LAS PIEDRAS SIGUEN HABLANDO

Tobi

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21 Noviembre 2000
16.179
10
La noticia ha aparecido por diversos canales de la televisión española.
Se ha encontrado una urna funeraria de piedra calcarea y datada del año 60 en un cueva cerca de Jerusalen que contiene esta inscripción.


Jacobo, hijo de Jose y hermano de Jesús

Jesus dijo "Si estos callaran, las piedras hablarían" Parece que en este caso han hablado con mucha fuerza.

El comentarista, a añadido con verdad que este es el primer testimonio extrabiblico de la existencia historica de Jesús.

Cabe suponer que pronto apareceran dudas sobre la fiabilidad de semejante inscripción puesto que muestra que el infalible que promulgó el dogma de la inmaculada concepción de Maria, erró y de nuevo se cumple la sentencia de que "el papa es infalible, menos cuando se equivoca"
Claro que tambien cabe preguntarse: ¿Cuando no se equivoca?
Bendiciones.
 
¡Salve, estimado Tobi! ¡El Señor sea contigo!

Cuando me disponía a pegar la noticia correspondiente a este hallazgo, me he topado con esta nota tuya. De manera pues que aquí va noticia respectiva:


Martes, 22 de octubre de 2002 - 15:27 GMT
"La huella más antigua de Jesús"

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La urna fue adquirida en un remate hace 15 años.
"Ya'akov bar Yosef akhui di Yeshua".
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Unas palabras en arameo en el interior de un osario de caliza podrían convertirse en la primera referencia arqueológica sobre la vida de Jesús de Nazaret.

"Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús".
Eso dice la inscripción analizada por el filólogo francés André Lemaire, de la Universidad de la Sorbona, en una urna fúnebre que según los expertos data del año 63 después de Cristo.
Lemair explica en la Revista de Arqueología Bíblica que de los cientos de cajas fúnebres de aquella época que se han encontrado, sólo en dos aparece algún tipo de referencia al hermano del muerto.

Esto indicaría, según el investigador francés, que el Jesús al que se hace referencia en este osario era una persona popular o públicamente conocida, como el Nazareno.

¿Pero será Jesús, el hijo de Dios para los cristianos? Otros arqueólogos sólo han considerado "probable" la teoría de Lemaire pero no se arriesgan aún a aceptarla. "Es probable que nunca tengamos la certeza" indicó Kyle McCarter, de la Universidad John Hopkins.

Si se comprueba la teoría del filólogo francés, esta urna sería la primera referencia arqueológica sobre Jesús del primer siglo. Hasta hoy, el objeto más antiguo en el que aparece el nombre del Nazareno es un fragmento del Evangelio según Juan en un papiro que data del 125 después de Cristo, aproximadamente.

¿El hermano?
Según Flavio Josefo, el historiador judío del primer siglo, Jacobo -conocido también como Santiago o Tiago- fue condenado a muerte por lapidación en el año 62 o 63 por predicar la divinidad de Jesús.

"El hermano de Jesús, también llamado Cristo, Jacobo de nombre", escribe Josefo, pero la Iglesia católica nunca ha aceptado que aquel que vio la luz en Belén haya tenido hermanos biológicos.

Aunque en varios pasajes de la Biblia se lee sobre los "hermanos" de Jesús, el catolicismo entiende que esta palabra indica un parentesco, como "primos", pero no un lazo de sangre directo, ya que para el Vaticano, la Virgen María sólo concibió -por la gracia divina- a Cristo.
Los ortodoxos en cambio ven en Jacobo a un hijo anterior de José, mientras que algunos protestantes se inclinan por la hermandad biológica.

El osario
La inscripción que ha causado tanto revuelo arqueológico, histórico y teológico llegó a ojos de Lemaire por casualidad.

Un hombre que ha preferido mantenerse en el anonimato compró la urna hace 15 años en un remate, por una cifra entre 200 y 700 dólares.
El comerciante árabe que se la vendió le informó que provenía de un suburbio de Jerusalén colmado de tumbas antiguas.

Durante una reunión, el nuevo propietario invitó al filólogo a echar una ojeada a las palabras talladas en la piedra sin saber ninguno de los dos lo que saldría de ese fortuito encuentro.

Los osarios de este tipo fueron utilizados por los judíos entre los años 20 y 70 después de Cristo. Luego de que el cadáver de la persona querida se desintegraba tras estar enterrado cerca de un año, los huesos eran guardados en estas urnas de piedra calcárea.


Fuente: http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/science/newsid_2349000/2349973.stm
 
"Es probable que nunca tengamos la certeza" indicó Kyle McCarter, de la Universidad John Hopkins.

Creemos firmemente en las palabras de este erudito. Claro que por la vía arqueológica (ni de cualquier cosa que termine en lógica) tendrán la certidumbre de la verdad que la EMUNAH (FE) representa.

Entonces, ¿cómo han de llegar a conocer a CRISTO JESÚS? Si no llegaren a tener REVELACIÓN DIRECTA DE CRISTO mismo de nada les servirá su limitadísima sapiencia. Por lo pronto y hasta que eso suceda —si llegare a suceder— lo que les queda es seguir medrando en la lúgubre ciénaga que Babilonia es, caldo y cultivo de la rebelión contra el Altísimo y de la duda sembrada en las almas de las criaturas.

Saludos en Cristo Jesús,

Caleb Joshua
 
¿ Y quien está enterrado en la catedral de Santiago de Compostela, en España ? :confused:


¿A quien se ha estado venerando y adorando durante siglos?
 
Originalmente enviado por: Maripaz
¿ Y quien está enterrado en la catedral de Santiago de Compostela, en España ? :confused:


¿A quien se ha estado venerando y adorando durante siglos?

En Santiago, Maripaz, está enterrado un condenado por herejía en Trevers cuyo nombre he olvidado. Sus discípulos recogieron su cuerpo y los enterraron en el "monte o campo de la estrella". (Campostela)
Lo de Santiago fué una invención para que no les fuese prohibido el rendir culto a su maestro.

Gracias por tu completa aportación Joshua C. Completa y convincente.
Un abrazo en el Señor para ambos.
 
El comentarista, a añadido con verdad que este es el primer testimonio extrabiblico de la existencia historica de Jesús.

POR FIN ALGUIEN RECONOCE ESTA EVIDENCIA REAL

RECTIFICAR ES DE SABIOS.

AL RESPECTO DEL OSARIO, NO CREO QUE DEBAN LANZARSE TAN PRONTO LAS CAMPANAS AL VUELO EN BUSQUEDA DE "SUPUESTAS EVIDENCIAS" A NO SER QUE:
1.- NO OS LLEGUEN LAS QUE DE SIEMPRE MANIFESTAIS TENER.
2.- O BUSQUEIS UNA VUELTA AL MEDIEVO EN BUSCA DE NUEVAS Y EVIDENTES RELIQUIAS.

