, es de maravillarnos que habiendo sufrido estos augustos pontífices toda clase de males físicos y morales, nunca, jamás, eso haya impedido enseñar la Verdad plena, pura y ortodoxa. Ésta es la certeza que tenemos en la asistencia particular del Espíritu Santo prometida por el Redentor.

Claro, por ejemplo los casos de Liberio, Zósimo, Vigilio y Honorio que aquí se discuten, para no hablar de Juan XII, Benedicto IX, Alejandro VI o Sixto V.

Cuando nos señalan dolorosos recuerdos, lejos de confundirnos, vemos en esto una prueba patente del origen sobrenatural de la Iglesia.

En esto tiene razón; si semejantes papas no lograron destruirla, debe tener algo de sobrenatural.

De hecho, en nada se opone a la infalibilidad pontificia, definida como dogma de nuestra fe católica, el que un Papa, considerado como una persona particular, pueda incurrir en la herejía, no sólo en el error.

¿Y quién tiene la autoridad para decidir que un papa ha caído en el error y la herejía según la actual Iglesia de Roma?

Historia del problema

Ya en el Decreto de Graciano, se recuerda a San Bonifacio, Arzobispo de Mayence: "Las culpas del Papa nadie presuma, entre los mortales, poner de manifiesto, porque el que ha de juzgar a todos no debe ser juzgado por ninguno, a no ser que sea sorprendido desviado del recto camino de la fe".(Decretum part. I. dist. XL. c6)

El "Decreto" de Graciano se basa en gran medida en documentos espurios, como por ejemplo las Decretales Pseudoisidorianas. Puede leerse con provecho el artículo False Decretals en The Catholic Encyclopedia, disponible "on line".


En uno de los sermones del Papa Inocente III, el Sumo Pontífice dice; "Me es tan necesaria la fe, que siendo así que sólo Dios puede juzgarme de los demás pecados, por el solo pecado que pudiera cometer contra la fe, podría ser juzgado por la Iglesia" (Patrología Latina, t. 217, col. 656)

No me sorprende que Inocencio, el Augusto del papado, dijese semejante cosa. Bien, eso creía Inocencio y es su problema.


Si bien los teólogos del siglo de oro de la escolástica supusieron innecesario tratar el tema, todos los canonistas de los siglos XII y XIII comentaron el problema. Unánimemente admiten sin dificultad que el Papa puede caer en la herejía como en cualquier otro pecado grave; su estudio se concentra en explicar la razón por la cual en sólo los pecados de la fe pueda el Papa ser juzgado por la Iglesia.
Para algunos la única excepción de la inviolabilidad pontificia es la herejía: "Sólo puede ser acusado de herejía".(Summa Lipsiensis, antes de 1170). Otros canonistas, en cambio, equiparan a la herejía el cisma, la simonía, la incredulidad: pero el pecado contra la fe es siempre y para todos un pecado por el cual el Papa puede ser juzgado.
El inmortal y reputado Torquemada , (en Summa de Ecclesia l.II, c.112, Roma 1469) sostiene que el Papa hereje quedaba automáticamente depuesto. Para otros, el Papa podía ser juzgado por un Concilio, cuya autoridad quedaba limitada a juzgar dicha herejía en el Pontífice; y en el caso comprobado, deponerlo y nombrar un nuevo Papa. Thomas Netter (1430) afirma que esa es la antigua fe católica.
En el siglo XVI la opinión del cardenal Torquemada (no confundir con el Inquisidor, como hace Jetonius, pues se trata de tío y sobrino) es reafirmada por el gran teólogo Salmantino en su obra "De Romani Pontificis institutione et auctoritate", cap. XIII. Lo mismo sostendrá Piério (Summa Sylvestrina; t. II p. 276). Pighies niega la posibilidad de que el Papa pueda caer en la herejía. Y contra esta sentencia el extraordinario teólogo del Concilio de Trento, Melchor Cano, O.P., después de haber rechazado la mayor parte de las explicaciones dadas por Pighies, concluye que no se puede negar que el Sumo Pontífice pueda caer en herejía, pues basta un caso, un ejemplo, para que pueda haber dos o más ("De loctis theologicis 1. VIII, cap. VIII)

Es cierto que aludí a Juan de Torquemada como si fuese su sobrino Tomás.

