La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

  • La Roma Pagana Dedicada a la Idolatría

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  • Jerusalén

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  • La Iglesia Catolica Romana

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  • Ninguna de las anteriores

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17 Septiembre 2008
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¿Quien es la ramera del Apocalipsis?


Preparadado por Ada Mireya Espinoza
Colaboración de Anwar Tapias

Recordemos que el mismo Apocalipsis lo explica: "Y la mujer que has visto es la Gran Ciudad, la que tiene la soberanía sobre los reyes de la tierra.", Apocalipsis 17:18.

La cuestión es, ¿Qué ciudad es esa? Y para llevar el ataque contra Roma, los protestantes utilizan la referencia de Apocalipsis 17:9: Aquí es donde se requiere inteligencia, tener sabiduría. Las siete cabezas son siete colinas sobre las que se asienta la mujer. «Son también siete reyes:. Por lo tanto, sobre ese principio discutiremos:
Se ve a Roma como la Ciudad de las Siete Colinas:
Primero haremos notar que el Apocalipsis dice que la Gran Ramera es una GRAN CIUDAD, no una INSTITUCIÓN, de modo que desde ahí, no puede ser la Iglesia Católica. ¿Será, por lo menos, la Ciudad del Vaticano?
¡Decepción para los anticatólicos!

El Vaticano no es una "Gran Ciudad" (ocupa tan solo 0.44 kms. cuadrados), y de ningún modo está asentado sobre siete colinas, ya que se ubica al Oeste del río Tíber, mientras que las siete colinas de Roma están asentadas al Este del Tíber:

¿Es posible que la Gran Ramera sea Jerusalén?
La presunción inicial de que sus "conclusiones son irrefutables", no parece estar bien justificada. Jerusalén también en otro tiempo era "la ciudad de las siete colinas":
E n la cultura oriental a la que pertenece San Juan, Jerusalén era conocida como “la ciudad de las siete colinas”
Estas colinas son: 1- "Escopus", 2-"Nob", 3-“el Monte de la Corrupción” o “el Monte de la Ofensa” o “el Monte de la Destrucción” (2 Reyes 23,13), 4- El original “monte Sión”, 5-la colina Suroeste también llamada "Monte Sión", 6- el "Monte Ofel", y 7- “La Roca” donde se construyó la fortaleza “Antonia”. El número siete significa perfección.
 
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Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

El error de la idolatría
http://es.youtube.com/watch?v=W6HVC8uGFqo&feature=related
Catecismo Católico
TERCERA PARTE
LA VIDA EN CRISTO

SEGUNDA SECCIÓN
LOS DIEZ MANDAMIENTOS

CAPÍTULO PRIMERO
«AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN,
CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS»

ARTÍCULO 1
EL PRIMER MANDAMIENTO

«Yo, el Señor, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto» (Ex 20, 2-5).

«Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto» (Mt 4, 10).

I “Adorarás al señor tu Dios, y le servirás”

2084 Dios se da a conocer recordando su acción todopoderosa, bondadosa y liberadora en la historia de aquel a quien se dirige: “Yo te saqué del país de Egipto, de la casa de servidumbre”. La primera palabra contiene el primer mandamiento de la ley: “Adorarás al Señor tu Dios y le servirás [...] no vayáis en pos de otros dioses” (Dt 6, 13-14). La primera llamada y la justa exigencia de Dios consiste en que el hombre lo acoja y lo adore.

2085 El Dios único y verdadero revela ante todo su gloria a Israel (cf Ex 19, 16-25; 24, 15-18). La revelación de la vocación y de la verdad del hombre está ligada a la revelación de Dios. El hombre tiene la vocación de hacer manifiesto a Dios mediante sus obras humanas, en conformidad con su condición de criatura hecha “a imagen y semejanza de Dios” (Gn 1, 26):

«No habrá jamás otro Dios, Trifón, y no ha habido otro desde los siglos [...] sino el que ha hecho y ordenado el universo. Nosotros no pensamos que nuestro Dios es distinto del vuestro. Es el mismo que sacó a vuestros padres de Egipto “con su mano poderosa y su brazo extendido”. Nosotros no ponemos nuestras esperanzas en otro, (que no existe), sino en el mismo que vosotros: el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob» (San Justino, Dialogus cum Tryphone Iudaeo, 11, 1).

2086 «El primero de los preceptos abarca la fe, la esperanza y la caridad. En efecto, quien dice Dios, dice un ser constante, inmutable, siempre el mismo, fiel, perfectamente justo. De ahí se sigue que nosotros debemos necesariamente aceptar sus Palabras y tener en Él una fe y una confianza completas. Él es todopoderoso, clemente, infinitamente inclinado a hacer el bien. ¿Quién podría no poner en él todas sus esperanzas? ¿Y quién podrá no amarlo contemplando todos los tesoros de bondad y de ternura que ha derramado en nosotros? De ahí esa fórmula que Dios emplea en la Sagrada Escritura tanto al comienzo como al final de sus preceptos: “Yo soy el Señor”» (Catecismo Romano, 3, 2, 4).