POR CIERTO NO VEO QUE FUESE TANTO EL JUBILO CUANDO SE DESCUBRIO LA FAMOSA Y MISTERIOSA SABANA SANTA, PORQUE A MI ENTENDER TANTO ELLA COMO EL OSARIO PUEDEN SER IGUALMENTE EVIDENCIAS SI DEJAMOS A UN LADO CUALQUIER COMPROBACION O CONTRASTE COMO PARECE PRETENDEIS DE ANTEMANO

ASI QUE SI ACEPTAIS EL OSARIO SOLAMENTE PORQUE EN EL FIGUREN TRES NOMBRES TAN COMUNES EN ESA EPOCAS COMO PEPE, MANOLO EN NUESTROS DIAS, ME PARECE QUE A SIMPLE VISTA TENEIS EL MISMO FUNDAMENTO QUE OTROS PARA AFIRMAR QUE LAS SABANA SANTA FUE REALMENTE SANTA.

CREO QUE LAS PIEDRAS EN ESTE CASO MAS QUE HABLAR, NOS GRITAN DICIENDO... NO SEAIS INGENUOS...POR NO DECIR QUE PUEDAN PARTIRSE DE RISA...


MAS RIGOR PORFAA
SALUDOS
 
CONCLUSION

CONCLUSION

EL COMENTARISTA HA METIDO LA PATA...

SIGUE SIN HABER NINGUNA EVIDENCIA HISTORICA AL RESPECTO DE JESUS.


O TAMBIEN LO ES LA SABANA SANTA?? DE LA CUAL CREO QUE HASTA HAN SACADO RESTOS DEL ADN.

SALUDOS DE NUEVO
 
Tobi, ¿nos puedes ilustrar con tu sabiduría arcana sobre qué tiene que ver el dogma de la Inmaculada Concepción con ese descubrimiento arqueológico?

Es que mira, a mí me cuesta entender qué relación hay entre el descubrimiento del hipotético osario que contuvo los restos de Santiago con un dogma que afirma que María fue concebida inmaculadamente

Pero claro, a lo mejor es que soy tonto y por eso no me entero. Ilumíname, oh, excelso Tobi

:cool:
 
A todo esto, sea o no cierto, no es correcto decir que esa es la primera evidencia histórica extrabíblica sobre Jesús
Existen otros osarios de judeocristianos más antiguos que ese con inscripciones que contienen breves confesiones de fe en Cristo
 
Originalmente enviado por: Luis Fernando
Tobi, ¿nos puedes ilustrar con tu sabiduría arcana sobre qué tiene que ver el dogma de la Inmaculada Concepción con ese descubrimiento arqueológico?

Es que mira, a mí me cuesta entender qué relación hay entre el descubrimiento del hipotético osario que contuvo los restos de Santiago con un dogma que afirma que María fue concebida inmaculadamente

Pero claro, a lo mejor es que soy tonto y por eso no me entero. Ilumíname, oh, excelso Tobi
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Tobi.
Tienes razón. Pero debes dejar de lado lo de la concepción y quedarte solo con lo de inmaculada lo cual tiene una relación con el concepto de virginidad que enseña vuestro magisterio.
A propósito, lo de excelso me ha llegado al alma ]:D :D :D

:cool:
[/QUOTE
 
Tobi:
Pero debes dejar de lado lo de la concepción y quedarte solo con lo de inmaculada lo cual tiene una relación con el concepto de virginidad que enseña vuestro magisterio.

Luis:
Pues no sé. El concepto de inmaculada tiene más que ver con la ausencia de pecado que con la ausencia de relaciones sexuales.
Pero oye, si te hace ilusión decir esas cosas que dices, no te prives
:cool:
 
un saludo a todos

un saludo a todos

un saludo a todos

"JESUS le dijo: porque me has visto, tomas, creiste, bienaventurados los que no vieron y creyeron"
juan 20:29

no debemos decir, que por el hecho de que se encuentren cosas del pasado, se diga que verdaderamente exisitio JESUCRISTO.

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TODO LO PUEDO EN CRISTO
 
Originalmente enviado por: Luis Fernando
Tobi:
Pero debes dejar de lado lo de la concepción y quedarte solo con lo de inmaculada lo cual tiene una relación con el concepto de virginidad que enseña vuestro magisterio.

Luis:
Pues no sé. El concepto de inmaculada tiene más que ver con la ausencia de pecado que con la ausencia de relaciones sexuales.
Pero oye, si te hace ilusión decir esas cosas que dices, no te prives
:cool:

Gracias por tu venia, Luis :D :D :D
 

http://libertaddigital.com/cgi-local/otros/revista2/display.cgi?articulo=1275321582

ENIGMAS DE LA HISTORIA
¿Tuvo Jesús hermanos?

El reciente descubrimiento de un osario en Jerusalén con la inscripción "Jacob, hijo de José y hermano de Jesús" ha causado un notable revuelo, al interpretarse como una prueba de que Jesús de Nazaret habría tenido hermanos lo que, supuestamente, haría tambalearse las bases del cristianismo. Pero, ¿tuvo Jesús hermanos? Y, en caso afirmativo, ¿qué trascendencia tendría para la fe cristiana?

Por César Vidal



La referencia a los hermanos de Jesús sólo puede causar sorpresa en aquellos que no han leído nunca el texto completo de los Evangelios. En estos textos abundan las referencias a los hermanos de Jesús, e incluso llega a darse el nombre de los mismos. Como señala el Evangelio de Marcos (6, 3 ss) y el de Mateo (13, 54-55), los hermanos se llamaban Santiago, José, Simón y Judas y habría al menos dos hermanas de las que no se dan los nombres. Sabemos también por el Nuevo Testamento que esos hermanos no creían en Jesús inicialmente (Juan 7, 5) y que incluso en un primer momento, en compañía de María, intentaron disuadirle de su ministerio (Mateo 12, 46 ss). Esa incredulidad de los hermanos de Jesús seguramente explica que en la cruz encomendara el cuidado de su madre al discípulo amado. Sin embargo, también consta que se produjo un cambio al poco de la muerte, ya que en Pentecostés tanto María como los hermanos de Jesús ya formaban parte de la comunidad judeo-cristiana de Jerusalén (Hechos 1, 14). No sabemos con total certeza a qué obedeció la transformación, pero todo parece señalar que pudo deberse a la convicción de que Jesús había resucitado. De hecho, Pablo, escribiendo un par de décadas después, señalaba que entre las personas que vieron a Jesús resucitado se encontraba Santiago (I Corintios 15, 7). Cabe pues pensar que esa circunstancia provocó un cambio radical en él y, muy posiblemente, también en los otros hermanos.

