La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

26 Julio 2010
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lunes 24 de mayo de 2010</FORM>
Trasfondo de la reforma protestante (1)


<STYLE>.fullpost{display:inline;}</STYLE>La noche del 31 de Octubre de 1517, un monje alemán llamado Martín Lutero clavó unas proposiciones teológicas en la puerta de una Iglesia en Wittemberg, con el propósito de ser discutidas; y, como dice un historiador, “en el plazo de una quincena, toda Europa se hizo eco del sonido de los martillazos.” Aunque el mismo monje agustino no lo sabía, esa noche había comenzado la Reforma.

Ahora bien, ¿qué estaba sucediendo en el mundo, a nivel político, económico, social y religioso, que permitió que un sólo hombre pusiese a temblar los cimientos de la institución más poderosa del mundo?

Eso es lo que veremos brevemente en esta lección. Pero antes, quisiera que echemos un vistazo al enorme poder que la Iglesia Católica Romana ejercía en Europa durante la Edad Media, porque sólo así podremos entender lo que significó para Lutero y los reformadores enfrentarse con esta institución en el siglo XVI.

EL CATOLICISMO MEDIEVAL

Seguramente la mayoría aquí ha escuchado el dicho de que todos los caminos llevan a Roma. Pues ese refrán se puede aplicar a la situación religiosa de Europa durante la Edad Media (período histórico comprendido entre el siglo V y el XV).

Basados en las palabras de Cristo en Mateo 16:18, el catolicismo enseñaba que la iglesia cristiana fue fundada sobre el apóstol Pedro, quien había sido martirizado y enterrado en Roma.

Prácticamente nadie cuestionó eso durante la Edad Media. Todos reconocían a la Iglesia Católica Romana como madre espiritual, y al Papa, el supuesto sucesor de Pedro y vicario de Cristo en la tierra, como el padre espiritual. Fuera de esa paternidad no había salvación para nadie. De manera que la iglesia Católica Romana controlaba prácticamente todos los aspectos de la vida humana desde la cuna hasta la tumba.

El Papa tenía autoridad para nombrar obispos, los cuales a su vez ordenaban a los sacerdotes, los cuales a su vez podían administrar los siete sacramentos a través de los cuales Dios dispensaba Su gracia: el bautismo, la confirmación, la Misa, la penitencia, el matrimonio, la ordenación y la extremaunción.

A. Los sacramentos:

A menudo se hablaba de los siete sacramentos como las siete arterias del Cuerpo de Cristo, a través de las cuales el creyente recibe los beneficios vitales de la gracia de Dios. A través del bautismo, el primer sacramento, el niño era hecho parte de este sistema de salvación, ya que a través de este rito se supone que el niño es purificado del pecado original y hecho partícipe de la gracia.

Pero el centro de este sistema sacramental era la Misa, donde el cuerpo de Cristo es ofrecido nuevamente como un sacrificio (contradiciendo así las claras enseñanzas de la carta a los Hebreos, sobre todo en los cap. 9 y 10).

Al decir que los sacramentos son medios a través de los cuales el hombre se hace partícipe de la gracia de Dios, es importante que entendamos que el concepto de gracia de la Iglesia Católica Romana difiere del concepto bíblico de “gracia”.

Según la iglesia Católica, el ser humano no puede hacerse justo ni amoroso a sí mismo, a menos que Dios haga en nosotros una obra de capacitación a través de Su gracia, gracia que llega a nosotros a través de los sacramentos.

En la medida en que nosotros actuamos por el influjo de esa gracia y nos hacemos más amorosos y más justos, en esa misma medida Dios nos justifica. “En ese modelo, la gracia de Dios era el combustible necesario para llegar a ser una mejor persona, más justa, más santa, más amorosa” (Michael Reeve; The Unquenchable Flame; pg. 20).

Por supuesto, ¿cómo puede una persona, dentro de ese sistema, saber si ha sido lo suficientemente justo, santo y amoroso? ¿Cómo podemos saber si hemos hecho nuestro mejor esfuerzo? Es imposible de saberlo; y es precisamente por esa razón que debemos de hacer uso del sacramento de la confesión de manera regular.

Sin embargo, eso tampoco aseguraba nada, sobre todo si uno tomaba en serio la práctica de la confesión. El sacerdote iba a través de una lista oficial haciendo un escrutinio del penitente en el que nadie concienzudo podía salir bien parado.

