Si el 11 de septiembre se produjera un derrumbe local de las Torres Gemelas debido a un incendio cerca de las zonas de impacto de los aviones, este se desaceleraría y se detendría por encima de la estructura inferior del edificio que no sufrió daños.
Esto se debe a una enorme red de columnas y vigas con núcleo de acero estructural que conecta cada piso en múltiples puntos. Esto crea un sistema de soporte robusto y resistente donde cada piso se sustenta gracias a la resistencia de toda la estructura.
Piense en una puerta mosquitera, una red de pesca o una raqueta de tenis. Tienen redes de "vigas" que se sostienen entre sí, de modo que si una viga se rompe, toda la red no se desmorona.
Y una red de vigas y pisos de acero soldados y atornillados es mucho más resistente que una red de pesca. Un derrumbe piso a piso sería imposible.
Es por esto que la historia oficial del 11/9 es ciencia basura.
El 11-S no fue solo un ataque terrorista. Fue un punto de inflexión en el consenso fabricado. En una mañana, el miedo reescribió leyes, anuló derechos y justificó guerras interminables. El verdadero colapso no fue solo de acero y hormigón, sino de discernimiento público.
Desde la demolición de edificios hasta la desaparición de cajas negras y pasaportes intactos, las inconsistencias nunca se resolvieron, simplemente se ocultaron. La pregunta nunca fue "¿Qué pasó?", sino "¿Qué necesitaban que sucediera y quién se benefició?".