El papel que tendrían en los años siguientes en el seno de la comunidad cristiana varió, pero no cabe duda de que Santiago fue el más importante. En torno a década y media después de la crucifixión, Santiago era con Pedro y Juan una de las "columnas" de la comunidad judeo-cristiana de Jerusalén según informa el propio Pablo escribiendo a los gálatas (Gálatas 2, 9). La marcha a actividades misioneras de Pedro y Juan dejó a Santiago como dirigente indiscutible de la comunidad jerosilimitana, de tal manera que en torno al año 49 se celebró bajo su presidencia un concilio que abrió definitivamente las puertas de la nueva fe a los no-judíos. El acontecimiento, narrado en el capítulo 15 del libro de los Hechos de los apóstoles, tiene una enorme relevancia, ya que muestra cómo, a diferencia de lo que se afirma tantas veces, la conversión del cristianismo en una religión universal no derivó de Pablo sino de los dirigentes judeo-cristianos, muy especialmente Santiago y también Pedro. Sólo con el paso del tiempo, Pablo se convertiría en el principal defensor de esa tesis y, sobre todo, en su transmisor en Europa.

Algunos años después de esas fechas, debió escribir Santiago la epístola que lleva su nombre y que figura en el Nuevo Testamento. En ella se refleja con claridad la dificultad que pasaba la comunidad de Jerusalén durante la década de los cincuenta y la preocupación de Santiago por el hecho de que la doctrina de la justificación por la fe enseñada por Pablo en algunos de sus grandes escritos, como las epístolas a los Gálatas (1, 15-21; etc) o a los Romanos (3, 21-30; 4, 1-6; 5, 1, etc), no derivara en un antinomianismo. Santiago sostenía –como Pedro lo había hecho en el concilio de Jerusalén (Hechos 15, 8-12)– que la justificación no podía venir por las obras, sino por la fe en Jesús, pero insistía en que semejante justificación debía quedar de manifiesto en obras tangibles. En otras palabras, desarrollaba el mismo argumento que algún tiempo después Pablo señalaría en su epístola a los Efesios (2, 8-10): la salvación era por la fe, pero de ello debía desprenderse con posterioridad una vida de obedeciencia no para obtener la salvación, sino porque ya se tenía la salvación.

Esta identidad de visión explica que las relaciones con Pablo no quedaran nubladas por este escrito –algo que hubiera sucedido, sin duda, si Santiago hubiera negado la tesis de la justificación por la fe– como también se desprende del encuentro que ambos tuvieron en Jerusalén poco antes de la detención del apóstol de los gentiles (Hechos 21). Santiago continuaba siendo un fiel seguidor de la Torah mosaica a la vez que un conocido cristiano y la unión de ambas circunstancias le había permitido ganar para la fe de su hermano a millares de judíos. Los testimonios neotestamentarios sobre Santiago concluyen en ese punto –un argumento muy poderoso a la hora de datar la redacción de los Hechos de los apóstoles antes del 62 d. de C.– pero no los extra-bíblicos. Por el historiador judío Flavio Josefo sabemos, por ejemplo, que fue linchado en el 62 d. de C. por una turba de integristas judíos y curiosamente este historiador lo menciona como "Santiago, el hermano de Jesús, el llamado mesías".

Del resto de hermanos de Jesús poco sabemos. Hegesipo transmite la noticia de que las hermanas se llamaban Salomé y Susana, y el Nuevo Testamento contiene una epístola de Judas que, posiblemente, se deba al hermano de Jesús del mismo nombre, ya que en ella se presenta como "hermano de Santiago". Tal y como informa Eusebio de Cesarea en su Historia eclesiástica, en la época de Domiciano se procedió a la detención de otro de los hermanos de Jesús por temor a que, siendo de ascendencia davídica, pudiera sublevarse contra Roma. Tras interrogarlo, las autoridades romanas llegaron a la conclusión de que era inofensivo y lo pusieron en libertad. Finalmente, ha de señalarse que el último familiar de Jesús que conocemos, un tal Conón, hijo de un hermano, fue martirizado a inicios del siglo II y su tumba se encuentra en Nazaret dentro del recinto de la basílica de la Anunciación y bajo los cuidados actuales de la Custodia de Tierra Santa encomendada desde hace siglos a los franciscanos. Por lo tanto, de todo lo anterior se desprende que cualquiera que conozca el Nuevo Testamento –no digamos ya si además ha leido a Josefo o a Eusebio de Cesarea– la mención de los hermanos de Jesús no reviste ninguna novedad.

¿Qué cabe decir sobre la supuesta repercusión del hallazgo sobre las distintas confesiones cristianas? Para las iglesias protestantes, que siempre han interpretado el término "hermano" como hermano siguiendo la interpretación judía, no existe la menor incidencia negativa del supuesto hallazgo de Santiago. El mismo sólo vendría a confirmar, de asegurarse su autenticidad, lo ya sabido por la Biblia. Sabido es que la iglesia católica y las iglesias ortodoxas sostienen, por el contrario, el dogma de la virginidad perpetua de María que, obviamente, colisiona con esa interpretación. Sin embargo, con toda seguridad, el descubrimiento no va a alterar su dogmática más de lo que lo hayan podido hacer los datos consignados en las Escrituras. Históricamente, la Patrística –salvo algunos autores muy antiguos que aceptarían la interpretación judeo-protestante– ha interpretado el término "hermano" como "hermanastro" –lo que convertiría a Santiago, José, Simón y Judas en fruto de un matrimonio anterior de José– o, más comúnmente, como parientes o primos. Ciertamente, tal interpretación es imposible sobre el griego del Nuevo Testamento, donde existen términos específicos para primo (anépsios en Colosenses 4, 10) y para pariente (singuenis en Lucas 14, 12). No obstante, puede ser posible en hebreo o arameo, donde el término "ah" (hermano) tiene un campo semántico más amplio que puede incluir otras relaciones de parentesco.

Es verdad, como decía Paul Bonnard, que de no mediar el dogma de la virginidad perpetua de María seguramente no se habrían dado tantas vueltas para llegar a esa conclusión, pero no es menos verdad que semejante conclusión no es descabellada. Por lo tanto –y debería ser una lección que aprendieran algunos periodistas– ni el dato es nuevo y sensacional ni va a alterar en absoluto el dogma de ninguna de las confesiones cristianas más de lo que hayan podido hacerlo los casi veinte siglos de existencia del Nuevo Testamento.



 

http://www.periodistadigital.com/religiondigital/object.php?o=779&p=share/zz_noticia.php

LA FAMILIA DESCONOCIDA
¿TUVO JESUCRISTO CUATRO HERMANOS?

¿Y, ADEMAS, varias hermanas? Estudiosos del Evangelio llevan años defendiendo lo que el hallazgo de un osario en Jerusalén parece confirmar: que el Mesías no fue hijo único. "¿No es éste el carpintero, el hijo de María y el hermano de Jacobo, José, Simeón y Judas? ¿No están sus hermanas entre nosotros?" (Marcos 6, 2-5), se preguntan extrañados los vecinos de Nazaret al ver a Jesús convertido en un predicador de campanillas. Referencias como ésta a los hermanos de Jesús hay varias en los Evangelios canónicos. ¿Tuvo Jesús hermanos carnales y, por consiguiente, la virginidad de María hay que entenderla en sentido simbólico? La cuestión no sólo ha dividido a lo largo de la historia a protestantes, ortodoxos y católicos, sino que, además, está siendo profundamente debatida en el seno de la propia Iglesia. Con posturas encontradas.