Pero para eso la iglesia también tenía una respuesta: El Purgatorio. Antes de llegar al cielo, los hombres debían ir a ese lugar a purgar aquellos pecados que no habían sido debidamente tratados en vida, exceptuando únicamente los pecados mortales.

En este punto entraba en juego otro de los puntales del catolicismo medieval: el culto a la Virgen y a los santos.

B. El culto a la virgen y a los santos:

Este culto se popularizó debido, en parte, a la forma como Cristo era presentado durante la Edad Media: como un Juez terrible al que no podíamos acceder directamente debido a Su santidad. Eso alentó la idea de tratar de llegar a Jesús a través de Su madre. Pero con María ocurrió algo similar a lo que ocurrió con Jesús; si era difícil acercarse a la Reina del cielo, podía hacerse el intento a través de los santos.

Por supuesto, la Iglesia Católica insistía en que ni María ni los santos debían ser adorados, sino únicamente venerados; pero esa era una distinción muy sutil que la gente común y corriente, muchos de ellos analfabetos, difícilmente iban a entender. Una estatua de la Virgen María no podía enseñar a los católicos fieles la diferencia teológica que había entre la adoración y la veneración.

C. Las indulgencias:

Otro aspecto importante del catolicismo medieval fue el de las indulgencias. Como vimos anteriormente, cuando una persona se confesaba ante el sacerdote éste le imponía varios actos de penitencia de acuerdo con el pecado cometido. Los pecados que no eran tratados adecuadamente en esta vida debían ser purgados en el purgatorio.

La "buena noticia", según el catolicismo, es que algunos santos habían sido tan buenos que no sólo merecían entrar al cielo directamente, sin pasar por el purgatorio, sino que tenían un superávit de méritos. Éste tesoro de méritos era administrado por el Papa, el cual podía adjudicárselos al que le faltara. Estos dones de méritos son las indulgencias.

En un principio esas indulgencias eran ofrecidas a los que participaran en la primera Cruzada; pero a medida que la iglesia se vio necesitada de dinero, comenzaron a ser vendidas. Como veremos más adelante, el escándalo por la venta de indulgencias en Alemania fue la chispa que encendió la Reforma.

Pero algunos cambios comenzaron a ocurrir, sobre todo a partir del siglo XIV, que amenazaban ese reinado incuestionable de la iglesia.

© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

martes 25 de mayo de 2010
Trasfondo de la Reforma Protestante (2)


<STYLE>.fullpost{display:inline;}</STYLE>ALGUNAS DE LAS AMENAZAS QUE ENFRENTÓ EL CATOLICISMO ROMANO A FINAL DE LA EDAD MEDIA:

A. La decadencia del feudalismo:

El feudalismo fue el sistema social y político característico de Europa, que alcanzó su máximo apogeo en Occidente entre los siglos IX y XI: Un propietario, o señor feudal, concede a sus vasallos una parcela de tierra, o feudo, que él debe trabajar a cambio de protección. El vasallo le debe al señor feudal servicio y fidelidad, y está obligado a pagarle una renta. El señor feudal a su vez, aparte de defender a sus vasallos, ejerce sobre ellos todos o parte de los poderes reales.

Este sistema funcionó bajo la bendición de la Iglesia Católica Romana, sancionando con graves penas a los que violaran ese esquema de autoridad establecido. Se le enseñaba al pueblo que “cada cual ocupa en el mundo un puesto querido por Dios”, para cumplir una de tres funciones: rezar, combatir o trabajar .

En palabras sencillas podemos decir que en este sistema el mundo estaba dividido en dos grandes grupos: los privilegiados y los no privilegiados. Los privilegiados eran los señores, los eclesiásticos y los caballeros, teniendo en la cúspide al rey y al alto clero integrado por los arzobispos, los obispos y los abades. Los no privilegiados eran la burguesía, los artesanos, los sirvientes y los campesinos.

Este sistema alcanzó su punto culminante en el siglo XIII, pero a partir de entonces comenzó a decaer debido, en parte, al mejoramiento de las técnicas agrícolas, lo que provocó un incremento en el comercio que favoreció a la burguesía. Ese proceso de decaimiento se aceleró aún más en los siglos XIV y XV debido a una serie de factores que no podemos enumerar aquí.

