Dios necesita amar, porque Él es Amor
Dios necesita amar, porque Él es Amor
¡Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo!
Estoy muy emocionado por haberme topado con este enriquecedor tema. Nuestro Señor, en Su infinito Amor para con nosotros y a través del hermano David, se ha gozado en introducir el substancioso y trascendental tema de Sus necesidades en este sitio.
Ya hace varios días que vengo siguiendo con sumo interés este debate al que preferiría llamar conversación. Debo decir que han sido de gran nutrición para mí las palabras que aquí he recogido. La calidad espiritual de las intervenciones de vosotros, mis hermanos, me hace sentir como el Espíritu Santo, el Gran Instructor, está vibrando en este epígrafe. ¡Gloria a Dios!
Antes de que pasemos a considerar las NECESIDADES DE DIOS en su especificidad queremos glorificar y agradecer a Dios Padre Todopoderoso por esta fase de la existencia que se ha dado en llamar vida terrenal (la cual pudiera adjetivarse también como "parcial", más bien "minúscula"), donde a Su través somos para estar (¡Bendito Dios por el idioma Español que nos permite separar el SER del ESTAR!) en el tiempo-espacio-movimiento con el sólo propósito de que se cumpla el PLAN DEFINITIVO que "EL QUE ES" Se planteó (¿a quién más se lo iba a plantear? ¿quién entendió la mente del Señor? ¿quién fue su consejero? ) ANTES DE LA FUNDACIÓN DEL MUNDO.
Si les preguntara a los hermanos casados que aquí se encuentran e incluso a los solteros si alguna vez asistieron o asistirían a clases matrimoniales para aprender a ser un cónyuge eficiente, seguramente me dirían: "Pero, ¿cómo hermano, cómo es eso que se puede aprender intelectualmente la relación de pareja? ¡Eso se construye en el tiempo, se aprende mediante el movimiento generado por la relación misma en un espacio dado!" Nunca supe sobre escuelas matrimoniales, sobre nupciales sí: esas que te enseñan el ritual propio de la ceremonia de bodas, esas que se ocupan de las formas mas no del fondo.
Estamos, por ahora, en la vida terrenal: la ESCUELA, ¡gloriosa escuela! ¡Alabado sea el Señor! No deberíamos plantearnos esta fase de la existencia, sino como la gloriosa ESCUELA MATRIMONIAL que es. Un día la NOVIA (es decir los hijos de Dios en los que Él por el puro afecto de su voluntad se gozó en poner Su simiente antes de la fundación del mundo) contraerá nupcias con el CORDERO (Cristo Jesús quien físicamente irrumpirá con gran vigor y estruendo en este sórdido mundo). Siendo como somos, las CÉLULAS que constituyen a la NOVIA nos toca estar preparados para el perfecto NOVIO que siempre estuvo, está y estará preparado. Nos toca a nosotros, células, aprender más allá, mucho más allá de la razón a CONOCER el NOVIO que vive en nosotros toda vez que hemos sido REGENERADOS (nacidos de nuevo) en ÉL. Es nuestro deber completar el curso matrimonial que se nos está dando a través de esta vida que Él nos ha asignado. Una vez terminado el curso estaremos preparados para, una vez consolidados (nosotros, células) en la mayor y más significativa relación que la humanidad haya conocido jamás, unirnos al NOVIO en matrimonio eterno.
¡Estamos "condenados al éxito"! Todo auténtico creyente en Cristo obtendrá la mayor calificación: será apto para disfrutar de VIDA ETERNA para siempre al lado del TODOPODEROSO CREADOR de todo. ¡Estamos "condenados" a ser uno en el Señor Jesucristo! Es dentro del marco de esta perspectiva abrumadoramente exitosa y, bajo la poderosa instrucción y conducción de nuestro Padre celestial a través de Su Espíritu Santo, que osamos intervenir en este tema
¿Cuántas veces estamos dando vueltas sobre un tema, discutiendo y discutiendo, y resulta que en la mera esencia estamos de acuerdo? Las más de las veces lo que hace falta es escucharnos (en este caso en particular: escuchar lo que el Espíritu quiere revelar). En este sentido trataremos de conectar las ideas que aquí se han expuesto, que más que ideas son sentimiento puro, para tomar el mayor provecho de la Palabra de Dios que está presta a posarse sobre nuestros corazones. Así, hemos de hilar siete puntos vitales que, a través de vosotros, han sido traídos a este epígrafe, y los cuales trataremos en el orden en que aparecen:
1.- NECESIDADES DE DIOS: El hermano David abre el epígrafe y, de este modo, la discusión misma con este revolucionario planteamiento: ¡El Señor Jehová, Todopoderoso Creador del Universo, tiene necesidades! ¡Menudo compromiso, el tener que defender tan osada afirmación! Más abajo, en el punto 7 expresaremos nuestra coincidencia con tamaña afirmación.
