El cuadro profético que miramos en el libro de Daniel, es Cristo y la venida de Su reino en favor de Su pueblo, y en medio de una lucha que Satanás y su reino de pecado hacen en contra de ellos. En Daniel 7, miramos los reinos de este mundo representados como 4 bestias. El león que se levanta "a manera de hombre" es Babilonia. (Daniel 7:4). El oso que "devora mucha carne" es Medo Persia. (Daniel 7:5). El leopardo a quien "le fue dado dominio" es Grecia. (Daniel 7:6). Y finalmente, la cuarta bestia que en este libro no recibe nombre, la cual es este mundo desde los días de Roma hasta hoy, tanto en su carácter pagano, como el religioso y político. (Daniel 7:7). El cuerno pequeño que tiene "ojos como de hombre, y una boca que hablaba grandes cosas" aparece en el cuarto reino. (Daniel 7:8). Finalmente, la intervención del Anciano de días como el Juez, y la mediación del Hijo del Hombre como mediador; le otorga el reino que él recibió, a los santos del Altísimo. (Daniel 7:13-14; 22; 27).
Dios representa el destino de la humanidad como bestias que devoran, porque Cristo es quien por su intercesión logra vencer por su pueblo.
Son las mismas bestias que matara David cuando era pastor de las ovejas de su padre, antes de enfrentar finalmente al blasfemo Goliat. (1 Samuel 17: 33-37). "Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo." (verso 37). Son los mismos animales que aparecen en Daniel 7, antes de que se mencionara al cuerno pequeño, el cual como Goliat, y muchos hombres en la historia, se atrevieron a blasfemar el Nombre de Dios siendo sólo hombres, en contra del Creador. (1 Samuel 17:23; 45-46; Isaías 37:23; Ezequiel 28:1-10). Cristo es el Buen Pastor que dá Su vida por las ovejas. "Jehová es mi pastor; nada me faltará…Tu vara y tu cayado me infundirán aliento" dice el Salmista. (Salmo 23:1; 4). La victoria de David contra Goliat es un antitipo del Triunfo de Cristo sobre el hombre de pecado, el cuerno pequeño.
En Daniel 7 se mira a Cristo librando a su pueblo de estos reinos que devoran. (Daniel 7:17-18; 23-28). Lo mismo ocurre con todos los otros capítulos de Daniel; se vuelve una y otra vez a mirar a Cristo interviniendo directamente por su pueblo. En Daniel 8 es la voz humana que le gritó a Gabriel que le enseñara la visión a Daniel. En Daniel 9 es el Mesías Prícipe. En Daniel 10, 11 y 12 es Miguel. Siempre en toda la Biblia, veremos a Jesús en el medio, en lo alto y en lo ancho de cada historia, de cada profecía y mensaje.
Entonces surge la pregunta: ¿Excluye Dios a Cristo en el símbolo de la destrucción de la imagen de Nabucodonosor en Daniel Capítulo Dos? Dejemos que la Biblia nos responda:
La imagen está conformada por varias partes de metales con un valor que va decayendo, según desciende la descripción de la imagen en el tiempo. (Oro, plata, bronce, hierro, hierro mezclado con barro). Se ve la cabeza de oro que es Nabucodonosor, quien es directamente e individualmente señalado, y con quien inicia esta profecía que él mismo soñara, y que entonces Daniel vió después en visión. No se menciona el reino de Babilonia, sino al hombre que lo gobernaba para anunciar el inicio de la profecía: "Tú eres esa cabeza de oro". (Daniel 2:38). La imagen que se levanta tiene figura de hombre, rostro de hombre, como el hombre de pecado, el hijo de perdición; como el número de hombre de la bestia en contra de Cristo, el Hijo del Hombre. (Apocalipsis 17:12-14).
"Después de ti, se levantará un reino inferior al tuyo, y un tercer reino de bronce, el cual dominará toda la tierra". (Daniel 2:39). El segundo reino tiene menor gloria y pierde valor, tal como la plata es inferior al oro; es el reino de Medo Persia. Al igual que al leopardo de Daniel 7:6, "le fue dado dominio", aquí vemos al tercer reino que "dominará toda la tierra". Los colores de los metales en Daniel 2, son semejantes a los colores de las bestias en Daniel 7. El oro tiene un color parecido al de la piel del león. De igual manera la plata, cuando está en bruto sin pulirse, tiene el color gris oscuro del oso real (no del oso café de la selva o el oso blanco de los polos). El leopardo es color ámbar, como café claro rojizo, tal como el bronce de la estatua.
