LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO
Que majestuoso despliegue de gloría,
cuando Jesús en las nubes regrese.
Prometió a sus discípulos que vendría
A recompensar a los justos con creces.
Sobrecogidos de temor
Los impíos se espantan,
Huyen de la presencia del Señor,
Mientras los justos sus manos levantan.
¡El gran día de la ira es venido!
El hijo del hombre regresa,
Es cogido al inicuo desprevenido
En tanto el justo esperándole reza.
Al cese de la final trompeta
Los muertos en Cristo se levantan.
No puede describirlo ni un poeta
Cuando los justos sus lazos quebrantan.
¡Sorbida es la muerte con victoría!
y lo corruptible es revestido de incorrupción.
Alegres resplandecientes de gloría
Gozan de paz sin interrupción.
En un abrir y cerrar de ojos
son revestidos de inmortalidad,
se libran de sus despojos
llenos de radiante vitalidad.
Se juntan los amados,
parientes y amigos,
por la muerte separados
por Jesucristo unidos.
Arrebatados en las nubes
con Jesús se encuentran,
a imagen de él subes
en el reino de los cielos entran.
Por misericordia de amor,
Jesús les hace olvidar
recuerdos que causen dolor
por su felicidad cuidar.
Alos santos redimidos
coronas de luz les da,
juntos a los que yacían dormidos
disfrutan por toda la eternidad.
El renovado edén,
donde nadie odia.
Es la nueva Jerusalén
resplandeciente de gloría.
La ciudad dorada
de esplendor celeste
de los justos morada
sin mal que moleste.
Ahí encuentran los santos
el hogar que anhelaban.
Ahí se elevan los cantos
al Salvador que esperaban.
Mario Arias
Que majestuoso despliegue de gloría,
cuando Jesús en las nubes regrese.
Prometió a sus discípulos que vendría
A recompensar a los justos con creces.
Sobrecogidos de temor
Los impíos se espantan,
Huyen de la presencia del Señor,
Mientras los justos sus manos levantan.
¡El gran día de la ira es venido!
El hijo del hombre regresa,
Es cogido al inicuo desprevenido
En tanto el justo esperándole reza.
Al cese de la final trompeta
Los muertos en Cristo se levantan.
No puede describirlo ni un poeta
Cuando los justos sus lazos quebrantan.
¡Sorbida es la muerte con victoría!
y lo corruptible es revestido de incorrupción.
Alegres resplandecientes de gloría
Gozan de paz sin interrupción.
En un abrir y cerrar de ojos
son revestidos de inmortalidad,
se libran de sus despojos
llenos de radiante vitalidad.
Se juntan los amados,
parientes y amigos,
por la muerte separados
por Jesucristo unidos.
Arrebatados en las nubes
con Jesús se encuentran,
a imagen de él subes
en el reino de los cielos entran.
Por misericordia de amor,
Jesús les hace olvidar
recuerdos que causen dolor
por su felicidad cuidar.
Alos santos redimidos
coronas de luz les da,
juntos a los que yacían dormidos
disfrutan por toda la eternidad.
El renovado edén,
donde nadie odia.
Es la nueva Jerusalén
resplandeciente de gloría.
La ciudad dorada
de esplendor celeste
de los justos morada
sin mal que moleste.
Ahí encuentran los santos
el hogar que anhelaban.
Ahí se elevan los cantos
al Salvador que esperaban.
Mario Arias