Ahora, el punto que nos interesa resaltar es que el feudalismo encajaba muy bien con el dominio que la Iglesia católica ejercía sobre la sociedad medieval; pero el desarrollo de esta nueva burguesía que surgió por el florecimiento del comercio, habría de traer consigo algunos cambios en la sociedad europea que afectaría profundamente a la iglesia que sustentaba el sistema feudal.

B. Las monarquías en desarrollo:

Por otra parte, las diversas monarquías europeas comenzaron a desarrollar y a resentir cada vez más la dominación de la Iglesia. Los reyes no veían con buenos ojos como la Iglesia Católica formaba un estado aparte del Estado, no reconociendo otra autoridad que la del Papa. De igual manera comenzaron a insistir en el derecho de designar cargos eclesiásticos. Un caso típico es el de España, donde Fernando e Isabel hicieron caso omiso a las objeciones del Papa y llenaron muchas vacantes eclesiásticas.

C. Cambios intelectuales y filosóficos:

Pero estos cambios no sólo sucedieron en el mundo político y social, sino también en el ámbito intelectual y filosófico. La fe ciega del Medioevo estaba siendo fuertemente amenazada por un gran despertar intelectual y una creciente duda religiosa que se extendió por toda Europa a partir del siglo XIV.

El fracaso de las Cruzadas, al final del siglo XIII, y la captura de Constantinopla (29 de Mayo de 1453), llevaron a muchos a preguntarse por qué el Dios de los cristianos había permitido la victoria del Islam. De igual manera, el descubrimiento de América mostró a los europeos que centenares de naciones igno¬raban o rechazaban a Jesucristo con aparente impunidad, y en algunos casos su moral parecía ser más elevada que la de muchas naciones “cristianas”.

Por otra parte, algunos pensadores como Guillermo de Occam (1280 – 1349) y Marsillo de Padua (1275 – 1343), negaron la supremacía e infalibilidad del Papa, a la vez que cuestionaban la intromisión de la Iglesia en los asuntos del Estado. Ambos fueron los precursores del Movimiento Conciliar que estudiaremos luego.

Otro personaje importante de este período fue el poeta y humanista italiano Francesco Petrarca (1304 – 1374). Petrarca fue uno de los más grandes estudiosos de la literatura clásica. Él llegó a convencerse de que la historia consistía básicamente en dos períodos: el período glorioso de la civilización clásica y la era tenebrosa de ignorancia y barbarismo que se había iniciado con la caída del Imperio Romano en el siglo V y había continuado hasta sus días.

Pero Petrarca vislumbraba la llegada de un tercer período en el que habría de ocurrir un renacer de la civilización clásica. Animados por la esperanza de ese renacimiento de la gloria antigua, Petrarca y sus seguidores (conocidos como “humanistas”), creían que la era de oscurantismo en que vivían podía ser concluida si se despejaba la ignorancia usando como armas la literatura y la cultura de la civilización clásica. Su grito de guerra fue: “Volvamos a las fuentes”.

Ese estudio directo de las fuentes fue una verdadera amenaza para una Iglesia que se había beneficiado enormemente de la ignorancia del pueblo. Por ejemplo, uno de los documentos más importantes de la iglesia medieval fue una supuesta carta que el emperador Constantino le había enviado al Papa en el siglo IV, conocida precisamente como La Donación de Constantino. Cuando este emperador fundó la ciudad de Constantinopla en la parte oriental del Imperio, según este documento él le legó al Papa autoridad y señorío sobre la parte Occidental. Fue sobre esta base que los papas clamaron tener autoridad sobre toda autoridad política en Europa. Los papas eran superiores a los reyes.

Pero cuando el humanista Lorenzo Valla, experto en latín, examinó el documento, probó sin lugar a dudas que era falso. Su lenguaje no correspondía con el latín del siglo IV, sino del siglo VIII. Valla publicó sus conclusiones en el 1440, con lo que no sólo echó por tierra las pretensiones papales de autoridad, sino que puso en duda todas las demás afirmaciones de los papas.

Pero la mayor contribución de Valla fue sus Anotaciones al Nuevo Testamento, una colección de notas que fue publicada después de su muerte. En estas notas, Valla hace uso de su conocimiento del idioma griego para probar que La Vulgata Latina, la versión de la Biblia al latín en la que se basaba la iglesia, tenía muchos errores de traducción.

