TIMOTEO AUNQUE NO CONTESTES NUNCA Y A LO MEJOR NI LEES LO QUE SE TE ESCRIBE, INTENTA LEER ESTO:
Decia la madre Teresa:
Hace un tiempo, dos jóvenes vinieron a nuestra casa y me dieron bastante dinero. Yo les pregunté: "¿Dónde consiguieron tanto dinero?" Ellos dijeron: "Hace dos días nos casamos, y antes del matrimonio decidimos que no tendríamos trajes nupciales, ni celebraciones y le hemos traído el dinero". Y yo les pregunté "¿Cómo es que han hecho eso?" Y me dijeron: "Nos amamos tanto que queríamos compartir el gozo de nuestro amor con los pobres a los que ustedes sirven". ¿Alguna vez han experimentado el gozo de amar dando hasta que duela?
Hace una semanas, antes de venir, un señor llegó a nuestra casa con su pequeño hijo. Y el señor me dijo: "Mi hijo la quiere mucho a usted, Madre Teresa, y durante un mes no ha gastado su propina porque quiere hacerle un regalo para los pobres a los que usted ama tanto". Y el señor me dijo luego: "Me siento tan avergonzado delante de mi hijo. Yo también la quiero a usted, por eso he decidido que voy a dejar de fumar por un mes, no voy a beber por un mes y le voy a dar ese dinero a usted". Aquí están un padre y un niño juntos ofreciendo su amor en acción. No se trata de cuánto demos, sino de cuánto amor ponemos en lo que damos. Es por eso que es importante orar. Es importante tener un corazón limpio, porque un corazón limpio estará siempre lleno de amor, y el amor no puede mantenerse sin ser usado, tiene que transformarse en acción.
Como ustedes saben, nuestra congregación está completamente dedicada a servir a los más pobres de los pobres. La meta de nuestra congregación es saciar la sed de Jesús en la Cruz dando amor a los pobres, trabajando por la salvación y la santificación de los más pobres de los pobres. Es algo muy hermoso conocer y amar al pobre. Por eso es necesario conocerlos, amarlos y servirlos. Para poder lograrlo es necesario acercarnos y compartir con ellos el gozo del Amor.
No se si ustedes saben que en Lima tenemos una casa para los enfermos, los lisiados, los que no son amados, los abandonados; nos daría mucho gusto si alguna vez ustedes fuesen y compartiesen un poco de ese amor con ellos; son gente muy linda. Recientemente, hemos abierto casas para personas que sufren de SIDA; la mayoría de ellos son gente joven. Y la mayoría de ellos uno a uno muere, pero tienen una muerte muy hermosa, en paz con Dios. Un joven estuvo agonizando por tres días y no podía morir. La hermana le preguntó: "¿Qué cosa es lo que te preocupa?, ¿qué te duele?, ¿qué cosa es lo que te impide morir? Yo deseo ayudarte". Y el joven respondió. "Hermana, no puedo morir hasta que no le haya pedido perdón a mi padre". La hermana averiguó donde vivía el padre y lo trajo por avión a donde su hijo estaba. Fue una hermosa y viva realidad de la parábola del hijo pródigo. El padre que abraza a su hijo y perdona y el hijo que pide perdón: una viva reconciliación. Fue emocionante y reconfortante ver al joven encontrarse con la muerte lleno de paz con Dios. Oremos por estos jóvenes para que se pueda encontrar la medicina que los sane, pero especialmente oremos para que encuentren el coraje que necesitan para estar en paz con el Padre.
SAN FRANCISCO DE ASIS
Te voy a hablar un poco de él.
Los discípulos de San Francisco de Asís tenían que seguir el mismo estilo de vida de los de Jesús. El mismo Francisco les ordenó: "No poseáis oro, ni plata, ni dinero en vuestras fajas, ni alforjas para el camino, ni dos túnicas, ni zapato, ni cayado". Una frase extraída del mismo Evangelio: Mateo 10, 9-10.
"El Señor me condujo ente los leprosos y con ellos hice misericordia, Y aquello que me había parecido amargo se me convirtió en dulzura del alma y del cuerpo".
Pero Francisco también era un hombre de paz. Poseía la paz de las bienaventuranzas. Cuando saludaba, deseaba a todos la Paz y el Bien. Predicaba la paz y deseaba que todos fueran capaces de perdonar a fin de disfrutar de ella. Estando enemistados el obispo y el alcalde de Asís, Francisco dijo a uno de los frailes: "Es una vergüenza para nosotros, siervos de Dios, que el obispo y el alcalde se odien de esta manera y que nadie no procure poner paz". Y como que Francisco estaba enfermo, envió a dos frailes a pedir al obispo y al alcalde que hicieran las paces para el bien del pueblo. Los dos se reconciliaron.
Sobre el Padre nuestro San Francisco lo extendia asi:
Oh santísimo Padre nuestro: creador, redentor, consolador y salvador nuestro.
Que estás en el cielo: en los ángeles y en los santos; iluminándolos para el conocimiento, porque tú, Señor, eres luz; inflamándolos para el amor, porque tú, Señor, eres amor; habitando en ellos y colmándolos para la bienaventuranza, porque tú, Señor, eres sumo bien, eterno bien, del cual viene todo bien, sin el cual no hay ningún bien.