Algunas de ellas salieron de nuevo a la luz con el hallazgo de un osario del supuesto hermano de Jesús, en el que figura la siguiente inscripción: "Jacobo, hijo de José, hermano de Jesús".

Según la tradición católica, la familia de Jesús (a la que se suele denominar siempre como "Sagrada Familia"), estaba compuesta únicamente por tres miembros: el padre, José, la madre, María y el hijo, Jesús. ¿Qué nos dice la Historia y la exégesis moderna al respecto? A pesar de ser el personaje más estudiado y analizado por la cultura occidental, Jesús sigue siendo uno de los más desconocidos. Poco se sabe con exactitud del hombre al que 1.000 millones de personas veneran como el "Hijo de Dios". Siglos de manipulaciones borraron las escasas pistas sobre su realidad. Y si de su vida sabemos poco, de su infancia casi nada y de su familia, menos. Los abuelos maternos de Jesús no aparecen para nada en los Evangelios. Pero la tradición cristiana no podía dejar al Gran Niño sin abuelos maternos. Sería un pecado contra la ternura. Ese hueco se reconstruye piadosamente a través del "Protoevangelio de Santiago", un apócrifo escrito en el siglo II, en el que aparecen Joaquín y Ana como padres de María. De la abuela paterna, ni rastro. El abuelo paterno, en cambio, sí figura en los Evangelios de Mateo y Lucas, pero con distinto nombre. En la genealogía de Mateo se le llama Jacob y en la de Lucas, Helí. "Eso quiere decir que los cristianos que recopilan esas tablas genealógicas ya no lo tenían nada claro", explica el teólogo mercedario Xabier Pikaza. Con las genealogías se busca emparentar a Jesús con David a través de José. De lo contrario, no podía ser el Mesías esperado.

De José, el padre de Jesús, también sabemos muy poco. Era un "tekton" (obrero de la construcción) y en los propios Evangelios su nombre se cita en contadas ocasiones y, después, desaparece sin dejar rastro. Es posible que muriese pronto. De María, los evangelios aseguran que era una virgen de Nazaret que concibió por obra del Espíritu Santo y dio a luz a su hijo primogénito sin perder la virginidad. Este hecho sustancial del cristianismo es también su gran misterio fundador. Un trabalenguas para la razón y un golpe de la genial audacia de Dios. Porque lo decisivo no es que Jesús haya nacido de una virgen. Muchas religiones hacen nacer a sus fundadores de vírgenes. Pero solo una le convierte en Hijo de Dios.

Los Evangelios hablan a menudo de los "hermanos" de Jesús. Durante siglos se discutió si la palabra griega "adelfos" significaba a la vez hermano y primo, y que por ello habría sido traducida de forma diferente. Hoy, parece claro que María y José tuvieron cuatro hijos (Jacobo, José, Judas y Simón) y algunas hijas. Donde se dividen los cristianos es a la hora de calificar a los hermanos de Jesús. Para los ortodoxos, se trata de hermanastros, hijos de un anterior matrimonio de José. Para la mayoría de los protestantes son hermanos de carne y sangre y, en cambio, para los católicos son primos. La interpretación católica pretende salvaguardar la creencia eclesial de que María fue virgen "antes, durante y después del parto".

Pero la mayoría de los exégetas católicos creen sin ningún problema que Jesús tuvo hermanos y hermanas de sangre y que la virginidad de María es mucho más que la física, se trata de su total transparencia y su radical disponibilidad al plan de Dios. "La mayoría de los exegetas sostenemos la existencia de hermanos y hermanas carnales de Jesús, pero no lo decimos demasiado abiertamente para no crear escándalo en la gente, porque esta cuestión, como otras muchas, necesitan en la Iglesia un tiempo de profundización". En esta misma línea se sitúa el teólogo jesuita norteamericano, John Meier, en su obra, en varios tomos, "Un judío marginal" (Ed. Verbo Divino), cuya autoridad es reconocida incluso por los teólogos más moderados.

"Acepto gozosamente la virginidad de María y, al mismo tiempo, me parece que lo más probable es que Jesús hubiese nacido de la relación carnal de María y José, porque virginidad significa que Jesús nace del misterio de Dios", explica Pikaza. Y el autor de "Las instituciones del Nuevo testamento" (Ed Trotta) añade: "Ya sé que diciendo esto me arriesgo, pero para eso soy teólogo e investigador en la Iglesia. Es decir que no sólo tengo el derecho, sino el deber de expresar libremente el fruto de mis investigaciones. Ese es mi papel en la Iglesia".

Antonio Piñero, catedrático de Filología del Nuevo Testamento de la Universidad Complutense asegura también que "lo que les interesa a Mateo y a Lucas en sus relatos de la infancia es dejar claro que el héroe Jesús ha tenido un nacimiento misterioso. Lo que hiciera después María no les importa para nada. Tanto es así que en la Iglesia primitiva nadie defendía la virginidad absoluta de María. Sólo a partir de San Jerónimo, en el siglo IV, se postula la virginidad física y total de María. Por lo demás, desde una lectura de los textos evangélicos no mediatizada por la fe está claro que Jesús tuvo hermanos y hermanas carnales y que su familia fue una familia judía corriente". JOSE MANUEL VIDAL. EL MUNDO.


 

http://www.deia.es/28-10-2002/28BizkaIritz16B.htm

A vueltas con Jesús

José Ramón Scheifler


Una vez más la prensa y televisión andan a vueltas con Jesús. No sé bien qué han pretendido con ello. Quizá sólo informar. Suelen ser más transparentes cuando atacan a la Iglesia. Jesús queda cada vez más lejos de esta sociedad. Sin embargo, casi siempre que aparece su persona en estos medios da la impresión de que se pretende socavar la fe y los fundamentos de esta asombrosa construcción eclesial. Ocurrió no hace mucho. En Jerusalén se habría encontrado el cadáver de un crucificado. La época, atestiguada por el “carbono 14”, coincidía con la de la muerte de Jesús. Pero aquellos restos convertían en fábula la fe en la resurrección de Cristo. Hasta se montó una película en la que el Papa hacía tergiversar las conclusiones aparentes del hallazgo.

Anteayer se nos mostró un osario, datado en el a.63. Esta vez el osario está vacío. Pero lleva una inscripción, centro del interés, de la sospecha o del escándalo. Está en arameo, lengua de Jesús y de Israel en su tiempo: Ya’kov bar Yosef akhui di Jeshua, “Jacob-Santiago-hijo de José y hermano de Jesús”. El año 62-63 fue ejecutado en Jerusalén Santiago, el menor; no el de Compostela. Si el hallazgo fuera sólo un dato más sobre la existencia de Jesús de Nazaret, tendría un valor secundario, sin mordiente especial para los medios. Hoy, sólo duda de tal existencia quien se empeñe en ello y cierre los ojos a las pruebas de carácter histórico. La mención de ser hermano de Jesús es lo que centra la atención y al parecer esconde morbo, en este hallazgo.

