LA PRINCIPAL ENCOMIENDA DEL MESIAS DE ISRAEL
En Hechos 1:6 leemos:
"Señor, ¿restauraras el reino a Israel en este tiempo?"
Nuestro Señor - Ieshua Hamashiaj - no negó la validez de esta pregunta. No contestó que esa no era - ahora - su misión, que había cambiado de idea o rectificado el rumbo. Tan solo les dijo a sus discípulos que la hora de la restauración del reino de Israel nadie la sabia, que es probable que no fuera inmediata, pero que no se sentaran a descansar porque tenia trabajo para ellos. Y la tarea que les dejaba era: ser testigos de su Persona, en Judea, Samaria, y hasta lo último de la tierra. También fue preciso advertirles que antes de comenzar deberían de recibir un armamento especial: el poder del Espíritu Santo (ver también Lucas 24:49). Y cuando en Pentecostés - 50 días después - recibieron ese armamento, salieron - o fueron empujados - a dar testimonio de la Real Visita.
Leemos también en Mateo 16:14, que Nuestro Señor reprocha a sus futuros enviados/apóstoles su falta de fe, justo antes de revelarles lo que se ha dado en llamar, tradicionalmente, "la Gran Comisión". Esto es otra evidencia de que la tarea colosal a que estaban conminados solo podría ser llevada a cabo a partir del revestimiento poderoso de un equipamiento de batalla celestial. Porque el estado mayor de esta guerra estaría en el cielo
Por eso debían esperar a ser "revestidos de lo alto" antes de comenzar a trabajar. ¡Y qué equipamiento recibieron los enviados/apóstoles para cumplir su misión!.
La tarea - entonces - que el Mesías sufriente recién resucitado de "muerte de cruz" dejó a sus discípulos estaba clara: dar testimonio de su Persona y de su resurrección, hasta las extremidades de la tierra (NOTA 1). Pero esto no significaba desistir de la restauración del Reino de Israel sino mas bien crear las condiciones previas para su glorioso advenimiento. Este llegaría en el tiempo de Dios, en una hora que solo el Padre sabia. Si leemos bien, la respuesta de Ieshua Hamashiaj a la pregunta de sus discípulos agrega énfasis, poder y misterio, a esa restauración futura. No la saltea, ni la saca de la historia. La coloca en la reserva exclusiva del Padre como un hecho muy precioso. Y hoy podemos entender que la restauración de Israel es el cauce profundo de la historia de los últimos 2.700 años, y el cumplimiento perfecto del pacto eterno que hizo Dios/Elohim con su amigo Abraham.
Desde otro punto de vista, en la pregunta de los discípulos había un anhelo escondido: el de que el Mesías guerrero se manifestara inmediatamente. Porque sin ese Mesías vencedor, que habría de ser Rey de todos los reyes de la tierra, incluso del mismísimo Emperador Romano de su época, la obra de su Maestro no estaría completa. En esta manifestación que irrumpiría en la (su) historia habían esperado con ansiedad por centurias y los maestros de su pueblo le habían enseñado a depositar todas sus esperanzas solo en este guerrero salvado r-restaurador. De modo que la pregunta de los discípulos oculta una decepción intima. Hay que hacer un viaje mental hacia el contexto histórico de esos días para entender la paradoja en que se encontraban los enviados/apóstoles: debían predicar como Mesías de Israel, a alguien que no había vencido a los reyes de la época ni restaurado el reino de David. Esto no tenía sentido. Y sin embargo ¿si no era el Mesías de Israel el Resucitado que tenían enfrente, que amaban entrañablemente, que había pronunciado palabras irrepetibles y que había puesto de manifiesto un poder atronador, quien podría serlo en el futuro?. Hoy predicamos la "cruz de Cristo" con naturalidad, pero para un judío contemporáneo esto fue algo difícil de asumir (era "locura" en palabras de Pablo).
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La gran tarea que debían cumplir los enviados/apóstoles estaba - entonces - definida. Pero pronto descubrirían que esa gran tarea precisaba de una organización especifica. Y hoy sabemos que esa organización planetaria que cruzo los siglos y que se sustenta en "la fe que una vez fue dada los santos" de la cual fueron custodios inerrantes los doce apóstoles fue algo nuevo y definitivo en la historia: frágil y poderosa a la vez, invencible y en perpetuo riesgo. Santa pero mezclada con el mundo muchas veces. Y fue esta organización fundada en dones celestiales la que protagonizo como un hilo conductor los últimos 2000 años.
