La Vida del Cuerpo
Porque así como en un sólo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así también nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, más siendo cada uno por su parte miembros los unos de los otros. Y teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si es el de profecía, úsese conforme a la proporción de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con sencillez; el que preside, con solicitud, el que hace misericordia, con alegría. (Ro. 12:4-8).
Otra cosa digna de notar es que la gracia que cada uno recibe en el cuerpo es diferente. Debido a esta diferencia en la gracia, el don que cada uno tiene de Dios es también diferente. 1ª Corintios 12 hace énfasis en los ministerios de la palabra y los ministerios milagrosos, porque este es su objetivo. Pero aquí, en Romanos 12, hay otros ministerios de la palabra, que son los ministerios de los servicios de la iglesia. Son los ministerios del dar, del presidir, de mostrar misericordia, y de exhortar. Tenemos los ministerios de la palabra y las obras de los levitas.
En 1ª 'Corintios 12 hemos visto que el cuerpo debe dejar lugar para que todos los miembros sirvan. Aquí en Romanos 12 vemos además que cada don, tanto si pertenece a los ministerios de la palabra como a los ministerios del servicio, debe ser atendido de modo singular. En otras palabras, ninguno debe interferir con los asuntos de otro o pisarle a otro el pie. Basta con ser fiel en el don que nos ha sido dado. Si es el de profecía, ocuparte en él de modo que no te ocupes en otras cosas. Si en exhortar, exhorta con todo tu corazón y no te distraigas con otras cosas. Si el presidir, sé diligente en la iglesia. La naturaleza humana es tal que se deleita en meter las narices en los asuntos de otros. Pero, como hermanos, hemos de comprender que hemos de servir, y servir fielmente en lo que nos ha sido dado.
El cuerpo no puede permitirse que ningún miembro carezca de función. Si los ojos no ven, el cuerpo entero queda inmovilizado. Los ojos han de ver, los pies han de andar. Ni aún el menor de todos los dones puede ser enterrado. Éste es el principio del talento único. Este también debe ser usado. Cuando el cuerpo de Cristo está sirviendo como iglesia debe ser usado el don de cada miembro, sea grande o pequeño, cinco talentos, dos talentos o un talento. Si las personas esconden su talento, la iglesia será perjudicada seriamente por ello.
Primera Corintios 12 nos instruye en que un miembro no debe usurpar el lugar de otro miembro. Romanos 12 nos muestra que ningún miembro debe perder su lugar. Ni debemos ocupar el lugar de otro ni abandonar nuestro lugar. Cada uno ha de ofrecer lo que tiene y todos hemos de servir juntos. De esta manera se manifiesta la iglesia.
El que una iglesia prospere o no, depende menos de la disposición de las personas que tienen cinco talentos que de la buena voluntad y diligencia de los que poseen un talento. A través de los siglos las dificultades se han centrado en los que tienen un sólo talento, no en los que tienen cinco. El primero tiende a enterrar su talento en el suelo. Como resultado la iglesia ha sido soterrada por un increíble peso muerto. Los que tienen cinco talentos han tenido que llevar el peso muerto de los que tienen un talento. Donde quiera que las personas con un talento negocian con este talento, allí se ha hallado la iglesia.
Vale la pena notar que la prosperidad de una iglesia depende menos de las cualidades y logros personales de unos pocos líderes que de su capacidad para inspirar a aquellos que poseen un talento para que lo hagan trabajar. Todo el problema de la iglesia hoy se centra en las personas de un talento. El Señor nos ha mostrado que nadie posee más de cinco talentos. Una iglesia, local en sus veinte o más años de historia, digamos, puede haber tenido sólo una persona con cinco talentos, pero constantemente tiene cinco personas con un talento. Por débil que sea un hijo de Dios, posee por lo menos un talento. El poner en uso juntos estos cinco talentos es igual a poner los cinco talentos de una sola persona. Si todos los que tienen un talento quisieran poner en uso este talento, la iglesia no tendría necesidad de los dones mayores. Todo el mundo podría ser conquistado enviando a los que tienen sólo un talento.