La fe

2087 Nuestra vida moral tiene su fuente en la fe en Dios que nos revela su amor. San Pablo habla de la “obediencia de la fe” (Rm 1, 5; 16, 26) como de la primera obligación. Hace ver en el “desconocimiento de Dios” el principio y la explicación de todas las desviaciones morales (cf Rm 1, 18-32). Nuestro deber para con Dios es creer en Él y dar testimonio de Él.

2088 El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe y que rechacemos todo lo que se opone a ella. Hay diversas maneras de pecar contra la fe:

La duda voluntaria respecto a la fe descuida o rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y la Iglesia propone creer. La duda involuntaria designa la vacilación en creer, la dificultad de superar las objeciones con respecto a la fe o también la ansiedad suscitada por la oscuridad de esta. Si la duda se fomenta deliberadamente, puede conducir a la ceguera del espíritu.

2089 La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento. “Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos” (CIC can. 751).

La esperanza

2090 Cuando Dios se revela y llama al hombre, éste no puede responder plenamente al amor divino por sus propias fuerzas. Debe esperar que Dios le dé la capacidad de devolverle el amor y de obrar conforme a los mandamientos de la caridad. La esperanza es aguardar confiadamente la bendición divina y la bienaventurada visión de Dios; es también el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo.

2091 El primer mandamiento se refiere también a los pecados contra la esperanza, que son la desesperación y la presunción:

Por la desesperación, el hombre deja de esperar de Dios su salvación personal, el auxilio para llegar a ella o el perdón de sus pecados. Se opone a la Bondad de Dios, a su Justicia —porque el Señor es fiel a sus promesas— y a su misericordia.

2092 Hay dos clases de presunción. O bien el hombre presume de sus capacidades (esperando poder salvarse sin la ayuda de lo alto), o bien presume de la omnipotencia o de la misericordia divinas (esperando obtener su perdón sin conversión y la gloria sin mérito).

La caridad

2093 La fe en el amor de Dios encierra la llamada y la obligación de responder a la caridad divina mediante un amor sincero. El primer mandamiento nos ordena amar a Dios sobre todas las cosas y a las criaturas por Él y a causa de Él (cf Dt 6, 4-5).

2094 Se puede pecar de diversas maneras contra el amor de Dios. La indiferencia descuida o rechaza la consideración de la caridad divina; desprecia su acción preveniente y niega su fuerza. La ingratitud omite o se niega a reconocer la caridad divina y devolverle amor por amor. La tibieza es una vacilación o negligencia en responder al amor divino; puede implicar la negación a entregarse al movimiento de la caridad. La acedía o pereza espiritual llega a rechazar el gozo que viene de Dios y a sentir horror por el bien divino. El odio a Dios tiene su origen en el orgullo; se opone al amor de Dios cuya bondad niega y lo maldice porque condena el pecado e inflige penas.

II “A Él sólo darás culto”

2095 “Las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad, informan y vivifican las virtudes morales. Así, la caridad nos lleva a dar a Dios lo que en toda justicia le debemos en cuanto criaturas. La virtud de la religión nos dispone a esta actitud.

La adoración

2096 La adoración es el primer acto de la virtud de la religión. Adorar a Dios es reconocerle como Dios, como Creador y Salvador, Señor y Dueño de todo lo que existe, como Amor infinito y misericordioso. “Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto” (Lc 4, 8), dice Jesús citando el Deuteronomio (6, 13).

2097 Adorar a Dios es reconocer, con respeto y sumisión absolutos, la “nada de la criatura”, que sólo existe por Dios. Adorar a Dios es alabarlo, exaltarle y humillarse a sí mismo, como hace María en el Magníficat, confesando con gratitud que Él ha hecho grandes cosas y que su nombre es santo (cf Lc 1, 46-49). La adoración del Dios único libera al hombre del repliegue sobre sí mismo, de la esclavitud del pecado y de la idolatría del mundo.

La oración

2098. “Los actos de fe, esperanza y caridad que ordena el primer mandamiento se realizan en la oración. La elevación del espíritu hacia Dios es una expresión de nuestra adoración a Dios: oración de alabanza y de acción de gracias, de intercesión y de súplica. La oración es una condición indispensable para poder obedecer los mandamientos de Dios. “Es preciso orar siempre sin desfallecer” (Lc 18, 1).

El sacrificio

2099. Es justo ofrecer a Dios sacrificios en señal de adoración y de gratitud, de súplica y de comunión: “Verdadero sacrificio es toda obra que se hace con el fin de unirnos a Dios en santa compañía, es decir, relacionada con el fin del bien, merced al cual podemos ser verdaderamente felices” (San Agustín, De civitate Dei, 10, 6).