Quebranta y desmenuza
Vamos llegando a un punto de este estudio que es interesante: En el Capítulo dos, el cuarto reino es de hierro, tal como se ven los dientes de hierro de la cuarta bestia en Daniel 7. De paso, las uñas de la bestia son de bronce, así como los muslos en la imagen, ya que van conectados con las piernas. Roma absorbió mucho de la cultura helenística. La religión y la filosofía de los griegos estuvo unida con el imperio. De allí que muchos teólogos erróneamente dicen que el cuarto reino es una extensión de Grecia, pero Dios le llama, "un cuarto reino" que "será diferente a todos los otros reinos", destacando y extendiendo en éste último y no en Grecia, el resto del conflicto, hasta la venida del Señor Jesucristo. (Daniel 2:40-45; Daniel 7:7; 19-27).
Ahora notemos lo que ocurre con este poder: "Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, DESMENUZARÁ Y QUEBRANTARÁ todo. (Daniel 2:40). También en el Capítulo 7, se mira el mismo carácter con la cuarta bestia: "devoraba y DESMENUZABA, y las sobras hollaba con SUS PIES" y "a los santos del Altísimo QUEBRANTARÁ." (Daniel 7:7; 25).
Pero ahora, se anuncia la piedra que golpea a la imagen: "Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y LOS DESMENUZÓ. Entonces fueron DESMENUZADOS también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que HIRIÓ a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra." (Daniel 2:34-35). "Y en los días de estos reyes EL DIOS DEL CIELO LEVANTARÁ un reino (o un rey se puede traducir, del Hebreo: Melej) que no será jamás destruido, ni será el reino (o el rey) dejado (entregado o dado) a OTRO PUEBLO; DESMENUZARÁ Y CONSUMIRÁ a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, NO CON MANO, la cual DESMENUZÓ el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación. (Daniel 2:44-45). En estos días finales se levantará Miguel con el Espíritu. (Daniel 12:1-2; Isaías 59:19-21).
Jesús vino a este mundo a buscarnos, y a dar su vida como Buen Pastor por nosotros dentro de la historia de esta profecía. Él es la piedra que fue cortada del monte sin mano, porque escrito está: "Acercándoos a él, piedra viva, DESECHADA ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque TROPIEZAN EN LA PALABRA, siendo DESOBEDIENTES; a lo cual fueron también destinados." (1 Pedro 2:4-8). Pedro luego pasa a declarar que somos LINAJE escogido de Dios, y REAL sacerdocio. (1 Pedro 2:9).
La piedra por eso no viene desde los cielos, sino que fue cortada desde el monte Sion, porque nuestro Salvador vino a vivir en medio de su pueblo, y a morir por todos nosotros en esta tierra de pecado. Es en el monte Sion, en sentido espiritual, donde Cristo roció su sangre como mediador del nuevo pacto. (Hebreos 12:18-24). "Porque fue CORTADO de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue HERIDO" (Isaías 53:8). Como Cristo fue herido, justamente ahora Él hiere a la imagen en sus pies de barro cocido de Alfarero para juntar a sus escogidos: "Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra." (Daniel 2:35). Por eso le causa la herida mortal a la bestia. Fue quebrantado por el cuarto reino de este mundo porque aceptó beber el cáliz que Su Padre le dio a beber: "Con todo eso, Jehová quiso QUEBRANTARLO, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá LINAJE, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será EN SU MANO prosperada." (Isaías 53:10). Por eso la mano que corta no es mano humana, sino Divina. El mismo Jesús cortará al último de sus enemigos en Su gloriosa venida. (Daniel 8:25).
"Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Por tanto os digo, que EL REINO DE DIOS será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra será QUEBRANTADO; y sobre quien ella cayere, le DESMENUZARÁ" (Mateo 21:42-44). La piedra que desmenuza los pies de la imagen de Nabucodonosor, es Cristo Jesús nuestro Señor Y Su pueblo edificado sobre Él en el monte Sion. Por esta razón se ve a nuestro Salvador y a los 144,000 en el monte Sion en Apocalipsis 14:1.