Por lo demás, el resto de la relación ilustra qué poca base escritural, cuánta en la ley canónica (en parte imitada de Roma y en parte basada en falsificaciones) y sobre todo cuán poco clara era esta doctrina a quince siglos del nacimiento del cristianismo.

La raíz del problema

Desde la definición de la Infalibilidad Pontificia, pronunciada por el Concilio Ecuménico y Dogmático, Vaticano I, muchos teólogos, mini-teólogos y pseudo-teólogos, confundiendo la doctrina definida o, mejor, no entendiéndola, han declarado que el Papa, por el hecho de ser Papa, es siempre y en todo infalible e impecable.

Pues hay que ser muy ignorante (al punto de no haber leído la definición misma) para enseñar semejante disparate.


La Iglesia de Roma puede admitir que su Sumo Pontífice (término birlado al emperador romano) sea disoluto, promiscuo, simoníaco, nepotista y aún hereje, siempre que se admita que es infalible cuando habla ex cathedra.

Pero la misma definición dogmática nos previene sobre el problema: no basta con sentarse en el Sillón de Pedro para ser automáticamente infalible e impecable. De hecho, la historia de la Iglesia contradice con hechos irrefutables este absurdo teológico lamentablemente tan extendido hasta en los mejores círculos de pensamiento...y en este foro ni te cuento!.

Me alegro que reconozca lo absurdo de todo eso. Está usted atacando acerbamente algo que nadie bien informado sostiene, a pesar de que, como dijo antes, muchos católicos puedan creerlo.

La Iglesia nunca nos manda a creer cosas contrarias y opuestas a la razón. Y esta tesis afirma que la elección de un hombre como Papa hace de este hombre, en todos y cada uno de sus momentos; en todas y cada una de sus palabras; en todos y cada uno de sus juicios la expresión sensible de la verdad divina. La razón nos dice que la verdad no cambia, es inmutable; luego, siendo el privilegio de todos y cada uno de los papas la infalibilidad no didáctica, sino personal; no en especialísimas circunstancias, sino siempre y en todas ocasiones, lógicamente deberíase seguir que todos los papas deberían tener un mismo sentir, una misma manera de pensar. Y una cosa es la infalibilidad pontificia y otra es que el Santo Padre esté confirmado en gracia.

El principio universal "lex orandi, lex, sed credendi" nos confirma lo contrario. En las letanías mayores, así como en otras oraciones de la Santa Iglesia, se pide expresamente por la conservación de la fe del Sumo Pontífice, y de todos los órdenes eclesiásticos: "que te dignes conservar en la santa religión al Sumo Pontífice y a todos los demás eclesiásticos"

El Santo Padre puede, en resumen, caer como persona en el error, la herejía, pero nunca, jamás, con certeza absoluta de que esto no ocurrirá como Supremo Pontífice en las condiciones especialísimas que exige el dogma de Infalibilidad, y que arriba he enumerado. Esta es la augusta promesa de Nuestro Señor. Es la asistencia eterna y cierta del Espíritu Santo que la Iglesia durará por los siglos de los siglos, no importando nunca, maravillémonos de esto, la condición moral del Pastor de Pastores.

Sí, realmente es para maravillarse que alguien crea que la calidad de la enseñanza de cualquier maestro cristiano (y no sólo el papa) sea independiente de su condición moral.

También es de maravillarse que alguien pueda creer que un hombre que potencialmente es todo lo falible que un hombre pueda llegar a ser, se torne de súbito infalible por recibir la asistencia "negativa" del Espíritu bajo ciertas condiciones arbitrarias.


