La palabra

La palabra 20-04-2003

La palabra 20-04-2003

2 El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas. Dijo Jehová a Oseas: “Ve, toma una mujer fornicaria, e hijos de fornicación, porque la tierra fornica apartándose de Jehová”.
3 Fue pues, tomo a Gomer, hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz a un Hijo.
4 Y le dijo Jehová: “Ponle por nombre de Jezreel, porque de aquí a poco Yo castigaré la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel.
5 -Y en aquel día quebrantaré Yo el arco de Israel en el valle de Jezreel.
7 Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada ni con batalla, ni con caballos ni jinetes”.
Oseas 1:2-5, 7

La interpretación de estas palabras es que Gomer fornicó después del matrimonio y Oseas entendió que su casamiento con ella había sido conducido por Dios para que Oseas pudiera dar un mensaje vivo de la misericordia de Dios.
La desdicha doméstica de Oseas sirvió de antecedente para el mensaje del profeta. Así como Gomer había sido infiel a Oseas, Israel también lo había sido hacia Dios.
La casa de Jehú fue responsable de la muerte de Joram de Israel, Ocozías de Judá y Jezabel. El celo de Jehú por la exterminación del culto de Baal, no justificaba los asesinatos.
Así mismo, Dios nos muestra en el versículo 7 su misericordia a través de las palabras del profeta Oseas, también anuncia la restauración de Israel en un lugar de Honor, ya que la salvación no será ni con espada, ni con jinetes ni con arco. Sino por medio del Hijo del Hombre (Jesucristo) y solo a quienes lo reconozcan como tal.
Este no es mas que otra prueba de que el Evangelio esta divinamente estructurado por las concordancias entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento a través de la inspiración divina de quienes lo han escrito.

Que Dios los bendiga.
:corazon: :corazon: :corazon:
 
La palabra 21-04-2003

La palabra 21-04-2003

Dios envió mensaje a los hijos de Israel, anunciando el Evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es el Señor de todos.
Hechos 10:36

La paz os dejo, mi paz os doy…No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Juan 14:27

La paz con Dios – La paz de Dios.
He aquí dos expresiones muy distintas.
“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios, por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1) Cristo murió por nosotros y, habiendo cumplido por su sacrificio todas las exigencias divinas respecto al pecado, hizo “la paz mediante la sangre de su cruz (Colosenses 1: 20). Entonces, todos los que creen en la obra expiatoria de Cristo son reconciliados con Dios: eran enemigos, ahora son justificados (Romanos 5:9-10). No gozar esta paz con Dios es menospreciar las bendiciones que él nos da.
La paz de Dios es otra cosa. Es la paz de aquél que habita en luz inaccesible, una paz que nada ni nadie puede turbar. Sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4: 7) y puede guardar nuestros corazones y nuestros pensamientos cuando nuestros pensamientos nos abrumaran. Dios no nos pide que permanezcamos indiferentes o estoicos en medio de las pruebas, sino que quiere que no estemos inquietos, que le contemos todas nuestras preocupaciones y le pidamos su ayuda en oración. Aun mas: desea que nos regocijemos siempre en el Señor. Así disfrutaremos de la paz con Dios.
Por cierto, nadie conocerá la paz de Dios mientras no tenga la paz con Dios.

Que Dios los bendiga.
 
La palabra 22-04-2003

La palabra 22-04-2003

Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Juan 17:13

Les daré corazón, para que me conozcan.
Jeremías 24:7

Generaciones de pensadores y filósofos se han esforzado por llegar hasta Dios y penetrar su pensamiento. Ha sido un fracaso total: el hombre no puede lograr esa meta tomando por guía su sola razón. Únicamente desemboca en una representación humana, y, por lo tanto, incierta. No puede sacar de ella fuerza alguna, ni gozo, ni paz, mientras que el verdadero conocimiento de Dios debe producir en el alma un efecto bienhechor. ¡Qué trágica situación del ser humano!: para siempre esta separado de su Creador, no solamente por su desobediencia, sino también por la total insuficiencia de sus capacidades naturales, las que no pueden concebir lo absoluto y lo infinito.
Pero, para felicidad de su criatura, Dios quería revelársele, y por eso envió a su propio hijo a esta tierra: “a Dios nadie lo vio jamás; el unigénito Hijo…le ha dado a conocer.”(Juan1:18). Ahora que Jesús no esta más en la tierra, esa revelación nos es dada por la palabra de Dios, esclarecida por el Espíritu Santo.
Este conocimiento de Dios no está hecho con verdades abstractas, dogmas o preceptos, sino que está ligado a una persona: Jesucristo. Si le buscamos a él, aprenderemos a conocerle mejor, le amaremos cada vez más y le serviremos con el discernimiento que el Espíritu Santo da a un corazón humilde y agradecido. “Creed en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. (2 Pedro 3:18)

Que Dios los bendiga.