Los estudiosos de la Biblia estamos abiertos y deseosos de descubrimientos arqueológicos, epigráficos, literarios... También curados de espanto. Respecto al hallazgo reciente en cuestión, lo más que se puede decir es esto. Si el osario, la inscripción y sus nombres corresponden a Santiago el menor, dirigente de la comunidad cristiana de Jerusalén hasta su muerte, y a Jesús de Nazaret, si todo eso se prueba, ¡enhorabuena! Tendremos más pruebas de lo ya conocido. Pero ningún conocimiento más.

Los cuatro evangelios aluden a los hermanos de Jesús. Marcos y Mateo nos dan incluso sus nombres: Santiago y José, Simón y Judas. Están además “todas sus hermanas”. Pablo, bastante antes, comienzos de los cincuenta, cita varias veces a Santiago, “el hermano del Señor” a quien conoció y trató. El historiador Julio Flavio Josefo, en sus “Antigüedades judías”, escritas por el año 90, habla de Juan el Bautista, de Jesús y también de este Santiago. Refiere que el sumo sacerdote, Anán el Joven hijo de Anás, el del evangelio, de carácter duro e inflexible aprovechó la ausencia del procurador romano saliente y la no llegada del entrante, para juzgar a “Santiago, el hermano de Jesús, llamado Cristo”, y con él a otros. «Los acusó de infractores de la Ley y los condenó a ser apedreados». Expone cómo esto le costó el cargo. Poco después, Hegesipo, un judío cristiano, escribe sobre lo mismo. Siempre es Santiago, “el hermano de Jesús” o “del Señor”.

El descubrimiento y la noticia sobre él tiene lugar de esta manera, según la prensa. Un israelita de Jerusalén, que no quiere dar su nombre, compró en un comercio de antigüedades, hace 15 años, un osario de piedra, por menos de mil dólares. Habría sido encontrado a dos Kms de la ciudad vieja de Jerusalén. En julio pasado, el paleógrafo André Lemaire, de la Sorbona de París, se encontraba en Jerusalén. El dueño del osario le llamó para que lo estudiara. Este especialista en filología y epigrafía arameas ha comunicado las conclusiones de su estudio que aparecerán, o han aparecido, en el número de noviembre-diciembre de la revista norteamericana “Biblical Archaeological Review”. El osario y la inscripción, datadas en el a.63, son auténticas, excluido todo fraude, según Lemaire. «Las probabilidades de que el osario pertenezca realmente al hermano de Jesús de Nazaret son muy elevadas». Obviamente espero a leer el estudio científico original antes de emitir un juicio sobre él. Tanto más que los datos concretos que proporcionan los dos diarios que más información dan no coinciden siempre, ni mucho menos.

Para un especialista como Lemaire, un hallazgo de este tipo es motivo de satisfacción y de mostrar una vez más sus cualidades y logros. El anónimo dueño del osario puede encontrarse, al cabo de 15 años, que sus cientos de dólares han resultado sumamente rentables, puesto que ya se habla del “valor incalculable” del osario. Para la última columna de Maruja Torres en El País (24.10.02), todo es un “pasa-tiempo”, mezcla de pitorreo e ira por la malversión de las subvenciones a la arqueología mientras allí mismo, Jerusalén, en la vida actual, se matan israelíes y palestinos. “Pasa-tiempo” que a todos paga.

Según los diarios, Lemaire habría manifestado que «la inscripción va en contra de la tradición exegética católica romana, por lo que también molesta a algunos especialistas. Sin embargo, no hay duda de que la palabra hermano significa exactamente eso, y no primo ni hermanastro». Aquí parece estar el quid de este desusado interés por lo religioso, tan poco del gusto de las sociedades secularizadas. “Jacobo y el problema de la Virgen”, reza uno de los subtítulos informativos.

Durante los primeros siglos de la Iglesia, todos los textos bíblicos y extrabíblicos que hablan de los hermanos de Jesús, y de Santiago, como uno de ellos, no plantearon problema alguno. Se debieron de entender en el sentido primero de la palabra hermano. A mediados del s.II, Hegesipo, judío convertido y apologeta cristiano, en dos ocasiones se refiere a Santiago, “el hermano del Señor”. Refiriendo su martirio, menciona a un tío de Jesús y a un “primo”, a quien no aplica la palabra “adelplos”, hermano, sino “anepsios”, primo. En otra ocasión habla de otro hermano de Jesús, Judas, y precisa “adelplos kata sarka”, hermano según la carne. A comienzos del siglo III, Tertuliano sostiene que los “hermanos de Jesús” en los evangelios son “vere”, verdaderamente hermanos, y así defiende la humanidad de Cristo, con madre y hermanos carnales. Lo mismo se deduce de Ireneo de Lyon. Todavía el año 380 Helvidio habla de la autenticidad biológica de los hermanos de Jesús. Así se pensó durante los cuatro primeros siglos y nadie habló en contra.

El primer escrito conocido que insinúa lo contrario, es uno de los evangelios apócrifos, el Protoevangelio de Santiago. Esta obra, mezcla de fantasía y mal gusto, pone a José, viejo, como en los grabados, reflexionando a la hora de inscribirse en el censo ordenado por el emperador: «A mis hijos sí que los empadronaré. Pero a María ¿cómo? ¿Cómo mi esposa? Me da vergüenza. ¿Cómo hija? Pero si todo el mundo sabe que no lo es...» De este texto toma pie Epifanio, obispo de Salamina, a finales del s.IV, para lanzar su peregrina idea, carente de fundamento, de que los llamados “hermanos de Jesús”, eran hijos de un primer matrimonio de José, viudo al desposar a María, en segundas nupcias.

Por este tiempo, prevalece ya en la Iglesia la idea de que el estado de virginidad es superior al de matrimonio. Con intereses de este tipo, Jerónimo compone el año 388 su obra “Contra Helvidio”, defendiendo la virginidad perpetua de María. Para ello pretende demostrar con textos del Anti “hermano”, en hebreo, puede significar también “primo” o pariente más o menos próximo. El gran prestigio de Jerónimo hizo que esta teoría se aceptase sin dificultad en la Iglesia occidental y se propagase como cierta sin más discusión.

Hoy los conocimientos y análisis filológicos, lingüísticos, históricos y literarios son mucho más rigurosos, y los biblistas actuales no han dejado de plantearse la cuestión. El sacerdote católico norteamericano, John P. Meier, de Notre Dame University, en su monumental obra, inacabada, sobre el Jesús histórico, “Un judío marginal” (A marginal Jew), concluye su estudio sobre este punto: «La opinión más plausible desde un punto de vista puramente filológico e histórico es que los hermanos y hermanas de Jesús eran realmente tales». (En una de sus innumerables notas, precisa: «Nunca subrayaré bastante que este libro, por razones metodológicas, prescinde de la fe y de la doctrina de la Iglesia como fuentes de conocimiento», pero de ningún modo las niega). Como John Meier piensan también otros biblistas católicos actuales.