2.- DIOS NO TIENE NECESIDADES: Haciendo uso de una tan sazonada como respetable argumentación, los hermanos Carlos y Pablo niegan la validez de la idea sustentada por el hermano David para afirmar todo lo contrario. Sus herramientas para sustentar su posición son esencialmente humanas: TEOLOGÍA y LÓGICA. Más adelante, en los puntos 5 y 6 abundaremos sobre lo inútil que suelen ser estas disciplinas a la hora de conocer al CRISTO VIVO viviendo EN NOSOTROS. En el punto 7 sustentaremos ampliamente nuestra conformidad sobre la necesidad que, como hijos, tenemos en nuestros corazones de primero, conocer las necesidades de nuestro Padre celestial, y segundo: satisfacerlas para que así se complete el exquisito círculo del amor ágape.
3.- DIOS ES AMOR:
Dios "necesita" amar, porque Él es Amor ruge, brama, el Espíritu varias veces a través de la hermana Maripaz para que enfoquemos nuestra atención en la verdad medular que esta frase encierra. ¡Vaya, qué tremendo! Esta declaración por Sí sola es suficiente para cerrar esta discusión y declararnos en inmediata y sostenida adoración al Creador por tan contundente revelación. No obstante, nuestras mentes, que no nuestros corazones, hambrientas quieren más y más razones, más y más argumentos, dejando a un lado a la hija predilecta del corazón, la revelación, para adentrarnos en el laberíntico reino de la mente.
Si Dios hubiera previsto que la humanidad habría de comprender esta declaración espiritualmente, la cual es absolutamente incomprensible a la luz de la razón, pues no habría sido necesaria esta conversación y más importante aun: Él No Se habría planteado plan alguno y por consiguiente no habría sido necesario (¡la necesidad otra vez!) el sacrificio de nuestro Señor Jesucristo. Con los órganos espirituales que el Señor nos despierta a través del diario ejercicio escolar (de la escuela matrimonial) intuimos que aquí está toda la clave del asunto pero, como ésta se nos presenta bien difícil de descifrar (¡otra vez la razón!), se nos hace necesario continuar.
4. REVELACIÓN: El Espíritu, usando a David nuevamente y sustentado en las Escrituras, que no en los libros, nos redarguye instruyéndonos acerca de tan incontestable verdad: Es sólo vía revelación que Dios da a conocer al Cristo vivo que al vivir en el regenerado (auténtico creyente) le revela al Padre. ¡Gloria a Dios! ¡Menuda verdad! Hermanos, vale abundar en las Escrituras un poco más para apropiarnos de la substancia de tan dulce y vivificante maná:
La revelación del misterio
"Mas os hago saber, hermanos, que el evangelio anunciado por mí, no es según hombre; pues yo ni lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo" (Gálatas 1:11-12).
Por primera vez en la historia de la raza humana, Dios escogió a un hombre para que diera a conocer EL MISTERIO más grande que Él nunca había revelado a nadie hasta ese momento. El Apóstol Pablo fue sólo ese hombre que Dios escogió y la revelación que Él le dio fue JESUCRISTO. A partir de esta revelación se hizo realidad el verdadero evangelio que Pablo tan eminentemente proclamó en sus epístolas. En la defensa que Pablo hace de su legitimidad, presta declaración certificando que el evangelio que predicaba no provenía de ninguna fuente humana. Él hace tal afirmación para demostrar que no aprendió este evangelio de los otros discípulos que estuvieron con Jesús en la carne, ni que le vino de su primera formación como fariseo o del conocimiento que adquirió de su formación judía. Incluso no vino de las explicaciones de los testigos oculares de la muchedumbre que vio y escuchó a Jesús durante Su ministerio terrenal. Éste vino directamente de Dios y fue por revelación de Jesucristo.
