Josué 2:4-5 Mas la mujer había tomado los dos hombres, y los había escondido; y dijo: Verdad que hombres vinieron á mí, mas no supe de dónde eran: Y al cerrarse la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé á dónde se han ido: seguidlos aprisa, que los alcanzaréis.
Dos hombres de Dios estaban en peligro y esta mujer, de mala reputación les escondió, ¿Cómo lo hizo?, pues recurriendo a la mentira, dijo a los enviados del rey de Jericó que los espías se habían ido y que ella no sabía de donde eran, si bien cabe la posibilidad respecto a que en ese momento ella no supiese de donde eran si queda claro que estaba consiente de que no se habían ido dado que ella misma les escondió.
La ley dada por el Señor para su pueblo respecto a faltar a la verdad deliberadamente , antes de los sucesos de Jericó, dice:
Éxodo 20:16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
Algún quisquilloso podría argumentar que Rahab no era judía y que técnicamente no estaba dando falso testimonio contra su prójimo (eso evidentemente si entendemos como dar falso testimonio sólo la calumnia). Sin embargo ya en la fe cristiana (y judía) se ha entendido universalmente que Dios aborrece la mentira
Proverbios 21:28 El testigo mentiroso perecerá: Mas el hombre que oye, permanecerá en su dicho.
Juan 8:44 Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. Él, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Apocalipsis 21:8 Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
En el antiguo y nuevo testamentos las consecuencias para quien ha mentido han sido invariablemente malas, así sucedió con Caín, después de matar a su hermano y con Jacob cuando mintió a su padre y tuvo que huir, y también los hijos de éste último cuando mintieron a cerca de la muerte de José. Sin embargo lo paradójico es que en el caso particular de Rahab su actitud no sólo no parece tener castigo sino que es recompensada con la preservación de la vida de ella y de su familia y no sólo con eso sino aparentemente con un sitio de honra no sólo para los judíos sino también para los primitivos cristianos.
El autor de la carta a los Hebreos señala:
Hebreos 11:31 Por fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos, habiendo recibido á los espías con paz.
La propia tesis de Santiago respecto a la necesidad de las obras como testimonio de la fe nos hace pensar que Rahab fue salva no sólo de la muerte física sino también de la espiritual
Santiago 2:25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fué justificada por obras, cuando recibió los mensajeros, y los echó fuera por otro camino?
Esto presenta un conflicto para mi, en mi concepto de que ¿cómo puede Dios bendecir a alguien que peca deliberadamente de ésta forma?. La única respuesta que encuentro a ésta pregunta no radica en la disculpa tonta de “la mentira piadosa”, sino en la gracia soberana del creador. ¿Quién de nosotros puede arrojar la primera piedra a Rahab?
Salmos 116:10-12 Creí; por tanto hablé, Estando afligido en gran manera.
Y dije en mi apresuramiento: Todo hombre es mentiroso.
¿Qué pagaré á Jehová Por todos sus beneficios para conmigo?
Romanos 9:18 De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere, endurece.
En ninguna manera debemos hacer apología de la mentira de Rahab pero si del incomparable amor del que la justificó por la fe, siendo ella aún pecadora.
¿Puede alguien comentar algo más al respecto?
Dos hombres de Dios estaban en peligro y esta mujer, de mala reputación les escondió, ¿Cómo lo hizo?, pues recurriendo a la mentira, dijo a los enviados del rey de Jericó que los espías se habían ido y que ella no sabía de donde eran, si bien cabe la posibilidad respecto a que en ese momento ella no supiese de donde eran si queda claro que estaba consiente de que no se habían ido dado que ella misma les escondió.
La ley dada por el Señor para su pueblo respecto a faltar a la verdad deliberadamente , antes de los sucesos de Jericó, dice:
Éxodo 20:16 No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
Algún quisquilloso podría argumentar que Rahab no era judía y que técnicamente no estaba dando falso testimonio contra su prójimo (eso evidentemente si entendemos como dar falso testimonio sólo la calumnia). Sin embargo ya en la fe cristiana (y judía) se ha entendido universalmente que Dios aborrece la mentira
Proverbios 21:28 El testigo mentiroso perecerá: Mas el hombre que oye, permanecerá en su dicho.
Juan 8:44 Vosotros de vuestro padre el diablo sois, y los deseos de vuestro padre queréis cumplir. Él, homicida ha sido desde el principio, y no permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.
Apocalipsis 21:8 Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.
En el antiguo y nuevo testamentos las consecuencias para quien ha mentido han sido invariablemente malas, así sucedió con Caín, después de matar a su hermano y con Jacob cuando mintió a su padre y tuvo que huir, y también los hijos de éste último cuando mintieron a cerca de la muerte de José. Sin embargo lo paradójico es que en el caso particular de Rahab su actitud no sólo no parece tener castigo sino que es recompensada con la preservación de la vida de ella y de su familia y no sólo con eso sino aparentemente con un sitio de honra no sólo para los judíos sino también para los primitivos cristianos.
El autor de la carta a los Hebreos señala:
Hebreos 11:31 Por fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los incrédulos, habiendo recibido á los espías con paz.
La propia tesis de Santiago respecto a la necesidad de las obras como testimonio de la fe nos hace pensar que Rahab fue salva no sólo de la muerte física sino también de la espiritual
Santiago 2:25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fué justificada por obras, cuando recibió los mensajeros, y los echó fuera por otro camino?
Esto presenta un conflicto para mi, en mi concepto de que ¿cómo puede Dios bendecir a alguien que peca deliberadamente de ésta forma?. La única respuesta que encuentro a ésta pregunta no radica en la disculpa tonta de “la mentira piadosa”, sino en la gracia soberana del creador. ¿Quién de nosotros puede arrojar la primera piedra a Rahab?
Salmos 116:10-12 Creí; por tanto hablé, Estando afligido en gran manera.
Y dije en mi apresuramiento: Todo hombre es mentiroso.
¿Qué pagaré á Jehová Por todos sus beneficios para conmigo?
Romanos 9:18 De manera que del que quiere tiene misericordia; y al que quiere, endurece.
En ninguna manera debemos hacer apología de la mentira de Rahab pero si del incomparable amor del que la justificó por la fe, siendo ella aún pecadora.
¿Puede alguien comentar algo más al respecto?