Dios te bendiga Nabot.
Me encantan tus preguntas, parecen las preguntas de alguien que habla con el corazón y no de alguien que está siendo pensado por la doctrina de un grupo en particular.
Vivir reconociendo que somos salvos por Gracia y que por la Gracia vivimos, caminamos, andamos y seremos resucitados no es sinónimo de que no hay que hacer nada. La Gracia es lo que logrará que seamos diferentes, la gracia es lo que nos convierte en árboles de buenos frutos. Ahora el Espíritu de Dios mora en nosotros y nos hace líbremente, sin angustias y sin inseguridades caminar el camino de la salvación, fructificando en buenas obras y con la paz y la certeza de que somos hijos de Dios; ya no más siervos esclavos de La Ley sino hijos de Dios.
Quien camina así no tiene por qué preocuparse por el mañana, quien camina así no tiene por qué buscarse garantías de que no perderá su salvación. Quien camina así espera el juicio en paz. Quien camina así sabe y anhela estar pegado a La Roca de Salvación. Quien camina así sabe que no tiene nada, ni una declaración de justicia, ni fortaleza para vivir como justo; sabe que es una rama que lo único que tiene es la sabia (Gracia) que le transmite el Árbol de la Vida, Jesús y por eso vive injertado en él porque sólo así producirá buenos frutos y en el momento que se desprenda del árbol pues morirá, por eso busca ser injertado nueva vez cada vez que se desprende.
Hasta el siglo XVI (mil quinientos años) ningún cristiano pensó ni enseñó que su salvación era algo que no se podía perder. Hasta que a un hombre que vivía sumergido en la desesperación de sus pecados y bajo la angustia de sus constantes caidas pensó que si creía con todas sus fuerzas que Cristo lo salvó no importaba cuantos pecados cometiera al día, ni importaba el grado de atrocidad de cada pecado, con tal de que mantuviera esa fe en lo que Cristo hizo él podía convivir con sus pecados y sería salvo. Lo peor del caso es que usó La Biblia para defender tal degenerada doctrina y hasta el día de hoy tenemos millones de seguidores de su doctrina y quizá solo unos pocos centenares de estos sus seguidores se atreven a reconocer que fue él quien se inventó esto, mientras los otros han modificado y moderado lo que él dijo y ahora se lo creen de otra forma, usando su Biblia!.
Has hecho una observación magistral, Jesús, El Sumo Juez, quien nos juzgará aquel día no enseñó lo que enseñó Lutero, ni lo que enseñan sus renegados-discípulos que ya ni le reconocen. Nunca Jamás. Pero Pablo tampoco, ni Santiago, ni Pedro, ni Juan, ni Judas, ni Lucas, ni Mateo, ni Marcos, ni el autor de Hebreos, ni ningún otro autor bíblico enseñó tal cosa. Esta doctrina es doctrina de los iluminados del siglo XVI o de los nuevos-iluminados del siglo XXI, pero no bíblica.
En el Amor de Jesús.
Gabaon.
Me encantan tus preguntas, parecen las preguntas de alguien que habla con el corazón y no de alguien que está siendo pensado por la doctrina de un grupo en particular.
Vivir reconociendo que somos salvos por Gracia y que por la Gracia vivimos, caminamos, andamos y seremos resucitados no es sinónimo de que no hay que hacer nada. La Gracia es lo que logrará que seamos diferentes, la gracia es lo que nos convierte en árboles de buenos frutos. Ahora el Espíritu de Dios mora en nosotros y nos hace líbremente, sin angustias y sin inseguridades caminar el camino de la salvación, fructificando en buenas obras y con la paz y la certeza de que somos hijos de Dios; ya no más siervos esclavos de La Ley sino hijos de Dios.
Quien camina así no tiene por qué preocuparse por el mañana, quien camina así no tiene por qué buscarse garantías de que no perderá su salvación. Quien camina así espera el juicio en paz. Quien camina así sabe y anhela estar pegado a La Roca de Salvación. Quien camina así sabe que no tiene nada, ni una declaración de justicia, ni fortaleza para vivir como justo; sabe que es una rama que lo único que tiene es la sabia (Gracia) que le transmite el Árbol de la Vida, Jesús y por eso vive injertado en él porque sólo así producirá buenos frutos y en el momento que se desprenda del árbol pues morirá, por eso busca ser injertado nueva vez cada vez que se desprende.
Hasta el siglo XVI (mil quinientos años) ningún cristiano pensó ni enseñó que su salvación era algo que no se podía perder. Hasta que a un hombre que vivía sumergido en la desesperación de sus pecados y bajo la angustia de sus constantes caidas pensó que si creía con todas sus fuerzas que Cristo lo salvó no importaba cuantos pecados cometiera al día, ni importaba el grado de atrocidad de cada pecado, con tal de que mantuviera esa fe en lo que Cristo hizo él podía convivir con sus pecados y sería salvo. Lo peor del caso es que usó La Biblia para defender tal degenerada doctrina y hasta el día de hoy tenemos millones de seguidores de su doctrina y quizá solo unos pocos centenares de estos sus seguidores se atreven a reconocer que fue él quien se inventó esto, mientras los otros han modificado y moderado lo que él dijo y ahora se lo creen de otra forma, usando su Biblia!.
Has hecho una observación magistral, Jesús, El Sumo Juez, quien nos juzgará aquel día no enseñó lo que enseñó Lutero, ni lo que enseñan sus renegados-discípulos que ya ni le reconocen. Nunca Jamás. Pero Pablo tampoco, ni Santiago, ni Pedro, ni Juan, ni Judas, ni Lucas, ni Mateo, ni Marcos, ni el autor de Hebreos, ni ningún otro autor bíblico enseñó tal cosa. Esta doctrina es doctrina de los iluminados del siglo XVI o de los nuevos-iluminados del siglo XXI, pero no bíblica.
En el Amor de Jesús.
Gabaon.