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La tarea que Ieshua dejo a sus discípulos, interpuesta entre el advenimiento del Reino cuya fecha no se podia conocer y el momento en que Nuestro Señor fue levantado a los cielos esta descripta en forma sumaria en Isaias 49:5-6, entre otros pasajes muchos pasajes:
"Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel"
Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra"
Aquí Isaias se pone en la piel del Siervo venidero y declara - como ya sabida o muy sabida - su encomienda principal: "hacer volver a Él a Jacob", "congregarle a Israel", o - dicho de otra forma - "restaurar el remanente de Israel".
Esa es la encomienda encriptada en toda la profecía del AT, reflejada en todos los profetas posteriores al exilio asirio de las 10 tribus del Norte. Es decir: traer de vuelta al Israel descarriado, y re-unirlo al Reino de Juda haciendo de los dos un solo Reino, como lo era entiempos de David. Esto se llamo tambien la "restauracion del Tabernaculo caido de David", que inmediatamente los discipulos de Ieshua discernieron en el primer mover de la iglesia.
Y es que, a pesar del tiempo transcurrido, la fractura del reino davitico y el posterior exilio de las tribus del norte no había sido asumida ni aceptada por los israelitas nucleados en Juda, es decir, los judios que sentian una amputacion nacional que a veces nosotros no percibimos en su real valor y agonia. La historia moderna de muchas naciones muestra que ese tipo de cicatrices se llevan por centurias, están siempre abiertas y son innegociables. Pero si sumamos a estas razones de naturaleza "nacionalista" las razones que devienen de un Reino fundado en bases teocráticas, nacido de la prole de los doce hijos de Jacob - con una doble porción para José - reunidos en un campamento santo en las faldas de un monte Sinaí humeante por la terrible presencia de Dios/Elohim, entonces los hechos impactantes del desgarramiento del reino de David son absolutamente imposibles de olvidar
En definitiva: Juda lloraba a sus hermanos extirpados de su tierra, leía en los profetas que serian traídos de vuelta, y sabia que una de las especificas encomiendas del Mesías (además de su liberación nacional) seria la restauración del reino de David. En realidad, la promesa de restauración era mayor que la promesa de liberación, porque la incluía.
Esta restauración del reino davitico es - entonces - la encomienda principal a que se refiere el párrafo de Isaias citado. A la cual se añade otras que todos conocemos: "también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra".
Que es la encomienda que conocemos y que es deslumbrante. Pero hoy es el día de poner en foco también a la primera. Las dos son una. Pero la segunda, sin la primera, carece de sustento histórico y hace a Dios mentiroso ya que el encomienda principal - segun los profetas- era convocar al remanente de Jacob.
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Esto es lo principal que tiene para decirnos el estudio profético de la restauración de las dos casas de Israel en el fin de los tiempos. A partir de este núcleo surge la curiosidad por saber dónde fueron - o en donde están - las 10 tribus que componían el Reino del Norte a partir de su cautiverio asirio. Y también interesa saber en que etapa está el plan de Dios/Elohim para su restauración final a su tierra del "toda la casa de Israel". Es decir, de algún modo, esta curiosidad renovada nos lleva a reiterar la pregunta que hicieron los discípulos al Resucitado antes que ascendiera a los cielos con la promesa de que volvería en su Reino. Y también a esta curiosidad renovada en los contextos históricos y proféticos del nacimiento de la iglesia de Ieshua se agrega por algunos - sin entendimiento en mi modo de ver - aquello de la exigencia de volver cumplir las demandas de la Torah y guardar los sábados - y no otro día - para la adoración de Dios/Elohim. Estas demandas hechas a menudo con mas "celo que entendimiento" ha retrasado mucho el progreso de la renovada visión profética de la restauración de Israel al final de los tiempos, agregando el peso de cadenas que no tiene. Pero la principal encomienda del Mesías que confesamos y testimoniamos, esto es: restaurar el Reino de Israel en el final de los tiempos, es tan removedor como perspectiva profética que nos obliga a reever muchos puntos de vista tradicionales sobre la iglesia de Cristo que durante muchos siglos - y talvez porque no era el momento de Dios - ha vivido de espaldas a su destino final.