La historia nos demuestra que hemos tenido Papas moralmente reprobables e incluso simpatizantes de gravísimos errores, pero nunca la Iglesia ha enseñado como tal una herejía, un error o una inmoralidad. El Espíritu Santo ha velado, vela y velará siempre por este faro maravilloso que ilumina a los hombres en su caminar por la tierra.

¿Y por qué no lo "vela" en todo lo demás?

¿En cuántas ocasiones el ejercicio de este extraordinario carisma ha sido utilizado en la historia de la Iglesia?

¿Qué ha resuelto esta maravillosa gracia?


Sigamos pues entónces con entusiasmo y reverenciemos siempre al Dulce Cristo en la Tierra.

Yo sigo, adoro y reverencio al Cristo sentado a la diestra de Dios Padre.


Bueno, Maripaz y algunos otros, espero que con esta humilde aportación haya en algo contribuído a dispersar de sus mentes las tinieblas del error en las que los tiene engañado Satanás.

En Jesucristo Nuestro Señor y en su Santísima Madre la siempre Virgen María, van mis saludos fraternales.


Adam Meck Roth

Cualquiera que haya leído las discusiones serias que aquí se han planteado, hallará en extremo superflua la refutación de algo que no se halla en discusíón.

Eso sí, por cierto espero que este debate sirva para disipar las tinieblas del error.

Bendiciones en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, al único sabio Dios sea la gloria por los siglos de los siglos, amén.


Jetonius

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Originalmente enviado por Gold Matrix:
Es muy diciente que el tal Jetonius NUNCA cite la sagrada Escritura bìblica para defender sus curiosos puntos de vista, sino que sus fuentes son:

La Catholic Encyclopedia, el Còdigo de Derecho Canònico (Romano, por supuesto) y The Infallibility of the Church (la church catòlica romana, tambièn por supuesto).

Ya entendemos porquè le agrada tanto a Luis Fernando "debatir" con tan raro "evangèlico".....

Matrix.


Estimado Matrix:

Encuentro su comentario francamente malicioso.

Si usted se toma el trabajo de leer algunos de los cerca de 900 mensajes que he escrito en este foro, verá que recurro a las Escrituras en todos los casos en que es pertinente.

Sin embargo, las Escrituras no dicen nada sobre la supuesta infalibilidad pontificia, ya que los pocos textos que se aducen son referidos al apóstol Pedro quien hasta donde sabemos jamás fue obispo monárquico de Roma.

Dado que se trata de un problema de historia, pues empleo textos de historia, y de ser posible católicos para que no surjan objeciones sobre el sesgo de los autores.

Es lo mismo que ocurre cuando practico medicina: no dejo de creer en la Biblia, y aún oro por mis pacientes, pero baso mis decisiones y consejos en lo que me dicen los textos especializados y la propia experiencia.

Espero que esto aclare el malentendido.

Bendiciones en Cristo,

Jetonius

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Actualizo este tema como complemento a la apertura:

“Gran falsificación a favor de Roma”,

en particular para información de Daniel Brion y de los católicos más nuevos en el foro.


En Cristo
Rogelio


Ref.

1. Ver apertura en este foro: “El Brebaje Mortal/mezcla de Verdad y filosofía visceral”

2. Ver apertura en este foro:”Predicación de un evangelio diferente/esto no es un juego”

3. Apertura en este foro; ”Conversión Al Evangelio/ Porque abandoné Roma/ Ex - sacerdote Romano”

4. Apertura en este foro; ”¿ES LA IGLESIA ROMANO CATÓLICA “UNA?”

5. Apertura en este foro; ”¿ES LA IGLESIA ROMANO CATÓLICA “SANTA?”

6. Apertura en este foro: ”El Sistema Romano – católico/¿Iglesia de Jesucristo?”

7. Apertura en este foro: ”Ocultar lo Divino con términos nuevos y oscuros/Tomas de Aquino”
 
Daniel brion:
Aquí Rogelio te está dando una excelente oportunidad para que busques lo que hablábamos sobre cosas que se han dicho y después "quitado" por parte de la SCR.