2100 El sacrificio exterior, para ser auténtico, debe ser expresión del sacrificio espiritual. “Mi sacrificio es un espíritu contrito...” (Sal 51, 19). Los profetas de la Antigua Alianza denunciaron con frecuencia los sacrificios hechos sin participación interior (cf Am 5, 21-25) o sin relación con el amor al prójimo (cf Is 1, 10-20). Jesús recuerda las palabras del profeta Oseas: “Misericordia quiero, que no sacrificio” (Mt 9, 13; 12, 7; cf Os 6, 6). El único sacrificio perfecto es el que ofreció Cristo en la cruz en ofrenda total al amor del Padre y por nuestra salvación (cf Hb 9, 13-14). Uniéndonos a su sacrificio, podemos hacer de nuestra vida un sacrificio para Dios.

Promesas y votos

2101 En varias circunstancias, el cristiano es llamado a hacer promesas a Dios. El Bautismo y la Confirmación, el Matrimonio y la Ordenación las exigen siempre. Por devoción personal, el cristiano puede también prometer a Dios un acto, una oración, una limosna, una peregrinación, etc. La fidelidad a las promesas hechas a Dios es una manifestación de respeto a la Majestad divina y de amor hacia el Dios fiel.

2102 “El voto, es decir, la promesa deliberada y libre hecha a Dios acerca de un bien posible y mejor, debe cumplirse por la virtud de la religión” (CIC can. 1191, § 1). El voto es un acto de devoción en el que el cristiano se consagra a Dios o le promete una obra buena. Por tanto, mediante el cumplimiento de sus votos entrega a Dios lo que le ha prometido y consagrado. Los Hechos de los Apóstoles nos muestran a san Pablo cumpliendo los votos que había hecho (cf Hch 18, 18; 21, 23-24).

2103 La Iglesia reconoce un valor ejemplar a los votos de practicar los consejos evangélicos (cf CIC can. 654).

«La santa madre Iglesia se alegra de que haya en su seno muchos hombres y mujeres que siguen más de cerca y muestran más claramente el anonadamiento de Cristo, escogiendo la pobreza con la libertad de los hijos de Dios y renunciando a su voluntad propia. Estos, pues, se someten a los hombres por Dios en la búsqueda de la perfección más allá de lo que está mandado, para parecerse más a Cristo obediente» (LG 42).

En algunos casos, la Iglesia puede, por razones proporcionadas, dispensar de los votos y las promesas (CIC can. 692; 1196- 1197).

El deber social de la religión y el derecho a la libertad religiosa

2104 “Todos los hombres [...] están obligados a buscar la verdad, sobre todo en lo que se refiere a Dios y a su Iglesia, y, una vez conocida, a abrazarla y practicarla” (DH 1). Este deber se desprende de “su misma naturaleza” (DH 2). No contradice al “respeto sincero” hacia las diversas religiones, que “no pocas veces reflejan, sin embargo, [...] un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres” (NA 2), ni a la exigencia de la caridad que empuja a los cristianos “a tratar con amor, prudencia y paciencia a los hombres que viven en el error o en la ignorancia de la fe” (DH 14).

2105 El deber de rendir a Dios un culto auténtico corresponde al hombre individual y socialmente considerado. Esa es “la doctrina tradicional católica sobre el deber moral de los hombres y de las sociedades respecto a la religión verdadera y a la única Iglesia de Cristo” (DH 1). Al evangelizar sin cesar a los hombres, la Iglesia trabaja para que puedan “informar con el espíritu cristiano el pensamiento y las costumbres, las leyes y las estructuras de la comunidad en la que cada uno vive” (AA 13). Deber social de los cristianos es respetar y suscitar en cada hombre el amor de la verdad y del bien. Les exige dar a conocer el culto de la única verdadera religión, que subsiste en la Iglesia católica y apostólica (cf DH 1). Los cristianos son llamados a ser la luz del mundo (cf AA 13). La Iglesia manifiesta así la realeza de Cristo sobre toda la creación y, en particular, sobre las sociedades humanas (cf León XIII, Carta enc. Immortale Dei; Pío XI, Carta enc. Quas primas).

2106 “En materia religiosa, ni se obligue a nadie a actuar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella, pública o privadamente, solo o asociado con otros, dentro de los debidos límites” (DH 2; cf GS 26). Este derecho se funda en la naturaleza misma de la persona humana, cuya dignidad le hace adherirse libremente a la verdad divina, que trasciende el orden temporal. Por eso, “permanece aún en aquellos que no cumplen la obligación de buscar la verdad y adherirse a ella” (DH 2).

2107 “Si, teniendo en cuenta las circunstancias peculiares de los pueblos, se concede a una comunidad religiosa un reconocimiento civil especial en el ordenamiento jurídico de la sociedad, es necesario que al mismo tiempo se reconozca y se respete el derecho a la libertad en materia religiosa a todos los ciudadanos y comunidades religiosas”(DH 6).

