[h=2]De los tres relatos de la purificación del Templo, en los sinópticos; los dos más claros de diferenciar son el de Marcos con el de Lucas. [/h][h=2]· A diferencia de Marcos; Lucas no menciona que Jesús volcara las mesas de los cambistas.[/h][h=2]· Ni las sillas de los que vendían palomas[/h][h=2]· Lucas tampoco menciona; como lo hace Marcos; que Jesús no consentía que nadie atravesara el templo llevando utensilio alguno.[/h]· También Marcos presenta a Jesús en una actitud de enseñar; que no hace Lucas.<o></o>
· Finalmente; Lucas pone en labios de Jesús: “Mi casa es casa de oración”; mientras según Marcos, Jesús dijo “será llamada” y agrega: “para todas las naciones”.<o></o>
<o> </o>
Obviamente las diferencias no son grandes ni mucho menos insalvables; pero su sola<o></o>
existencia ya posibilita el considerar a los relatos como referidos a dos episodios similares<o></o>
pero distintos. Sin estas diferencias; intentar demostrar que se trataron de dos episodios<o></o>
separados, sería mucho más difícil.<o></o>
<o> </o>
La evidencia de que se trataron de dos hechos acaecidos en días consecutivos sale de comparar las circunstancias en la que los sitúan tanto Marcos como Lucas. Este da a entender que fue el mismo día de la entrada triunfal (19:45); mientras Marcos dice que fue al día siguiente (11:12). Por su parte Mateo se expresa con un “entró” indefinido en circunstancia.
<o> </o>
De los cinco puntos arriba, Mateo tiene tres en común con Marcos; lo cual nos inclina a<o></o>
poner a estos dos juntos, dejando a Lucas solo. Entonces Lucas estaría relatando la<o></o>
segunda purificación del Templo; y Marcos con Mateo la tercera. <o></o>
<o> </o>
En ese supuesto; Mateo aporta una singularidad suya: él dice que Jesús “echó fuera”,<o></o>
Mientras los otros dos dicen que Jesús “comenzó a echar”. Así tenemos que el primer día<o></o>
Jesús apenas habría comenzado a hacerlo; pero que al segundo día volvió a encontrar la<o></o>
misma situación y de esta vez no apenas comenzó a echarlos, sino que efectivamente los echó. Es la misma efectividad de la primera purificación (Jn 2:15).<o></o>
<o> </o>
¿Por qué, Jesús no tuvo éxito el primer día? Por la misma razón por la que no pudo ponerse a enseñar sobre el significado del Templo. En ese primer día, la excitación de su entrada triunfal a Jerusalén, no dejó lugar a más. <o></o>
· Finalmente; Lucas pone en labios de Jesús: “Mi casa es casa de oración”; mientras según Marcos, Jesús dijo “será llamada” y agrega: “para todas las naciones”.<o></o>
<o> </o>
Obviamente las diferencias no son grandes ni mucho menos insalvables; pero su sola<o></o>
existencia ya posibilita el considerar a los relatos como referidos a dos episodios similares<o></o>
pero distintos. Sin estas diferencias; intentar demostrar que se trataron de dos episodios<o></o>
separados, sería mucho más difícil.<o></o>
<o> </o>
La evidencia de que se trataron de dos hechos acaecidos en días consecutivos sale de comparar las circunstancias en la que los sitúan tanto Marcos como Lucas. Este da a entender que fue el mismo día de la entrada triunfal (19:45); mientras Marcos dice que fue al día siguiente (11:12). Por su parte Mateo se expresa con un “entró” indefinido en circunstancia.
<o> </o>
De los cinco puntos arriba, Mateo tiene tres en común con Marcos; lo cual nos inclina a<o></o>
poner a estos dos juntos, dejando a Lucas solo. Entonces Lucas estaría relatando la<o></o>
segunda purificación del Templo; y Marcos con Mateo la tercera. <o></o>
<o> </o>
En ese supuesto; Mateo aporta una singularidad suya: él dice que Jesús “echó fuera”,<o></o>
Mientras los otros dos dicen que Jesús “comenzó a echar”. Así tenemos que el primer día<o></o>
Jesús apenas habría comenzado a hacerlo; pero que al segundo día volvió a encontrar la<o></o>
misma situación y de esta vez no apenas comenzó a echarlos, sino que efectivamente los echó. Es la misma efectividad de la primera purificación (Jn 2:15).<o></o>
<o> </o>
¿Por qué, Jesús no tuvo éxito el primer día? Por la misma razón por la que no pudo ponerse a enseñar sobre el significado del Templo. En ese primer día, la excitación de su entrada triunfal a Jerusalén, no dejó lugar a más. <o></o>