La limpieza de la sangre es continua
1 Juan 1:7 pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado.
1 Juan 2:2 Y Él mismo es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Ya que nosotros somos participantes en el evangelio y ya que Dios es también un participante en el evangelio, la sangre de Su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. Si conocemos verdaderamente a Dios en el evangelio, veremos que la sangre de Su Hijo Jesús nos está limpiando de todo pecado continua y eternamente. En el lenguaje original, este versículo dice que la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia continuamente de todo pecado. La Biblia no nos indica que la sangre del Señor Jesús limpia por segunda vez. Lo que sí enseña es que la sangre de Jesús nos limpia todo el tiempo.
La limpieza continua de todos nuestros pecados por la sangre del Hijo de Dios es la obra del Abogado. La obra de la cruz se cumplió una vez y para siempre. Pero la operación de Su limpiar y de Su sangre es continua. La cruz quitó nuestros pecados y nos limpió de ellos una sola vez, pero su eficacia es eterna. ¿Por qué es siempre eficaz? ¿Por qué nos limpia continuamente? Se debe al hecho de que el Hijo de Dios le presenta continuamente a Dios la obra consumada. No es una limpieza repetida, sino una demostración continua a Dios de que Él ha muerto y que todos nuestros pecados ya han sido quitados. Hoy, Él está limpiando continuamente todos nuestros pecados. Todos nuestros pecados están incluidos aquí. La eficacia de Su sangre dura por siempre porque el Señor Jesús es nuestro Abogado en el cielo continuamente. Su obra como Abogado es una continuación y una extensión de Su obra como Salvador. La obra del Salvador aconteció una sola vez, pero continúa en la obra del Abogado. Esta es la parte de la obra que le corresponde a Dios.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento Las "Palabras del ministerio" provienen de mensajes de Watchman Nee. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
¡Oh Jesús es el Señor!
SEMANA 12 — DÍA 5
Alimento matutino
2 S. 7:12, 14 …Yo levantaré después de ti a uno de tu linaje…Yo le seré a él padre, y él me será a Mí hijo…
Mt. 22:42-43 Diciendo: ¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. Él les dijo: ¿Pues cómo David en el espíritu le llama Señor…? 45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?
En 2 Samuel 7:12, Dios habla del linaje de David, y en el versículo 14a, declara: “Yo le seré a él padre, y él me será a Mí hijo”. Estas palabras muestran algo de gran importancia, a saber, que el linaje de David, su simiente, llega a ser el Hijo de Dios. En estos versículos se revela claramente que un descendiente humano, es decir, el hijo de un hombre, puede convertirse en Hijo de Dios, lo cual implica que el deseo de Dios es hacerse hombre para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad. La implicación que esto tiene es sumamente importante. Ésta es la conclusión de toda la Biblia. La Nueva Jerusalén, la consumación máxima de las Escrituras, manifiesta el hecho de que Dios se hizo hombre y que el hombre llega a ser Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad, y que Dios y el hombre se mezclan y llegan a ser una sola entidad. (Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, págs. 205-206)
Lectura para hoy
Si leemos la Biblia sin tomar en cuenta este punto crucial, ella será para nosotros un libro carente de contenido. En otras palabras, aunque la Biblia en sí es real, nos parecerá que carece de contenido. Por ejemplo, supongamos que dentro de una caja muy primorosa se halla un diamante grande. Sin lugar a dudas, un niño se interesaría más por la caja, que por el diamante. Pero una persona adulta le daría más importancia al diamante que está en la caja. Hoy muchos cristianos tienen la Biblia como si fuera “la caja”, pero no ven ni aprecian el “diamante” que está en ella; y no sólo eso, sino que condenan a los que sí lo valoran. El “diamante” contenido en la “caja”, es decir, en la Biblia, es la revelación de que Dios en Cristo se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza mas no en la Deidad.
