Como por lo visto esto que sigue ha pasado desapercibido, en el epígrafe de Teresa de Calcuta y que el temá va más allá de dicho epígrafe, abro este a fin de que sea considerado debido a su importancia.
Mi sorpresa al verlo nada menos que en "La Vanguardia" ha sido mayúcula. Esta en las páginas rosas donde se anuncian los programas de la televisión.
Que lo disfruteis.
Tobi
“La Vanguardia.” Sábado 1 de Noviembre del 2003.
Nada menos que once millones de telespectadores han visto en Italia la miniserie “Madre Teresa”, sobre Teresa de Calcuta. Es un extraordinario índice de audiencia. Para mí, un dato que ilustra -de nuevo- la fecunda vena pagana del catolicismo. Si: el judaísmo prohibía los ídolos, toda representación pictórica o escultórica..., y el primer cristianismo mantuvo esa interdicción mosaica. ¡Qué berrinches cogía Moisés al bajar del Sinaí y encontrarse a los judíos adorando al becerro de oro o cualquier otra representación de una divinidad! Moisés proscribió la imagen del orbe judío y apostó por la palabra (no es raro, pues, que la creatividad judía se haya expresado más en las letras, la literatura o la ley que en las artes visuales, al menos hasta Woody Allen,,,. (que en verdad es más discursivo que plástico), Como me enrollo... Lo que quiero decir es que Moisés fue el primero en decir: “¡No mires la tele y ve a hacer los deberes!” (cito a Neil Postman)
Pero los cristianos, después, dulcificaron esa inicial austeridad icónica: el contacto con la olímpica iconografía helenística estimuló un crescendo visual que culminó en el barroco, con esas bellísimas y coloristas pinturas y estatuas sobredoradas, ese “star system” de santos, “madonas”, vírgenes!-, Cristos y Padres celestiales.
Frente a este despliegue de imaginería, Lutero va y se proclama iconoclasta y propone un retorno a la raíz mosaica del monoteísmo, es decir, al verbo, a la palabra, al libro, y se alía con la imprenta de Gutenberg (y venga a imprimir biblias). El catolicismo receló de la imprenta y de esa lectura directa de la Biblia, y prefirió seguir interponiendo imágenes entre los hombres y Dios: hondo paganismo del catolicismo...
Juan Pablo II ha sido fiel a esta tradición: : el mismo se ha erigido en icono, Y fotos gigantes de sus beatificados han colgado en la plaza del Vaticano: icono es Madre Teresa (como otra “Madonna”), y su masiva miniserie es, hoy, la última versión de los policromos retablos católicos del barroco.
Víctor-M. Amela
Mi sorpresa al verlo nada menos que en "La Vanguardia" ha sido mayúcula. Esta en las páginas rosas donde se anuncian los programas de la televisión.
Que lo disfruteis.
Tobi
“La Vanguardia.” Sábado 1 de Noviembre del 2003.
Nada menos que once millones de telespectadores han visto en Italia la miniserie “Madre Teresa”, sobre Teresa de Calcuta. Es un extraordinario índice de audiencia. Para mí, un dato que ilustra -de nuevo- la fecunda vena pagana del catolicismo. Si: el judaísmo prohibía los ídolos, toda representación pictórica o escultórica..., y el primer cristianismo mantuvo esa interdicción mosaica. ¡Qué berrinches cogía Moisés al bajar del Sinaí y encontrarse a los judíos adorando al becerro de oro o cualquier otra representación de una divinidad! Moisés proscribió la imagen del orbe judío y apostó por la palabra (no es raro, pues, que la creatividad judía se haya expresado más en las letras, la literatura o la ley que en las artes visuales, al menos hasta Woody Allen,,,. (que en verdad es más discursivo que plástico), Como me enrollo... Lo que quiero decir es que Moisés fue el primero en decir: “¡No mires la tele y ve a hacer los deberes!” (cito a Neil Postman)
Pero los cristianos, después, dulcificaron esa inicial austeridad icónica: el contacto con la olímpica iconografía helenística estimuló un crescendo visual que culminó en el barroco, con esas bellísimas y coloristas pinturas y estatuas sobredoradas, ese “star system” de santos, “madonas”, vírgenes!-, Cristos y Padres celestiales.
Frente a este despliegue de imaginería, Lutero va y se proclama iconoclasta y propone un retorno a la raíz mosaica del monoteísmo, es decir, al verbo, a la palabra, al libro, y se alía con la imprenta de Gutenberg (y venga a imprimir biblias). El catolicismo receló de la imprenta y de esa lectura directa de la Biblia, y prefirió seguir interponiendo imágenes entre los hombres y Dios: hondo paganismo del catolicismo...
Juan Pablo II ha sido fiel a esta tradición: : el mismo se ha erigido en icono, Y fotos gigantes de sus beatificados han colgado en la plaza del Vaticano: icono es Madre Teresa (como otra “Madonna”), y su masiva miniserie es, hoy, la última versión de los policromos retablos católicos del barroco.
Víctor-M. Amela