Veamos claramente, pues, que la iglesia ha de tener más que el ministerio de una persona no importa lo capaz que sea esta persona o la carga que pueda llevar. El cubrir la necesidad de la iglesia, requiere la ayuda de todos los hermanos y hermanas, todos los que tienen un sólo talento para que los unan en el servicio de Dios. Esto es lo que hemos visto especialmente durante estos años. Todas las personas con un talento deben levantarse para servir al Señor. Una persona ocupada de la mañana hasta la noche, no puede considerarse la iglesia. Pero, si tú estás ocupado y ayudas a todos los que poseen un talento a que estén ocupados, entonces la iglesia está en acción: la iglesia está sirviendo, la iglesia está predicando el evangelio, la iglesia está trabajando. Es el cuerpo en operación, no ya unos pocos miembros operando para el cuerpo.
No pienses nunca que allí donde se reúne o congrega la gente haya una iglesia. No, sólo el cuerpo de Cristo es la iglesia, y el cuerpo de Cristo es sustentado por la operación de todos los miembros. El problema principal se halla en las personas de un talento. Por ello, tenemos la obligación dondequiera que trabajemos, de concentrar nuestro esfuerzo no en los que tienen más talentos, sino en los menos dotados, las personas con un talento. Esperamos que todos los talentos aislados vayan a ser desenterrados. El pañuelo debe ser usado para enjugar el sudor, no para envolver la moneda (ver Lc. 19:20).
Dejadme decir que, cuando todos los que tienen un talento se levanten para servir al Señor, entonces tendremos una iglesia en medio de nosotros. La situación triste de hoy es debida al monopolio del servicio por las personas que tienen cinco talentos y dos talentos. Hemos de mostrar a las personas con un talento, que por poco que tengan, deben servir y servir fielmente. Esto es llamado el cuerpo; esto es la vida del cuerpo. Que cada uno aprenda a servir a Dios con lo que tiene; que nadie trate de echar su responsabilidad en otros. Entonces veremos que el cuerpo de Cristo con su vida del cuerpo es edificado por las personas con un talento.
Watchaman Nee
¡Jesús es el Señor!
SEMANA 2 — DÍA 2
Alimento matutino
Ez. 1:6, 11-12 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas…Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían.
[En Ezequiel 1] … los cuatro seres vivientes con sus cuatro caras representan una entidad coordinada, corporativa, el Cristo corporativo (1 Co. 12:12). Este Cristo corporativo es la expresión corporativa de Dios entre los seres humanos.
Los cuatro seres vivientes existen al menos por tres razones. Primero, estos seres vivientes sirven para expresar a Dios. Dios en el Hijo quiere expresarse a Sí mismo entre los hombres.
Segundo, los seres vivientes sirven para el mover de Dios. Mientras coordinan, están llenos de fuego, resplandor e iluminación, y la gran rueda alta, que sirve para el mover de Dios, los sigue. Esta entidad única, compuesta de cuatro seres vivientes, tiene como finalidad la expresión de Dios y Su mover. La expresión de Dios sirve para el mover de Dios. Tercero, los seres vivientes sirven para la administración de Dios. Sobre sus cabezas había algo semejante a una expansión … (Ez. 1:22), y “sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono” (v. 26). El trono sirve para el gobierno de Dios, Su administración. Cuando Dios tiene Su expresión, y lleva a cabo Su mover y administración,
Él puede manifestarse en Su gloria y cumplir Su propósito y plan eternos. (Life-study of Ezekiel, págs. 79-80)
Lectura para hoy
Ezequiel 1:11b-14 nos presenta un cuadro muy claro de la coordinación. No hay otros versículos en la Biblia que presenten el asunto de la coordinación de una manera tan clara y concreta. Cada uno de los seres vivientes tenía el rostro orientado en una dirección distinta: uno miraba hacia el norte, otro hacia el sur, otro hacia el este y el otro hacia el oeste. Además de estar ubicados de esta forma, dos de sus alas se extendían hasta tocar las alas de los seres que estaban a sus costados, con lo cual formaban un cuadrado. Así, pues, con dos de sus alas, cada uno de los seres vivientes se unía a los otros seres vivientes.
[En Ezequiel 1:12] vemos que cada uno de los seres vivientes caminaba derecho hacia adelante … Sin importar la dirección hacia la cual caminaran los seres vivientes, no había necesidad de que ninguno de ellos se voltease: uno caminaba derecho hacia adelante, otro retrocedía caminando de espaldas, y los otros dos avanzaban de costado. Éste es un hermoso cuadro de la coordinación que se necesita en la vida de iglesia.
