Por eso ante hechos de esta naturaleza, sería muy necesario amparándonos en la fe, intentar entender mejor a los evangelistas, cuando relatan lo sucedido después de la muerte de Jesús, incluso nombrando a los testigos que lo vieron resucitado, sin importarnos en realidad que fuesen muchos o pocos, sino que sepamos aceptar que el espíritu de Jesús se acercó a ellos y que con su Resurrección volvió al Padre y allí, como prometió, nos espera, sin importarnos demasiado que el Nazareno resucitara y ascendiera a los cielos en cuerpo físico.
No obstante, lo importante para mi, es que existe un fondo básico de verdad, convirtiendo la Resurrección en un episodio histórico y auténtico, aunque esté lleno de incógnitas teniendo en cuenta que los evangelistas no presenciaron los hechos, sino que escribieron aquello que les habían contado.
En cualquier caso, relataron las distintas apariciones de Jesús, incluidas las de aquellos que aún no admitiendo tal hecho, tampoco negaban abiertamente que los Apóstoles hubieran creído ver al Maestro a tenor de experiencias que pudieran declararse como “visiones” o “apariciones”.
Por ello, los Apóstoles conocedores de que Jesús resucitado ya vive en la Gloria del Padre, esperan que se les haga visible al no entender que los hubiera abandonado, perdiendo físicamente para siempre a un Hombre que para ellos había sido el más grande de los que habían existido, predicando una doctrina que defendía a los humildes, con los que había vivido tomando sus vestidos, sus costumbres y sus pensamientos y enfrentándose a los poderes establecidos, por el bien de los más desfavorecidos.
De cualquier forma, pensemos amigo Leo, que la Resurrección de Jesús ha sido el triunfo sobre la muerte que sigue resplandeciendo hasta nuestros días.
La Iglesia resucitada que ha pasado en determinadas épocas por situaciones en las que aparentemente no había esperanza de salvación, sin embargo ha resurgido por la Gracia de Dios. Y lo contemplamos en cada generación, cuando creemos que la Iglesia está condenada a muerte por la vejez de sus estructuras, por los cambios del mundo o por las persecuciones organizadas, pero que no le falta la mano del Dios resucitado que le envía nuevas energías y nuevos apóstoles para su Iglesia.
Y este es el caso de Andrés Montes, eminente teólogo que con su voz desgarrada fruto de su larga vida impartiendo conferencias y cursos sobre los Evangelios, nos habla sobre la hermenéutica (arte de interpretar textos, para fijar su verdadero sentido, especialmente los textos sagrados), para hacernos ver que las Sagradas Escrituras, hay que leerlas, no como un texto literario que nada te revelará, sino situándonos en ellas con un espíritu puesto en la palabra del Hijo, que nos descubre al Padre por obra del Espíritu Santo.
Y no olvidar que las teorías y una de ellas puede ser el descubrimiento de la tumba de Jesús, no dejan de ser teorías más o menos acertadas, y lo demás son historias que nos crean duda, cuando tenemos una fe escasa o un no entendimiento de las lecturas bíblicas, que por supuesto son las que nos salvan a cada uno de nosotros, siempre y cuando deseemos salvarnos en clave de fe.
Al final, mi buen amigo Leo no nos engañemos, aún cuando se hubiesen publicado diez mil entrevistas con personas que sostuvieran haber visto a Jesús y fotos a todo color afirmándolo, siempre habría quedado lugar para la duda, en este viejo mundo cristiano en el que vivimos, que según me comentas, está lleno de pequeñas sombras, como puede ser ese reportaje que tanto te ha afectado.
Lo cierto es, que no deja de ser la interpretación de unos investigadores.
No obstante, lo importante para mi, es que existe un fondo básico de verdad, convirtiendo la Resurrección en un episodio histórico y auténtico, aunque esté lleno de incógnitas teniendo en cuenta que los evangelistas no presenciaron los hechos, sino que escribieron aquello que les habían contado.
En cualquier caso, relataron las distintas apariciones de Jesús, incluidas las de aquellos que aún no admitiendo tal hecho, tampoco negaban abiertamente que los Apóstoles hubieran creído ver al Maestro a tenor de experiencias que pudieran declararse como “visiones” o “apariciones”.
Por ello, los Apóstoles conocedores de que Jesús resucitado ya vive en la Gloria del Padre, esperan que se les haga visible al no entender que los hubiera abandonado, perdiendo físicamente para siempre a un Hombre que para ellos había sido el más grande de los que habían existido, predicando una doctrina que defendía a los humildes, con los que había vivido tomando sus vestidos, sus costumbres y sus pensamientos y enfrentándose a los poderes establecidos, por el bien de los más desfavorecidos.
De cualquier forma, pensemos amigo Leo, que la Resurrección de Jesús ha sido el triunfo sobre la muerte que sigue resplandeciendo hasta nuestros días.
La Iglesia resucitada que ha pasado en determinadas épocas por situaciones en las que aparentemente no había esperanza de salvación, sin embargo ha resurgido por la Gracia de Dios. Y lo contemplamos en cada generación, cuando creemos que la Iglesia está condenada a muerte por la vejez de sus estructuras, por los cambios del mundo o por las persecuciones organizadas, pero que no le falta la mano del Dios resucitado que le envía nuevas energías y nuevos apóstoles para su Iglesia.
Y este es el caso de Andrés Montes, eminente teólogo que con su voz desgarrada fruto de su larga vida impartiendo conferencias y cursos sobre los Evangelios, nos habla sobre la hermenéutica (arte de interpretar textos, para fijar su verdadero sentido, especialmente los textos sagrados), para hacernos ver que las Sagradas Escrituras, hay que leerlas, no como un texto literario que nada te revelará, sino situándonos en ellas con un espíritu puesto en la palabra del Hijo, que nos descubre al Padre por obra del Espíritu Santo.
Y no olvidar que las teorías y una de ellas puede ser el descubrimiento de la tumba de Jesús, no dejan de ser teorías más o menos acertadas, y lo demás son historias que nos crean duda, cuando tenemos una fe escasa o un no entendimiento de las lecturas bíblicas, que por supuesto son las que nos salvan a cada uno de nosotros, siempre y cuando deseemos salvarnos en clave de fe.
Al final, mi buen amigo Leo no nos engañemos, aún cuando se hubiesen publicado diez mil entrevistas con personas que sostuvieran haber visto a Jesús y fotos a todo color afirmándolo, siempre habría quedado lugar para la duda, en este viejo mundo cristiano en el que vivimos, que según me comentas, está lleno de pequeñas sombras, como puede ser ese reportaje que tanto te ha afectado.
Lo cierto es, que no deja de ser la interpretación de unos investigadores.