La revelación de Pablo no fue de Jesús de Nazaret; no fue del hombre de la carne conocido por los otros discípulos. Con mucho, su revelación fue más grande y profunda que la que cualquier mente natural pudiera haber comprendido. Es interesante observar que Pablo nunca se refirió a Jesús de Nazaret, ni mencionó ninguna de Sus enseñanzas, parábolas, milagros o eventos de Su vida histórica; más bien, Pablo se refiere a Él como un misterio, "…el misterio de Cristo" (Efesios 3:4). Pablo incluso instruyó a los creyentes en 2 Corintios 5:16 para que no conocieran a Cristo sólo en la carne ya que si nuestro entendimiento de Cristo se limitara solamente a Su vida histórica en la carne, entonces nunca entenderíamos totalmente el mensaje contenido en sus epístolas, o algo incluso más importante que en realidad es la esencia de éstas, la intención definitiva del Padre.
Dios no le dio a Pablo una revelación de doctrinas a predicar o principios a practicar o métodos y promesas y modelos a seguir, tal como parece percibirlos la iglesia (la institución) moderna. Parece que la iglesia ha centrado demasiada atención en los principios, promesas y doctrinas de modo que ha perdido totalmente a Jesús. Es triste que Él esté perdido en el medio de todas nuestras actividades y que la mayoría de los creyentes estén más interesados en las cosas que Él hace que en la Persona que Él es en nuestras vidas.
La revelación de Jesucristo es la substancia misma que mantiene las Escrituras amalgamadas; es el mero corazón del verdadero evangelio. Todas las epístolas que fueron escritas por Pablo, se centraban y estaban basadas en esta revelación de la que todo su conocimiento, entendimiento y sabiduría provenían: "En quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento" (Colosenses 2:3). Para un futuro apoyo de tal aseveración, el mismo Jesús afirmó lo mismo que Pablo. En Mateo 16:13-18, Él le preguntó a Sus discípulos, "¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? " Él entonces les preguntó lo que ellos creían: "…Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? " Simón Pedro respondió, "…Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente". En los versículos 17 y 18, es sumamente importante advertir cómo reacciona Jesús ante la respuesta de Pedro: "Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque [a Cristo] no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos [te ha revelado y dado a conocer quién soy Yo]…. Y sobre esta roca [la revelación de Cristo] construiré mi iglesia…".
Es imperativo que los creyentes tengan una revelación de Jesucristo, de otro modo su total conocimiento y entendimiento de Él será según la naturaleza de la mente. "Que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo" (Efesios 3:3-4). El único modo que podemos entender el conocimiento de Pablo en el misterio de Cristo y el propósito definitivo de Dios es a través del mismo modo que Pablo lo recibió, "MEDIANTE LA REVELACION DE JESUCRISTO". La revelación es esencial para el conocimiento y entendimiento de Dios, porque es sólo mediante revelación que podemos conocer a Dios finalmente. Debido a esto es por lo que Pablo oraba suplicando de todo corazón por los creyentes para que tuvieran la misma revelación que él había tenido: "Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos" (Efesios 1:17-18).
5.- TEOLOGÍA: Cosa de hombres es. Por más que nos afanemos en buscar en las Escrituras la institución de tal ciencia, no la encontraremos. Todo lo contrario, Jesús les dio bien duro a los fariseos y demás especímenes afines. Pensar y, lo que es aun peor, sentir que no podemos avanzar en el conocimiento del CRISTO VIVO EN NOSOTROS sino es mediante la "certificación" teológica, equivaldría a no poder expresarnos en una lengua dada sino a través del dictamen de las academias y su cohorte de lingüistas, gramáticos, filólogos, semiólogos y todos los que terminan en "ólogos". ¡Sería monstruoso! ¿No? Sin embargo, tal como el hablante de una lengua cualquiera puede encontrar provecho de la erudición de honestos y dedicados estudiosos del lenguaje, así el creyente puede encontrar luz en el erudito guiado por el Espíritu. "Examinadlo todo; retened lo bueno", nos dice el Señor a través del Apóstol Pablo.