La coordinación no nos permite hacer giros. Si alguien avanza por su propia cuenta, podría caminar primero hacia el norte, luego dar vuelta y continuar avanzando hacia el oriente. Más tarde, podría dar vuelta nuevamente y caminar hacia el sur, y finalmente dar vuelta y avanzar hacia el occidente. Así, pues, caminaría en muchas direcciones haciendo muchos giros. No obstante, en el ministerio del Señor, no podemos hacer giros de esa manera; en vez de ello, mientras una persona camina derecho hacia adelante, los que coordinan con ella sólo podrán avanzar de espaldas o de costado.
Si alguien participa en el servicio de la iglesia, pero en vez de coordinar con otros actúa por su propia cuenta, hará muchos giros. Si al ejercer su función hace muchas cosas de forma independiente, tendrá que hacer muchos giros. No obstante, en el servicio de la iglesia, no es necesario hacer giros. A cada uno le corresponde una función y una posición particular. Un hermano puede sencillamente “caminar derecho hacia adelante” en su función y posición; luego, si se necesita avanzar en otra dirección, los demás pueden ocuparse de ello. Ninguno necesita dar vuelta. En la vida de iglesia, todos debemos aprender a caminar derecho hacia adelante y también a caminar hacia atrás…y a caminar de costado. Aunque esto pueda parecernos torpe, todos tenemos que aprender esta lección. De lo contrario, no podremos coordinar juntos.
En las iglesias locales se necesita la coordinación apropiada. En algunas iglesias, ciertos hermanos y hermanas son muy competentes y, por lo tanto, hacen muchos giros. Otros, en cambio, como no son muy hábiles, no hacen nada. Como resultado, no hay coordinación. Si queremos que haya coordinación en la vida de iglesia, todos debemos aprender a caminar hacia adelante, hacia atrás y de costado. (Life-study of Ezekiel, págs. 67-70)
Lectura adicional: Life-study of Ezekiel, mensajes 5-7
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!
Porque así como en un sólo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así también nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, más siendo cada uno por su parte miembros los unos de los otros. Y teniendo diferentes dones, según la gracia que nos es dada, si es el de profecía, úsese conforme a la proporción de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con sencillez; el que preside, con solicitud, el que hace misericordia, con alegría. (Ro. 12:4-8).
Otra cosa digna de notar es que la gracia que cada uno recibe en el cuerpo es diferente. Debido a esta diferencia en la gracia, el don que cada uno tiene de Dios es también diferente. 1ª Corintios 12 hace énfasis en los ministerios de la palabra y los ministerios milagrosos, porque este es su objetivo. Pero aquí, en Romanos 12, hay otros ministerios de la palabra, que son los ministerios de los servicios de la iglesia. Son los ministerios del dar, del presidir, de mostrar misericordia, y de exhortar. Tenemos los ministerios de la palabra y las obras de los levitas.
En 1ª 'Corintios 12 hemos visto que el cuerpo debe dejar lugar para que todos los miembros sirvan. Aquí en Romanos 12 vemos además que cada don, tanto si pertenece a los ministerios de la palabra como a los ministerios del servicio, debe ser atendido de modo singular. En otras palabras, ninguno debe interferir con los asuntos de otro o pisarle a otro el pie. Basta con ser fiel en el don que nos ha sido dado. Si es el de profecía, ocuparte en él de modo que no te ocupes en otras cosas. Si en exhortar, exhorta con todo tu corazón y no te distraigas con otras cosas. Si el presidir, sé diligente en la iglesia. La naturaleza humana es tal que se deleita en meter las narices en los asuntos de otros. Pero, como hermanos, hemos de comprender que hemos de servir, y servir fielmente en lo que nos ha sido dado.
El cuerpo no puede permitirse que ningún miembro carezca de función. Si los ojos no ven, el cuerpo entero queda inmovilizado. Los ojos han de ver, los pies han de andar. Ni aún el menor de todos los dones puede ser enterrado. Éste es el principio del talento único. Este también debe ser usado. Cuando el cuerpo de Cristo está sirviendo como iglesia debe ser usado el don de cada miembro, sea grande o pequeño, cinco talentos, dos talentos o un talento. Si las personas esconden su talento, la iglesia será perjudicada seriamente por ello.
