Hola. Mira, yo pienso que nosotros los creyentes ocupamos la posición de ser hijos de Dios, por tanto, tenemos la autoridad de Dios respaldándonos. Si no fuese así el Señor no nos exigiría ninguna responsabilidad acerca de nuestros actos.
Cuando un león se encuentra cazando a un grupo de cebras, nunca busca a las más fuertes, saludables y rápidas... qué paradójico: El "rey de la selva" león nunca probará carne fuerte y buena. Solo atrapa a las más débiles, enfermas y lentas. Esas son las más fáciles de atacar. Lo mismo ocurre en nuestro caminar cristiano. 1 Pedro 5:8-9 dice que el diablo busca a quien devorar. No puede devorar a quien quiera. A quienes devora son a aquellos que no saben quienes son en Cristo.
Dios ha depositado una gran confianza en cada creyente en Cristo. Tanto que nos ha dado autoridad aquí en la tierra. Según Mateo 18.18 lo que atemos en la tierra será atado en el cielo y lo que desatemos aquí en la tierra será desatado en el cielo. Es importante que entendamos esta autoridad que Dios nos ha dado para atar y desatar las cosas en la tierra e íntegramente caminar en las cosas que Dios tiene para nosotros.
Jesús predicó acerca del poder para atar y desatar aquí en la tierra. Las palabras atar y desatar eran usadas entre los judíos en el sentido de prohibir y permitir. Esto es, cuando Jesús habló de atar y desatar, se refería a permitir y prohibir cosas. En otras palabras, cualquier cosa que hagamos de acuerdo con las dirección del Espíritu del amor de Dios y en obediencia a Su voluntad será ratificado en el cielo.
Hay varios significados para la palabra atar. Significa encadenar, obstaculizar, amarrar las manos y los pies, mantener en cautividad, encerrar o tomar cautivo. Se usa para dar el sentido de poner una correa en un perro o domar a un caballo salvaje. Jesús estaba explicando que le había dado ese tipo de autoridad a cada creyente.
¿Cómo recibimos la habilidad para atar?
Para poder caminar en la autoridad de atar y desatar debemos entender unas cuantas cosas.
1. El diablo ya está derrotado y sin poder.-
Lo primero que debemos entender es que Jesús ya ha derrotado al diablo (Colosenses 2:13-15). Jesús pagó el precio por el pecado, derrotó al diablo y lo dejo sin poder por toda la eternidad (1 Corintios 15:55-56). Como creyentes debemos entender que Jesús le despojó al diablo de toda autoridad y nos la dio a nosotros (Lucas 10:19).
2. Tenemos las llaves del Reino del cielo.-
Mateo 16:19 nos muestra como Jesús nos dio las llaves del Reino del cielo. Ya que tenemos las llaves del Reino del cielo, tenemos acceso a las leyes y las cosas que gobiernan al Reino del cielo. Tenemos la habilidad de aplicar esos principios y recibir las cosas que la Biblia promete. En la Biblia, las llaves son un símbolo de poder y autoridad (Isaías 22:22, “y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá, y nadie cerrará; cerrará y nadie abrirá”).
2. Literalmente aplicar lo que la Palabra de Dios dice y vivir en la autoridad de Dios.-
Tenemos autoridad porque la Palabra de Dios nos da autoridad. Ya que tenemos autoridad, debemos ejercerla... si no, no seremos buenos mayordomos de la gracia que Dios nos ha dado. Una autoridad santa viene únicamente al aplicar correctamente la Palabra de Dios en una cierta situación. Por tanto, como creyentes nuestra responsabilidad más importante es la de incrementar nuestro conocimiento y entendimiento de la Palabra de Dios. Entonces podremos aplicar nuestra autoridad correctamente (2 Timoteo 3:16).
A pesar de que el diablo anda como león rugiente buscando a quien devorar (1 Pedro 5:8), la sangre de Jesús niega su poder.
En Efesios 4:27, la Biblia dice que no debemos darle lugar al diablo. Nuestra respuesta como creyentes debe ser la de resistirle y la Biblia dice que él huirá de nosotros (Santiago 4:7
La palabra “huirá” en Santiago 4:7 significa correr aterrorizado. Él corre aterrorizado, no porque seamos personas especiales, sino por la autoridad que Dios nos ha dado.
"Lámpara es a mis pies su palabra, y lumbrera a mi camino." Lámpara a mis pies, quiere decir que, en la medida en que caminamos, la palabra de Dios es luz a nuestra vida paso a paso. Salmo 119: 105
Por tanto, podemos decir no a la voluntad del diablo de robar, matar y destruir; decir si a la voluntad de Dios de darnos vida en abundancia. Antes bien como indica la palabra de Dios: Si me amais hareis lo que os mando. Ésto os mando: Que os ameis los unos a los otros como yo os he amado.
Bendiciones a todos.