El evangelio del Reino se refiere a un Reino especifico que sera instalado en tierras biblicas al final de los dias y que tiene como subditos al remanente renacido de "todo Israel": de los judios, y de los descendientes de las "tribu perdidas" del Reino del Norte, que Él en su misericordia fue a buscar con el silbo delicado de la predicacion a toda criatura. .
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NOTA
Todo en el Reino de Dios es por fe. Al que está sediento de salvación no le interesan los contextos históricos. Quiere saber que Ieshua Hamashiaj murió por él, lo que es verdad. Quiere saber que él lo rescatará de las garras del pecado, lo que es verdad. Quiere saber que su sangre lo restaura a la vida de santidad si por acaso cae, lo que también es verdad ¡Gloria a Dios!. Y quiere saber, finalmente, que por la fe en el Resucitado tiene vida eterna, lo que también es un preciosa y poderosa verdad ¡Aleluya!. Es por la fe que obtenemos la salvación, y no es necesario agregar un examen de ADN para descubrir nuestros supuestos genes israelitas (que además es imposible). Pero es interesante reparar que cuando dejamos entrar por la fe en nuestros corazones al Mesías de Israel quedamos ligados para siempre al destino de esa nacion especifica que Dios/Elohim ha elegido como su instrumento de redencion de las naciones, no de alguna otra organización sustituta que - segun algunas teologias - hereda las bendiciones de Israel. "Iglesia" quiere decir "congregacion" y asi llamo Dios/Elohim a su pueblo en las faldas del Sinai. La "iglesia" nuevamente recoibrara su identidad como congregacion de Israel, de la cual los 144.000.000 israelitas son las primicias. Este es el desafío de renovación doctrinaria para entender los tiempos que se aproximan vertiginosamente a que la iglesia esta llamada hoy.
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casarica
En Hechos 1:6 leemos:
"Señor, ¿restauraras el reino a Israel en este tiempo?"
Nuestro Señor - Ieshua Hamashiaj - no negó la validez de esta pregunta. No contestó que esa no era - ahora - su misión, que había cambiado de idea o rectificado el rumbo. Tan solo les dijo a sus discípulos que la hora de la restauración del reino de Israel nadie la sabia, que es probable que no fuera inmediata, pero que no se sentaran a descansar porque tenia trabajo para ellos. Y la tarea que les dejaba era: ser testigos de su Persona, en Judea, Samaria, y hasta lo último de la tierra. También fue preciso advertirles que antes de comenzar deberían de recibir un armamento especial: el poder del Espíritu Santo (ver también Lucas 24:49). Y cuando en Pentecostés - 50 días después - recibieron ese armamento, salieron - o fueron empujados - a dar testimonio de la Real Visita.
Leemos también en Mateo 16:14, que Nuestro Señor reprocha a sus futuros enviados/apóstoles su falta de fe, justo antes de revelarles lo que se ha dado en llamar, tradicionalmente, "la Gran Comisión". Esto es otra evidencia de que la tarea colosal a que estaban conminados solo podría ser llevada a cabo a partir del revestimiento poderoso de un equipamiento de batalla celestial. Porque el estado mayor de esta guerra estaría en el cielo
Por eso debían esperar a ser "revestidos de lo alto" antes de comenzar a trabajar. ¡Y qué equipamiento recibieron los enviados/apóstoles para cumplir su misión!.
La tarea - entonces - que el Mesías sufriente recién resucitado de "muerte de cruz" dejó a sus discípulos estaba clara: dar testimonio de su Persona y de su resurrección, hasta las extremidades de la tierra (NOTA 1). Pero esto no significaba desistir de la restauración del Reino de Israel sino mas bien crear las condiciones previas para su glorioso advenimiento. Este llegaría en el tiempo de Dios, en una hora que solo el Padre sabia. Si leemos bien, la respuesta de Ieshua Hamashiaj a la pregunta de sus discípulos agrega énfasis, poder y misterio, a esa restauración futura. No la saltea, ni la saca de la historia. La coloca en la reserva exclusiva del Padre como un hecho muy precioso. Y hoy podemos entender que la restauración de Israel es el cauce profundo de la historia de los últimos 2.700 años, y el cumplimiento perfecto del pacto eterno que hizo Dios/Elohim con su amigo Abraham.