Hoy la gran mayoría de cristianos descuida el tema crucial revelado en la Biblia, de que Dios en Cristo se hizo hombre para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad. Dios desea mezclarse con el hombre para ser una sola entidad con él. Hay personas que no sólo pasan por alto esta verdad, sino que acusan falsamente de herejes a aquellos que la enseñan. Hoy en día muchas personas creen en el aspecto crucial de que Dios se hizo un hombre llamado Jesús, pero no creen en el otro aspecto, esto es, que el hombre llega a ser Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad.
La Biblia revela a una persona maravillosa: Jesucristo, el Dios-hombre. Esta persona es tanto Hijo de Dios como Hijo del hombre. En cierta ocasión, cuando los fariseos estaban reunidos en torno a Él, el Señor Jesús les preguntó: “¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?” (Mt. 22:41-42a). Ellos respondieron: “De David”. Entonces el Señor les volvió a preguntar: “¿Pues cómo David en el espíritu le llama Señor? … Si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?” (vs. 43, 45)…El Señor Jesús indicaba con Sus palabras que Él, el hijo de David, era el Hijo de Dios, lo cual es exactamente lo que se revela en 2 Samuel 7:12-14a. Pablo expone en Romanos 1:3-4 lo que se revela en 2 Samuel 7. Él dice que Cristo, un descendiente de David, fue designado Hijo de Dios. Estos versículos dicen: “Acerca de Su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios … por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor”. Cristo es un descendiente de David; sin embargo, fue designado Hijo de Dios. Éste es el misterio que consiste en que Dios se hizo hombre para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad. Así pues, los dos, Dios y el hombre, son conjuntamente edificados, se forjan el uno dentro del otro hasta constituir una sola entidad. Dios en Cristo llega a formar parte de la constitución intrínseca del hombre y viceversa, habiéndose mezclado hasta constituir una sola entidad llamada el Dios-hombre. (Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, págs. 206-207)
Lectura adicional: Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, mensajes 28-29; Estudio-vida de Romanos, mensajes 55-56
Witness Lee
Derechos reservados a: Living Stream Ministry
¡Jesús es el Señor!
1 Juan 1:7 pero si andamos en luz, como Él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia de todo pecado.
1 Juan 2:2 Y Él mismo es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Ya que nosotros somos participantes en el evangelio y ya que Dios es también un participante en el evangelio, la sangre de Su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. Si conocemos verdaderamente a Dios en el evangelio, veremos que la sangre de Su Hijo Jesús nos está limpiando de todo pecado continua y eternamente. En el lenguaje original, este versículo dice que la sangre de Jesús Su Hijo nos limpia continuamente de todo pecado. La Biblia no nos indica que la sangre del Señor Jesús limpia por segunda vez. Lo que sí enseña es que la sangre de Jesús nos limpia todo el tiempo.
La limpieza continua de todos nuestros pecados por la sangre del Hijo de Dios es la obra del Abogado. La obra de la cruz se cumplió una vez y para siempre. Pero la operación de Su limpiar y de Su sangre es continua. La cruz quitó nuestros pecados y nos limpió de ellos una sola vez, pero su eficacia es eterna. ¿Por qué es siempre eficaz? ¿Por qué nos limpia continuamente? Se debe al hecho de que el Hijo de Dios le presenta continuamente a Dios la obra consumada. No es una limpieza repetida, sino una demostración continua a Dios de que Él ha muerto y que todos nuestros pecados ya han sido quitados. Hoy, Él está limpiando continuamente todos nuestros pecados. Todos nuestros pecados están incluidos aquí. La eficacia de Su sangre dura por siempre porque el Señor Jesús es nuestro Abogado en el cielo continuamente. Su obra como Abogado es una continuación y una extensión de Su obra como Salvador. La obra del Salvador aconteció una sola vez, pero continúa en la obra del Abogado. Esta es la parte de la obra que le corresponde a Dios.
Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento Las "Palabras del ministerio" provienen de mensajes de Watchman Nee. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
¡Oh Jesús es el Señor!
SEMANA 12 — DÍA 5
Alimento matutino
2 S. 7:12, 14 …Yo levantaré después de ti a uno de tu linaje…Yo le seré a él padre, y él me será a Mí hijo…
Mt. 22:42-43 Diciendo: ¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David. Él les dijo: ¿Pues cómo David en el espíritu le llama Señor…? 45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?