 


http://www.icp-e.org/hemeroteca/e2002/e021105pb.htm

HERMANOS DE JESÚS, ¿HIJOS DE MARÍA?

Un hallazgo arqueológico ha puesto de actualidad la tan debatida cuestión de los hermanos de Jesús, asunto nada importante en si mismo si no fuese porque pone en el disparadero uno de los dogmas romanistas más protegidos, el de la virginidad perpetua de María, por la que es “Aeiparthenos”, y por extensión la infalibilidad papal que lo declaró, en este caso a Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.


A pesar de que la probabilidad de que los restos correspondan al Jacobo bíblico son bastante remotos basándose exclusivamente en las inscripciones del sarcófago, porque los nombres de Jacobo, Jesús y José eran bastante comunes entre los judíos y la coincidencia dentro de la misma familia bastante frecuente, las evidencias bíblicas de la existencia de los hermanos de Jesús están suficientemente claras para cualquier no prejuiciado lector, sin necesidad de hallazgos sensacionales.

HISTORIA Y RAICES DEL EL DOGMA CATÓLICO DE LA VIRGINIDAD PERPETUA DE MARÍA

Con todo cabe resaltar que la negación interesada de su existencia fue bastante temprana, desde los siglos II y III, y corresponde a la proliferación de las corrientes hiperascéticas que irrumpieron con fuerza en el cristianismo de aquella época estableciendo con la etiqueta de “santidad” ciertas normas de vida rígida consistentes en la abstinencia de determinados alimentos junto con la mortificación de los instintos y pasiones, así como la negación de cualquier tipo de placer sensual e incluso estético. Bajo esta mentalidad que llegó a ser bastante enfermiza (Rom. 14:14), las relaciones sexuales eran consideradas como algo concupiscente y pecaminoso, y destacaban la virtud del célibe por encima de cualquier otra. En muchos lugares y círculos llegaron a imponer su criterio contra el pensamiento histórico del pueblo de Israel que siempre había considerado a la maternidad como la más alta dignidad para una mujer y la culminación de sus aspiraciones en la vida, porque así cumplía con el propósito divino de procrear y llenar la tierra (Gen. 9:7 y Jer. 29:5-7), mientras que ser estéril ó no procrear era toda una desgracia (Gen. 25:21; 29:31; Ex. 23:25-26; Deum. 7:14; Job. 24:21; 1Sam. 1:5-7; Sal. 113:9; Prov. 30:16; Is. 54:1; Heb. 11:11). Fruto de estas ideas peregrinas encontramos en la historia del cristianismo situaciones absurdas como la de Tertuliano, que al “hacerse cristiano” acuerda con su esposa no mantener más relaciones sexuales durante el resto de su vida, ó la del más radical Orígenes que llegó a castrarse en una interpretación literal extrema de Mateo 19:12, cuya sana interpretación está contextualizada con lo que escribió Pablo en 1 Cor. 7:25-35, sobre aquel deseo y necesidad para que algunos cristianos “voluntariamente” (“se hacen a si mismos”, no por que alguien lo decida por ellos, ni lo imponga) deciden no asumir cargas y responsabilidades familiares para disponer de más tiempo y disponibilidad en la extensión del evangelio.

Estos grupos provenientes del paganismo desplegaron una gran actividad en la promoción de este tipo de vida y una de las formulas más eficaces fue su actividad literaria entre la comunidad cristiana. Con la difusión de libros tales como el Evangelio Armenio de la Infancia, la Historia de José el Carpintero ó el pseudo evangelio de Mateo, consiguieron propagar una historia falsa de María que daba cobertura a tales ideas aunque contradijesen los relatos más antiguos y serios de los evangelios que hoy conocemos como canónicos. Según esa pseudo historia, que presenta algunas diferencias entre los diversos relatos, podría resumirse que María, desde los tres años de edad en los que ya era una persona completamente madura, decide ser célibe (en el sentido de mantenerse virgen toda su vida), y entra para vivir en el templo para formar parte de una comunidad de vírgenes que están dedicadas a la oración día y noche. Cuando cumple doce años, para evitar que le sorprenda en el templo la menstruación y pueda contaminarlo, los sacerdotes deciden casarla con un hombre de bien, y por sorteo le correspondió que contrajese matrimonio con José, un anciano viudo de la tribu de Judá, que tenía más de 90 años, y que fruto de los 49 años de su matrimonio anterior tenía 4 hijos varones llamados Judá, Josetos, Simeón y Jacobo y dos hijas Lisia y Lidia. Según alguno de los relatos incluso tenía nietos de más edad que la de la propia María. Pero este matrimonio no se presenta como normal pues José hasta su muerte debía ser realmente el preservador de la virginidad de María, no un marido a todos los efectos. El relato afirma que al desposarse María se encontró con que Jacobo, el hijo de José, era muy pequeño y ella se ocupó de criarlo, y esa es la razón por lo cual se la conoce como la madre de Jacobo. Desde los doce años vivió con José en su casa y a los catorce fue cuando el ángel le anunció el providencial nacimiento, etc. etc.

TEXTOS BÍBLICOS SOBRE LA MADRE Y LOS HERMANOS DE JESÚS

Pese a lo estúpidos y absurdos relatos que contienen tales libros, que contradicen totalmente los relatos de las escrituras canónicas inspiradas, suficientemente claras como veremos en cuanto al matrimonio de María y José, y su familia, tuvieron un gran éxito por el apoyo del movimiento monacal que se originó en aquellos tiempos y ha llegado hasta nuestros días con mayor ó menor énfasis. Como una de las premisas en todas las actuaciones históricas del romanismo es que “el fin justifica los medios”, con el fin de mantener y promover ordenes monásticas célibes y un sacerdocio sometido al voto de castidad, asuntos ambos muy rentables económicamente para la organización vaticana, y a la vez propagar como centro del fervor popular a una María mítica asimilable a las diosas paganas, reina del cielo y madre de Dios, que enlaza tan bien ahora como en el paganismo con la sensiblería popular, realizó una gran defensa de esta cuestión y promovió una amplia gama de argumentos respuesta tan pueriles como falsos para contradecir el claro relato de las Sagradas Escrituras, en relación a la existencia de los hermanos de Jesús:

1.- El relato evangélico de la relación de José y María asume un matrimonio normal de la época: Dice así Mt.1:18 Y el nacimiento de Jesucristo fue así: Que estando María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló haber concebido del Espíritu Santo… Mt.1:24 y 25: Y tomó la esposa de él; y no conoció a ella “hasta” (ews) que dio a luz un hijo y llamó el nombre de él, Jesús. Creo que es bastante elocuente en el sentido de que José se unió a María en un matrimonio normal, no que se hiciera cargo de la adopción de una niña. No existe ninguna referencia a la edad de los contrayentes, ni a cualquier matrimonio anterior por parte de José.