Desde otro punto de vista, en la pregunta de los discípulos había un anhelo escondido: el de que el Mesías guerrero se manifestara inmediatamente. Porque sin ese Mesías vencedor, que habría de ser Rey de todos los reyes de la tierra, incluso del mismísimo Emperador Romano de su época, la obra de su Maestro no estaría completa. En esta manifestación que irrumpiría en la (su) historia habían esperado con ansiedad por centurias y los maestros de su pueblo le habían enseñado a depositar todas sus esperanzas solo en este guerrero salvado r-restaurador. De modo que la pregunta de los discípulos oculta una decepción intima. Hay que hacer un viaje mental hacia el contexto histórico de esos días para entender la paradoja en que se encontraban los enviados/apóstoles: debían predicar como Mesías de Israel, a alguien que no había vencido a los reyes de la época ni restaurado el reino de David. Esto no tenía sentido. Y sin embargo ¿si no era el Mesías de Israel el Resucitado que tenían enfrente, que amaban entrañablemente, que había pronunciado palabras irrepetibles y que había puesto de manifiesto un poder atronador, quien podría serlo en el futuro?. Hoy predicamos la "cruz de Cristo" con naturalidad, pero para un judío contemporáneo esto fue algo difícil de asumir (era "locura" en palabras de Pablo).
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La gran tarea que debían cumplir los enviados/apóstoles estaba - entonces - definida. Pero pronto descubrirían que esa gran tarea precisaba de una organización especifica. Y hoy sabemos que esa organización planetaria que cruzo los siglos y que se sustenta en "la fe que una vez fue dada los santos" de la cual fueron custodios inerrantes los doce apóstoles fue algo nuevo y definitivo en la historia: frágil y poderosa a la vez, invencible y en perpetuo riesgo. Santa pero mezclada con el mundo muchas veces. Y fue esta organización fundada en dones celestiales la que protagonizo como un hilo conductor los últimos 2000 años.
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La tarea que Ieshua dejo a sus discípulos, interpuesta entre el advenimiento del Reino cuya fecha no se podia conocer y el momento en que Nuestro Señor fue levantado a los cielos esta descripta en forma sumaria en Isaias 49:5-6, entre otros pasajes muchos pasajes:
"Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y para congregarle a Israel"
Poco es para mí que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra"
Aquí Isaias se pone en la piel del Siervo venidero y declara - como ya sabida o muy sabida - su encomienda principal: "hacer volver a Él a Jacob", "congregarle a Israel", o - dicho de otra forma - "restaurar el remanente de Israel".
Esa es la encomienda encriptada en toda la profecía del AT, reflejada en todos los profetas posteriores al exilio asirio de las 10 tribus del Norte. Es decir: traer de vuelta al Israel descarriado, y re-unirlo al Reino de Juda haciendo de los dos un solo Reino, como lo era entiempos de David. Esto se llamo tambien la "restauracion del Tabernaculo caido de David", que inmediatamente los discipulos de Ieshua discernieron en el primer mover de la iglesia.
Y es que, a pesar del tiempo transcurrido, la fractura del reino davitico y el posterior exilio de las tribus del norte no había sido asumida ni aceptada por los israelitas nucleados en Juda, es decir, los judios que sentian una amputacion nacional que a veces nosotros no percibimos en su real valor y agonia. La historia moderna de muchas naciones muestra que ese tipo de cicatrices se llevan por centurias, están siempre abiertas y son innegociables. Pero si sumamos a estas razones de naturaleza "nacionalista" las razones que devienen de un Reino fundado en bases teocráticas, nacido de la prole de los doce hijos de Jacob - con una doble porción para José - reunidos en un campamento santo en las faldas de un monte Sinaí humeante por la terrible presencia de Dios/Elohim, entonces los hechos impactantes del desgarramiento del reino de David son absolutamente imposibles de olvidar
En definitiva: Juda lloraba a sus hermanos extirpados de su tierra, leía en los profetas que serian traídos de vuelta, y sabia que una de las especificas encomiendas del Mesías (además de su liberación nacional) seria la restauración del reino de David. En realidad, la promesa de restauración era mayor que la promesa de liberación, porque la incluía.