6.- LÓGICA: Herramienta fundamental de la teología. La lógica es a la teología lo que el bisturí es al cirujano. Por ejemplo, ¿cómo se podría ensamblar ese aparatoso entramado ideológico que la nueva teología de la Oración de Jabés es, sino mediante la poderosa y sacrosanta lógica (mercantil)? Vale decir que en los terrenos de la lógica donde nuestra caída mente pulula es donde Satanás reside. Es allí donde el maligno a través de sus más caros colaboradores, nuestros sentidos, nos atrae para satisfacer nuestras "necesidades" (léase fantasías). Es en ese terreno que nos roba el TIEMPO, elemento de la vida indispensable para establecer la debida comunión con el Padre. Por un instante, dejemos que John Milton con la contundente fuerza de su inspirada poesía (¿lógica o revelada?) nos hable:
"Con tristeza Adán le contesta a Eva:
«La más perfecta imagen de mí mismo
y mi mitad más cara, la inquietud
que esta noche tu sueño me te ha traído
me afecta igual que a ti; y me desagrada
tal pesadilla, nacida del mal,
según me temo; mas ¿de dónde puede
proceder este mal? Es imposible
que se albergue en ti, creada pura.
Pero debes saber que en nuestras almas
existen facultades inferiores
que a LA RAZÓN*, su soberana, sirven;
entre ellas está LA FANTASÍA*,
que primacía ejerce; y de LOS CINCO SENTIDOS*
que despiertos representan
EL MUNDO EXTERNO*, crea imaginaciones,
formas aéreas, que la razón
uniendo o separando, configura
todo lo que afirmamos o negamos,
llamándola CIENCIA u OPINIÓN*;
luego a su propia celda se retira
cuando NATURALEZA* descansa…»".
Fragmento del Libro V del Paraíso Perdido (Lost Paradise)
Pero, una vez más, conviene recordar la exhortación divina: "Examinadlo todo; retened lo bueno". Mientras nos toque vivir en este mundo estaremos expuestos al alcance de la razón: para examinar, estudiar hemos de usar la razón y por consiguiente hemos de caminar por los senderos de la lógica. Conviene así mismo recordar que vestidos con la armadura de la Palabra (la única válida) y habiendo sido renovadas nuestras mentes por Cristo Jesús mediante la regeneración, estaremos preparados para resistir los embates del lógico mundo donde nos toca vivir muy temporalmente. Ya al finalizar este punto podríamos preguntarnos con el Apóstol Pablo "¿Qué es del sabio? ¿qué del escriba? ¿qué del escudriñador de este siglo? ¿no ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? "
7.- LAS NECESIDADES DE DIOS: Llegados al punto medular del tema que nos ocupa, es menester decir que cuando leímos la última intervención del hermano Pablo Santomauro donde dice: "Aclaro --- Motivos = NO NECESARIOS Medios (plan) = NECESARIOS", experimentamos una especie de chispazo. Fue como si al estar viajando en una sofisticada nave muy por encima de la atmósfera terrestre y escrutando el globo terráqueo con poderosas cámaras, ¡PIN! de golpe y porrazo una de las cámaras se lanzara en tremendo CLOSE-UP sobre una singular hormiga que caminaba por una superficie desolada. Esa hormiga sobre la que tanto habíamos disertado sin darnos cuenta de su TRASCENDENTAL IMPORTANCIA, ahora estaba allí, ahora la podíamos apreciar en toda su magnitud: era nada más y nada menos que el ESLABÓN PERDIDO, el que nos conectaba con nuestra condición más íntima: era el PLAN, EL PLAN DEFINITIVO DE LA CREACIÓN QUE SE CUMPLE EN CRISTO. ¡Allí estaba el detalle, que el Señor se gozó en presentarnos una vez más a través de Pablo! Lo que el Señor se gozó en presentarnos por vez primera hace 20 siglos, nos lo vuelve a presentar UNA VEZ MÁS aquí y ahora a través de este Pablo, a quien pudiéramos llamar más apropiadamente: "nuestro Pablo". Este es el asunto, aquí está el núcleo de las NECESIDADES que el CREADOR satisface a través de Su PLAN DEFINITIVO. A partir de este instante, ¡maravilloso instante!, se han generado estas cuartillas.
Dios el Padre
Es imperativo ver, conocer y entender a Dios como Padre. Sólo cuando le conozcamos como Padre y a partir de ese momento, entenderemos el propósito definitivo de Dios.
"Los atributos de Dios son las propiedades y cualidades de su ser divino y particularmente aquéllas que nos son dada a conocer a través de la revelación que Él ha dado de Sí mismo" [Unger, Merril F., Unger's Bible Dictionary, Chicago, IL, Moody Press, 1966].