En 2 Samuel 7:12, Dios habla del linaje de David, y en el versículo 14a, declara: “Yo le seré a él padre, y él me será a Mí hijo”. Estas palabras muestran algo de gran importancia, a saber, que el linaje de David, su simiente, llega a ser el Hijo de Dios. En estos versículos se revela claramente que un descendiente humano, es decir, el hijo de un hombre, puede convertirse en Hijo de Dios, lo cual implica que el deseo de Dios es hacerse hombre para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad. La implicación que esto tiene es sumamente importante. Ésta es la conclusión de toda la Biblia. La Nueva Jerusalén, la consumación máxima de las Escrituras, manifiesta el hecho de que Dios se hizo hombre y que el hombre llega a ser Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad, y que Dios y el hombre se mezclan y llegan a ser una sola entidad. (Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, págs. 205-206)
Lectura para hoy
Si leemos la Biblia sin tomar en cuenta este punto crucial, ella será para nosotros un libro carente de contenido. En otras palabras, aunque la Biblia en sí es real, nos parecerá que carece de contenido. Por ejemplo, supongamos que dentro de una caja muy primorosa se halla un diamante grande. Sin lugar a dudas, un niño se interesaría más por la caja, que por el diamante. Pero una persona adulta le daría más importancia al diamante que está en la caja. Hoy muchos cristianos tienen la Biblia como si fuera “la caja”, pero no ven ni aprecian el “diamante” que está en ella; y no sólo eso, sino que condenan a los que sí lo valoran. El “diamante” contenido en la “caja”, es decir, en la Biblia, es la revelación de que Dios en Cristo se hizo hombre para que el hombre llegue a ser Dios en vida y naturaleza mas no en la Deidad.
Hoy la gran mayoría de cristianos descuida el tema crucial revelado en la Biblia, de que Dios en Cristo se hizo hombre para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad. Dios desea mezclarse con el hombre para ser una sola entidad con él. Hay personas que no sólo pasan por alto esta verdad, sino que acusan falsamente de herejes a aquellos que la enseñan. Hoy en día muchas personas creen en el aspecto crucial de que Dios se hizo un hombre llamado Jesús, pero no creen en el otro aspecto, esto es, que el hombre llega a ser Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad.
La Biblia revela a una persona maravillosa: Jesucristo, el Dios-hombre. Esta persona es tanto Hijo de Dios como Hijo del hombre. En cierta ocasión, cuando los fariseos estaban reunidos en torno a Él, el Señor Jesús les preguntó: “¿Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?” (Mt. 22:41-42a). Ellos respondieron: “De David”. Entonces el Señor les volvió a preguntar: “¿Pues cómo David en el espíritu le llama Señor? … Si David le llama Señor, ¿cómo es hijo suyo?” (vs. 43, 45)…El Señor Jesús indicaba con Sus palabras que Él, el hijo de David, era el Hijo de Dios, lo cual es exactamente lo que se revela en 2 Samuel 7:12-14a. Pablo expone en Romanos 1:3-4 lo que se revela en 2 Samuel 7. Él dice que Cristo, un descendiente de David, fue designado Hijo de Dios. Estos versículos dicen: “Acerca de Su Hijo, que era del linaje de David según la carne, que fue designado Hijo de Dios … por la resurrección de entre los muertos, Jesucristo nuestro Señor”. Cristo es un descendiente de David; sin embargo, fue designado Hijo de Dios. Éste es el misterio que consiste en que Dios se hizo hombre para hacer al hombre Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad. Así pues, los dos, Dios y el hombre, son conjuntamente edificados, se forjan el uno dentro del otro hasta constituir una sola entidad. Dios en Cristo llega a formar parte de la constitución intrínseca del hombre y viceversa, habiéndose mezclado hasta constituir una sola entidad llamada el Dios-hombre. (Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, págs. 206-207)
Lectura adicional: Estudio-vida de 1 y 2 Samuel, mensajes 28-29; Estudio-vida de Romanos, mensajes 55-56
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