Primera Corintios 12 nos instruye en que un miembro no debe usurpar el lugar de otro miembro. Romanos 12 nos muestra que ningún miembro debe perder su lugar. Ni debemos ocupar el lugar de otro ni abandonar nuestro lugar. Cada uno ha de ofrecer lo que tiene y todos hemos de servir juntos. De esta manera se manifiesta la iglesia.
El que una iglesia prospere o no, depende menos de la disposición de las personas que tienen cinco talentos que de la buena voluntad y diligencia de los que poseen un talento. A través de los siglos las dificultades se han centrado en los que tienen un sólo talento, no en los que tienen cinco. El primero tiende a enterrar su talento en el suelo. Como resultado la iglesia ha sido soterrada por un increíble peso muerto. Los que tienen cinco talentos han tenido que llevar el peso muerto de los que tienen un talento. Donde quiera que las personas con un talento negocian con este talento, allí se ha hallado la iglesia.
Vale la pena notar que la prosperidad de una iglesia depende menos de las cualidades y logros personales de unos pocos líderes que de su capacidad para inspirar a aquellos que poseen un talento para que lo hagan trabajar. Todo el problema de la iglesia hoy se centra en las personas de un talento. El Señor nos ha mostrado que nadie posee más de cinco talentos. Una iglesia, local en sus veinte o más años de historia, digamos, puede haber tenido sólo una persona con cinco talentos, pero constantemente tiene cinco personas con un talento. Por débil que sea un hijo de Dios, posee por lo menos un talento. El poner en uso juntos estos cinco talentos es igual a poner los cinco talentos de una sola persona. Si todos los que tienen un talento quisieran poner en uso este talento, la iglesia no tendría necesidad de los dones mayores. Todo el mundo podría ser conquistado enviando a los que tienen sólo un talento.
Veamos claramente, pues, que la iglesia ha de tener más que el ministerio de una persona no importa lo capaz que sea esta persona o la carga que pueda llevar. El cubrir la necesidad de la iglesia, requiere la ayuda de todos los hermanos y hermanas, todos los que tienen un sólo talento para que los unan en el servicio de Dios. Esto es lo que hemos visto especialmente durante estos años. Todas las personas con un talento deben levantarse para servir al Señor. Una persona ocupada de la mañana hasta la noche, no puede considerarse la iglesia. Pero, si tú estás ocupado y ayudas a todos los que poseen un talento a que estén ocupados, entonces la iglesia está en acción: la iglesia está sirviendo, la iglesia está predicando el evangelio, la iglesia está trabajando. Es el cuerpo en operación, no ya unos pocos miembros operando para el cuerpo.
No pienses nunca que allí donde se reúne o congrega la gente haya una iglesia. No, sólo el cuerpo de Cristo es la iglesia, y el cuerpo de Cristo es sustentado por la operación de todos los miembros. El problema principal se halla en las personas de un talento. Por ello, tenemos la obligación dondequiera que trabajemos, de concentrar nuestro esfuerzo no en los que tienen más talentos, sino en los menos dotados, las personas con un talento. Esperamos que todos los talentos aislados vayan a ser desenterrados. El pañuelo debe ser usado para enjugar el sudor, no para envolver la moneda (ver Lc. 19:20).
Dejadme decir que, cuando todos los que tienen un talento se levanten para servir al Señor, entonces tendremos una iglesia en medio de nosotros. La situación triste de hoy es debida al monopolio del servicio por las personas que tienen cinco talentos y dos talentos. Hemos de mostrar a las personas con un talento, que por poco que tengan, deben servir y servir fielmente. Esto es llamado el cuerpo; esto es la vida del cuerpo. Que cada uno aprenda a servir a Dios con lo que tiene; que nadie trate de echar su responsabilidad en otros. Entonces veremos que el cuerpo de Cristo con su vida del cuerpo es edificado por las personas con un talento.
Watchaman Nee
¡Jesús es el Señor!
SEMANA 2 — DÍA 2
Alimento matutino
Ez. 1:6, 11-12 Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas…Y tenían sus alas extendidas por encima, cada uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus cuerpos. Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando andaban, no se volvían.