Santificado sea tu nombre: clarificada sea en nosotros tu noticia, para que conozcamos cuál es la anchura de tus beneficios, la largura de tus promesas, la sublimidad de la majestad y la profundidad de los juicios.
Venga a nosotros tu reino: para que tú reines en nosotros por la gracia y nos hagas llegar a tu reino, donde la visión de ti es manifiesta, la dilección de ti perfecta, la compañía de ti bienaventurada, la fruición de ti sempiterna.
Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo: para que te amemos con todo el corazón, pensando siempre en ti; con toda el alma, deseándote siempre a ti; con toda la mente, dirigiendo todas nuestras intenciones a ti, buscando en todo tu honor; y con todas nuestras fuerzas, gastando todas nuestras fuerzas y los sentidos del alma y del cuerpo en servicio de tu amor y no en otra cosa; y para que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, atrayéndolos a todos a tu amor según nuestras fuerzas, alegrándonos del bien de los otros como del nuestro y compadeciéndolos en sus males y no dando a nadie ocasión alguna de tropiezo.
Danos hoy nuestro pan de cada día: tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo: para memoria e inteligencia y reverencia del amor que tuvo por nosotros, y de lo que por nosotros dijo, hizo y padeció.
Perdona nuestras ofensas: por tu misericordia inefable, por la virtud de la pasión de tu amado Hijo y por los méritos e intercesión de la beatísima Virgen y de todos tus elegidos.
Como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden: y lo que no perdonamos plenamente, haz tú, Señor, que lo perdonemos plenamente, para que, por ti, amemos verdaderamente a los enemigos, y ante ti por ellos devotamente intercedamos, no devolviendo a nadie mal por mal, y nos apliquemos a ser provechosos para todos en ti.
No nos dejes caer en la tentación: oculta o manifiesta, súbita o importuna.
Y líbranos del mal: pasado, presente y futuro. Gloria al Padre, etc.
Sobre la paz
Haz de mi un instrumento de paz
Señor, haz de mi un instrumento de tu paz.
Donde haya odio, que yo lleve Amor.
Donde haya ofensa, que yo lleve Perdón.
Donde haya discordia, que yo lleve la unión.
Donde haya duda, que yo lleve la Fe.
Donde haya error, que yo lleva la Verdad.
Donde haya desesperación, que yo lleve la Esperanza.
Donde haya tristeza, que yo lleve la Alegría.
Donde haya tinieblas, que yo lleve la Luz.
Oh Maestro,
concédeme que yo no busque ser consolado,
sino consolar.
Ser comprendido, sino comprender.
Ser amado, sino amar.
Porque: dando se recibe,
perdonando se es perdonando,
muriendo se resucita a la Vida Eterna.
Y tu Timoteo te escuchas asi:
"esa viejita de ojos verdes lavando las llagas de algunos parias negroides hindùes.
Eso està bien para postales y pelìculas romànticas, pero la realidad es otra: predican que se puede merecer el Cielo con admirables esfuerzos antivomitivos, ademàs de contar con la salvadora Marìa. "
"Precisamente el veneno diabòlico que ha usado a la monja Teresa de Calcuta, consiste en hacer propaganda a travès de la imagen de ella para decirle al mundo que no es necesario oir y obedecer la Palabra de Dios escrita del Evangelio, sino que basta con conseguirse unos cuantos leprosos para bañarlos todos los dìas y mostrarle a todos cuan "buenos" somos."
"Muy romànticos y hollywoodescos sus lavatorios de hediondos intocables hindùes"
paz
Cuando amas a Jesus, empiezas a destilar ese amor y a sentirlo por los demás, y dificilmente te pronunciaras deseando que laguien este en el infierno, tampoco llamaras a la gente negroides hindus, ni les diras hediondos e intocables, ni necesitaras antivomitivos para ayudarlos.
San Francisco gustaba llamarlos asi:
San Francisco insistía en que llamasen a los leprosos "mis hermanos cristianos" y los enfermos no dejaban de apreciar esta profunda delicadeza.
Timoteo dices
¿Es cristiana y salva una persona que rece constantemente el rosario a Marìa para ser salva?
Si yo pienso que a Jesus le agrada que rece el Rosario y lo hago por que lo amo, asi me aburra, le va a agradar a mi Señor ese acto, y por favor deja de decir mentiras los catolicos sabemos que Jesus es el que salva, lo demas lo hacemos por agradarlo.
Disculpame pero tu no demuestras ningun amor, y ese fue el gran mandamiento que dio Jesus, ama a tu projimo como a ti mismo y eso tu no lo cumples, entonces estas criticando de desobedientes a los catolicos pero tu tampoco obedeces.
Y no es verdad que ames a ningun catolico como a ti mismo, por que estoy seguro que tu te amas tanto que no te gustaria arder en el infierno pero con gran facilidad mandas a la gente al infierno, tu no sientes amor, pero el Espiritu Santo te lo puede dar, pideselo.
Derrite en el fuego del amor de Dios ese furor, odio y desprecio que sientes