El cuarto reino quebrantó y desmenuzó a Cristo y a su pueblo, pero ahora es el Señor el que vendrá a quebrar y a desmenuzar a todos estos reinos, porque escrito está: "Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré HOY. (No dice en la eternidad pasada, sino "hoy", en Sion, en este mundo, cuando tomó nuestra humanidad; cuando se hizo carne, pues de otra manera no le hubiera dicho primero esto a David, quien era hijo también como nosotros y de quien vendría el Cristo.) Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya LOS CONFINES DE LA TIERRA. Los QUEBRARÁS con vara de HIERRO; como vasija de alfarero los DESMENUZARÁS." (Salmo 2:6-9). También nos ha dado a todos participar de la gloria de Su reino y de juzgar entre las naciones y vivir para siempre en nuevos cielos y nueva tierra: "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. (Apocalipsis 2:26-29). Estamos unidos en un solo cuerpo con Cristo y con Él reinaremos. (Apocalipsis 20:4). Por eso dice que "la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra." (Daniel 2:35).
El Señor los desmenuzará como vasija de alfarero, porque el Alfarero es Dios, que quebranta la vasija de barro en su mano, la cual es su pueblo escogido. Esta palabra abarca aún a todas las naciones que están en su mano, como también está escrito: "Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder EN SU MANO; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro EN LA MANO del alfarero, así sois vosotros EN MI MANO, oh casa de Israel. (Jeremías 18:1-6).
El barro no solamente se aplica a Israel como nación elegida, sino a todo hijo sincero de Dios que entre en el pacto Sempiterno: "Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra DE TUS MANOS somos todos nosotros." (Isaías 64:8).
Se aplica a la iglesia que es el cuerpo de Cristo: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder SEA DE DIOS, Y NO DE NOSOTROS, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. (2 Corintios 4:7-10). Nosotros, su iglesia, somos el barro en la mano del Alfarero.
Se mezclarán, pero no se unirán
Daniel 2:41-43 nos revela que el barro del Alfarero se mezcló con los reinos de este mundo; en estos días finales, la iglesia del Señor se ha mezclado con el paganismo de Roma y sus prácticas disfrazadas con manto de cristianismo. "Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de BARRO COCIDO DE ALFARERO y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro".
Las palabras de Josué nos advirten al igual que a los de su generación estando en la Canaán, a no mezclarnos con los reinos de los pies de la imagen de Daniel 2: "Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios. Porque si os apartareis, y os uniereis a lo que resta de estas naciones que han quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros, sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado. (Josué 23:11-13).
Dios representa el destino de la humanidad como bestias que devoran, porque Cristo es quien por su intercesión logra vencer por su pueblo.
Son las mismas bestias que matara David cuando era pastor de las ovejas de su padre, antes de enfrentar finalmente al blasfemo Goliat. (1 Samuel 17: 33-37). "Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo." (verso 37). Son los mismos animales que aparecen en Daniel 7, antes de que se mencionara al cuerno pequeño, el cual como Goliat, y muchos hombres en la historia, se atrevieron a blasfemar el Nombre de Dios siendo sólo hombres, en contra del Creador. (1 Samuel 17:23; 45-46; Isaías 37:23; Ezequiel 28:1-10). Cristo es el Buen Pastor que dá Su vida por las ovejas. "Jehová es mi pastor; nada me faltará…Tu vara y tu cayado me infundirán aliento" dice el Salmista. (Salmo 23:1; 4). La victoria de David contra Goliat es un antitipo del Triunfo de Cristo sobre el hombre de pecado, el cuerno pequeño.
En Daniel 7 se mira a Cristo librando a su pueblo de estos reinos que devoran. (Daniel 7:17-18; 23-28). Lo mismo ocurre con todos los otros capítulos de Daniel; se vuelve una y otra vez a mirar a Cristo interviniendo directamente por su pueblo. En Daniel 8 es la voz humana que le gritó a Gabriel que le enseñara la visión a Daniel. En Daniel 9 es el Mesías Prícipe. En Daniel 10, 11 y 12 es Miguel. Siempre en toda la Biblia, veremos a Jesús en el medio, en lo alto y en lo ancho de cada historia, de cada profecía y mensaje.