Esta restauración del reino davitico es - entonces - la encomienda principal a que se refiere el párrafo de Isaias citado. A la cual se añade otras que todos conocemos: "también te di por luz de las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de la tierra".
Que es la encomienda que conocemos y que es deslumbrante. Pero hoy es el día de poner en foco también a la primera. Las dos son una. Pero la segunda, sin la primera, carece de sustento histórico y hace a Dios mentiroso ya que el encomienda principal - segun los profetas- era convocar al remanente de Jacob.
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Esto es lo principal que tiene para decirnos el estudio profético de la restauración de las dos casas de Israel en el fin de los tiempos. A partir de este núcleo surge la curiosidad por saber dónde fueron - o en donde están - las 10 tribus que componían el Reino del Norte a partir de su cautiverio asirio. Y también interesa saber en que etapa está el plan de Dios/Elohim para su restauración final a su tierra del "toda la casa de Israel". Es decir, de algún modo, esta curiosidad renovada nos lleva a reiterar la pregunta que hicieron los discípulos al Resucitado antes que ascendiera a los cielos con la promesa de que volvería en su Reino. Y también a esta curiosidad renovada en los contextos históricos y proféticos del nacimiento de la iglesia de Ieshua se agrega por algunos - sin entendimiento en mi modo de ver - aquello de la exigencia de volver cumplir las demandas de la Torah y guardar los sábados - y no otro día - para la adoración de Dios/Elohim. Estas demandas hechas a menudo con mas "celo que entendimiento" ha retrasado mucho el progreso de la renovada visión profética de la restauración de Israel al final de los tiempos, agregando el peso de cadenas que no tiene. Pero la principal encomienda del Mesías que confesamos y testimoniamos, esto es: restaurar el Reino de Israel en el final de los tiempos, es tan removedor como perspectiva profética que nos obliga a reever muchos puntos de vista tradicionales sobre la iglesia de Cristo que durante muchos siglos - y talvez porque no era el momento de Dios - ha vivido de espaldas a su destino final.
El evangelio del Reino se refiere a un Reino especifico que sera instalado en tierras biblicas al final de los dias y que tiene como subditos al remanente renacido de "todo Israel": de los judios, y de los descendientes de las "tribu perdidas" del Reino del Norte, que Él en su misericordia fue a buscar con el silbo delicado de la predicacion a toda criatura. .
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NOTA
Todo en el Reino de Dios es por fe. Al que está sediento de salvación no le interesan los contextos históricos. Quiere saber que Ieshua Hamashiaj murió por él, lo que es verdad. Quiere saber que él lo rescatará de las garras del pecado, lo que es verdad. Quiere saber que su sangre lo restaura a la vida de santidad si por acaso cae, lo que también es verdad ¡Gloria a Dios!. Y quiere saber, finalmente, que por la fe en el Resucitado tiene vida eterna, lo que también es un preciosa y poderosa verdad ¡Aleluya!. Es por la fe que obtenemos la salvación, y no es necesario agregar un examen de ADN para descubrir nuestros supuestos genes israelitas (que además es imposible). Pero es interesante reparar que cuando dejamos entrar por la fe en nuestros corazones al Mesías de Israel quedamos ligados para siempre al destino de esa nacion especifica que Dios/Elohim ha elegido como su instrumento de redencion de las naciones, no de alguna otra organización sustituta que - segun algunas teologias - hereda las bendiciones de Israel. "Iglesia" quiere decir "congregacion" y asi llamo Dios/Elohim a su pueblo en las faldas del Sinai. La "iglesia" nuevamente recoibrara su identidad como congregacion de Israel, de la cual los 144.000.000 israelitas son las primicias. Este es el desafío de renovación doctrinaria para entender los tiempos que se aproximan vertiginosamente a que la iglesia esta llamada hoy.
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casarica