2108 El derecho a la libertad religiosa no es ni la permisión moral de adherirse al error (cf León XIII, Carta enc. Libertas praestantissimum), ni un supuesto derecho al error (cf Pío XII, discurso 6 diciembre 1953), sino un derecho natural de la persona humana a la libertad civil, es decir, a la inmunidad de coacción exterior, en los justos límites, en materia religiosa por parte del poder político. Este derecho natural debe ser reconocido en el ordenamiento jurídico de la sociedad de manera que constituya un derecho civil (cf DH 2).

2109 El derecho a la libertad religiosa no puede ser de suyo ni ilimitado (cf Pío VI, breve Quod aliquantum), ni limitado solamente por un “orden público” concebido de manera positivista o naturalista (cf Pío IX, Carta enc. Quanta cura"). Los “justos límites” que le son inherentes deben ser determinados para cada situación social por la prudencia política, según las exigencias del bien común, y ratificados por la autoridad civil según “normas jurídicas, conforme con el orden objetivo moral” (DH 7).

III. “No habrá para ti otros dioses delante de mí”

2110 El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se ha revelado a su pueblo. Proscribe la superstición y la irreligión. La superstición representa en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión. La irreligión es un vicio opuesto por defecto a la virtud de la religión.

La superstición

2111 La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22).

La idolatría

2112 El primer mandamiento condena el politeísmo. Exige al hombre no creer en otros dioses que el Dios verdadero. Y no venerar otras divinidades que al único Dios. La Escritura recuerda constantemente este rechazo de los “ídolos [...] oro y plata, obra de las manos de los hombres”, que “tienen boca y no hablan, ojos y no ven”. Estos ídolos vanos hacen vano al que les da culto: “Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza” (Sal 115, 4-5.8; cf. Is 44, 9-20; Jr 10, 1-16; Dn 14, 1-30; Ba 6; Sb 13, 1-15,19). Dios, por el contrario, es el “Dios vivo” (Jos 3, 10; Sal 42, 3, etc.), que da vida e interviene en la historia.

2113 La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese de dioses o de demonios (por ejemplo, el satanismo), de poder, de placer, de la raza, de los antepasados, del Estado, del dinero, etc. “No podéis servir a Dios y al dinero”, dice Jesús (Mt 6, 24). Numerosos mártires han muerto por no adorar a “la Bestia” (cf Ap 13-14), negándose incluso a simular su culto. La idolatría rechaza el único Señorío de Dios; es, por tanto, incompatible con la comunión divina (cf Gál 5, 20; Ef 5, 5).

2114 La vida humana se unifica en la adoración del Dios Único. El mandamiento de adorar al único Señor da unidad al hombre y lo salva de una dispersión infinita. La idolatría es una perversión del sentido religioso innato en el hombre. El idólatra es el que “aplica a cualquier cosa, en lugar de a Dios, la indestructible noción de Dios” (Orígenes, Contra Celsum, 2, 40).
 
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Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

Vaya! Què original tema1

nunca tratado...... ya era hora.:smile-l:

Le recomiendo como a otros , dedicar màs tiempo a la lectura del Evangelio y dejar de tener puesta la mirada en la ramera.

Gracias a Dios por no ser como nosotros Javier?
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18




El que comienza la discordia
es como quien suelta las aguas;
Deja, pues, la contienda, antes que te enrede.
Proverbios 17,14




El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
Perversidades hay en su corazón;
anda pensando el mal en todo tiempo;
y siembra las discordias
Proverbios 6,12-13




Hay generación limpia en su propia opinión,
Si bien no se ha limpiado de su propia inmundicia
Hay generación cuyos ojos son altivos
Y cuyos párpados están levantados en alto.
Proverbios 30, 10-13



Porque donde hay celos y contención,
allí hay perturbación y toda obra perversa
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura,
después pacífica,
amable,
benigna,
llena de misericordia
y de buenos frutos,

sin incertidumbre ni hipocresía
Y el fruto de justicia se siembra en paz
para aquellos que hacen la paz
Santiago 3,16-18
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

El que comienza la discordia
es como quien suelta las aguas;
Deja, pues, la contienda, antes que te enrede.
Proverbios 17,14




El hombre malo, el hombre depravado,
Es el que anda en perversidad de boca;
Perversidades hay en su corazón;
anda pensando el mal en todo tiempo;
y siembra las discordias
Proverbios 6,12-13




Hay generación limpia en su propia opinión,
Si bien no se ha limpiado de su propia inmundicia
Hay generación cuyos ojos son altivos
Y cuyos párpados están levantados en alto.
Proverbios 30, 10-13



Porque donde hay celos y contención,
allí hay perturbación y toda obra perversa
Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura,
después pacífica,
amable,
benigna,
llena de misericordia
y de buenos frutos,

sin incertidumbre ni hipocresía
Y el fruto de justicia se siembra en paz
para aquellos que hacen la paz
Santiago 3,16-18
Gracias por tu mensaje, definitivamente hay que corregir el pecado de la Idolatria.
Que Dios Te Bendiga y te guarde y te guie en el camino de la Verdad.
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

Vaya! Què original tema1

nunca tratado...... ya era hora.:smile-l:

Le recomiendo como a otros , dedicar màs tiempo a la lectura del Evangelio y dejar de tener puesta la mirada en la ramera.

