La Iglesia Católica es SANTA en su doctrina, en su moral, en sus medios de santificación -los sacramentos- y en sus frutos. No quiere esto decir que todos los católicos sean santos.
Esto es imposible, dada la libertad humana.
La Iglesia condena la mala conducta de toda persona. Precisamente los malos, lo son por no cumplir lo que manda la Santa Iglesia Católica.
No se puede atribuir a la Iglesia los pecados de los malos católicos. No es la fruta podrida caída de un árbol sino la madura que cuelga de sus ramas lo que manifiesta la bondad de ese árbol.«Cristo no fundó su Iglesia para reunir santos, sino para formarlos»
«Es incomprensible, en los que acusan a la Iglesia, que habiendo en ella tanta grandeza, sólo se fijen en lo malo.
Esto es tan ridículo como si a un árbol cuajado de frutos se le condenara por alguna fruta que yace podrida en el suelo.
»A los que se me acercan acusadores, yo les digo: "Enséñame otra Iglesia que tenga más mártires que hayan dado su sangre por Cristo, más misioneros que hayan proclamado el Evangelio, más mujeres que se hayan consagrado al servicio de los pobres y enfermos", y se quedan callados».
Si para entrar en la Iglesia católica hubiera que ser santo, pocos podrían entrar.
Dice San Cipriano: «Aunque la cizaña aparece en la Iglesia (...) nosotros debemos procurar ser grano bueno, a fin de que cuando llegue el momento de recoger el grano bueno en los graneros del Señor, recibamos una recompensa apropiada».
«En la historia de la Iglesia se entrecruzan luces y sombras. La Iglesia ha reconocido siempre que ella, a pesar de ser una comunidad santa, acoge en su seno a hombres pecadores.
http://es.catholic.net/escritoresactuales/251/462/articulo.php?id=6686
Saludos: Trinidad C.
Esto es imposible, dada la libertad humana.
La Iglesia condena la mala conducta de toda persona. Precisamente los malos, lo son por no cumplir lo que manda la Santa Iglesia Católica.
No se puede atribuir a la Iglesia los pecados de los malos católicos. No es la fruta podrida caída de un árbol sino la madura que cuelga de sus ramas lo que manifiesta la bondad de ese árbol.«Cristo no fundó su Iglesia para reunir santos, sino para formarlos»
«Es incomprensible, en los que acusan a la Iglesia, que habiendo en ella tanta grandeza, sólo se fijen en lo malo.
Esto es tan ridículo como si a un árbol cuajado de frutos se le condenara por alguna fruta que yace podrida en el suelo.
»A los que se me acercan acusadores, yo les digo: "Enséñame otra Iglesia que tenga más mártires que hayan dado su sangre por Cristo, más misioneros que hayan proclamado el Evangelio, más mujeres que se hayan consagrado al servicio de los pobres y enfermos", y se quedan callados».
Si para entrar en la Iglesia católica hubiera que ser santo, pocos podrían entrar.
Dice San Cipriano: «Aunque la cizaña aparece en la Iglesia (...) nosotros debemos procurar ser grano bueno, a fin de que cuando llegue el momento de recoger el grano bueno en los graneros del Señor, recibamos una recompensa apropiada».
«En la historia de la Iglesia se entrecruzan luces y sombras. La Iglesia ha reconocido siempre que ella, a pesar de ser una comunidad santa, acoge en su seno a hombres pecadores.
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Saludos: Trinidad C.