Unos años más tarde, Erasmo de Rotterdam publicaría las notas de Valla, a la vez que las usaría para publicar en 1516 una de las más armas más poderosas contra el catolicismo medieval: una edición griega del Nuevo Testamento, con su propia traducción al latín al lado del texto griego.

Erasmo no tenía la intención de atacar a la Iglesia Católica, sino de ayudar a producir en ella una reforma moral. De hecho, el libro fue dedicado al Papa León X, quién le escribió a su vez una carta de gratitud y recomendó la obra.

Pero esta edición del NT griego iba a tener sus consecuencias, sobre todo al hacer más notorio los errores de traducción de la Vulgata Latina y las consecuencias teológicas de esos errores. Por ejemplo, en Mt. 4:17 la Vulgata ponía en boca de Jesús la expresión: “Haced penitencia”, mientras que Erasmo la tradujo como “sed penitentes”, y luego como “cambien sus mentes” (el texto griego contiene la palabra metanoeo).

Si la traducción de Erasmo era la correcta, entonces Jesús no está hablando de practicar el sacramento de la penitencia, sino del cambio interno del pecador que se vuelve de sus pecados a Dios. Ahora bien, si Roma se había equivocado en la lectura e interpretación de este texto, ¿cuántos otros errores similares habrá cometido?

Todas estas controversias levantadas por los humanistas no hubieran tenido el impacto que tuvieron si se hubieran quedado entre los eruditos y teólogos. Pero unas décadas antes, a mediados del siglo XV, Johannes Gutenberg había inventado la imprenta, poniendo la literatura al alcance de todos.

Y a todo esto se sumaba un desencanto general, sobre todo entre las personas educadas, por la decadencia moral de la iglesia.

D. La decadencia moral de la iglesia:

Aunque el catolicismo fue muy poderoso durante la Edad Media, muchos tenían la percepción de que la Iglesia de Roma necesitaba una reforma moral. Ya para principios del siglo XIV en La Divina Comedia Dante Alighieri colocó en el octavo círculo del infierno a los papas Bonifacio VIII y Nicolás III.

Unos cuatro años antes de que Lutero clavara sus 95 tesis, Maquiavelo decía que no puede haber mayor prueba de la decadencia del cristianismo “que el hecho de que cuanto más próxima está la gente a la Iglesia romana, cabeza de su religión, tanto menos religiosa es. Y quienquiera que examine los principios en que esa religión se fundó, y vea cuán distintas de tales principios son su práctica y aplicación actuales, juzgará que su ruina o castigo está al llegar”.

Según el sacerdote y teólogo humanista Erasmo de Rotterdam (contemporáneo de Lutero), la rapiña e inmoralidad del clero habían alcanzado un nivel tal que llamarle “clérigo” a una persona era un insulto. “Millares de sacerdotes tenían concubinas; en Alemania casi todos.” De hecho, se cree que fue el mismo Erasmo que en el mismo año en que murió el Papa Julio II, en 1513, escribió una obra titulada “Julio Excluido del Cielo” . La obra concluye con este diálogo entre el Papa Julio, el apóstol Pedro (que se supone es el portero del cielo):

Julio. Así pues, ¿no abres?
Pedro. A cualquier otro antes que a semejante peste. Para ti ciertamente todos estamos excomulgados. Pero ¿quieres un buen consejo? Tienes un montón de hombres aguerridos; tienes una enorme cantidad de dinero; tú mismo eres un buen constructor. Construye para ti un nuevo paraíso, pero bien fortificado para que no pueda ser asaltado por los demonios.
Julio. Haré por el contrario lo que es digno de mí. Me ocultaré durante algunos meses e incrementadas mis tropas, os desalojaré de ahí por la fuerza si no os rendís. No dudo, en efecto, que en breve llegarán hasta mí, por las matanzas de la guerra, sesenta mil hombres.
Pedro. ¡Qué peste! ¡Ay, pobre Iglesia! Ven aquí, Genio, pues resulta más agradable hablar contigo que con este monstruo abominable.
Genio. ¿Qué ocurre?
Pedro. ¿Los restantes obispos son como éste?
Genio. Una buena parte es harina del mismo costal, pero éste se lleva la palma.
Pedro. ¿Le incitaste tú a tantos crímenes?
Genio. Yo en absoluto. Incluso él iba tan por delante de mí, que apenas podía seguirlo con la ayuda de las alas.
Pedro. No me extraña, ciertamente, que sean tan pocos los que llegan aquí, si azotes como éste llevan el timón de la Iglesia. A pesar de todo me atrevo a conjeturar que el pueblo todavía tiene curación de alguna manera, puesto que rinde honores a una cloaca tan inmunda en virtud del mero título de Pontífice.