Los atributos de Dios conforman la plenitud de Su naturaleza, a saber: el amor, la alegría, la paz, la vida, etc. Es importante ver y entender que Dios es una Persona y que todos los atributos de Dios constituyen la Persona de Dios. Como si fuesen cosas abstractas de Dios que vienen en dosis o cantidades medidas, muchas veces la persecución y la conquista de los atributos de Dios nos llevan a una suerte de "cacería de elefantes salvajes", en lugar de permitirnos ver que Dios es amor y que no podemos separar Su amor de Su naturaleza misma. "Concluimos que el amor es una persona y no una cosa. El amor es una persona amorosa. El amor y la vida no son abstractos que hallamos para poseer cosas. Más bien, el amor y la vida es la Persona de Dios que ama y vive y que se encuentra sólo en una viva relación con Él". (Grubb, Norman, The Liberating, Secret Ft, Washington, Pennsylvania, Christian Literature Crusade, 1982)
Un atributo muy especial de Dios que se nos manifiesta en el Nuevo Testamento, el cual revela Su personalidad y carácter más íntimo, es que Dios es un Padre. "Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso". (2 Corintios 6:18)
"Pablo siempre comenzaba con la trascendente paternidad de Dios. No era con las diversas actividades del Padre, ni con Sus maravillosos atributos que Pablo comenzaba, era con la Persona que Él principalmente es—El Padre. Así, la trascendente paternidad de Dios viene a ser el factor dominante y definitivo que determina todas Sus actividades. Desde este (definitivo) punto de partida, viendo desde Sus ojos paternales, vemos todo lo que el Padre se propuso como Su intención definitiva o meta eterna" (Fromke, DeVern F., The Ultimate Intention. Cloverdale, Indiana, Sure Foundation, 1982).
La necesidad del Padre —hijos
Al entender a Dios como un Padre podemos ver más profundamente en Su corazón para descubrir Sus necesidades y deseos, ya que desde Sus más profundas necesidades Él da a luz Su plan y propósito eterno. Este es el factor determinante en los que Él "…hace todas las cosas… según su beneplácito, el cual se había propuesto a sí mismo" (Efesios 1:11,9).
Es bien difícil que percibamos, que veamos, que Dios tiene necesidades. Pensamos en Él como el Todosupremo, el Todosuficiente y el Todopoderoso. Es difícil para nosotros imaginar un Dios que tiene necesidades. Nuestro concepto de Dios se origina en nuestras necesidades y en cómo Dios puede satisfacer tales necesidades. En esta visión, el hombre siempre es el centro y todo en el plan de Dios circula alrededor del hombre, tales como: bendiciones, salvación, oraciones, etc. En contraste, si miramos dentro de la intención fundamental del Padre basada en Sus necesidades, podemos ver a Dios como el centro y todo en Su plan circula alrededor del Él y de Su Hijo unigénito quien "es la imagen del Dios invisible…" (Colosenses 1:15). Así, Pablo dirá en el versículo siguiente, "…todo fue creado por medio de Él [Cristo] y para Él".
Una de las mayores necesidades del Padre es tener hijos, hijos de Dios. "Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso". (2 Corintios 6:18). Vemos esta necesidad y este deseo de tener hijos incluso en la procreación de la humanidad.
En la naturaleza humana, es fácil entender la diferencia entre un sirviente y un hijo. La necesidad del Padre de tener hijos es mucho más profunda que la de tener meros sirvientes. Mucha de la teología de nuestros días se basa en una relación de servidumbre en lugar de una relación filial, lo cual demuestra que nuestro concepto de Dios es más el de una relación maestro-sirviente. Partiendo de este concepto no hay realmente una relación Padre-hijo. Hay servicio y trabajo pero no amor. Es sólo la relación de amor Padre-hijo la que satisface la más profunda necesidad del Padre. "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo" (Gálatas 4:6-7).