Gracias a Dios por no ser como nosotros Javier?

¿Que puedes aportar al Tema desde tu pespectiva Catolica?
 
Catecismo Iglesia Católica

Catecismo Iglesia Católica

Hay que corregir el estar hablando mal de otros.
Artículo 1
EL PRIMER MANDAMIENTO

Yo, el Señor, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto (Ex 20, 2-5).

Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto (Mt 4, 10).

Porque si el catecismo y la biblia condena la Idolatria, se pactica y se promueve la venta de Idolos.
 
Catecismo Iglesia Católica

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I ‘Adorarás al señor tu Dios, y le servirás’

2084 Dios se da a conocer recordando su acción todopoderosa, bondadosa y liberadora en la historia de aquel a quien se dirige: ‘Yo te saqué del país de Egipto, de la casa de servidumbre’. La primera palabra contiene el primer mandamiento de la ley: ‘Adorarás al Señor tu Dios y le servirás... no vayáis en pos de otros dioses’ (Dt 6, 13-14). La primera llamada y la justa exigencia de Dios consiste en que el hombre lo acoja y lo adore.

2085 El Dios único y verdadero revela ante todo su gloria a Israel (cf Ex 19, 16-25; 24, 15-18). La revelación de la vocación y de la verdad del hombre está ligada a la revelación de Dios. El hombre tiene la vocación de hacer manifiesto a Dios mediante sus obras humanas, en conformidad con su condición de criatura hecha ‘a imagen y semejanza de Dios’:

No habrá jamás otro Dios, Trifón, y no ha habido otro desde los siglos sino el que ha hecho y ordenado el universo. Nosotros no pensamos que nuestro Dios es distinto del vuestro Es el mismo que sacó a vuestros padres de Egipto ‘con su mano poderosa y su brazo extendido’. Nosotros no ponemos nuestras esperanzas en otro, que no existe, sino en el mismo que vosotros: el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. (S. Justino, dial. 11, 1).

2086 “El primero de los preceptos abarca la fe, la esperanza y la caridad. En efecto, quien dice Dios, dice un ser constante, inmutable, siempre el mismo, fiel, perfectamente justo. De ahí se sigue que nosotros debemos necesariamente aceptar sus Palabras y tener en El una fe y una confianza completas. El es todopoderoso, clemente, infinitamente inclinado a hacer el bien. ¿Quién podría no poner en él todas sus esperanzas? ¿Y quién podrá no amarlo contemplando todos los tesoros de bondad y de ternura que ha derramado en nosotros? De ahí esa fórmula que Dios emplea en la Sagrada Escritura tanto al comienzo como al final de sus preceptos: ‘Yo soy el Señor’” (Catec. R. 3, 2, 4).

La fe

2087 Nuestra vida moral tiene su fuente en la fe en Dios que nos revela su amor. San Pablo habla de la ‘obediencia de la fe’ (Rm 1, 5; 16, 26) como de la primera obligación. Hace ver en el ‘desconocimiento de Dios’ el principio y la explicación de todas las desviaciones morales (cf Rm 1, 18-32). Nuestro deber para con Dios es creer en El y dar testimonio de El.

2088 El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe y que rechacemos todo lo que se opone a ella. Hay diversas maneras de pecar contra la fe:

La duda voluntaria respecto a la fe descuida o rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y la Iglesia propone creer. La duda involuntaria designa la vacilación en creer, la dificultad de superar las objeciones con respecto a la fe o también la ansiedad suscitada por la oscuridad de ésta. Si la duda se fomenta deliberadamente, puede conducir a la ceguera del espíritu.

2089 La incredulidad es el menosprecio de la verdad revelada o el rechazo voluntario de prestarle asentimiento. ‘Se llama herejía la negación pertinaz, después de recibido el bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz sobre la misma; apostasía es el rechazo total de la fe cristiana; cisma, el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice o de la comunión con los miembros de la Iglesia a él sometidos’ (⇒ CIC can. 751).

La esperanza

2090 Cuando Dios se revela y llama al hombre, éste no puede responder plenamente al amor divino por sus propias fuerzas. Debe esperar que Dios le dé la capacidad de devolverle el amor y de obrar conforme a los mandamientos de la caridad. La esperanza es aguardar confiadamente la bendición divina y la bienaventurada visión de Dios; es también el temor de ofender el amor de Dios y de provocar su castigo.

2091 El primer mandamiento se refiere también a los pecados contra la esperanza, que son la desesperación y la presunción:

Por la desesperación, el hombre deja de esperar de Dios su salvación personal, el auxilio para llegar a ella o el perdón de sus pecados. Se opone a la Bondad de Dios, a su Justicia -porque el Señor es fiel a sus promesas - y a su Misericordia.