[En Ezequiel 1] … los cuatro seres vivientes con sus cuatro caras representan una entidad coordinada, corporativa, el Cristo corporativo (1 Co. 12:12). Este Cristo corporativo es la expresión corporativa de Dios entre los seres humanos.
Los cuatro seres vivientes existen al menos por tres razones. Primero, estos seres vivientes sirven para expresar a Dios. Dios en el Hijo quiere expresarse a Sí mismo entre los hombres.
Segundo, los seres vivientes sirven para el mover de Dios. Mientras coordinan, están llenos de fuego, resplandor e iluminación, y la gran rueda alta, que sirve para el mover de Dios, los sigue. Esta entidad única, compuesta de cuatro seres vivientes, tiene como finalidad la expresión de Dios y Su mover. La expresión de Dios sirve para el mover de Dios. Tercero, los seres vivientes sirven para la administración de Dios. Sobre sus cabezas había algo semejante a una expansión … (Ez. 1:22), y “sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono” (v. 26). El trono sirve para el gobierno de Dios, Su administración. Cuando Dios tiene Su expresión, y lleva a cabo Su mover y administración,
Él puede manifestarse en Su gloria y cumplir Su propósito y plan eternos. (Life-study of Ezekiel, págs. 79-80)
Lectura para hoy
Ezequiel 1:11b-14 nos presenta un cuadro muy claro de la coordinación. No hay otros versículos en la Biblia que presenten el asunto de la coordinación de una manera tan clara y concreta. Cada uno de los seres vivientes tenía el rostro orientado en una dirección distinta: uno miraba hacia el norte, otro hacia el sur, otro hacia el este y el otro hacia el oeste. Además de estar ubicados de esta forma, dos de sus alas se extendían hasta tocar las alas de los seres que estaban a sus costados, con lo cual formaban un cuadrado. Así, pues, con dos de sus alas, cada uno de los seres vivientes se unía a los otros seres vivientes.
[En Ezequiel 1:12] vemos que cada uno de los seres vivientes caminaba derecho hacia adelante … Sin importar la dirección hacia la cual caminaran los seres vivientes, no había necesidad de que ninguno de ellos se voltease: uno caminaba derecho hacia adelante, otro retrocedía caminando de espaldas, y los otros dos avanzaban de costado. Éste es un hermoso cuadro de la coordinación que se necesita en la vida de iglesia.
La coordinación no nos permite hacer giros. Si alguien avanza por su propia cuenta, podría caminar primero hacia el norte, luego dar vuelta y continuar avanzando hacia el oriente. Más tarde, podría dar vuelta nuevamente y caminar hacia el sur, y finalmente dar vuelta y avanzar hacia el occidente. Así, pues, caminaría en muchas direcciones haciendo muchos giros. No obstante, en el ministerio del Señor, no podemos hacer giros de esa manera; en vez de ello, mientras una persona camina derecho hacia adelante, los que coordinan con ella sólo podrán avanzar de espaldas o de costado.
Si alguien participa en el servicio de la iglesia, pero en vez de coordinar con otros actúa por su propia cuenta, hará muchos giros. Si al ejercer su función hace muchas cosas de forma independiente, tendrá que hacer muchos giros. No obstante, en el servicio de la iglesia, no es necesario hacer giros. A cada uno le corresponde una función y una posición particular. Un hermano puede sencillamente “caminar derecho hacia adelante” en su función y posición; luego, si se necesita avanzar en otra dirección, los demás pueden ocuparse de ello. Ninguno necesita dar vuelta. En la vida de iglesia, todos debemos aprender a caminar derecho hacia adelante y también a caminar hacia atrás…y a caminar de costado. Aunque esto pueda parecernos torpe, todos tenemos que aprender esta lección. De lo contrario, no podremos coordinar juntos.
En las iglesias locales se necesita la coordinación apropiada. En algunas iglesias, ciertos hermanos y hermanas son muy competentes y, por lo tanto, hacen muchos giros. Otros, en cambio, como no son muy hábiles, no hacen nada. Como resultado, no hay coordinación. Si queremos que haya coordinación en la vida de iglesia, todos debemos aprender a caminar hacia adelante, hacia atrás y de costado. (Life-study of Ezekiel, págs. 67-70)
Lectura adicional: Life-study of Ezekiel, mensajes 5-7
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!