El tipo de hijos
El Padre, siendo quien Él es, tiene ciertos requisitos para Sus hijos que ni una sola de las criaturas de la creación puede cumplir. De modo que el Padre satisfaga sus necesidades, las siguientes normas deben ser cumplidas por cada hijo que Él da a luz:
A. Un hijo que tiene la misma naturaleza del Padre, tales como: amor (ágape), vida, rectitud, etc. (Juan 5:26).
B. Un hijo que conoce al Padre, a saber: Sus necesidades, Sus caminos, Su corazón (Juan 8:55).
C. Un hijo que está en perfecta unión con el Padre (Juan 10:30).
D. Un hijo que complace al Padre en todo lo que él hace (Mateo 3:17).
E. Un hijo que ama al Padre más que nada o nadie, incluso más que su propia vida (Juan 14:31).
F. Un hijo que guarda los mandamientos de su Padre (Juan 15:10).
G. Un hijo que hace la voluntad de su Padre (Juan 5:30).
H. Un hijo que da su vida total e incondicionalmente al Padre (Juan 10:17-18).
I. Un hijo que glorifica al Padre (Juan 14:13).
El total cumplimiento de las normas del Padre requiere que solamente venga a través del Hijo "…este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia" (Mateo 3:17). Él es el único Hijo que cumple cada requisito del Padre, "por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud" (Colosenses 1:19). Lo que el Padre necesitaba, entonces, era tener una familia de hijos vinculada a Jesucristo, hijos con la misma naturaleza, vida y carácter que Su Hijo unigénito.
El problema
"En el principio creo Dios …" (Génesis 1:1). Comúnmente conocemos a Dios como el Creador de todas las cosas. Las Escrituras están bien definidas en tal hecho y no dejan lugar para el debate, "Porque en él fueron creadas todas las cosas…" (Colosenses 1:16).
Dios, en todos Sus poderes y habilidades creativas, no podía crear hijos exactamente semejantes a Cristo porque Cristo no fue creado; más bien, Él es Dios. "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios" (Juan 1:1). Dios no puede crearse a Sí mismo. Él es el único ser que no es creado. Todo lo que Dios crea está en un grado menor que Él mismo, de modo que Él, a través de la mera creación, no puede obtener todas las condiciones y la plenitud de Sus hijos que Él necesita. Dios puede crear una criatura a su semejanza—"Y creó Dios al hombre a su imagen… [semejanza, forma, modo]" (Génesis 1:27)— pero no en Su propia naturaleza divina, es decir: amor (ágape), vida (zoe), rectitud, etc. Sólo Cristo es la imagen del Dios invisible. "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Colosenses 2:9).
Solución—Amor ágape a través de Cristo Jesús
Conviene notar que Dios es amor. Amor no es algo que Él creo. Dios no puede crear Su propia naturaleza, ni puede crear una criatura en la exacta semejanza y plenitud como Jesús. Se cae por sí misma la declaración de aquellos que predican que Dios creó al hombre con la misma naturaleza de rectitud y santidad que Él tiene. Es imposible para Dios crearse a Sí mismo en Su criatura. El único modo en que Dios puede conseguir Su propia naturaleza en la criatura es al ponerse a Sí mismo en ésta: Esto es CRISTO JESÚS viviendo EN la criatura redimida, el creyente nacido otra vez, el creyente regenerado.
Dios puede crear y ha creado muchas criaturas, tales como los ángeles, que le sirven y le adoran, pero no una criatura que dentro de sí misma pueda satisfacer las necesidades y condiciones del Padre. Recordemos, lo que el Padre necesita es amor ágape recíproco que venga libremente de sus hijos y que sea algo que no pueda ser creado; este amor sólo puede venir de un Padre que pone Su Simiente en la criatura.
Hermanos, nunca olvidemos que nuestro Padre celestial reclama de nosotros, Su Iglesia, que fomentemos, que construyamos, que consolidemos una relación sinérgica en aras de realizar la única función para la que hemos sido llamados que no es otra que satisfacer las NECESIDADES que Él se planteó a Sí mismo en EL PLAN DEFINITIVO DE LA CREACIÓN QUE SE CUMPLE EN CRISTO JESÚS VIVIENDO EN CADA UNO DE NOSOTROS.
Hermanos nunca olvidemos que todos, absolutamente todos nosotros, somos tizones arrebatados del fuego por la pura gracia de nuestro Señor y eterno Redentor. ¡Aprendamos a vivir con tamaña belleza!
¡Nuestro Padre celestial, Dios de Israel manifestado hombre en Cristo Jesús, les bendiga ampliamente, proveyéndoles Su gracia y consiguiente paz!
En Cristo,
Joshua
P.D.- Amados hermanos ruego que me perdonen por mi muy extensa participación en este epígrafe; en una próxima ocasión me comprometo a conducirme por el camino lacónico. ¡Gracias por vuestro tiempo!