El Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa nos ha brindado últimamente su magnífico ensayo “La civilización del espectáculo”.
Junto a los demás aspectos que afectan a la sociedad contemporánea no podía dejar de lado el religioso, dado que precisamente lo que él resalta es el gran vacío espiritual que ha provocado la actual búsqueda de la satisfacción en el entretenimiento y la diversión. No por nada la cubierta de su libro es adornada por acróbatas de circo en plena exhibición.
Quienes puedan leer ese breve ensayo y/o recabar información sobre el mismo, sin duda que se proveerán de ideas con las que puedan enriquecer este debate.
Lo que pretendo plantear con este epígrafe es que la iglesia evangélica (no tan ostensiblemente la católica ni las sectas protestantes) ha contraído este síndrome letal ¡y ni cuenta se ha dado!
A falta del ingrediente espiritual verdadero (el Señor Jesucristo en medio de los reunidos, el Espíritu Santo guiando todo, la Palabra de Dios como única norma) las iglesias brindan un show religioso donde todo se cristianiza, entreteniendo y divirtiendo a un auditorio que cuanto más sea contentado más abundantemente también ofrendará, aspecto prioritario que con total descaro los conductores presentan.
Las conversiones que en tales cultos se producen no solamente pasan a ser superficiales sino también secundarias, dado que las liberaciones y los testimonios de sanidad constituyen los mayores logros del ministerio.
La falta de autenticidad en las experiencias de conversión lleva a que luego se avengan a falsas doctrinas como la pérdida de la salvación, o el riesgo a caer en total pobreza de atrasarse con el pago de diezmos.
Todo esto ha conducido también a que se esté predicando otro evangelio muy distinto al auténtico, y que merecerá que le dediquemos un epígrafe exclusivo, para no distraernos de la iglesia espectáculo.
Por supuesto, no todos los foristas verán las cosas tal como yo las veo, pues con el color de cristales apropiados es posible ver de color rosa lo que otros vemos con tonalidades mucho más oscuras.