A esto debemos añadir el descontento general de las naciones por la extraor-dinaria acumulación de riquezas por parte de la Iglesia. No sólo percibían grandes cantidades de dinero por concepto de impuestos y tributos, sino también por la venta de cargos eclesiásticos. Cuando los cargos no eran suficientes entonces se creaban otros, como fue el caso de Alejandro VI, el cual creó 89 nuevos car¬gos y recibió 760 ducados (unos 20,000 dólares) de cada uno de los nombrados.

ALGUNOS DE LOS PAPAS QUE PRECEDIERON LA REFORMA:

Paulo II (1464-1471):

Estuvo dedicado al comercio, hasta que supo que su primo Eugenio IV había sido hecho Papa; tenía un gran interés por el arte, particularmente por la joyería y la orfebrería (su Tiara Papal superaba en valor a un palacio).

Las concubinas de este Papa eran públicamente reconocidas en la corte y según cronistas de la época murió debido a sus excesos sensuales. Se preocupó durante su pontificado de restaurar las glorias del antiguo imperio romano; para ello restauró los arcos de Tito y de Septimio Severo.

Sixto IV (1471-1484):

Su principal preocupación como Papa era la de enriquecer a su familia, sobre todo a sus cinco sobrinos (uno de los cuales llegó también al Papado con el nombre de Julio II).

A su sobrino predi¬lecto, Pedro Riario, lo nombró cardenal cuando apenas tenía 26 años de edad, además de patriarca de Constantinopla y arzobispo de Florencia. Mandó a construir la Capilla Sixtina, llamada así en su honor. Sus vicios y excesos se hicieron famosos en toda Italia.

Inocencio VIII (1484-1492):

Antes de ser electo Papa, juró por lo más sagrado que no permitiría el nepotismo en su reinado y que trataría de poner en orden la sede romana, pero tan pronto fue electo declaró que el Papa posee máxima autoridad y por tanto no tiene que sujetarse a juramento alguno. Fue el primer Papa que reconoció a sus hijos ilegítimos, a quienes colmó de honores y riquezas; puso a uno de ellos a cargo de la venta de indulgencias.

Alejandro VI (1492-1503):

Este hombre implacable, miembro de la familia Borgia, fue el más corrupto de todos los Papas. Compró el Papado sobornando a los cardenales y como esto era sabido por el pueblo, se acostumbraba a decir: “Alejandro pone a la venta las llaves, los altares... Después de todo, su derecho tiene, pues los compró”.

Algunas de sus concubinas eran esposas de sus subalternos; reconoció a sus hijos públicamente, siendo César y Lucrecia los más famosos. Durante su pontificado sumió a Italia en guerras y conspiraciones; murió repentinamente y algunos dicen que fue a causa de un veneno que él mismo había preparado para otro.

Julio II (1503-1513):

También conocido como “el terrible”. Sobrino de Sixto IV, tomó su nombre de Julio César, ya que su ocupación favorita era la guerra. Reorganizó la guardia Papal, uniformándolos con uniformes que se cree fueron diseñados por Miguel Ángel; éste último terminó de pintar la Capilla Sixtina.

León X (1513-1521):

Trató de consolidar los logros de Julio II, pero no lo logró. Su gran pasión eran las bellas artes y su más preciado sueño era terminar la Basílica de San Pedro, empresa a la que estaba dedicado cuando estalló la Reforma protestante.

Conclusión:

En esta breve introducción hemos podido ver algunas causas humanas que finalmente desembocaron en la Reforma; pero no podemos olvidar que Dios es el dueño de la Historia, que Él es soberano y que por ende, no debemos ver el movimiento reformador como el resultado de una serie de eventos casuales.

Nuestro Señor Jesucristo prometió que las puertas del hades no prevalecerían contra Su Iglesia; la Reforma es un hito visible del cumplimiento de esa promesa divina.


