miércoles 2 de enero de 2008
La cúpula de la Iglesia Católica miente con descaro
A la derecha de la imagen, el arzobispo de Madrid, Rouco Varela, líder del ala ultra de la ICAR, en una foto tomada durante uno de los actos que ha encabezado en pro de que se imponga el modelo católico de familia. Precisamente durante el año recién terminado, ese purpurado coprotagonizó una decisión judicial reveladora de su hipocresía moral: pulse aquí y lea
..
Recién reincoporado a la normalidad cotidiana y recuperado el pulso bloguero, del tránsito del 2007 al 2008 considero obligado destacar que para despedir el año viejo la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (ICAR) ha proporcionado urbi et orbi otra prueba --¿cuántas van?-- de su deriva autoritaria, medievalista e inconstitucional.
La concentración en pro de la familia del pasado día 30, convocada en Madrid por la sección española de la ICAR, ha dejado claro que para la curia católica la única familia válida es la que se somete a sus premisas. Para colmo, la jerarquía de la ICAR insiste en que hay una ofensiva --encabezada por el Gobierno (¿?)-- en contra de la familia:
¡Obispos, arzobispos y cardenales mienten! Están tan ofuscados con sus verdades que se creen depositarios del único modelo de familia humanamente respetable. Mienten con descaro porque no hay ninguna ofensiva contra la familia, lo único que ocurre es que las leyes respetan y hacen respetar los distintos tipos de familia posibles: las formadas por personas homosexuales, las monoparentales, las constituidas por quienes no celebran el sacramento-dogma del matrimonio, y un largo etcétera de unidades de convivencia, amor y apoyo mutuo que no necesitan la bendición católica para ser tan dignas y respetables como las celebradas en un templo católico.
A nadie con dos dedos de frente se le ocurre denostar a quienes se casan por el rito católico y, sin embargo, la ICAR menosprecia, denigra y condena a quienes no asumen sus dogmas.
Para colmo, los organizadores de la concentración en pro de su modelo de familia mienten al cifrar en dos millones el número de asistentes al acto. Y lo hacen porque actúan con criterios políticos, no religiosos, en un evidente intento de engrandecer su poder político y minar la credibilidad de las leyes e instituciones que garantizan la convivencia. La concentración reunió en torno a 100.000 personas. Y aunque este detalle tiene valor relativo, la exageración política de los convocantes --que lógicamente eran católicos-- confirma que la ICAR y sus seguidores incumplen sus propios preceptos: Mienten y lo hacen con descaro y propaganda.
**Fuente (http://im-pulso.blogspot.com/2008/01/la-cpula-de-la-iglesia-catlica-miente.html)
La cúpula de la Iglesia Católica miente con descaro

A la derecha de la imagen, el arzobispo de Madrid, Rouco Varela, líder del ala ultra de la ICAR, en una foto tomada durante uno de los actos que ha encabezado en pro de que se imponga el modelo católico de familia. Precisamente durante el año recién terminado, ese purpurado coprotagonizó una decisión judicial reveladora de su hipocresía moral: pulse aquí y lea
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Recién reincoporado a la normalidad cotidiana y recuperado el pulso bloguero, del tránsito del 2007 al 2008 considero obligado destacar que para despedir el año viejo la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (ICAR) ha proporcionado urbi et orbi otra prueba --¿cuántas van?-- de su deriva autoritaria, medievalista e inconstitucional.
La concentración en pro de la familia del pasado día 30, convocada en Madrid por la sección española de la ICAR, ha dejado claro que para la curia católica la única familia válida es la que se somete a sus premisas. Para colmo, la jerarquía de la ICAR insiste en que hay una ofensiva --encabezada por el Gobierno (¿?)-- en contra de la familia:
¡Obispos, arzobispos y cardenales mienten! Están tan ofuscados con sus verdades que se creen depositarios del único modelo de familia humanamente respetable. Mienten con descaro porque no hay ninguna ofensiva contra la familia, lo único que ocurre es que las leyes respetan y hacen respetar los distintos tipos de familia posibles: las formadas por personas homosexuales, las monoparentales, las constituidas por quienes no celebran el sacramento-dogma del matrimonio, y un largo etcétera de unidades de convivencia, amor y apoyo mutuo que no necesitan la bendición católica para ser tan dignas y respetables como las celebradas en un templo católico.
A nadie con dos dedos de frente se le ocurre denostar a quienes se casan por el rito católico y, sin embargo, la ICAR menosprecia, denigra y condena a quienes no asumen sus dogmas.
Para colmo, los organizadores de la concentración en pro de su modelo de familia mienten al cifrar en dos millones el número de asistentes al acto. Y lo hacen porque actúan con criterios políticos, no religiosos, en un evidente intento de engrandecer su poder político y minar la credibilidad de las leyes e instituciones que garantizan la convivencia. La concentración reunió en torno a 100.000 personas. Y aunque este detalle tiene valor relativo, la exageración política de los convocantes --que lógicamente eran católicos-- confirma que la ICAR y sus seguidores incumplen sus propios preceptos: Mienten y lo hacen con descaro y propaganda.
**Fuente (http://im-pulso.blogspot.com/2008/01/la-cpula-de-la-iglesia-catlica-miente.html)