2092 Hay dos clases de presunción. O bien el hombre presume de sus capacidades (esperando poder salvarse sin la ayuda de lo alto), o bien presume de la omnipotencia o de la misericordia divinas (esperando obtener su perdón sin conversión y la gloria sin mérito).

La caridad

2093 La fe en el amor de Dios encierra la llamada y la obligación de responder a la caridad divina mediante un amor sincero. El primer mandamiento nos ordena amar a Dios sobre todas las cosas y a las criaturas por El y a causa de El (cf Dt 6, 4-5).

2094 Se puede pecar de diversas maneras contra el amor de Dios. La indiferencia descuida o rechaza la consideración de la caridad divina; desprecia su acción preveniente y niega su fuerza. La ingratitud omite o se niega a reconocer la caridad divina y devolverle amor por amor. La tibieza es una vacilación o negligencia en responder al amor divino; puede implicar la negación a entregarse al movimiento de la caridad. La acedía o pereza espiritual llega a rechazar el gozo que viene de Dios y a sentir horror por el bien divino. El odio a Dios tiene su origen en el orgullo; se opone al amor de Dios cuya bondad niega y lo maldice porque condena el pecado e inflige penas.
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

Gracias por tu mensaje, definitivamente hay que corregir el pecado de la Idolatria.
Que Dios Te Bendiga y te guarde y te guie en el camino de la Verdad.



Con misericordia y verdad se corrige el pecado,
Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
Proverbios 16,6




Porque Dios sujetó a todos en desobediencia,
para tener misericordia de todos
Romanos 11,32




Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano,
y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
¿Cómo dirás a tu hermano:
Déjame sacar la paja de tu ojo,
y he aquí la viga en el ojo tuyo?
Mateo 7,3-4




El que murmura del hermano y juzga a su hermano,
murmura de la ley y juzga a la ley;
pero si tú juzgas a la ley,
no eres hacedor de la ley, sino juez
Uno solo es el dador de la ley,
que puede salvar y perder
;
pero tú,
¿ quién eres para que juzgues a otro ?
Santiago 4,11-12




Así que, no juzguéis nada antes de tiempo,
hasta que venga el Señor,
el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas,
y manifestará las intenciones de los corazones;
entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
1a corintios 4,5




Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo,
esto también piense por sí mismo,
que asi como él es de Cristo,
así también nosotros somos de Cristo
2a Corintios 10,7
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

III ‘No habrá para ti otros dioses delante de mí’

2110 El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Unico Señor que se ha revelado a su pueblo. Proscribe la superstición y la irreligión. La superstición representa en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión. La irreligión es un vicio opuesto por defecto a la virtud de la religión.

La superstición

2111 La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22).

La idolatría
2112 El primer mandamiento condena el politeísmo. Exige al hombre no creer en otros dioses que el Dios verdadero. Y no venerar otras divinidades que al único Dios. La Escritura recuerda constantemente este rechazo de los ‘ídolos, oro y plata, obra de las manos de los hombres’, que ‘tienen boca y no hablan, ojos y no ven...’ Estos ídolos vanos hacen vano al que les da culto: ‘Como ellos serán los que los hacen, cuantos en ellos ponen su confianza’ (Sal 115, 4-5.8; cf. Is 44, 9-20; Jr 10, 1-16; Dn 14, 1-30; Ba 6; Sb 13, 1-15,19). Dios, por el contrario, es el ‘Dios vivo’ (Jos 3, 10; Sal 42, 3, etc.), que da vida e interviene en la historia.

2113 La idolatría no se refiere sólo a los cultos falsos del paganismo. Es una tentación constante de la fe. Consiste en divinizar lo que no es Dios. Hay idolatría desde el momento en que el hombre honra y reverencia a una criatura en lugar de Dios. Trátese de dioses o de demonios (por ejemplo, el satanismo), de poder, de placer, de la raza, de los antepasados, del Estado, del dinero, etc. ‘No podéis servir a Dios y al dinero’, dice Jesús (Mt 6, 24). Numerosos mártires han muerto por no adorar a ‘la Bestia’ (cf Ap 13-14), negándose incluso a simular su culto. La idolatría rechaza el único Señorío de Dios; es, por tanto, incompatible con la comunión divina divina(cf Gál 5, 20; Ef 5, 5).

2114 La vida humana se unifica en la adoración del Dios Unico. El mandamiento de adorar al único Señor da unidad al hombre y lo salva de una dispersión infinita. La idolatría es una perversión del sentido religioso innato en el hombre. El idólatra es el que ‘aplica a cualquier cosa, en lugar de a Dios, la indestructible noción de Dios’ (Orígenes, Cels. 2, 40).

Adivinación y magia

2115 Dios puede revelar el porvenir a sus profetas o a otros santos. Sin embargo, la actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto. Sin embargo, la imprevisión puede constituir una falta de responsabilidad.