© Por Sugel Michelén. Todo pensamiento cautivo. Usted puede reproducir y distribuir este material, siempre que sea sin fines de lucro, sin alterar su contenido y reconociendo su autor y procedencia.
 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

Tetzel:

"cuando el dinero en la caja suena, el alma al cielo vuela",

Estas palabras de el sinvergüenza de Tetzel sólo demuestra la delincuencia religiosa de aquel tiempo. De cómo la ICAR, necesitada de dinero, iba vendiendo perdón de Pecados por los pueblos para la construcción de la Basílica de San Pedro. Perdonando asesinatos, fornicaciones, blasfemias, adulterios, etc, por muchísimos ducados. Esto escandalizó a Lutero y colgó las 95 Tesis.

Los católicos citan este versículo de la viuda y las limosnas para justificar las indulgencias, pero este texto no se refiere al perdón de pecados, sino a la devoción de esta mujer. Las indulgencias son para perdón de pecados.

¿dónde pone ahí que por echar monedas les fueron perdonados sus pecados a la viuda?:
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Lucas 21

La ofrenda de la viuda

<SUP id=es-LBLA-25828 class=versenum>1</SUP>Levantando Jesús la vista, vio a los ricos que echaban sus ofrendas en el arca del tesoro.

<SUP id=es-LBLA-25829 class=versenum>2</SUP>Y vio también a una viuda pobre que echaba allí dos pequeñas monedas de cobre;
<SUP id=es-LBLA-25830 class=versenum>3</SUP>y dijo: En verdad os digo, que esta viuda tan pobre echó más que todos ellos; <SUP id=es-LBLA-25831 class=versenum>4</SUP>porque todos ellos echaron en la ofrenda de lo que les sobraba, pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para vivir.

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Si es que la ICAR al abandonar la Biblia van de error en error. ¿Dónde pone ahí que Dios perdona los pecados porque demos dinero?
 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

Los católicos son culpables de todo el lío.

Por su corrupción papal.

su simonía.

Su pederástia.

Sus asesinatos.
 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

Se hace difícil defender a la ICAR con esa falta de respeto a las cosas santas.

ALGUNOS DE LOS PAPAS QUE PRECEDIERON LA REFORMA:

Paulo II (1464-1471):


Estuvo dedicado al comercio, hasta que supo que su primo Eugenio IV había sido hecho Papa; tenía un gran interés por el arte, particularmente por la joyería y la orfebrería (su Tiara Papal superaba en valor a un palacio).

Las concubinas de este Papa eran públicamente reconocidas en la corte y según cronistas de la época murió debido a sus excesos sensuales. Se preocupó durante su pontificado de restaurar las glorias del antiguo imperio romano; para ello restauró los arcos de Tito y de Septimio Severo.

Sixto IV (1471-1484):

Su principal preocupación como Papa era la de enriquecer a su familia, sobre todo a sus cinco sobrinos (uno de los cuales llegó también al Papado con el nombre de Julio II).

A su sobrino predi¬lecto, Pedro Riario, lo nombró cardenal cuando apenas tenía 26 años de edad, además de patriarca de Constantinopla y arzobispo de Florencia. Mandó a construir la Capilla Sixtina, llamada así en su honor. Sus vicios y excesos se hicieron famosos en toda Italia.

Inocencio VIII (1484-1492):

Antes de ser electo Papa, juró por lo más sagrado que no permitiría el nepotismo en su reinado y que trataría de poner en orden la sede romana, pero tan pronto fue electo declaró que el Papa posee máxima autoridad y por tanto no tiene que sujetarse a juramento alguno. Fue el primer Papa que reconoció a sus hijos ilegítimos, a quienes colmó de honores y riquezas; puso a uno de ellos a cargo de la venta de indulgencias.

Alejandro VI (1492-1503):

Este hombre implacable, miembro de la familia Borgia, fue el más corrupto de todos los Papas. Compró el Papado sobornando a los cardenales y como esto era sabido por el pueblo, se acostumbraba a decir: “Alejandro pone a la venta las llaves, los altares... Después de todo, su derecho tiene, pues los compró”.

Algunas de sus concubinas eran esposas de sus subalternos; reconoció a sus hijos públicamente, siendo César y Lucrecia los más famosos. Durante su pontificado sumió a Italia en guerras y conspiraciones; murió repentinamente y algunos dicen que fue a causa de un veneno que él mismo había preparado para otro.

Julio II (1503-1513):

También conocido como “el terrible”. Sobrino de Sixto IV, tomó su nombre de Julio César, ya que su ocupación favorita era la guerra. Reorganizó la guardia Papal, uniformándolos con uniformes que se cree fueron diseñados por Miguel Ángel; éste último terminó de pintar la Capilla Sixtina.