Entonces surge la pregunta: ¿Excluye Dios a Cristo en el símbolo de la destrucción de la imagen de Nabucodonosor en Daniel Capítulo Dos? Dejemos que la Biblia nos responda:
La imagen está conformada por varias partes de metales con un valor que va decayendo, según desciende la descripción de la imagen en el tiempo. (Oro, plata, bronce, hierro, hierro mezclado con barro). Se ve la cabeza de oro que es Nabucodonosor, quien es directamente e individualmente señalado, y con quien inicia esta profecía que él mismo soñara, y que entonces Daniel vió después en visión. No se menciona el reino de Babilonia, sino al hombre que lo gobernaba para anunciar el inicio de la profecía: "Tú eres esa cabeza de oro". (Daniel 2:38). La imagen que se levanta tiene figura de hombre, rostro de hombre, como el hombre de pecado, el hijo de perdición; como el número de hombre de la bestia en contra de Cristo, el Hijo del Hombre. (Apocalipsis 17:12-14).
"Después de ti, se levantará un reino inferior al tuyo, y un tercer reino de bronce, el cual dominará toda la tierra". (Daniel 2:39). El segundo reino tiene menor gloria y pierde valor, tal como la plata es inferior al oro; es el reino de Medo Persia. Al igual que al leopardo de Daniel 7:6, "le fue dado dominio", aquí vemos al tercer reino que "dominará toda la tierra". Los colores de los metales en Daniel 2, son semejantes a los colores de las bestias en Daniel 7. El oro tiene un color parecido al de la piel del león. De igual manera la plata, cuando está en bruto sin pulirse, tiene el color gris oscuro del oso real (no del oso café de la selva o el oso blanco de los polos). El leopardo es color ámbar, como café claro rojizo, tal como el bronce de la estatua.
Quebranta y desmenuza
Vamos llegando a un punto de este estudio que es interesante: En el Capítulo dos, el cuarto reino es de hierro, tal como se ven los dientes de hierro de la cuarta bestia en Daniel 7. De paso, las uñas de la bestia son de bronce, así como los muslos en la imagen, ya que van conectados con las piernas. Roma absorbió mucho de la cultura helenística. La religión y la filosofía de los griegos estuvo unida con el imperio. De allí que muchos teólogos erróneamente dicen que el cuarto reino es una extensión de Grecia, pero Dios le llama, "un cuarto reino" que "será diferente a todos los otros reinos", destacando y extendiendo en éste último y no en Grecia, el resto del conflicto, hasta la venida del Señor Jesucristo. (Daniel 2:40-45; Daniel 7:7; 19-27).
Ahora notemos lo que ocurre con este poder: "Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, DESMENUZARÁ Y QUEBRANTARÁ todo. (Daniel 2:40). También en el Capítulo 7, se mira el mismo carácter con la cuarta bestia: "devoraba y DESMENUZABA, y las sobras hollaba con SUS PIES" y "a los santos del Altísimo QUEBRANTARÁ." (Daniel 7:7; 25).
Pero ahora, se anuncia la piedra que golpea a la imagen: "Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y LOS DESMENUZÓ. Entonces fueron DESMENUZADOS también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que HIRIÓ a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra." (Daniel 2:34-35). "Y en los días de estos reyes EL DIOS DEL CIELO LEVANTARÁ un reino (o un rey se puede traducir, del Hebreo: Melej) que no será jamás destruido, ni será el reino (o el rey) dejado (entregado o dado) a OTRO PUEBLO; DESMENUZARÁ Y CONSUMIRÁ a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, NO CON MANO, la cual DESMENUZÓ el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación. (Daniel 2:44-45). En estos días finales se levantará Miguel con el Espíritu. (Daniel 12:1-2; Isaías 59:19-21).
Jesús vino a este mundo a buscarnos, y a dar su vida como Buen Pastor por nosotros dentro de la historia de esta profecía. Él es la piedra que fue cortada del monte sin mano, porque escrito está: "Acercándoos a él, piedra viva, DESECHADA ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; y el que creyere en él, no será avergonzado. Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo; y: Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, porque TROPIEZAN EN LA PALABRA, siendo DESOBEDIENTES; a lo cual fueron también destinados." (1 Pedro 2:4-8). Pedro luego pasa a declarar que somos LINAJE escogido de Dios, y REAL sacerdocio. (1 Pedro 2:9).