2.- Jesús es mencionado como el hijo primogénito de María.- Lucas Lc. 2:7 afirma que “dio a luz al hijo de ella el primogénito (prwtotokon)”. Primogénito significa engendrado en primer lugar.

3.- Los vecinos de la familia los conocían como tales. Así lo afirman los cuatro evangelistas sin excepción: Mateo, Marcos, Lucas y Juan:

Mateo. Mt. 12:46-48: La madre y los hermanos (adelfoi) de él (autou)… (v-47) la madre de ti y los hermanos (adelfoi) de ti (sou)… mas él, respondiendo… ¿Quién es la madre de mí, y quienes son los (adelfoi) de mi (mou)? Mt. 13:55: ¿No la madre de él es llamada María y los hermanos (adelfoi) de él (autou) Jacobo y José y Simón y Judas y las (ai) hermanas (adelfai) de él (autou) ¿acaso no todas (pasai) frente a nosotros están?

Marcos: Mr. 3:31-35 (v-31) “… la madre de él y los hermanos de él (adelfoi autou)…” (v-32) “…la madre de ti, y los hermanos de ti (oi adelfoi sou) y las hermanas de ti (ai adelfai sou)…”.

Lucas: Lc. 8:19-21) usa exactamente las mismas palabras (adelfoi).

Juan: (Jn. 2:12) “… y la madre de él y los hermanos (adelfoi) [/I]y los discípulos de él…[/I]”. Jn. 7:3-10 (v-5) “Mas ni aún sus hermanos (adelfoi autou) creían en él”).

4.- El mismo Jesús los reconoce como hermanos según el relato de Mateo, Marcos y Juan:

Mateo -Mt. 28:10:… anunciad a los hermanos (adelfois) de mí (mou) que vayan…”;

Marcos - Mr. 3:34: “Mira la madre de mí y los hermanos de mí (>adelfoi mou). Cualquiera que hace la voluntad de Dios este hermano de mí y hermana (adelfas mou kai adelfh) y madre es:

Juan -Jn. 20:17 “… vete a los hermanos de mí …” (tous adelfous mou).

5.- Pablo afirma que Jacobo era hermano de Jesús: Escribiendo en Gal. 1:19, dice: “… Jacobo el hermano del Señor (adelfon tou kuriou). Judas, el autor de la epístola del mismo nombre, dice que él es hermano de Jacobo (Jud. 1). Así ya tenemos a dos de los hermanos identificados por su papel en la iglesia apostólica.

6.- La profecía corrobora que tendría hermanos por parte de su madre: El salmo 69 es uno de los innegables salmos proféticos por excelencia, y como tal uno de los más citados en el Nuevo Testamento en relación con Jesús y con su ministerio, en el vers. 8 dice así: “He sido extrañado a mis hermanos y extraño a los hijos de mi madre”. (Ojo, en el énfasis “de mi madre”). Concretamente esta profecía está en relación con la afirmación de Juan 7:5: “porque ni los hermanos de él, creían en él”.

Los argumentos romanistas para aceptar la versión de los apócrifos y descalificar los relatos de los evangelios son los siguientes:

a.- En el idioma hebreo llama en muchas ocasiones hermanos a los parientes, sin tener en cuenta el grado de parentesco, como en algunos casos del Antiguo Testamento. La falacia consiste en ocultar a sus lectores, mayoritariamente poco versados en las Escrituras, que el Nuevo Testamento fue escrito en griego y no en hebreo, por lo que nada tiene que ver una cosa con la otra; y que la población de Palestina en los tiempos de Jesús era bilingüe en su mayoría, pues el griego era el idioma comercial, diplomático, escolar e internacional, mientras que el arameo, que había sustituido prácticamente al hebreo, era el dialecto siríaco derivado de este y una lengua de ámbito restringido que ni siquiera la conocían muchos de los judíos y casi ninguno de los que vivían fuera de Palestina.

Todos los escritos relativos al Nuevo Testamento están escritos en lengua griega. Sus autores conocen perfectamente el idioma griego y distinguen entre los términos de hermano, primo y pariente. Por ejemplo: Pablo cuando quiere decir “pariente” usa la palabra griega que significa “pariente” (suggene), no hermano. (Vere:11)ee "palabra griega que significa "tou kuriou) no de musas y equivocas.

Rom. 16:11, 16:7 y 16:21). Y cuando quiere decir “primo”, no dice pariente ni hermano, sino primo, con la palabra griega “aneyios”, como en Col. 4:10 “el primo de Bernabé”. Juan el evangelista hace lo propio en Jn. 18:26. “pariente que era (suggenhs) del que cortó Pedro la oreja”.

También Lucas, que en su evangelio, 1:36, se refiere al grado de parentesco entre María y Elizabeth las llama “parientas” (suggenis), no hermanas. En 1:58 igualmente emplea la palabra parientes, sin equivocarse: “…los parientes de ella (oi suggeneis autes)”; y en 2:44 “… buscabánle entre los parientes (>suggeneusin) y los conocidos”. Incluso es capaz de usar los diferentes términos en una misma frase sin confusión alguna, como en 14:12 “… ni a los hermanos tuyos (adlfous sou), ni a los parientes tuyos (tous suggeneis sou)”, lo cual repite en 21:16 “y hermanos y parientes (kai adelfwn kai suggenwn). Así pues el argumento de que se llama hermanos a los parientes en otro grado porque no tengan otra palabra disponible es absolutamente falso. Pero además, al que niega la evidencia le corresponde la carga de la prueba, por ello debieran presentar algún ejemplo del Nuevo Testamento donde a un pariente se le llame “hermano”. Aunque carece de valor acogerse al termino “hermanos” referido a los que son de la fe, porque está al margen de la estructura familiar humana y al parentesco de la carne.

b) Eran hijos de José, de un anterior matrimonio, ¿por qué razón sino habría de pedir Jesús desde la cruz a Juan que cuidase de su madre?.- Ya hemos mencionado las fuentes originarias de la pretensión de que eran hijos del anterior matrimonio de José y las razones. Veamos los argumentos para entender que no solo no eran mayores, sino que eran más jóvenes que él.

b.1.- Aparecen acompañados de su madre, cuando Jesús ya tiene más de 30 años (Jn. 2:12; Mt. 12:46; Mr. 3:31; Lc. 8:19; Hch. 1:14). Si ellos fuesen mayores, tendrían sus propias familias de las que cuidarse, y aunque alguno fuese con su madre, el plural determina que iban todos juntos, lo que es normal solo si fuesen lo bastante menores en edad para que su madre los mantuviese bajo su cuidado.