León X (1513-1521):

Trató de consolidar los logros de Julio II, pero no lo logró. Su gran pasión eran las bellas artes y su más preciado sueño era terminar la Basílica de San Pedro, empresa a la que estaba dedicado cuando estalló la Reforma protestante.

 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

Todavia no pueden superar su herejia?, aceptamos que martin lutero quizo denunciar errores humanos, eso esta bien, que la iglesia pudo tener algunos excesos, esta bien, que la iglesia catolica ants y ahora puede tener gente pecadora, con errores, defectos y debiklidades , eso es cierto, pero ahora miremos que la iglesia de cristo esta compuesta por sere humanos , pecadores y con DESEOS DE SANTIDAD, ya el papa pidio perdon por muchisimas cosas, pero porque no superan todo esto, porque siguen con odio, ese odio no proviene de DIOS, ustedes quisieron separarse, porque no toman el ejemplo de san francisco de asis en ves de criticar a la iglesia, entrego todo su fortuna su vida entera para santificarla, esa es la actitud. cuando tu vez que tu iglesia se esta dejando llevar de pasiones humanas la solucion no es criticar sino ofrecer tu cruz , tu sacrificio por la santificacion de tu iglesia, porque mejor no se incan de rodillas, oran con el corazon y piden por todos los errores, pecados y defectos de su iglesia, porque antes que criticar al papa y los obispos, sacerdotes , religiosos y religiosas, no ofrecen un ayuno, una vigilia, una oracion sincera de corazon, DIOS nunca aceptara una oracion de odio y rencor, eso no proviene de el, que tal que hubiera rechazado a pedro proque lo nego, o a todos sus dicipulos menos juan porque lo dejaron solo en el calvario, pues todos se dispersaron, DIOS reconoce la debilidad humana, por eso el nos mira y nos pregunta como a pedro: ME AMAS? y la iglesia en conjunto mirando sus errores y pecados dira: SEÑOR TU LO SABES TODO TU SABES QUE TE AMAMOS, y es alli cuando DIOS confiando ene se amor nos dice : APACIENTA A MIS OVEJAS..........
 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

Descubriste la rueda y el agua tibia a la vez.

Yo sí, pero ellos no lo han hecho.

Ya luego hubo otras divisiones heréticas que se desviaron de las primeras enseñanzas de los reformadores que fueron grandes herejías.

Pero de la verdadera Reforma Protestante ellos no saben que son los culpables.
 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

Yo sí, pero ellos no lo han hecho.

Ya luego hubo otras divisiones heréticas que se desviaron de las primeras enseñanzas de los reformadores que fueron grandes herejías.

Pero de la verdadera Reforma Protestante ellos no saben que son los culpables.
 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

Leamos a un verdadero teólogo

Así que un día cometí una «fatal metedura de pata»: decidí que había llegado el momento de ir, yo solo, a una Misa católica. Tomé al fin la resolución de atravesar las puertas del Gesú, la parroquia de Marquette University. Poco antes de mediodía me deslicé silenciosamente hacia la cripta de la capilla para la misa diaria. No sabía con certeza lo que encontraría; quizá estaría sólo con un sacerdote y un par de viejas monjas. Me senté en un banco del fondo para observar.
<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:eek:ffice" /><o:p></o:p>
De repente, numerosas personas empezaron a entrar desde las calles, gente normal y corriente. Entraban, hacían una genuflexión y se arrodillaban para rezar. Me impresionó su sencilla pero sincera devoción..
<o:p></o:p>
Sonó una campanilla, y un sacerdote caminó hacia el altar. Yo me quedé sentado, dudando aún de si debía arrodillarme o no. Como evangélico calvinista, me habían enseñado que la misa católica era el sacrilegio más grande que un hombre podía cometer: inmolar a Cristo otra vez. Así que no sabía qué hacer.
<o:p></o:p>
Observaba y escuchaba atentamente a medida que las lecturas, oraciones y respuestas -tan impregnadas en <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com:eek:ffice:smarttags" /><st1:personName w:st="on" ProductID="la Escritura-">la Escritura-</st1:personName> convertían <st1:personName w:st="on" ProductID="la Biblia">la Biblia</st1:personName> en algo vivo. Me venían ganas de interrumpir la misa para decir: «Mira, esa frase es de Isaías... El canto es de los Salmos ¡Caramba!, ahí tienen a otro profeta en esa plegaria.» Encontré muchos elementos de la antigua liturgia judía que yo había estudiado tan intensamente.
<o:p></o:p>
Entonces, de repente, comprendí que éste era el lugar de <st1:personName w:st="on" ProductID="la Biblia.">la Biblia.</st1:personName> Éste era el ambiente en el cual esta preciosa herencia de familia debe ser leída, proclamada y explicada... Luego pasamos a <st1:personName w:st="on" ProductID="la Liturgia Eucarística">la Liturgia Eucarística</st1:personName>, donde todas mis afirmaciones sobre la alianza hallaban su lugar.
<o:p></o:p>
Hubiera querido interrumpir cada parte y gritar: «¡Eh!, ¿queréis que os explique lo que está pasando desde el punto de vista de <st1:personName w:st="on" ProductID="la Escritura">la Escritura</st1:personName>? ¡Esto es fantástico!» Pero en vez de eso, allí estaba yo sentado, languideciendo por un hambre sobrenatural del Pan de Vida.<o:p></o:p>
 