La piedra por eso no viene desde los cielos, sino que fue cortada desde el monte Sion, porque nuestro Salvador vino a vivir en medio de su pueblo, y a morir por todos nosotros en esta tierra de pecado. Es en el monte Sion, en sentido espiritual, donde Cristo roció su sangre como mediador del nuevo pacto. (Hebreos 12:18-24). "Porque fue CORTADO de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue HERIDO" (Isaías 53:8). Como Cristo fue herido, justamente ahora Él hiere a la imagen en sus pies de barro cocido de Alfarero para juntar a sus escogidos: "Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra." (Daniel 2:35). Por eso le causa la herida mortal a la bestia. Fue quebrantado por el cuarto reino de este mundo porque aceptó beber el cáliz que Su Padre le dio a beber: "Con todo eso, Jehová quiso QUEBRANTARLO, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá LINAJE, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será EN SU MANO prosperada." (Isaías 53:10). Por eso la mano que corta no es mano humana, sino Divina. El mismo Jesús cortará al último de sus enemigos en Su gloriosa venida. (Daniel 8:25).
"Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser cabeza del ángulo. El Señor ha hecho esto, y es cosa maravillosa a nuestros ojos? Por tanto os digo, que EL REINO DE DIOS será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él. Y el que cayere sobre esta piedra será QUEBRANTADO; y sobre quien ella cayere, le DESMENUZARÁ" (Mateo 21:42-44). La piedra que desmenuza los pies de la imagen de Nabucodonosor, es Cristo Jesús nuestro Señor Y Su pueblo edificado sobre Él en el monte Sion. Por esta razón se ve a nuestro Salvador y a los 144,000 en el monte Sion en Apocalipsis 14:1.
El cuarto reino quebrantó y desmenuzó a Cristo y a su pueblo, pero ahora es el Señor el que vendrá a quebrar y a desmenuzar a todos estos reinos, porque escrito está: "Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré HOY. (No dice en la eternidad pasada, sino "hoy", en Sion, en este mundo, cuando tomó nuestra humanidad; cuando se hizo carne, pues de otra manera no le hubiera dicho primero esto a David, quien era hijo también como nosotros y de quien vendría el Cristo.) Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya LOS CONFINES DE LA TIERRA. Los QUEBRARÁS con vara de HIERRO; como vasija de alfarero los DESMENUZARÁS." (Salmo 2:6-9). También nos ha dado a todos participar de la gloria de Su reino y de juzgar entre las naciones y vivir para siempre en nuevos cielos y nueva tierra: "Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre; y le daré la estrella de la mañana. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. (Apocalipsis 2:26-29). Estamos unidos en un solo cuerpo con Cristo y con Él reinaremos. (Apocalipsis 20:4). Por eso dice que "la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra." (Daniel 2:35).
El Señor los desmenuzará como vasija de alfarero, porque el Alfarero es Dios, que quebranta la vasija de barro en su mano, la cual es su pueblo escogido. Esta palabra abarca aún a todas las naciones que están en su mano, como también está escrito: "Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder EN SU MANO; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro EN LA MANO del alfarero, así sois vosotros EN MI MANO, oh casa de Israel. (Jeremías 18:1-6).
El barro no solamente se aplica a Israel como nación elegida, sino a todo hijo sincero de Dios que entre en el pacto Sempiterno: "Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste; así que obra DE TUS MANOS somos todos nosotros." (Isaías 64:8).
Se aplica a la iglesia que es el cuerpo de Cristo: Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder SEA DE DIOS, Y NO DE NOSOTROS, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos. (2 Corintios 4:7-10). Nosotros, su iglesia, somos el barro en la mano del Alfarero.
Se mezclarán, pero no se unirán
Daniel 2:41-43 nos revela que el barro del Alfarero se mezcló con los reinos de este mundo; en estos días finales, la iglesia del Señor se ha mezclado con el paganismo de Roma y sus prácticas disfrazadas con manto de cristianismo. "Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de BARRO COCIDO DE ALFARERO y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro".
Las palabras de Josué nos advirten al igual que a los de su generación estando en la Canaán, a no mezclarnos con los reinos de los pies de la imagen de Daniel 2: "Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios. Porque si os apartareis, y os uniereis a lo que resta de estas naciones que han quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros, sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado. (Josué 23:11-13).