2116 Todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone ‘desvelan’ el porvenir (cf Dt 18, 10; Jr 29, 8). La consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a ‘mediums’ encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos. Están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios.

2117 Todas las prácticas de magia o de hechicería mediante las que se pretende domesticar potencias ocultas para ponerlas a su servicio y obtener un poder sobrenatural sobre el prójimo -aunque sea para procurar la salud -, son gravemente contrarias a la virtud de la religión. Estas prácticas son más condenables aún cuando van acompañadas de una intención de dañar a otro, recurran o no a la intervención de los demonios. Llevar amuletos es también reprensible. El espiritismo implica con frecuencia prácticas adivinatorias o mágicas. Por eso la Iglesia advierte a los fieles que se guarden de él. El recurso a las medicinas llamadas tradicionales no legítima ni la invocación de las potencias malignas, ni la explotación de la credulidad del prójimo.
 
Re: Catecismo Iglesia Católica

Re: Catecismo Iglesia Católica

Artículo 1
EL PRIMER MANDAMIENTO

Yo, el Señor, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto (Ex 20, 2-5).

Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto (Mt 4, 10).

Porque si el catecismo y la biblia condena la Idolatria, se pactica y se promueve la venta de Idolos.

Como siempre digo:

Es derecho de cada cual argumentar desde la ignorancia.

Y tambièn creerse salvo y hablar màl del projimo..... gracias a Dios que Ud. no es como nosotros Javier?
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

Con misericordia y verdad se corrige el pecado,
Y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
Proverbios 16,6

Porque Dios sujetó a todos en desobediencia,
para tener misericordia de todos
Romanos 11,32

Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano,
y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
¿Cómo dirás a tu hermano:
Déjame sacar la paja de tu ojo,
y he aquí la viga en el ojo tuyo?
Mateo 7,3-4

El que murmura del hermano y juzga a su hermano,
murmura de la ley y juzga a la ley;
pero si tú juzgas a la ley,
no eres hacedor de la ley, sino juez
Uno solo es el dador de la ley,
que puede salvar y perder
;
pero tú,
¿ quién eres para que juzgues a otro ?
Santiago 4,11-12




Así que, no juzguéis nada antes de tiempo,
hasta que venga el Señor,
el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas,
y manifestará las intenciones de los corazones;
entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
1a corintios 4,5

Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo,
esto también piense por sí mismo,
que asi como él es de Cristo,
así también nosotros somos de Cristo
2a Corintios 10,7

En esto tienes razón, es necesario corregir con la verdad. Y esta es la Idea crecer como Cristianos y hacer un llamado a corregir el pecado de la Idolatria.
 
Re: Catecismo Iglesia Católica

Re: Catecismo Iglesia Católica

Artículo 1
EL PRIMER MANDAMIENTO

Yo, el Señor, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto (Ex 20, 2-5).
Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, sólo a él darás culto (Mt 4, 10).

Porque si el catecismo y la biblia condena la Idolatria, se pactica y se promueve la venta de Idolos.



Tu problema es no saber leer
Trata de explicar que es una imagen y que es un idolo
Preguntale a los catolicos si sus imagenes son otros dioses
 
Re: Catecismo Iglesia Católica

Re: Catecismo Iglesia Católica

Tu problema es no saber leer
Trata de explicar que es una imagen y que es un idolo
Preguntale a los catolicos si sus imagenes son otros dioses

exacto.
Como siempre digo:

Es derecho de cada cual argumentar desde la ignorancia.

Y tambièn creerse salvo y hablar màl del projimo..... gracias a Dios que Ud. no es como nosotros Javier?
 
Re: Catecismo Iglesia Católica

Re: Catecismo Iglesia Católica

Como siempre digo:

Es derecho de cada cual argumentar desde la ignorancia.

Y tambièn creerse salvo y hablar màl del projimo..... gracias a Dios que Ud. no es como nosotros Javier?

Un cordial Saludo en Cristo.
No estoy argumentando desde la Ignorancia pues la palabra de Dios es sabiduría.
Lo importante es corregir, se hace necesario desde la pespectiva Católica Cristiana, E vangelizar a los Feligreses para que no cometan el pecado de la Idolatria.
dios te Bendiga y Te Guarde
 
Re: Catecismo Iglesia Católica

Re: Catecismo Iglesia Católica

Como siempre digo:

Es derecho de cada cual argumentar desde la ignorancia.

Y tambièn creerse salvo y hablar màl del projimo..... gracias a Dios que Ud. no es como nosotros Javier?