Re: La Iglesia Católica es Culpable de la Reforma Protestante

Todavia no pueden superar su herejia?, aceptamos que martin lutero quizo denunciar errores humanos, eso esta bien, que la iglesia pudo tener algunos excesos, esta bien, que la iglesia catolica ants y ahora puede tener gente pecadora, con errores, defectos y debiklidades , eso es cierto, pero ahora miremos que la iglesia de cristo esta compuesta por sere humanos , pecadores y con DESEOS DE SANTIDAD, ya el papa pidio perdon por muchisimas cosas, pero porque no superan todo esto, porque siguen con odio, ese odio no proviene de DIOS, ustedes quisieron separarse, porque no toman el ejemplo de san francisco de asis en ves de criticar a la iglesia, entrego todo su fortuna su vida entera para santificarla, esa es la actitud. cuando tu vez que tu iglesia se esta dejando llevar de pasiones humanas la solucion no es criticar sino ofrecer tu cruz , tu sacrificio por la santificacion de tu iglesia, porque mejor no se incan de rodillas, oran con el corazon y piden por todos los errores, pecados y defectos de su iglesia, porque antes que criticar al papa y los obispos, sacerdotes , religiosos y religiosas, no ofrecen un ayuno, una vigilia, una oracion sincera de corazon, DIOS nunca aceptara una oracion de odio y rencor, eso no proviene de el, que tal que hubiera rechazado a pedro proque lo nego, o a todos sus dicipulos menos juan porque lo dejaron solo en el calvario, pues todos se dispersaron, DIOS reconoce la debilidad humana, por eso el nos mira y nos pregunta como a pedro: ME AMAS? y la iglesia en conjunto mirando sus errores y pecados dira: SEÑOR TU LO SABES TODO TU SABES QUE TE AMAMOS, y es alli cuando DIOS confiando ene se amor nos dice : APACIENTA A MIS OVEJAS..........

Dios te bendiga

Porque despues de tanto años que se mataban a las personas llamandole herejes, se sigue con esta palabra que no sabes si son o no herejes; Lee Hechos 24:14

Por otra parte aceptas lo que escrbio Martin Lutero, pues fijate que tu hermano Strauss me dijo en unos de los epigrafe que Lutero solo escribio burradas, tu comentario es bueno ya que no tapas el sol con un dedo.

Toda las religiones tienen defectos, no ninguna que no la tenga, por eso no somos salvo por obra, sino por fe en aquel que fue crisificado para el perdon de los pecados, Jesus El Cristo.

Tenes razon que Juan Pablo II pidio perdon por los abusos de la inquisicion, Pero a mi me escribio Strauss, diciendo que Juan Pablo II no se disculpo (no dijo perdon) por la inquisicion, sino dice el, por algunos abusos.
Y te digo no es odio.
Poe ejemplo: Si una persona le hiciese daño a toda familia , pero un daño muy severo, y luego les pide perdon, posiblemente como buenos cristiano lo podran perdonar, pero todo sucedido nunca se les va a olvidar, ahora, si una persona le dijera en un futuro a tus nietos que lo que les habian ocurido a tus ante-pasados fue un pqueño abuso, ¿no crees, que automaticamente le refutaran tus familiares la verdadera historia.?

Gracias de nuevo por tu comentario creo estas siendo una persona sensata.

Saludes