b.2.- La razón de que Jesús pidiese a Juan que cuidase a su madre abunda en que estos eran más jóvenes como para asumir esa responsabilidad. Otra razón era que sus hermanos no creían en él, pero tampoco en su madre quien seguramente les habría hablado de su providencial concepción y de las milagrosas circunstancias que rodearon su nacimiento. Parece que la fe surge cuando se les aparece una vez resucitado (1Cor. 15:7)

b.3.- Cuando José y María bajan a Belén para empadronarse, también tendrían que ir a empadronarse los presuntos hijos adultos de José, y luego huirían todos juntos a Egipto, pero el ángel únicamente le dice que tome al niño y a su madre (Mt. 2:13) ¿Dónde y con quién quedaron los presuntos hijos de José? ¿Cómo es que no creyeron en él si presenciaron su nacimiento, la adoración de los pastores, la de los magos, la estrella, etc.? Si hubiesen quedado en Belén, ¿no sufrirían la persecución de Herodes, por si alguno de aquellos fuese el Mesías? Cuando Jesús a los doce años baja al Templo, y lo buscan entre sus parientes, todavía no hay ninguna referencia a que tuviese hermanos, ni de padre, ni de ninguna otra clase.

b.4.- Los hermanos siempre aparecen como un grupo compacto, si fuesen mayores, hijos de José, tendrían más edad que Jesús, como es que no aparecen junto con sus familias, ni se atribuían dentro del grupo familiar a sobrinos? Sabemos que las muchachas por entonces se casaban bastante jóvenes, luego las de Jesús debieran estar ya casadas y normalmente con hijos. Cuando Pablo escribe sobre el año 57 la primera epístola a los corintios, aquí si menciona que los “hermanos del Señor” (adelfoi tou Kuriou) están casados y tienen esposa, lo cual ya parece más normal que se hubiese producido al transcurrir 27 años desde la muerte de Jesús, así incluso los más jóvenes se habían casado ya.

b.5.- Si solo fuesen hijos de José, no serían hermanos de Jesús, en absoluto, porque Jesús era hijo de María, pero no de José, y estos serían hijos de José, pero no de María. ¿Cómo osarían llamarse ellos mismos hermanos de Jesús, si no tenían ninguna cosanguineidad? ¿O cual de los escritores inspirados habría osado llamarles “hermanos de Jesús” sin añadir una coletilla que dijese, por ejemplo, “según la gente creía”, como en el caso en el que se menciona a José como padre en Lc. 3:23 en relación con 4:22. ¿Pablo les llamaría “hermanos del Señor” (adelfoi tou Kuriou) como en 1Cor. 9:5 ó en Gal 1:19, en lugar de hijos de José?

c) Eran hijos de otra María.- Ya no me paro sobre esta sandez, pues ya ha sido abandonada por el romanismo, aunque durante mucho tiempo incluso aparecía en las notas de sus traducciones bíblicas.

d) La palabra “hasta” de Mateo 1:25, no significa “que después la hubiese conocido” y citan en su apoyo 2ª Sam. 6:23 que dice: “Y Mical, hija de Saúl, nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”. En tono satírico dicen que si “entonces se debe suponer que los tuvo después”. La diferencia es que sabemos que la muerte interrumpe la vida y la posibilidad de tener hijos, circunstancia que no concurre en el caso de María, que siguió viviendo después del parto de Jesús. La frase de que José “no la conoció hasta después de que diese a luz a su hijo”, tiene un contexto, y es que todos los autores le reconocen hijos.

e) Un “primogénito” no significa posteriores “genitos”.- Otra de las argucias de los romanistas consiste en afirmar que primogénito no establece que haya otros “genitos” posteriores, sino que siendo el primer hijo de María ya podría ser llamado primogénito aunque no tuviese hermanos. El fallo de su argumento es que el relato no fue escrito cuando el hecho se produjo, y el escritor ignoraba si habría ó no hijos posteriores, porque los evangelios están escritos muchos años después de la muerte de Jesús, cuando los escritores ya sabían si María había tenido ó no más hijos, es decir si era primogénito ó unigénito. Al conocer la conclusión, no se necesita ni la intuición ni la precaución. Lucas, que es el que le llama primogénito, lo hace muy bien, como vemos en otro lugar de su evangelio en que al hijo de una mujer viuda le llama “el unigénito”, y no el “primogénito” (Lc. 7:12) “…habiendo muerto un unigénito hijo (monogenhs uios) de la madre de él, y ella era viuda”. En su calificativo no solo apela a la posibilidad biológica de la mujer, sino a otros aspectos que van desde su condición como viuda ó incluso por la edad avanzada de la mujer, entendiendo que ya no podría tener más. De la misma manera que Jesucristo es presentado como el “Unigénito” (monogenous) del Padre (Jn. 1:14), en su género y esencia, pero el primogénito de muchos hermanos (Rom. 8:29) adoptivos (Ef. 1:5), los hijos de Dios por medio de la fe (Jn. 1:12).

f) Ninguna respuesta ni mención al salmo profético.- Los romanistas que nunca pudieron con este texto del Salmo 69, decidieron simplemente ignorarlo de su referencia profética, como si no existiese, aunque hay referencias a varias partes del mismo por parte de Juan (15:25; 2:17; 7:5; 19:29) de Pablo en Rom. 11:9, 10; y de Mateo en 23:38. Y un gran contenido paralelo con pasajes de Isaías.

Ahora con los argumentos en pro y en contra, el lector decida su propia postura personal sobre el asunto en cuestión. Solo añadir que como se le dijo al rico que estaba en el Hades, si no creen a las Escrituras tampoco creerán aunque alguno volviese de entre los muertos y menos por el hallazgo de los restos de algún muerto. Si la ceguera es una forma de ignorancia, el fanatismo es una ignorancia consentida y deseada.
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Pablo Blanco

 
Excelentes estos dos últimos artículos Bart, el último, de Pablo Blanco, una verdadera "joya"
 
Originalmente enviado por: Luis Fernando
Tobi:
Pero debes dejar de lado lo de la concepción y quedarte solo con lo de inmaculada lo cual tiene una relación con el concepto de virginidad que enseña vuestro magisterio.

Luis:
Pues no sé. El concepto de inmaculada tiene más que ver con la ausencia de pecado que con la ausencia de relaciones sexuales.
Pero oye, si te hace ilusión decir esas cosas que dices, no te prives
:cool:

Hola

Creo que se estan confundiendo.
este allazgo nos da luz en dos punto;
1º sirve como referente de la existencia de Cristo
2º advierte sobre la existencia de hermanos carnales de Cristo

de lo ultimo se desprende que la doctrina de la iglesia catolica de que Maria no tubo mas hijos despues de Cristo es Falsa.

:cuadrado:
 
Luis Fernando dice:
Luis:
Pues no sé. El concepto de inmaculada tiene más que ver con la ausencia de pecado que con la ausencia de relaciones sexuales.
Pero oye, si te hace ilusión decir esas cosas que dices, no te prives
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Tobi
¿Como voy a privarme?
¿Es que ahora el celibato no es un signo de pureza?
¿Ya no es un estadio superior que el del matrimonio?
¿Acaso somos nosotros los que hemos afirmado cual es la pureza en relación al sexo?

Ah, no me acordé que Luis Fernando ya tiene su propio Foro, su Torre de Marfil, desde donde no le es necesario responder preguntas. ¿Permite que se las hagan?