Un cordial Saludo en Cristo.
No estoy argumentando desde la Ignorancia pues la palabra de Dios es sabiduría.
Lo importante es corregir, se hace necesario desde la pespectiva Católica Cristiana, Evangelizar a los Feligreses para que no cometan el pecado de la Idolatría.
dios te Bendiga y Te Guarde
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

La palabra idolatría viene de los términos griegos eidolon (forma, imagen) y latreyein (servir). La idolatría es el servicio o la adoración a las imágenes o ídolos.
Los distintos dioses paganos fueron remplazados por dioses más modernos, como son los que integran el polifacético santoral Católico-Romano. De esta manera la antigua y repudiante idolatría pasó, al cristianismo.
En el siglo X d.C, a los ídolos se les conocía con el nombre de “dioses”. Pero aprobada la canonización de los hombres y mujeres que supuestamente fueron santos por parte del Papa Juan XV, estos dioses fueron remplazados rápidamente por otra clase de dioses, a los cuales se les dio el nombre generalizado de “santos”.
Muchos siglos antes de la invención de los “santos canonizados”, la mitología nos cuenta de ídolos que eran sumamente “milagrosos”, como es el caso del dios Apolo, de quien se decía que alejaba los males ; Alexicacos, a veces identificado con Peone, era considerado el “médico de los dioses” la diosa Artemisa era protectora de la mujer y de los niños, identificada posteriormente con la diosa egipcia Istaspe; la diosa Panacea se consideraba que curaba todos los males; Palas Atenea, era protectora de la facultad visual (viene a ser la Santa lucía de los católicos); Afrodita, protectora de la vida sexual, etc. Pero el más milagroso de todos ellos fue Asclepio o Esculapio, considerado entre los griegos como el “padre de la medicina”. Sus representaciones siempre iban acompañadas de una serpiente (símbolo de los médicos) como señal de la potencia curadora del dios.
El amplísimo santoral Católico-Romano incluye una serie de “santos” a los cuales se les endilgan funciones especificas así como a los ídolos de la antigüedad que hemos mencionado. Por ejemplo se dice que el “santo” que protege a los campesinos y sus bienes es San Isidro; el “santo” que alivia la situación a las solteronas es San Antonio; los que ayudan a los chóferes son la Virgen del Carmen y San Cristóbal; el de los policías es San Lucas; el de los sastres, Santo tomas de Aquino; la que guarda los músicos es Santa Bárbara, etc.
La idolatría es algo perentoriamente prohibido por Dios. De ahí que cuando una persona es idolatra, evidentemente esta actuando en abierta rebelión contra Dios.
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

Éxodo 20:3-6. “No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que este arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinaras a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos”.
El antiguo paganismo conocido también con el nombre de mitología, se diferencia del paganismo moderno, conocido también con el nombre de Catolicismo Romano, en que aquél veneraba dioses que generalmente no correspondían a imágenes de personas que existían en la realidad. Eran “ídolos inventados”. En cambio la religión Católico Romana adora imágenes de personas que tuvieron existencia humana. Es una forma nada disimulada de adoración a los muertos, lo cual reviste las características del más crudo espiritismo. Esto es condenado por la palabra de Dios Dt 18:10-12 ”No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego , ni hechicero, ni encantado , ni adivino , ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.”
La inmensa mayoría de los Católicos no solo rezan a los ídolos(“Santos”), sino que además le colocan flores, le encienden velas, le ofrecen los niños, etc. Cuando un Católico ofrece su hijo a una imagen o escultura, lo esta ofreciendo a los mismos demonios.
 
Re: La Iglesia Catolica Romana, La Gran Ramera Apocalipsis 17-18

Eventualmente un ídolo puede darle la impresión a la persona devota que su petición ha sido escuchada, debido a que la persona de que se trate recibe la respuesta. Pero lo que sucede en realidad es que un demonio obra a través del respectivo ídolo, a fin de que la persona, ya que no quiso creer la verdad, termine creyendo la mentira: “Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde; porque espíritu de fornicaciones lo hizo errar, y dejaron a su Dios para fornicar” (Os. 4::12
En el mundo hay un sinnúmero de religiones idolátricas, es casi imposible entrar a detallar la infinidad de objetos del culto idolátrico. Baste decir que en algunos lugares de África y de la India adoran, por ejemplo, la imagen de la culebra, del sapo, la rana, el becerro, del toro y de la vaca. Particularmente en la India la Vaca es considerada como “sagrada”. En otros lugares como Europa, América y Asia en donde Prima la Religión Católico Romana rinden culto a supuestas imágenes de Dios, de cristo, de los Santos, incluida María la madre de Jesús, los ángeles y la cruz. Estos Objetos , la Biblia los denomina “dioses ajenos” , “dioses de piedra y de madera”, “imágenes de talla”, “imágenes de fundición”, “imágenes de madera”, etc. Su naturaleza es absolutamente inanimada. Salmo 115:4-8 “Los ídolos de ellos son plata y oro, obra de manos de hombres. Tienen boca mas no hablan; tienen ojos mas no ven; orejas tienen, mas no oyen; tienen narices, mas no huelen; manos tienen , mas no palpan; tienen pies, mas no andan; no hablan con su garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, y cualquiera que confía en ellos.”